jueves, 27 de julio de 2023

Sois Salvos, Si Retenéis – 1 Corintios 15:1-2

Por Dr. Charlie C. Bing

Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano – 1 Corintios 15:1-2

Para muchas personas, este pasaje parece dar la salvación, y luego quitarla. Esto implica que el evangelio nos salvó, pero después no continúa salvándonos a menos que lo “retengamos”. Algunos usan este pasaje para decir que los creyentes pueden perder su salvación. Otros dicen que muestra que algunos que son considerados creyentes resultan ser falsos creyentes porque ellos no se mantuvieron en el evangelio. Ninguno de estos puntos de vista satisface los detalles del pasaje en su contexto. 

Lo que Pasó, Está Pasando, Podría Pasar

Aunque algunos en la iglesia de Corinto estaban empezando a negar la resurrección de Cristo, por el pasaje es muy claro que el apóstol Pablo está seguro acerca de su posición: habían “recibido” y “creído” el evangelio que les había predicado (el tiempo pasado denota una acción completada) y ahora “perseveran” en ese evangelio (el tiempo perfecto denota una acción en el pasado con resultados continuos). Su perseverancia se refiere a su justificación posicional, que no se cuestiona y fue afirmada anteriormente: “ya habéis sido justificados” (1 Co. 6:11). No hay duda de que la carta Pablo se dirige a los corintios como creyentes genuinos (vea 1 Co. 1:2, 4, 9; 3:16; 4:14; 6:15, 19-20; 11:1; 12:13). Sin embargo, el tiempo presente “sois salvos”, claramente depende de la condición “si retenéis la palabra”, que se refiere al evangelio. ¿Significa esto que los lectores pueden perder su salvación o prueba que nunca fueron verdaderamente salvos si no “retenéis”?

Están Siendo Salvados

El punto de vista de que Pablo les está diciendo a los lectores que pueden perder su salvación o refutar su salvación proviene de definir rígidamente “sois salvos” como salvación del infierno. La definición básica de “salvo” es librado o preservado, y se usa en la Biblia para la liberación de varias cosas (enfermedad, muerte, enemigos, peligro, pecado). Esto requiere que nos preguntemos: “¿Librados de qué?”. Como muestra la carta a los corintios, estos creyentes tenían muchos problemas de pecados de los que ellos necesitaban ser librados.

La secuencia de pensamiento es importante: Pablo predicó el evangelio, los corintios lo recibieron, y ahora perseveran en él. Lo que les falta es experimentar la salvación en un sentido continuo, por eso Pablo usa el tiempo presente “sois [estáis siendo] salvos”. Si Pablo estuviera hablando del infierno, habría hablado con más naturalidad de su salvación final: “seréis salvos”.

Si Retenéis

La experiencia de la liberación continua del pecado en la vida del creyente tiene una condición: Uno debe “retener” el evangelio. Esto no es un logro asumido o una condición hipotética, sino algo real (la condición de primera clase del griego no justifica la traducción de “si” como “dado que”). El verbo para “retenéis” (katecho) se usa en el Nuevo Testamento en relación con la experiencia de la santificación del cristiano (vea Lc. 8:15; 1 Tes. 5:21; He. 10:23). Pablo está diciendo que los corintios deben continuar siguiendo la verdad del evangelio que aprendieron para poder experimentar sus efectos santificadores. Ésta no es una condición para la salvación eterna, sino una condición muy real de la santificación. Por lo tanto, es posible que los creyentes no retengan el evangelio. El Nuevo Testamento muestra que los creyentes pueden no perseverar o no retener la verdad (1 Ti. 5:14-15; 6:20-21; 2 Ti. 1:5; 2:17-18, 24-26; 4:9-10, 14-16).

El Evangelio y sus Resultados

Basándose en el evangelio que les predicó y recibieron (creyeron), Pablo puede decir que los corintios “perseveran” en su salvación. Su posición es segura, sin embargo su experiencia de ser librados (salvos) por la provisión del mismo evangelio depende de su firmeza a su verdad. Por eso es que Pablo les recuerda el evangelio que les ha predicado en los versos 3-4: “Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”. Es el mismo evangelio que él había “recibido” al principio de su ministerio (Gá. 1:11-12; 2:16), “predicado” en su primera visita (Hch. 18:1-8), y explicado anteriormente en la epístola (1 Co. 1:17-21; 2:5).

Entonces, la palabra salvo se está usando para describir la experiencia de vivir las verdades del evangelio que se centran en la muerte y resurrección de Jesucristo. La muerte y resurrección de Jesucristo no es sólo la base de la salvación de uno del infierno, también es la base de la identidad de uno, y la experiencia como cristiano. En Romanos 6:2-5, Pablo enseña que la unión del creyente con Cristo es la base para una vida de victoria sobre el pecado. Como Cristo murió y resucitó, así también aquellos que están en Él han muerto al pecado y han resucitado con Él para andar en una nueva vida.

Nadie puede ser librado del pecado a menos que continúe identificándose con la muerte y resurrección de Cristo enseñada en el evangelio. Esto es lo que Pablo quiere decir con “si retenéis la palabra que os he predicado”. Cualquier defecto en el evangelio, o en nuestra identificación con Cristo en Su muerte y resurrección, dará como resultado una experiencia cristiana defectuosa. En otras palabras, si los corintios no continúan reteniendo el evangelio que Pablo predicó, habrían “creído en vano”, porque su fe inicial en el evangelio no produciría una experiencia santificadora en ellos, que es uno de los resultados esperados. El término “en vano” significa de balde. Se usa en el Nuevo Testamento para describir algo que no alcanza su objetivo esperado; nunca se usa para cuestionar la realidad de la acción relacionada con él (por ejemplo, vea 1 Co. 15:10, 58). Si los corintios niegan la resurrección de Cristo, no pueden ser librados de una vida pecaminosa, lo que hace que su fe inicial en el evangelio no alcance el resultado deseado de su santificación.

Conclusión

No es de extrañar que Pablo haga del evangelio su prioridad: “Primeramente os he enseñado” (1 Co. 15:3; algunas versiones lo traducen como “lo más importante). Tenemos que entender bien el evangelio para ser salvos (del infierno), pero también debemos entender bien el evangelio para seguir siendo salvos (del pecado). La liberación que Dios quiere para nosotros no es sólo del castigo del pecado (nuestra justificación), sino también del poder del pecado (nuestra santificación) y de la presencia del pecado (nuestra glorificación). Como cristianos, es crucial que entendamos qué significa estar unidos con Jesucristo en Su muerte y resurrección. Si mantenemos el evangelio recto, nuestro andar también lo será. El evangelio que inicialmente nos salva es el mismo evangelio que continúa salvándonos y el evangelio que nos mantiene salvos y el evangelio que finalmente nos salva – ¡y todo es por la gracia de Dios!

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Fuente: 

Recurso recomendado:    

martes, 25 de julio de 2023

Del Editor: La Señal de los Tiempos del Fin de la Política Mundial

Director y Evangelista Sénior 
Ministerio Cordero y León

Arquímedes dijo: “Dadme un punto de apoyo, y una palanca lo suficientemente larga, y moveré el mundo”.

Lo que postuló como una ley matemática de la física se ha convertido en el sueño megalómano de la humanidad: Dame suficiente poder — concentrado en tiempo y lugar — y gobernaré el mundo. Los reyes y gobernantes han variado desde los relativamente benévolos hasta los absolutamente despóticos. Incluso hoy, ese espectro se manifiesta entre las naciones del mundo.

Para los griegos, la “política” describía los asuntos de las ciudades. El Antiguo Testamento habla de reyes que gobernaron sobre ciudades individuales en Canaán. Más tarde, Dios les dio a los israelitas un rey siguiendo su clamor de “ser como todas las demás naciones”. Advirtió que, incluso los gobernantes más benignos, todavía tomarían parte de su generosidad y algunas de sus libertades.

Hoy en día, hay una demanda renovada de poder gubernamental en constante expansión. El reclamo, “¡debería haber una ley!”, conduce a una expectativa insidiosa de soluciones gubernamentales para cada problema — real o percibido. Esto, por supuesto, juega con las maquinaciones de nuestro gran adversario, que se convierte en un gobernante preferible al Dios Todopoderoso.

Eso no quiere decir que el gobierno en sí mismo sea malo. Así como Dios instituyó la familia como el bloque básico de la sociedad, ordenó al gobierno para mantener el orden, alentar los bienes sociales y castigar los errores inevitables. Dentro de sus límites apropiados, el gobierno es un agente para el bien.

Pero Satanás ha incitado a la humanidad a ejercer poderes y políticas que rechazan las leyes de Dios y usurpan Su autoridad. Desde Babel, el resultado ha sido desilusión, fracaso y angustia.

La Palabra de Dios nos dice que las naciones del mundo se alinearán de una manera particular en los Tiempos del Fin. Los aspirantes a elitistas globales tratarán de manipular a las naciones como piezas en un tablero de ajedrez. El remolino de la política mundial es otra señal de que estamos viviendo en la temporada del regreso del Señor.

¡Pero el Rey de reyes tiene la movida final!

Mientras los cristianos observamos las señales de la política mundial que se desarrollan a nuestro alrededor, consuélense sabiendo que ni el elefante ni el burro [símbolos de los partidos Republicano y Demócrata de EE.UU., respectivamente; traductor] prevalecerán al final. El Cordero que fue inmolado regresará como un León rugiente para establecer Su propio Reino justo en la tierra.

¡Espero con ansias esa Monarquía gloriosa y benevolente!

Tim Moore

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Libro: Los Nuevos Cielos y Tierra (Amazon)

¿Recreación o Renovación?

Por Lee W. Brainard

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Una de las profecías más impresionantes de la Biblia es la promesa de los cielos nuevos y la tierra nueva. En ese glorioso día, se desharán los efectos generalizados de la caída y la maldición. El hombre experimentará una bendición ininterrumpida y utópica en su hogar eterno.

Pero, ¿cómo surgirán los cielos nuevos y la tierra nueva? ¿Dejarán de existir los cielos y la tierra actuales y serán reemplazados por una segunda creación ex nihilo, como insisten muchos maestros de la Biblia? ¿O la tierra actual será restaurada por terremoto y fuego del cielo, así como la última tierra fue restaurada por el diluvio?

En este volumen presento varios argumentos — como el precedente histórico, el carácter de Dios, la eternidad de la tierra y la naturaleza eterna del reino establecido en la segunda venida — que se combinan para presentar un caso formidable de que los cielos nuevos y la tierra nueva serán los cielos y la tierra actuales restaurados.

Nota: El Señor me concedió el privilegio de traducir al español este interesante y revelador libro.

Lea también:

Prólogo, por Pete García

Introducción

El autor, Lee Brainard, es un experto autodidacta en textos griegos y hebreos antiguos. Comparte ideas sobre doctrina, discernimiento y devoción” a través de su sitio web en soothkeep.info. Lee demuestra que los tesoros pueden ser desenterrados a través del estudio y el trabajo duro, y a través de una pasión por la Palabra de Dios.

lunes, 24 de julio de 2023

Libro: Las PROFECÍAS de las GUERRAS FUTURAS – Capítulo 1

 Por Qué la Profecía Bíblica es Importante

Por Bill Salus

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Este capítulo inicial explicará qué es la profecía bíblica y por qué es críticamente importante que todos la aprendan. En realidad, fue una profecía la que salvó a la humanidad de la extinción. 

Como se cuenta la historia en Génesis 6:13-22, a Noé se le dio una profecía de que se avecinaban fuertes lluvias. Estas aguas estaban destinadas a inundar la tierra, y todos los pueblos y animales vivos en ese momento se ahogarían. En el momento en que se emitió la profecía, a Noé se le dio un medio para sobrevivir. Se le instruyó que construyera un arca que medía aproximadamente quinientos pies de largo. Teniendo en cuenta que la longitud de un campo de fútbol típico es de cien yardas, que son sólo trescientos pies, ésta fue una tarea enorme. 

Noé construyó el Arca, y de acuerdo con Génesis 7:7, él y su esposa y sus tres hijos y tres nueras fueron las únicas personas que entraron en ella. Génesis 7:17-23 informa que el diluvio duró cuarenta días y que Noé y su familia fueron los únicos humanos que sobrevivieron. 

Génesis 9:1 dice: “Y Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra”. Génesis 10 da las identidades de las antiguas naciones que descendieron de los lomos de Noé. Varios milenios después, todos nacimos a través de estos antepasados.

Este relato histórico proporciona un ejemplo perfecto de por qué la profecía bíblica es importante. Si Noé no hubiera sabido de antemano acerca del diluvio y hecho los preparativos necesarios para sobrevivir, ¡tú y yo no existiríamos!

¿Qué tan Importante es la Profecía Bíblica?

Según “La Enciclopedia de la Profecía Bíblica”, de J. Barton Payne, hay 1,239 profecías en el Antiguo Testamento y 578 profecías en el Nuevo Testamento, para un total de 1,817. Estas profecías están contenidas en 8,352 de los versículos de la Biblia. Dado que hay 31,124 versículos en la Biblia, los 8,352 versículos que contienen profecía constituyen el 26.8% del volumen de la Biblia.1

Algunas estimaciones más altas sugieren que alrededor de un tercio, aproximadamente 10,000 versículos, están dedicados a la profecía. Con tantos pasajes de profecía escritos en los pergaminos sagrados, obviamente el Dios de la Biblia considera que este temes importante. He aquí por qué.

La profecía bíblica es información predictiva invaluable externalizada por parte de un Dios amoroso, con una precisión del 100%, que tiene la intención de:

  • Autenticar la soberanía de Dios.
  • Equipar a los seguidores de Dios para los días en que viven.
  • Salvar vidas.
  • Salvar almas.

Autenticar la soberanía de Dios – Isaías 46:9-10, que fue citado en la introducción, declara que sólo Dios puede predecir el futuro con 100% de precisión. La capacidad del Señor para declarar el fin desde el principio es una de Sus marcas registradas, que lo distingue de todos los dioses falsos. Cuando una antigua predicción bíblica encuentra un cumplimiento futuro, el Señor puede decir justificadamente: “Se los dije de antemano”.  

Equipar a los seguidores de Dios para los días en que viven – El Señor quiere informarnos del futuro porque quiere equiparnos para los obstáculos que nos esperan. Equipar a alguien es prepararlo para una actividad o problema en particular. También significa proporcionarles los materiales o suministros necesarios que necesitan para hacer frente a esa actividad o problema.

Salvar vidas – El Señor nos informa del futuro para protegernos. Dios desea que nadie perezca, sino que todos tengan vida abundante en la tierra y vida eterna después. A continuación se presentan algunos pasajes que apoyan esta afirmación.

“Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito [Jesucristo], para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16; énfasis añadido).

“Yo [Jesucristo] he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10; énfasis añadido)

“Y ahora [yo, Jesucristo] os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Juan 14:29; énfasis añadido).

La historia de Noé es un excelente ejemplo de cómo la profecía puede salvar vidas. Otro buen ejemplo está inscrito en Génesis capítulo 41, que trata de José. Dios le advirtió con anticipación que Egipto iba a experimentar una hambruna devastadora. 

“He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra” (Génesis 49:29-30).

Génesis 41:47-49 informa que José sabiamente reunió y almacenó suficientes suministros durante los siete años de gran abundancia, para que los egipcios sobrevivieran los siete años de hambruna severa.

Salvar almas – El hecho de que el Señor comparta, en lugar de mantener en secreto, Su presciencia del futuro a través de profecías bíblicas, puede hacer que alguien se encariñe con Él. ¡Yo lo hice! Me convertí en creyente al aprender acerca de las profecías bíblicas. 

Esto sucedió en 1990, mientras asistía a un estudio bíblico sobre el libro de Apocalipsis que fue enseñado por el difunto Dr. Chuck Missler (28 de mayo de 1934 - 1 de mayo de 2018). Sus lecciones incorporaban muchas profecías bíblicas cumplidas en el pasado. Investigué los relatos históricos y descubrí que se alineaban perfectamente con sus profecías relacionadas. Esto me impresionó y aumentó mi anhelo de conocer al único Dios que podía predecir con precisión el futuro. 

Apocalipsis 19:10 dice: “Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. La profecía bíblica puede y ha llevado a las personas al Señor, porque testifica de Jesucristo, quien es el medio exclusivo de salvación. Aludiendo al nombre de Jesucristo, Hechos 4:12 dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

La profecía puede ser predicada junto con el evangelio como una herramienta evangélica.

“Toda la Escritura [incluidas las profecías bíblicas] es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16; énfasis añadido).

Conclusión

El profético “antes de juzgar, hay que probar”, para acuñar un viejo adagio, es que la Biblia está llena de información predictiva, lo que significa que al menos el Señor considera que la profecía es importante. Pero, ¿por qué Dios estaría enamorado de su capacidad para predecir el futuro? ¿Está el Señor tratando de impresionarse a sí mismo con esta capacidad exclusiva? No lo creo.

La capacidad del Señor para conocer el futuro evidencia que Él no es alguien con demasiado tiempo en Sus manos, sino que Él tiene todo el tiempo en Sus manos. Además, Dios no nos da la profecía para impresionarnos, sino para informarnos. Esto se debe a que Él se preocupa por nosotros. Cuando el Señor incluyó profecías con la Biblia, Él no estaba PRESUMIENDO, Él estaba APARECIENDO de una manera única e innegable. 

La profecía bíblica es la manera en que el Señor nos hace saber cuánto nos ama.

Nota: A partir del capítulo 2, este libro estará disponible exclusivamente para nuestros colaboradores. Si desea apoyar la labor que estoy llevando a cabo, visite las secciones Programa de Colaboradores del Ministerio En Defensa de la Fe y Donativos, para conocer como podrá hacerlo.

Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83: The Missing Prophecy y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com

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Revista Llamada de Medianoche – Julio 2023

Una Iglesia Inquebrantable

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Temas incluidos en esta edición:

»» Pasado y futuro de Israel
»» Israel contra Irán, otro frente completamente distinto
»» El antisemitismo sigue aumentando
»» ¿Qué opinamos respecto al apoyo cristiano a Israel?
»» El amor y lo que cesará

Entre otros.

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