Ordenar Sus Prioridades
Poesía Apasionada
Es un tema que recorre la majestuosa poesía de David. En el Salmo 26:8 dice: “Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria”. ¿Puede decir eso? ¿Se encuentra anhelando durante la semana estar en la casa del Señor el domingo? ¿Tiene hambre de estar en Su presencia en adoración? ¿O asiste a la iglesia por sentido del deber? Y mientras está allí, ¿es un observador del reloj? ¿Su única preocupación es llegar a casa antes de que inicie el partido de futbol? En el Salmo 69:9, David dice: “me consumió el celo de tu casa”. La principal prioridad de David era Dios.
En el Salmo 63, David habla de su pasión por Dios con palabras que la gente no puede apreciar por completo, a menos que sepan algo sobre el clima y la topografía de Israel. Israel es una tierra árida donde el agua es uno de los bienes más preciados. Durante las dos breves temporadas de lluvias de la tierra, se hace todo lo posible por recolectar y conservar cada gota de agua en preparación para la larga estación seca, que generalmente se extiende por siete meses desde abril hasta octubre.
En Israel, el agua siempre está en la mente de uno. Esto era particularmente cierto en la vida de David, porque pasó muchos de sus primeros años escondiéndose de Saúl, y su escondite favorito estaba en el área del Mar Muerto, un lugar famoso por su escasez de agua potable.
Entonces, en el Salmo 63:1, para enfatizar su pasión por Dios, David escribe: “¡Oh Dios, Dios mío! ¡Cómo te busco! ¡Cómo tengo sed de ti en esta tierra reseca y fatigada donde no hay agua! ¡Cuánto anhelo encontrarte!”.2 David está diciendo que su pasión por Dios es tan grande como la de un hombre que anhela el agua en medio de un desierto.
Pasión Infecciosa
Cuando tiene un líder espiritual que está verdaderamente enamorado de Dios, su actitud será contagiosa. Ese fue el caso de David. Su pasión contagió a quienes lo rodeaban. Tomemos, por ejemplo, a su líder de adoración, Asaf. En el Salmo 73, Asaf expresa la misma pasión que su mentor: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. . .Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien” (Salmo 73:25–28).
Así como David infectó a Asaf, Asaf tuvo la misma influencia en los cantantes y músicos con los que trabajaba. El Salmo 42 fue escrito por los hijos de Coré, uno de los grupos corales de Asaf. ¡Es una prueba positiva de que un comité realmente puede producir algo inspirado! El salmo comienza con estas palabras: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama mi alma por ti, oh Dios, por el Dios vivo” (Salmo 42:1–2).
Imaginando la Escena
Cada vez que leo esas palabras, se forma una imagen vívida en mi mente. Recuerdo haber caminado en un bosque denso hace muchos años en las laderas de los Alpes en Austria. El bosque era tan denso que casi estaba oscuro al mediodía. Había poca vegetación en el suelo por falta de luz. Principalmente sólo había una gruesa capa de agujas de pino. Estaba tranquilo, mortalmente silencioso.
Me senté debajo de un árbol y comencé a orar, cuando de repente escuché un leve ruido. Miré por encima del hombro y vi un ciervo caminando por el bosque. Parecía no tener ninguna preocupación en el mundo.
Mientras observaba al ciervo, mi imaginación cobró vida. Empecé a imaginar lo que sucedería si el silencio del bosque fuera repentinamente violado por una fuerte explosión: un disparo. Podía imaginarme al ciervo herido y luego darse a la fuga, corriendo para salvar su vida. Podía imaginarme al ciervo corriendo hasta cubrirse de espuma, hasta que se queda sin aliento con cada paso. Me lo imaginaba corriendo hasta que lo supera una pasión mayor incluso que el miedo a la muerte: la pasión por el agua. “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, mi alma”. Esa era la intensidad de la pasión de David por Dios.
Humildad Apasionada
El Salmo 84 es otra de las composiciones de los hijos de Coré en la que proclaman la pasión de sus líderes espirituales, Asaf y David. El salmo comienza con ellos expresando, como David, su amor por la morada de Dios y su anhelo de estar en la presencia del Señor (Salmo 84:1–2). Luego resumen sus sentimientos en una declaración notable:
“Un solo día en tus atrios ¡es mejor que mil en cualquier otro lugar! Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena vida en la casa de los perversos” (Salmo 84:10).3
Están diciendo que preferirían servir como humildes porteros en la casa de Dios que vivir en esplendor en las mansiones de los malvados. Así es como lo expresa Eugene Peterson en su paráfrasis El Mensaje: “Pasar un día en Tu casa, este hermoso lugar de adoración, supera a los miles gastados en las playas de las islas griegas. Prefiero fregar pisos en la casa de mi Dios que ser honrado como invitado en el palacio del pecado”.4
Viviendo con Pasión
Una cosa importante a tener en cuenta sobre David es que no sólo expresó su pasión por Dios en sus poemas y cánticos, sino que también la vivió. Sí, hubo momentos en que apartó los ojos del Señor y sus prioridades se confundieron, pero siempre se apresuró a restaurarlas. Además, sus acciones espontáneas parecían siempre expresar la prioridad de Dios en su corazón.
Un buen ejemplo se encuentra en las prioridades que estableció cuando se convirtió en rey de todos los judíos, tanto de Israel como de Judá. No hizo lo que la mayoría de los reyes hubieran hecho. Su primera prioridad no era un censo, ni un impuesto ni una campaña militar. No, su primera prioridad era espiritual. Su deseo abrumador era restaurar a Dios como el punto focal de su nación. Su primera prioridad fue el avivamiento espiritual.
Su predecesor, el rey Saúl, había sido un rey apóstata que traficaba con el ocultismo. Había ignorado por completo el destino del objeto más sagrado de Israel, el Arca de la Alianza. El arca había sido capturada por los filisteos en la batalla de Ebenezer (1 Samuel 4:1–11). Cuando el Arca finalmente fue devuelta a Israel, terminó en una granja, en una aldea llamada Quiriat-jearim, ubicada a unas cinco millas al noroeste de Jerusalén. Este sitio estaba a sólo dos millas de Gabaón, donde el Tabernáculo de Moisés había sido reconstruido después de su destrucción en Silo por los filisteos, después de que ganaron la batalla de Ebenezer (2 Crónicas 1:13; Salmo 78:60).
Sin embargo, a pesar del hecho de que el Arca estaba a un tiro de piedra de su lugar de descanso apropiado en el Lugar Santísimo, a nadie en Israel le importó lo suficiente como para ponerla en su lugar apropiado. ¡El Arca permaneció olvidada en la casa de la granja durante 67 años! (Los 67 años fueron los últimos 20 años del mandato de Samuel como juez, los 40 años del reinado de Saúl y los primeros 7 años del reinado de David en Hebrón, antes de convertirse en rey de todo Israel y trasladar su trono a Jerusalén).
Pero David no se había olvidado del Arca. Cuando fue coronado rey de todo Israel, anunció que la primera prioridad de su administración sería proporcionar al Arca de Dios un lugar de descanso adecuado. Estaba ansioso por devolver el símbolo de la presencia de Dios a la vida central de la nación.
No sólo anunció que llevaría el Arca a la nueva ciudad capital de Jerusalén, sino que también hizo un voto que debe haber asombrado a su pueblo. Una vez más, fue un voto que demostró su pasión por Dios. ¡Juró que no dormiría en un edificio o en una cama hasta que se le hubiera proporcionado al Arca un lugar de descanso adecuado! (Salmo 132:1–5). Piense en eso: ¡un rey anunciando que iba a dormir afuera en el suelo hasta que toda la nación tuviera sus prioridades en orden!
Pasión Espontánea
Ahora bien, una cosa es expresar la pasión por Dios en la poesía y el canto, e incluso expresarla en los deberes oficiales; otra cosa es vivirlo en privado. Recuerde, cualquiera puede tener sus prioridades en orden cuando está en el centro de atención. La verdadera prueba llega en los momentos sin vigilancia. Este punto se resumió maravillosamente en una declaración que vi en un letrero en una escuela secundaria en Los Lunas, Nuevo México: “El verdadero carácter se revela en la oscuridad”.
Las Escrituras revelan que David vivió con una pasión en su corazón por Dios incluso en sus momentos más desprotegidos. Hay muchos ejemplos de esto en su vida, pero el que siempre me ha impactado más es el que no es muy conocido, aunque está registrado dos veces en las Escrituras (2 Samuel 23:13–17; 1 Crónicas 11:15–19).
El momento de la historia en la vida de David no está del todo claro. En 2 Samuel, la historia se cuenta después del registro de las últimas palabras de David en su lecho de muerte. La historia parece insertarse en este punto como un recuerdo cariñoso de un gran rey. En 1 Crónicas, la historia se inserta inmediatamente después de que David fuera coronado rey de todos los judíos. Pero parece ser un flashback de una época anterior, lo que demuestra tanto la lealtad de los “valientes” de David, como la pasión de David por Dios.
El escenario más probable es poco después de que David fuera coronado rey de Judá y comenzara su reinado en Hebrón, siete años antes de que se convirtiera en rey de todo Israel. Parece que antes de que pudiera formar su ejército y consolidar su poder, los filisteos atacaron y conquistaron su ciudad natal de Belén. David y sus “valientes” aparentemente huyeron a su antigua fortaleza en el Mar Muerto, donde a menudo se había escondido del rey Saúl.
Pasión por el Agua
Una noche, mientras estaban sentados alrededor de una fogata, David comenzó a pensar en el agua, que es una obsesión natural para cualquiera en ese terrible desierto. De repente, se puso nostálgico. “¿Saben lo que me gustaría ahora más que cualquier cosa que se me ocurra?”, preguntó. “Un trago del agua del pozo de mi ciudad natal de Belén”. Luego se estiró y bostezó, dio las buenas noches a sus guerreros y se arrastró de regreso a su cueva para irse a dormir.
Sus soldados se miraron y todos pensaron al mismo tiempo: “Si David quiere un trago del agua de Belén, ¡lo tendrá!”. Verán, David era un tipo simbólico del Mesías, y esos hombres lo amaban con la misma pasión que nosotros debemos amar a nuestro Salvador.
Hablaron de ello y tres de ellos decidieron ir a Belén a buscar un balde de agua para David. Esos tres valientes pasaron las siguientes horas de la noche caminando por el desierto hasta Belén. Luego, arriesgando sus vidas, se escabulleron entre los guardias filisteos apostados alrededor de la ciudad y sacaron un balde de agua del pozo. Luego, una vez más, se escabulleron a través de las líneas enemigas y caminaron de regreso a través del desierto hasta la fortaleza de David. No sólo fue una misión peligrosa, fue agotadora — como cualquiera sabe que alguna vez ha intentado llevar cinco galones de gasolina muy lejos.
Me los imagino llegando a primera hora de la mañana, cansados pero llenos de alegría. Tenían un regalo muy especial para su amado líder y apenas podían esperar a que él lo viera.
Colocaron el cubo justo afuera de su cueva y luego se sentaron en un semicírculo para esperar su aparición. Cuando el sol comenzó a salir sobre el Mar Muerto, escucharon a David moverse dentro de la cueva. Sus corazones comenzaron a latir con anticipación. Finalmente, David emergió, estirándose y frotándose el sueño de los ojos.
Una Sorpresa Apasionada
David miró al otro lado del Mar Muerto, viendo la primera luz del amanecer romper sobre las montañas del otro lado. Luego miró hacia abajo y vio a los tres hombres sentados delante él con sonrisas tontas en sus rostros.
“¿Qué pasa con ustedes?”, preguntó.
Uno de ellos habló y dijo: “Mira tus pies, David”.
David miró hacia abajo y vio el balde de agua. “¿Qué es esto?”.
Casi al unísono, los tres empezaron a exclamar con entusiasmo: “¡Es un balde de agua del pozo de Belén!”.
David estaba incrédulo. “¿Como puede ser?”, preguntó.
“Belén está ocupada por los filisteos”.
“Lo sabemos”, respondieron sus hombres. “Fuimos allí anoche y nos colamos a través de sus líneas de centinelas”.
“¿Quieren decir que arriesgaron su tu vida por esta agua?”, David preguntó con asombro.
Y luego, David espontáneamente hizo algo que impactaría las vidas de esos hombres mientras vivieran. Se agachó, tomó el balde de agua y dijo: “Esta agua es demasiado valiosa para beber. Sólo hay una cosa que se puede hacer con ella”. Luego, ante el asombro total de sus hombres, ¡David derramó el agua en el suelo como ofrenda al Señor!
¿Hay alguna duda de que Dios era la primera prioridad en el corazón de David? ¿Hay alguna duda de que vivió momento a momento para Dios? La Palabra dice: “Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). El corazón de David estaba lleno de Dios.
Autoexamen
¿Y usted? ¿Es Dios realmente el primero en su vida, por encima de todo? ¿Tiene pasión por Dios? ¿Anhela tener comunión con Él en Su Palabra, en oración y en adoración? ¿Pasa tiempo especial con Él todos los días? ¿Su corazón clama por el regreso de Su Hijo?
Si no es así, entonces ore a Dios para que le dé el corazón de David. Ore para que Él lo lleve a tener la misma pasión por la comunión con Él que tenía David. Pídale que le dé un apetito insaciable por Su Palabra, para que pueda ser atraído a una relación más íntima con Él. Pídale que diariamente le dé poder a través de Su Espíritu para mantener sus prioridades en el orden correcto.
Debido a que David tenía sus prioridades en orden, no temía las dos cosas que más teme la humanidad — la vida y la muerte. Dado que David estaba seguro de su relación con el Señor, podía hablar de afrontar los desafíos de la vida con confianza: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1).
Asimismo, podía mirar a la muerte a los ojos y no temblar. Hablando de la resurrección en uno de los pocos pasajes del Antiguo Testamento que se refieren a ella, David escribió: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová” (Salmo 27:13–14).
Lo desafío a que ponga sus prioridades en orden hoy, poniendo a Dios primero, la familia en segundo lugar y la carrera en tercer lugar. Y lo desafío a que confíe diariamente en el Espíritu Santo para ayudarlo a mantener sus prioridades en ese orden.
Lea la parte 1 aquí
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)