La Evidencia del Nacimiento Virginal
La Anunciación
Regresemos ahora a las Escrituras y continuemos con la historia de la natividad, mediante la lectura de Lucas 1, comenzando con el versículo 26 — una vez más, usando el Nuevo Testamento Judío.
26 En el sexto mes, el angel Gabri’el fue enviado por Dios a una ciudad en el Galil llamada Natzeret,
27 a una virgen comprometida en matrimonio con un hombre llamado Yosef, de la casa de David. El nombre de la virgen era Miryam.
28 Acercándose a ella, el ángel le dijo: “¡Shalom, mujer favorecida! ¡ADONÁI está contigo!”.
29 Ella se sintió profundamente turbada por sus palabras y se preguntó qué clase de saludo podía ser ese.
30 El ángel le dijo: “No temas, Miryam, porque has hallado gracia con Dios.
31 ¡Mira! Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, al que deberás poner por nombre Yeshúa.
32 Él será grande, será llamado Hijo de HaElyon. ADONÁI, Dios le entregará el trono de su antepasado David;
33 y él gobernará la casa de Ya’akov para siempre, no habrá fin a su Reino”.
Hagamos una pausa por un momento porque quiero recordarles un hecho muy importante: la persona que escribió estos versículos fue un hombre llamado Lucas, quien era un médico. Esto es importante porque nos da más información acerca del nacimiento virginal que todo el resto de los escritores del Evangelio combinados.
Y no creo que haya sido un accidente. Piénselo — ¡Dios usó a un médico, un hombre de ciencia, para darnos los hechos detallados acerca del nacimiento virginal! Y creo que Dios hizo esto a propósito para que nadie pudiera descartar legítimamente la historia como las imaginaciones mitológicas de una persona ignorante y supersticiosa. ¡El testigo más importante del nacimiento virginal es un doctor!
Costumbres Nupciales del Primer Siglo
Otra cosa que debemos tener en cuenta al considerar estos versículos de Lucas es que en esa época, no había bodas a la fuerza — ¡simplemente no existían!
Se negociaba y firmaba un contrato de matrimonio formal, llamado Ketubah, en cuyo momento se consideraba que la pareja estaba casada, pero el matrimonio no se consumaba hasta después de un período de espera de 9 meses a un año. Durante ese tiempo, el esposo preparaba una casa para que vivieran y la esposa demostraba su fidelidad.
Y si la mujer quedaba embarazada durante ese tiempo, era un asunto muy serio. Significaba que sería apedreada a muerte por infidelidad o humillada por un decreto de divorcio. Así pues, el anuncio de Gabriel de que María iba a quedar embarazada durante ese período de espera, tenía grandes consecuencias, por decir lo menos.
La Respuesta de María
Consideremos la respuesta de María al anuncio de Gabriel:
34 “¿Cómo podrá ser esto”, le preguntó Miryam al ángel, “puesto que soy virgen?”.
35 El ángel le constestó: “El Ruach HaKodesh [el Espíritu Santo] vendrá sobre ti, el poder de HaElyon [el Altísimo] te cubrirá. Por lo tanto el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.
36 ¡Tú tienes un familiar, Elisheva, que es una mujer anciana y todo el mundo dice que ella es estéril, pero ha concebido un hijo y está embarazada de seis meses!
37 Porque para Dios nada es imposible”.
38 Miryam dijo: “Yo soy la sierva de ADONÁI, hágase en mí como tú has dicho”.
Ahora, lo primero que debemos notar acerca de la respuesta de María es que, aunque probablemente no tenía más de 14 años, no era una niña ingenua. Ella sabía lo que se necesitaba para tener un bebé, y por eso inmediatamente proclamó, “¿Cómo podrá ser esto puesto que soy virgen?”. Gabriel responde diciéndole que la concepción será milagrosa por el poder del Espíritu Santo.
Dudo que María tuviera alguna idea de lo que eso significaba — tal como no podemos comprenderlo completamente hoy — sin embargo, sabiendo que eso complicaría enormemente su vida y su relación con José, ella respondió, “Yo soy la sierva de ADONÁI, hágase en mí como tú has dicho”. Ésa, mis amigos, fue una declaración de fe increíblemente valiente.
La Inocencia de María
Pero la respuesta de María no es la única evidencia de su inocencia. Evidencia adicional puede encontrarse en el relato de Lucas. Sigamos leyendo:
39 Sin demora alguna, Miryam se puso en camino y se fue a la ciudad en la región montañosa de Y’hudad
40 donde Zacarías vivía, entró a su casa y saludó a Elisheva.
41 Cuando Elisheva oyó el saludo de Miryam, el bebé en su seno se movió. Elisheva fue llena del Ruach HaKodesh
42 y habló a gran voz: “¡Cuán bendita eres entre las mujeres! ¡Y qué bendito es el niño en tu seno!
43 ¿Pero quién soy yo como para que la madre de mi Señor venga a mí?
44 ¡Porque tan pronto como llegó a mis oídos el sonido de tu saludo, el bebé en mi seno saltó de gozo!
45 Bendita seas por haber confiado en que la promesa que te ha hecho ADONÁI se cumplirá en ti”.
Observe que la inocencia de María se atestigua una y otra vez en estos versículos particulares. Por ejemplo, lo primero que nos dicen es que María corrió a una pariente, Elizabeth, para compartir con ella las buenas noticias de su embarazo. Déjeme preguntarle, ¿cuántas chicas solteras embarazadas ha visto comportarse de esa manera? Normalmente se sienten abrumadas por la vergüenza, ¡y las últimas personas que quieren que sepan acerca de su situación son sus parientes!
¡Y su inocencia se ve confirmada por el hecho de que escogió a una familia sacerdotal para compartir la noticia! La importancia de esto es que el esposo de Elizabeth, Zacarías, era un sacerdote. Si María estaba embarazada por fornicación, habría sido responsabilidad de Zacarías reportarla y hacer que ella fuera juzgada y lapidada.
Creo que la inocencia de María también se confirma por la reacción de Elizabeth cuando ella exclamó, “¡Cuán bendita eres entre las mujeres! ¡Y qué bendito es el niño en tu seno!”. ¡Lo hizo antes de que María pudiera siquiera decirle el propósito de su visita!
El pasaje dice que lo hizo bajo la unción del Espíritu Santo. En otras palabras, a Elizabeth le fue dada una palabra de conocimiento sobrenatural, y esto debió haber servido como confirmación a María del mensaje que Gabriel le había dado.
Y otra confirmación es proporcionada por Juan el Bautista, quien en ese momento aún estaba en el vientre de su madre, Elizabeth. Él comenzó a saltar con alegría en el vientre de su madre, cuando María llegó, ¡porque sintió la presencia del Mesías!
El Cántico de María
Continuemos con nuestra búsqueda de evidencia de la inocencia de María. La siguiente pieza de evidencia se encuentra en un hermoso cántico que María le canta a Elizabeth:
46 Luego Miryam dijo: “Mi alma enaltece a ADONÁI
47 y mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador,
48 que se ha fijado en su sierva en su humilde posición. ¡Porque, imagínate! ¡Desde ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita!
49 El Todopoderoso ha hecho grandes cosas conmigo. Su nombre es realmente santo
50 y en cada generación él tiene misericordia de aquellos que le temen”.
Le pregunto, ¿qué chica soltera embarazada se ha comportado de esta manera, entonando cánticos de alabanza a Dios delante de sus familiares? ¡El comportamiento de María es el comportamiento de la inocencia!
La Respuesta de José
Y su inocencia es confirmada también por lo que Mateo nos dice acerca del comportamiento de su esposo, José. Mateo dice que, debido a que José era un hombre justo, al principio quería divorciarse de María discretamente, pero luego cambió de opinión y decidió seguir adelante con el matrimonio porque un ángel se le apareció y le aseguró la inocencia de María (Mateo 1:18-23).
Mateo deja en claro que la respuesta inicial de José a la noticia del embarazo de María fue de conmoción. Claramente era una parte inocente. Y su disposición a continuar con el matrimonio demostró que fue convencido por la visita del ángel de que María, también, era completamente inocente.
Las Objeciones del Mundo
Sin embargo, el mundo, incluyendo a algunos líderes cristianos profesantes, grita, “¡Tonterías!”.
“¡Es científicamente imposible!”, dicen. Bueno, ¡por supuesto que lo es! Pero la concepción de Jesús fue un milagro de Dios realizado por Aquél que creó el universo entero por medio de Su palabra. Como Gabriel le dijo a María: “Para Dios no hay nada imposible”.
Los críticos responden, “Pero se menciona sólo en Mateo y Lucas. No se menciona en los Evangelios de Marcos y Juan, ni se menciona en las epístolas de Pablo, Pedro y Juan”. Mi respuesta es pregunta, “¿Cuántas veces debe Dios decir algo para que sea verdadero?”. Una es suficiente para mí.
Se indica específicamente en dos Evangelios, y es mencionado indirectamente por Pablo en Gálatas 4:4, donde se refiere a Jesús habiendo “nacido de mujer”, la cual era una declaración muy pintoresca en una cultura masculina dominante.
Los críticos responden afirmando que los cristianos primitivos simplemente trataron de deificar a Jesús, al relacionar su nacimiento con mitos paganos de grandes personas, como Alejandro Magno — personas que supuestamente nacieron de la unión entre un dios y una mujer terrenal. Pero todos esos mitos crudamente representaban a los dioses viniendo a la tierra y teniendo relaciones sexuales con mujeres.
La idea de que los judíos ortodoxos del primer siglo trataran de deificar a su Mesías, aplicándole mitos paganos es absurda. Igualmente de absurdo es creer que ellos dedicarían sus vidas a un mito y que estarían dispuestos a morir por él.
El último suspiro de los críticos es su opinión de que un nacimiento virginal no se anticipaba en ninguna parte de las Escrituras hebreas y, por lo tanto, tenía que ser un mito que fue conjurado por gente ignorante y supersticiosa.
Pero esto ignora el hecho de que los dos escritores que mencionan el nacimiento virginal eran hombres educados — Mateo, el ex recaudador de impuestos romanos, y Lucas, un médico.
El argumento también ignora el hecho de que el nacimiento virginal del Mesías fue definitivamente anticipado en la profecía bíblica.
La Profecía Bíblica
En los albores de la historia, en el Jardín del Edén, cuando Adán y Eva pecaron, Dios les prometió que algún día se reconciliarían con Él a través de “la simiente de la mujer”. Esa declaración claramente implica un Mesías que nacería de una virgen. Puede encontrar esa declaración en Génesis 3:15 —
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Miles de años después, el profeta Isaías declaró específicamente que el Mesías nacería de una virgen. En Isaías 7:14, encontramos estas palabras: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.
Algunos teólogos liberales argumentan que la palabra hebrea para virgen utilizada en este pasaje también puede significar “señorita”, pero pasan por alto dos hechos:
1) Cuando la Biblia hebrea fue traducida al griego cerca de 280 años antes de Jesús, lo que produjo lo que se llama La Septuaginta, los 70 sabios judíos que hicieron la traducción usaron una palabra griega en este pasaje que sólo puede significar virgen, porque ésa fue su interpretación del significado del pasaje.
2) Y esa palabra, parthenos, es la palabra que Mateo usó en su Evangelio, al citar la profecía. De nuevo, ésta sólo puede significar virgen.
Fe Basada en la Evidencia
Como hemos visto, las Escrituras están llenas de evidencia sólida del nacimiento virginal. Y, sin embargo, no prueban el nacimiento virginal, debido a que el nacimiento virginal, como la deidad de Jesús y Su resurrección, básicamente debe ser aceptado por fe.
Pero, no estamos llamados a ejercer una fe ciega. Se nos da evidencia sustancia sobre la cual podemos basar nuestra fe.
Sin embargo, el mundo aún grita: “¡Es imposible!”.
En respuesta, necesitamos tener en cuenta las palabras que el ángel Gabriel habló a María. Él dijo: “No hay nada imposible para Dios”.
Lo que el mundo necesita tan desesperadamente hoy es la sencilla fe infantil de María cuando dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”.
Reflexiones Sobre María
En ese sentido, me gustaría añadir unas palabras sobre María. En la tradición protestante, ha sido ignorada casi por completo, principalmente debido al hecho de que los católicos le han prestado tanta atención.
Ahora bien, ella ciertamente no debe ser elevada al estatus de un dios, como algunos lo han hecho, pero merece nuestra atención. Por un lado, la mayoría de la gente no parece darse cuenta del hecho de que probablemente tenía sólo unos 14 años cuando fue visitada por el ángel Gabriel. Esa era la edad del matrimonio en Israel en ese momento, como todavía lo es en gran parte de esa parte del mundo.
Entonces, estamos hablando aquí de una adolescente que es un modelo de fe, pureza y devoción a Dios. Y una de las claves de su carácter se revela en el cántico de regocijo que entonó cuando quedó embarazada del niño Jesús. Esa canción, registrada en Lucas 1, revela que ella estaba inmersa en las Escrituras. Obviamente había nacido en una familia justa, donde se le había enseñado la Palabra de Dios desde la infancia.
Sin embargo, las Escrituras también revelan que ella era una pecadora que necesitaba un Salvador, al igual que todos nosotros. Ella comenzó su cántico de regocijo declarando: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lucas 1:47).
Y como María, todos nosotros hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Todos necesitamos un Salvador.
Lea la parte 1 aquí
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)