Viviendo en Tiempo Prestado
¿Va a triunfar el paganismo? La respuesta dolorosa es sí — por un breve período de tiempo. La Biblia enseña que la sociedad seguirá desintegrándose cuanto más nos acerquemos al momento del regreso del Señor (2 Timoteo 3:1–5).
El clímax de la degradación ocurrirá cuando una persona llamada el Anticristo (1 Juan 2:18) se apodere del mundo (Ap. 13:7) y gobierne con mano de hierro durante siete años, durante un período llamado la Tribulación (Apocalipsis 6–19). Será la personificación del paganismo y todo el mal que representa (Daniel 8:23–25). Será poseído por Satanás (Daniel 8:24) e intentará asesinar a todos los cristianos y judíos (Apocalipsis 12:13–17).1
La Biblia indica que la Iglesia será sacada del mundo antes de que este demente tome el poder (1 Tes. 1:10), pero millones vendrán a Cristo durante la Tribulación, sólo para ser cazados como animales salvajes y sacrificados (Ap. 7:9–14).
El triunfo del paganismo será breve pero terrible, tan terrible, de hecho, que la Biblia indica que resultaría en la destrucción de toda vida si no se terminara sobrenaturalmente (Mateo 24:21–22). Ese final vendrá rápida y decisivamente después de siete años, cuando el Señor Jesucristo irrumpa de los cielos en Su gloriosa Segunda Venida (Ap. 19:11–21).
Se acerca la victoria. Pero quedan algunos años terribles para el planeta Tierra antes de que se consiga esa victoria.
¿Qué Tan Cerca?
¿Qué tan cerca estamos del clímax de la historia en el tiempo del fin? Creo que las señales de los tiempos indican que vivimos en el umbral de la Tribulación. El término “señales de los tiempos” se refiere a las profecías bíblicas acerca de los tiempos del fin que se están cumpliendo en nuestros días y época.
Hace cien años no había señales definidas que indicaran los tiempos del fin. Hoy, esas señales están en todas partes. Uno tendría que ser espiritualmente ciego para no discernir que estamos viviendo en un tiempo prestado.2
Hace unos años hablé en una conferencia sobre profecías en Orlando, Florida. Uno de los otros oradores fue un gran hombre de Dios de Abilene, Texas, llamado Elbert Peak. Tenía más de 80 años y había estado predicando acerca de la profecía bíblica durante 60 años. Su tema fue “Señales de los Tiempos”. Nunca olvidaré cómo comenzó su mensaje:
He estado hablando sobre las señales de los tiempos durante 60 años. Cuando comencé, las señales eran pocas y espaciadas. Hoy, están en todas partes. De hecho, son tan abundantes que ya no busco señales. Escucho los sonidos — el grito de un arcángel y el toque de una gran trompeta.
El Punto de Inflexión
El punto de inflexión ocurrió en 1917. El 2 de noviembre de 1917, el gobierno británico emitió la Declaración Balfour.3 Ese documento trascendental declaraba que los británicos prepararían Palestina para convertirse en la patria del pueblo judío.
El principal portavoz evangélico en Londres en ese momento era F. B. Meyer. Inmediatamente reconoció el significado profético de la Declaración Balfour. Respondió enviando una invitación a los líderes evangélicos de Inglaterra para que se reunieran con él el 13 de diciembre para discutir las implicaciones espirituales del documento.4 El 11 de diciembre, el general Allenby liberó a Jerusalén de 400 años de opresión turca. A los judíos se les estaba abriendo el camino a Sion.
Cuando se convocó la reunión de Meyer dos días después, había un gran sentido de que Dios se movía soberanamente en la historia para cumplir las promesas que había hecho hace miles de años. Uno de los oradores ese día fue el Dr. G. Campbell Morgan. Él proclamó: “Todos sentimos hoy que nunca en la historia de la Iglesia las señales parecieron apuntar tan definitivamente al cumplimiento de los tiempos de los gentiles como lo hacen hoy. Nuestros lomos deben estar ceñidos y nuestras lámparas deben estar encendidas. Deberíamos estar ocupados hasta que Él venga”.5
Organizándose para la Acción
Los que se reunieron ese día fueron lo “mejor de lo mejor” del movimiento evangélico en Inglaterra. Decidieron formar una organización llamada The Advent Testimony Movement, cuyo propósito sería proclamar el pronto regreso del Señor, instando a los cristianos a evangelizar a los perdidos y a comprometerse con la santidad. La organización adoptó un manifiesto que contenía siete puntos:6
1) Las señales de los tiempos apuntan hacia el fin de los tiempos de los gentiles.
2) El regreso de nuestro Señor se puede esperar en cualquier momento, cuando Él se manifestará tan evidentemente como a Sus discípulos en la noche de Su resurrección.
3) La Iglesia completa se trasladará para encontrarse con el Señor en el aire, y estar para siempre con el Señor.
4) Israel será restaurado a su propia tierra en incredulidad, y luego será convertido por la manifestación de Cristo como su Mesías.
5) Todos los esquemas humanos de reconstrucción del mundo deben ser subsidiarios del Señor cuando todas las naciones estarán sujetas a Su gobierno.
6) Bajo el reinado de Cristo habrá una mayor efusión del Espíritu Santo sobre toda carne.
7) Las verdades contenidas en esta declaración son de suma valor práctico para determinar el carácter y la acción cristianos con referencia a los problemas urgentes del momento.
Con este manifiesto como base, esa organización salió adelante y comenzó a proclamar el inminente regreso del Señor en conferencias celebradas en toda Inglaterra, Europa, América y el Imperio Británico. La organización todavía existe hoy en día, conocida como The Prophetic Witness Movement International. Sus esfuerzos han dado lugar a cientos de otros ministerios en todo el mundo que hoy proclaman el mismo mensaje.7
Señales Adicionales
Desde aquellos emocionantes días en 1917, han ocurrido muchos otros eventos igualmente importantes y emocionantes que han aumentado la fiebre de la expectativa del regreso del Señor. La nación de Israel ha sido restablecida (14 de mayo de 1948). La ciudad de Jerusalén ha sido reocupada por los judíos (7 de junio de 1967). Las naciones árabes han venido contra Israel (las guerras de 1948, 1967, 1973, 1982, 1991, 2006, 2009, etc.), y todas las naciones del mundo ahora se están volviendo contra Israel por el tema de Jerusalén. Europa se está reuniendo, y Rusia está amenazando a Medio Oriente.
En resumen, todas las piezas del rompecabezas profético del tiempo del fin están en su lugar por primera vez y el mensaje es claro: ¡Jesús regresará pronto! Está a las mismas puertas del Cielo esperando el mandato de Su Padre. Vivimos en un tiempo prestado. Deberíamos estar atentos a los sonidos en lugar de buscar señales. Y deberíamos afrontar el nuevo milenio con esperanza expectante.
Conociendo la Época
Muchas personas se burlan de estos eventos y se niegan a darles ningún significado espiritual porque creen que no se puede saber nada sobre el momento del regreso del Señor. Por lo general, basan esta conclusión en las palabras de Jesús en Mateo 24:42–44, donde declaró que regresaría “como un ladrón en la noche”.
Pero Pablo aclara en 1 Tesalonicenses 5:1–6 que la declaración de Jesús no se aplica a los creyentes: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como un ladrón. . .”. Luego procede a explicar por qué: “Porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”. Pablo se refiere, por supuesto, a la luz del Espíritu Santo que mora en todos los verdaderos creyentes, y que puede iluminarnos a través de nuestro estudio de las Escrituras para conocer la época del regreso del Señor (1 Juan 2:27).
El punto es que no podemos saber la fecha del regreso del Señor, pero ciertamente podemos saber la época. El escritor de Hebreos deja esto en claro cuando, hablando del regreso del Señor, escribe que los creyentes deben animarse unos a otros “cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25). Hay algo que podemos ver, algo que podemos percibir, que nos indicará que el Señor está por regresar. Jesús mismo hizo el mismo punto en su Discurso del Monte de los Olivos cuando dijo: “Cuando estas cosas [las señales de los tiempos] comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).
La Misericordia de Dios
De hecho, Dios está obligado, por Su carácter, a advertir al mundo del inminente regreso de Su Hijo. La razón es que Jesús está regresando con gran ira para “juzgar y pelear” (Ap. 19:11), y Dios nunca derrama Su ira sin previo aviso.
Dios no desea que nadie perezca, sino que todos sean llevados al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Por lo tanto, Dios siempre advierte antes de ejecutar Su ira. Advirtió al mundo a través de Noé durante 120 años. Advirtió a Sodoma y Gomorra a través de Abraham. Envió a Jonás para advertir a la ciudad pagana de Nínive, y envió a Nahum a la misma ciudad 150 años después.
Asimismo, Dios está advirtiendo al mundo de hoy que Su Hijo está a punto de regresar. Está llamando al mundo al arrepentimiento a través de las “señales de los tiempos”. La Biblia está llena de estas señales. Hay alrededor de 500 profecías en el Antiguo Testamento que se relacionan con la Segunda Venida del Mesías. En el Nuevo Testamento, uno de cada 25 versículos está relacionado con el regreso de Jesús.
De hecho, hay tantas señales, que es difícil captarlas todas. La mejor forma que he encontrado para hacer esto es ponerlas en categorías.
Las Señales de la Naturaleza
Se nos dice que estemos atentos a los terremotos, el hambre, la pestilencia y las señales en los cielos (ver Mateo 24:7 y Lucas 21:11).
Ésta es la categoría de señales menos respetada por varias razones. Por un lado, muchas personas simplemente se encogen de hombros y dicen: “Siempre ha habido calamidades naturales, entonces, ¿qué más hay de nuevo?”. Tenga en cuenta que Jesús dice que estas señales serán como “dolores de parto” (Mateo 24:8) — es decir, aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que se acerque el momento de Su regreso. En otras palabras, habrá terremotos más intensos y más frecuentes. Eso es exactamente lo que está sucediendo hoy.
Otra razón por la que estas señales reciben poco respeto es porque la mayoría de los cristianos son tan racionalistas que realmente no creen en lo sobrenatural y, por lo tanto, les resulta difícil creer que Dios le habla al mundo a través de las señales de la naturaleza. Sin embargo, la Biblia enseña este principio de principio a fin.
Dios se ocupó del pecado del mundo mediante un gran diluvio en los días de Noé (Génesis 6). Llamó a la nación de Judá al arrepentimiento a través de una terrible invasión de langostas (Joel 1). De la misma manera, llamó a la nación de Israel a que se arrepintiera enviando sequía, tormentas de viento, moho, langostas, hambre y pestilencia (Amós 4:6–10). El profeta Hageo señaló una sequía como evidencia de que Dios estaba llamando al pueblo a poner sus prioridades en orden (Hageo 1:10–11).
El Nuevo Testamento comienza con una luz especial en los cielos marcando el nacimiento del Mesías (Mateo 2:2). El día que Jesús fue crucificado, hubo tres horas de oscuridad y un terremoto (Mateo 27:45–51). Cuando Jesús regrese, la tierra experimentará el terremoto más grande de su historia, ya que cada montaña será bajada, cada valle será alzado y cada isla se moverá (Ap. 16:17–21).
Dios siempre ha hablado a través de las señales de la naturaleza y continúa haciéndolo hoy. Será mejor que les prestemos mucha atención.
Las Señales de la Sociedad
Jesús dijo que la sociedad se volverá cada vez más anárquica e inmoral a medida que se acerque el tiempo de Su regreso. De hecho, dijo que se volvería tan malvada como en los días de Noé (Mateo 24:12, 37–39).
Pablo pinta un cuadro escalofriante de la sociedad de los últimos tiempos en 2 Timoteo 3:1–5. Dice que se caracterizará por tres amores — el amor a uno mismo (humanismo), el amor al dinero (materialismo) y el amor al placer (hedonismo). Luego señala que la recompensa de este estilo de vida carnal será lo que los filósofos llaman nihilismo — es decir, una sociedad sumida en la desesperación. La mente de los hombres se depravará (Romanos 1:28), y la gente llamará al mal bien y al bien mal (Isaías 5:20).
Estamos viendo estas profecías cumplidas ante nuestros ojos hoy, mientras vemos a nuestra sociedad rechazar su herencia cristiana y descender a un abismo infernal de anarquía, inmoralidad y desesperación. Peor aún, estamos exportando nuestro nihilismo a todo el mundo a través de nuestras películas y programas de televisión inmorales y violentos.
Las Señales Espirituales
Hay señales espirituales, tanto positivas como negativas, a las que debemos estar atentos. Los negativos incluyen la aparición de falsos Cristos y sus sectas (Mateo 24:5, 11, 24), la apostasía de la iglesia profesante (2 Tes. 2:3), un estallido del satanismo (1 Timoteo 4:1) y la persecución de los cristianos fieles (Mateo 24:9).
Estas señales espirituales negativas comenzaron a aparecer a mediados del siglo XIX, cuando comenzaron a formarse las sectas cristianas. Primero vinieron los mormones, luego los testigos de Jehová, y luego una gran variedad de grupos espiritistas como la Iglesia de la Cienciología de Cristo y la Iglesia de la Unidad.
La apostasía de las principales denominaciones cristianas comenzó en la década de 1920, cuando la Escuela Alemana de la Alta Crítica invadió los seminarios estadounidenses y socavó la autoridad de las Escrituras, enseñando que la Biblia es la búsqueda del hombre de Dios en lugar de la revelación de Dios al hombre.
Durante la década de 1960, el satanismo explotó en la escena estadounidense y, desde entonces, se ha exportado a todo el mundo a través de películas, libros y programas de televisión estadounidenses. Incursionar en lo oculto se ha convertido en algo común en la forma de astrología, numerología, observación de cristales, meditación trascendental y canalización. Toda la tendencia se ha consumado con la aparición del Movimiento de la Nueva Era, con su enseñanza de que el hombre es Dios.
A medida que la sociedad se ha secularizado, el verdadero cristianismo ha sido objeto de ataques cada vez mayores. Los valores judeocristianos, que alguna vez fueron la base de la civilización occidental, ahora son abiertamente burlados, y los que aún se adhieren a ellos son criticados como “fundamentalistas intolerantes” por los medios de comunicación.
Las señales espirituales positivas incluyen la proclamación del Evangelio a todo el mundo (Mateo 24:14), un gran derramamiento del Espíritu Santo (Joel 2:28–32), y la iluminación espiritual para comprender las profecías que han sido “selladas” hasta los tiempos del fin (Daniel 12:4, 9).
Al igual que con las señales negativas, estamos viendo estas señales positivas cumplidas en nuestro día y época. Mediante el uso de la tecnología moderna, el Evangelio se ha proclamado en todo el mundo en este siglo, y la Biblia se ha traducido a todos los idiomas principales.
También ha comenzado el gran derramamiento del tiempo del fin del Espíritu Santo, que fue profetizado por el profeta Joel. Joel lo llamó “la lluvia tardía” (Joel 2:23), y dijo que ocurriría después de que los judíos hubieran regresado a su tierra. El “Estado de Israel se restableció en 1948. En 1949, Dios ungió un ministerio que tendría un impacto mundial: el ministerio de Billy Graham. Luego, en la década de 1960, vino el Movimiento Carismático, que impulsó la renovación en la adoración y enfatizó la validez continua de los dones del Espíritu.
La aceleración en la comprensión de la profecía bíblica comenzó en 1970, con la publicación del libro de Hal Lindsey, The Late Great Planet Earth (La Agonía del Gran Planeta Tierra). Pareció abrir al entendimiento popular muchas profecías que habían sido “selladas” hasta los tiempos del fin (Daniel 12:4, 9). Sorprendentemente, se convirtió en el éxito de ventas número uno en el mundo, con la única excepción de la Biblia, ¡durante los próximos diez años!8
Lea la parte 2 aquí
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)