Dios Sigue Orquestando
Las crisis globales de nuestros días — los tambores de guerra, la falta de líderes confiables, el posible colapso de las economías nacionales, las controversias sobre las criptomonedas y la extralimitación del gobierno durante las pandemias sanitarias — pueden no tener sentido para usted y para mí. Pero tenga la seguridad de que sí lo tienen para Dios.
¿Qué quiero decir con eso? Isaías 46:9-10 dice: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, ni nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi plan permanecerá y haré todo lo que quiero”.
Sólo Dios conoce el futuro. Y el hecho de que el Dios de la Biblia nos diga lo que va a suceder antes de que suceda valida que Él existe, que sólo Él es Dios y que cumplirá todo lo que desea.
En este mundo sucio y desordenado, tú y yo necesitamos un buen lavado de cerebro: Necesitamos dejar que la Biblia entre y elimine toda la suciedad acumulada durante todo el día, y más aún de toda la vida. La Palabra de Dios limpia y endereza nuestro pensamiento.
Ya sea que no estés seguro de si Dios es real o si Él es digno de confianza, te prometo que esas seguridades vendrán a través de Su Palabra.
Si usted examina cuidadosamente las pruebas históricas con respecto a lo que dice la Biblia, se dará cuenta de que puede confiar en Dios para:
- Validar la Biblia
- Validar a Jesucristo
- Validar la identidad del Mesías
- Captar nuestra atención
Por Qué Debería Importarte
Cuando escuchas los mensajes que se enseñan en los últimos días, podría ser tentador adoptar una actitud que diga: “No se aplican a mí porque soy salvo. No estaré aquí después del Rapto para ver qué sucede durante la Tribulación”. Por favor, no dejes que ese tipo de pensamiento se apodere de ti.
En Mateo 24:4-8, Jesús respondió a las preguntas de sus discípulos sobre la señal de su venida y del fin de la era. Dijo:
“Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y a muchos engañarán. Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es sólo principio de dolores”.
Fíjate que en medio de toda esa calamidad y tristeza, Jesús dijo: “Mirad que no os turbéis”. Podrías suponer que estoy sugiriendo que pongas una cara feliz y tengas pensamientos positivos, y todo estará bien. No es así.
Aprecio cómo el difunto Dr. Ed Hindson puso en perspectiva la dificultad de los eventos proféticos cuando dijo: “La profecía bíblica no nos es dada para asustarnos, sino para prepararnos. No nos es dada para asustarnos, sino para invitarnos”.
¡Qué grandes palabras de aliento! Y creo que la profecía bíblica nos prepara con la invitación perfecta.
Jesús dijo: “Estas cosas [profecía dada de antemano] os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Jesús venció el pecado, la muerte y el infierno mismo para librarte de la ira de Dios Todopoderoso. La promesa del cielo y la vida eterna espera. Necesitas aguantar, y también lo hacen las personas que te rodean.
Vive tu Testimonio
Al igual que tú, tus vecinos, amigos y compañeros de trabajo están viendo cómo el mundo se desmorona a medida que la profecía se va cumpliendo, y probablemente estén asustados. Tienes que preguntarte, ¿a dónde van cuando las cosas se ponen difíciles y no tienen a dónde ni a nadie más a quien recurrir? ¿Prozac? ¿Smirnoff y Jack Daniels? ¿Entretenimiento? Si eso fuera todo lo que tuviera para sostenerme, también estaría preocupado.
Puedes usar los eventos de los últimos días como catalizador, para presentarte a los vecinos que aún no conoces. Llama a su puerta y dile: “Escuche, puede pensar que soy un lunático, pero quiero que sepa que soy un seguidor de Cristo. Y con todo lo que está sucediendo en este momento, estoy orando por los vecinos de nuestra calle. ¿Tiene alguna petición de oración?”.
Es dudoso que te echen del porche y te cierren la puerta en la cara. Probablemente dirán: “Sí, ¿sabes qué? Se avecinan despidos en mi empresa. No tenemos ahorros. ¿Puedes orar para que conserve mi trabajo para poder cuidar de mi familia?”. ¡Aprovecha ese momento! Haz una breve oración, di amén, y promete seguir orando.
En estos días de engaño, debemos buscar las oportunidades que Dios nos ha dado para compartir la verdad y el amor de Jesucristo. No permitamos que ninguna puerta abierta, literal o figuradamente, se desperdicie.
Lea la parte 1 aquí
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)