Discerniendo las Señales de los Tiempos
En el Congreso, 4 de julio de 1776
La declaración unánime de los trece Estados unidos de América:
Cuando en el curso de los acontecimientos humanos, se hace necesario que un pueblo disuelva los vínculos políticos que lo han conectado con otro, y asuma entre las naciones de la tierra, la posición separada e igual a la que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho ...
Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales, que están dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad…
Esas palabras una vez describieron un respeto occidental y una comprensión de todo el orden natural. La naturaleza existe — y nos movemos en un orden creado — pero sobre todo lo que vemos y observamos está Dios.
Él no puede ser visto. Ningún instrumento puede medirlo o comprender Sus proporciones. Ninguna mente mortal o inteligencia artificial puede comprender Sus caminos o sondear Sus pensamientos.
Por el poder de Su Palabra — hablada como se revela en Génesis 1 — comenzó el cosmos. Se cree que el universo observable, más expansivo de lo que la mente del hombre puede captar, es sólo una pequeña fracción de lo que realmente existe más allá de los confines de nuestro propio rincón del espacio.
Es apropiado y saludable para nosotros considerar por un momento la inmensidad de la creación de Dios antes de volver nuestra mirada hacia Su criatura más elevada.
Danos una Señal
Cuando Jesús estaba ministrando en la tierra, los escribas, fariseos y saduceos con frecuencia le exigían que les mostrara una señal (Mateo 12:38, 16:1; Marcos 8:11; Lucas 11:16; Juan 2:18). Fueron tan lejos como para preguntar: “¿Qué, pues, haces como señal, para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra haces?”.
La narración en Juan sigue inmediatamente a Jesús alimentando a miles de personas, multiplicando cinco panes de cebada y dos peces. Mateo registra esta audaz demanda después de múltiples milagros de sanidad y otro milagro de alimentación. Jesús estaba claramente exasperado porque los supuestos líderes religiosos podían discernir señales del clima y, sin embargo, no podían discernir las señales de los tiempos (Mateo 16:1-4).
Su negativa a reconocer la multitud de señales que Jesús realizó reflejaba dureza de corazón en lugar de incapacidad para ver. Jesús afirmó correctamente en una parábola que los duros de corazón no serán “persuadidos aunque alguien resucite de entre los muertos” (Lucas 16:31). El punto de Jesús fue remachado dramáticamente en Juan 11 y 12. Después de que resucitó a Lázaro de entre los muertos, los fariseos finalmente admitieron que estaba realizando “muchas señales” (Juan 11:47).
Pero, en lugar de reconocer en su corazón la clara autoridad de Jesús para hacer maravillas y dar señales, los principales sacerdotes resolvieron matar a Jesús y a Lázaro también (Juan 11:43, 12:9-11).
¿Cuál es el valor de una señal que no será vista ni creída? La incredulidad deliberada en las señales y prodigios de Dios demuestra un rechazo de Él como Dios (Romanos 1:18-20).
Aquí Está su Señal
Dios ha provisto Su Palabra como un testimonio infalible de Su Persona, Su poder y Su plan. Sólo necesitamos creerle, y como Abraham, seremos acreditados con justicia. En otras palabras, el consejo completo de Su Palabra apunta a Jesús (Su Persona), Su resurrección (Su poder) y Su Evangelio (Su plan).
Él también extiende gracia y bondad amorosa hacia las criaturas creadas a Su propia imagen. Debido a que Él es paciente y amable y no "quiere que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9), Él también proporciona señales que apuntan a Su Persona, Su poder y Su plan. El Ministerio Cordero y León ha categorizado durante mucho tiempo la señales de los Tiempos del Fin en señales de la naturaleza, sociedad, espiritualidad, política mundial, tecnología e Israel.
Dios ha utilizado con frecuencia señales de la naturaleza para confirmar Su llamado y Su voluntad, para advertir y juzgar a individuos y naciones. Por ejemplo:
- La maldición que Él puso sobre la Creación fue en respuesta a la desobediencia y el pecado de Adán y Eva (Génesis 3:17-19)
- El diluvio sin precedentes, que nunca se repetirá, y que cubrió toda la tierra (Génesis 7)
- El fuego que cayó del cielo para destruir Sodoma y Gomorra (Génesis 19)
- Isaac fue concebido en cumplimiento de una promesa de Dios, a pesar de que su madre ya había pasado la edad fértil (Génesis 18:10-14)
- Diez plagas cayeron sobre Egipto antes de que Faraón cediera y dejara ir a los hijos de Israel (Éxodo 7-12)
- La afirmación de Gedeón por parte de Dios, por la cual el rocío cayó alternativamente sobre un vellón de lana y sobre el suelo (Jueces 6:36-40)
- El día diferente a cualquier otro antes o después, cuando el sol se detuvo en medio del cielo mientras Israel derrotaba a su enemigo (Josué 10:12-14)
- Tumores que afligían a los hombres filisteos que habían capturado el Arca de la Alianza (1 Samuel 5-6)
- El pronunciamiento de Elías de una sequía de tres años (1 Reyes 17:1, 18:1)
- La sombra proyectada por el sol retrocedió diez pasos, para afirmar la palabra profética de Isaías a Ezequías (2 Reyes 20:8-11)
Como Gobernante del Cielo y la Tierra, Dios también puede levantar burros que hablan, grandes peces y humildes gusanos para servir a Su propósito.
Me encanta el detalle incluido en la Palabra de Dios. Al describir la última plaga en Egipto, que llevaría a Faraón a dejar ir a los hijos de Israel, el Señor dijo: “Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas” (Éxodo 11:6-7). ¡Este pasaje demuestra que a veces la soberanía de Dios sobre la naturaleza se manifiesta por Su supresión de resultados que serían completamente naturales!
Señales de Advertencia
Tomados en su conjunto, algunos de estas señales podrían tener explicaciones naturalistas. El mundo todavía experimenta pestilencia y plagas de langostas; huracanes y tornados; terremotos y tsunamis; sequías e incendios. Éstos y otros desastres naturales son inherentes a la maldición posterior a la Caída impuesta sobre el mundo. Pero, a menudo, son el resultado de un juicio específico de Dios.
Cuando el rey David pecó contra Dios, al ordenar un censo para determinar la fuerza de su ejército, el Señor envió a Gad para reprenderlo. Gad transmitió un mensaje desgarrador: David podría elegir uno de los tres castigos por su falta de fe: una hambruna de siete años, un ataque de tres meses por parte de un enemigo extranjero o un brote de pestilencia (o enfermedad) de tres días. David estaba en “gran angustia” por tal elección, y se rindió a la misericordia de Dios. Pero nunca dudó de que Dios tenía el poder y el derecho de infligir cualquiera de esos juicios sobre él y sobre Israel (2 Samuel 24:1-14).
El entendimiento de David está en el corazón de cualquier comprensión de las señales de la naturaleza. La naturaleza no es un mecanismo autónomo; en palabras de Thomas Jefferson, está sujeta al Dios de la Naturaleza.
Una vez más, a veces Dios obra a través de procesos naturales para cumplir Su voluntad. Pero, a menudo, incluso esos procesos naturales demuestran un milagro de tiempo — y transmiten el poder todopoderoso de Dios. Por ejemplo, los pescadores se ganaban la vida en el Mar de Galilea. Pero Pedro se dio cuenta de la divina providencia de Dios cuando Jesús le dijo que arrojara su red una vez más en el lado derecho de la barca (Juan 21:3-11).
De manera similar, mientras Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a la medianoche, durante su encarcelamiento en Filipos, un terremoto sacudió la cárcel. Todas las puertas de la prisión se abrieron y las cadenas se soltaron. Un burlador podría descartar ese evento milagroso como una mera coincidencia. Pero no hay coincidencias con Dios, sólo milagros de tiempo.
En la segunda parte de este artículo de dos partes, veremos las señales del Mesías.
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Nature and Nature's God