miércoles, 24 de agosto de 2022

El Enfoque Evangelístico de la Palabra Profética de Dios

Por Tim Moore

Los estatutos del Ministerio Cordero y León resumen nuestra misión en una sucinta Declaración de Propósito:

Proclamar el pronto regreso de Jesús a tantas personas como sea posible lo más rápido posible.

Incluso los propósitos más específicos incluyen:

  • Señalar a los incrédulos al arrepentimiento en Jesús
  • Llamar a los creyentes a un compromiso con la santidad y el evangelismo
  • Enseñar los fundamentos de la profecía bíblica
  • Desafiar a la Iglesia a defender la justicia

Obviamente, nuestra misión general está ligada a metas evangelísticas adicionales. Como les decimos a los pastores e iglesias que consideran invitar a un evangelista de Cordero y León a hablar, buscamos motivar el evangelismo urgente, la vida santa y un enfoque en nuestro Rey que regresará pronto: Jesucristo. Incluso la palabra, “evangelista”, transmite nuestro llamado a guiar a otros a la fe en Cristo.

El trabajo principal de un evangelista es difundir el evangelio de Jesucristo al mundo.

Entonces, aunque nos especializamos en enseñar las verdades de la profecía bíblica, nuestro objetivo final es doble:

1. Advertir a los incrédulos que huyan de la ira venidera y lleguen a los amorosos brazos de nuestro Salvador.

2. Alentar a los seguidores de Cristo a vivir de una manera que honre a nuestro Novio celestial — aun cuando anticipamos Su pronto regreso.

Esos objetivos se centran en el Evangelio de Jesucristo.

El poder de la profecía en la vida de los incrédulos/mensaje a los incrédulos.

Juan preguntó a las multitudes que vinieron a ser bautizadas por él: “¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera?”  (Lucas 3:7). Esa pregunta resuena a través de los siglos y debería motivar a cada seguidor de Jesús. ¿Quién advertirá a los que son hostiles a Dios que Su ira está sobre ellos (Juan 3:36)?

La Biblia nos dice que el camino hacia la perdición es amplio, pero, ciertamente, algunos que escuchan el Evangelio entrarán por la puerta estrecha que conduce a la vida (Mateo 7:13-14). El mensaje de la Cruz es la salvación para aquellos que creen, pero, para aquellos que rechazan el don de Dios de la liberación de la paga del pecado es locura. Pablo dijo: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1:18).

En su segunda carta a la iglesia de Corinto, Pablo fue aún más enfático. Escribió:

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a estos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquellos, olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? (2 Corintios 2:14-15).

Pablo es un ejemplo entre los evangelistas. Después de su propia conversión dramática, dedicó su vida a compartir el Evangelio de Jesús en todo el mundo romano. Estaba dispuesto a sufrir mucho por esa causa y a llegar a ser “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (1 Corintios 9:22).

La conexión entre el Evangelio y la promesa del regreso de Jesús es crítica. En su primer sermón pronunciado en Jerusalén en Pentecostés, Pedro citó profecías de Joel y David, no sólo para probar que Jesús era el Cristo, sino para enfatizar la expectativa de Su regreso. Es por eso que su mensaje culminó con la misma promesa profética que Jesús citó para desafiar a los fariseos (Mateo 22:42-46). El Salmo mesiánico de David describe la estatura exaltada del Hijo de David: Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Salmos 110:1).

Una de mis mayores frustraciones es escuchar a los cristianos — incluidos demasiados en el liderazgo de la iglesia — descartar la Palabra profética de Dios como demasiado avanzada para el estudio y la contemplación por parte de los cristianos comunes. Exhiben en la práctica, si no en palabras, una idea errónea de que sólo los teólogos con títulos avanzados pueden lidiar con las promesas sobre el regreso de Jesús.

Pablo claramente no estuvo de acuerdo. Sabemos que pasó sólo unas pocas semanas plantando una iglesia en Tesalónica, pero es obvio que ya había estado compartiendo su expectativa de que Jesús vendría de nuevo. Sus dos cartas a esa iglesia ofrecen sus respuestas a sus preguntas sobre la segunda venida de Jesús — una anticipación que no habrían tenido sin que Él se los dijera mientras estuvo entre ellos.

El poder evangelístico de la Palabra profética de Dios también es obvio en otros pasajes. Inspirado por un ángel del Señor, Felipe fue conducido al campo al sur de Jerusalén. Cuando llegó allí, se encontró con un alto funcionario de la corte de Etiopía, un eunuco que acababa de llegar de adorar en Jerusalén. Al preguntar sobre lo que el hombre estaba leyendo, Felipe se enteró de que el etíope estaba perplejo por el pasaje de Isaías sobre el sufriente Cordero de Dios (Isaías 53:7-8). Felipe explicó que Jesús fue el cumplimiento del pasaje profético de Isaías, y el hombre abrazó con entusiasmo a Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios (Hechos 8:26-38).

La obediencia de Felipe a Dios, y su disposición a abrir la boca”, y predicar a Jesús desde la Palabra profética de Dios, tuvieron un impacto eterno en la vida del eunuco etíope. La Palabra profética de Dios todavía está tocando corazones hoy en día.

Advertencia de Ira Inminente

Tendemos a pensar en los modelos positivos como ejemplos dignos. Pero la Biblia nos ofrece varios ejemplos de cómo no actuar. Sin embargo, incluso en esos episodios hay demostraciones claras de la gracia de Dios.

Jonás fue llamado por Dios para ir y advertir a la ciudad pagana de Nínive que la ira de Dios estaba a punto de caer. Indignado de que Dios ofreciera una advertencia al odiado enemigo de Israel, Jonás se negó a obedecer. Insistió en que esas personas malvadas merecían el derramamiento del juicio de Dios.

¿Por qué Jonás estaba tan consternado ante la idea de advertir al enemigo de Israel sobre su inminente destino? Jonás entendió que Dios nunca derrama ira sin previo aviso, porque no desea que ninguno perezca, y sabía que inherente a la advertencia había una oportunidad para que los ninivitas se arrepintieran de su maldad y evitaran la justa ira de Dios.

En lugar de obedecer a Dios y clamar contra Nínive (porque, Jonás dijo en 4:2: “…Sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal”), huyó de la presencia del Señor y descendió a Jope.

Siguiendo su gran historia, Jonás obedeció a regañadientes el mandato de Dios y advirtió al pueblo de Nínive. Como él temía, ellos se arrepintieron, y Dios cedió. Jonás estaba muy disgustado. Dios le preguntó retóricamente: “¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?” (Jonás 4:11).

Un ejemplo infinitamente mejor de la bondad amorosa de Dios que Jonás es Jesús. Cuando miró hacia Jerusalén, el Señor lloró (Lucas 19:41-44). Manifestando el corazón de compasión que Dios le reveló a Jonás, Jesús reconoció que muchas de Sus amadas criaturas perecerían en sus pecados — deliberadamente ignorantes o insensiblemente impenitentes, a pesar de Su oferta de salvación.

Con la ira de Dios pendiendo sobre un mundo impenitente, la urgencia de advertir a aquellos que ignoran su destino está creciendo cada día. Algunos que llegan a comprender que la ira de Dios está sobre ellos, huirán ansiosamente a los amorosos brazos de Jesús.

El tiempo es esencial. ¿Cuántos miles de millones serán consignados a la condenación eterna si Jesús viene hoy?

Las palabras de Juan el Bautista en Lucas 3:7 fueron impactantes, pero a veces necesitamos un shock para sacarnos de nuestra complacencia. Habiendo captado la atención de las multitudes, Juan interactuó con cada persona de una manera que pudieran entender su mensaje de arrepentimiento. Su respuesta a la multitud en general fue diferente a su respuesta a los recaudadores de impuestos y los soldados, pero su mensaje general apuntaba a la venida del Mesías.

Acerca de Él, Juan dijo:

…Viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará (Lucas 3:16b-17).

Lejos de ser un mensaje de fatalidad, Juan señaló a la Bienaventurada Esperanza. Como registra Lucas, con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo” (Lucas 3:18).

Nuestro mensaje de que Jesús viene pronto representa una advertencia que será una locura para los que se pierden. Pero, a los que se salvan, les ofrece el poder mismo de Dios.

¡Llamado a los Cristianos a Despertar!

Simultáneamente con ofrecer una advertencia urgente a los perdidos, el mensaje de que Jesús viene pronto es un llamado a los cristianos a “mantenerse alerta” o incluso a “despertar”. Éste es un tema que se repite a lo largo del Nuevo Testamento. En Romanos 13:11, Pablo instó: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”.

Recordando a los tesalonicenses que el día del Señor no nos sorprenderá como ladrón, porque no estamos en tinieblas. En cambio, llama a sus hermanos creyentes, hijos de la luz e hijos del día, y luego los anima de esta manera: “…No somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1 Tes. 5:5-6). Pedro reconoció el cumplimiento profético que representaba el Evangelio de Jesús. Escribió:

Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado (1 Pedro 1:10-13).

Con tanto énfasis en permanecer sobrios y alertas, es obvio que el Señor conocía muy bien nuestra tendencia humana. Él sabe que nuestro espíritu está dispuesto, pero nuestra carne es débil. Al igual que Sus propios discípulos en el Jardín de Getsemaní, somos propensos a cansarnos a medida que se hace tarde (Mateo 26:36-46). Aun así, Él amonestó a la iglesia en Sardis a “Se vigilante, y refuerza las cosas que quedan” (Ap. 3:2).

Marcos registra que Jesús describió con gran detalle las señales de Su regreso inminente. Contó una parábola sobre un hombre que se fue de viaje, pero dejó a sus siervos a cargo de su casa, ordenándoles que se mantuvieran alerta. Resumió el punto de la parábola de esta manera: “Por tanto, estén alerta, porque no sabéis cuándo viene el dueño de la casa; ya sea por la noche, a medianoche, o cuando el gallo canta, o por la mañana, en caso de que venga repentinamente y los encuentre dormido. Lo que les digo a ustedes les digo a todos: ‘¡Estén alerta!’”.

A medida que se hace tarde, instamos a los seguidores de Jesús que están somnolientos a permanecer alerta — ¡y a los que están dormidos, a despertarse!

La Verdad Os Hará Libres

¿Qué deberíamos estar haciendo mientras esperamos que nuestro Novio venga por nosotros? Obedeciendo Su orden final: Prediquen el Evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Ésa es la verdad que liberará a la gente.

Así que Jesús estaba diciendo a aquellos judíos que habían creído en Él: Si permanecéis en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32).

Este conmovedor versículo captura la relevancia de nuestro mensaje centrado en el Evangelio para el incrédulo y el creyente por igual. Jesús es el camino, la verdad y la vida, así que conocer la verdadera Verdad es conocerlo a Él. Y, con respecto a su propia misión en la tierra, Jesús testificó: “Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz” (Juan 18:37).

Atrapado en un mundo de política y cinismo, la respuesta incrédula de Pilato fue: “¿Qué es la verdad?”  (Juan 18:38).

Los estadounidenses en particular están ansiosos por celebrar sus libertades, especialmente alrededor del Día de la Independencia. Aunque la libertad está siendo atacada como nunca antes, Estados Unidos sigue siendo un faro de esperanza para la mayor parte del mundo. Pero Jesús se estaba refiriendo a una libertad mucho más preciosa que incluso la que se promete en la Constitución de los Estados Unidos; Él estaba hablando de la libertad del pecado. Sólo el Evangelio comunica el plan de salvación de Dios, ofreciendo el camino de la condenación a la justicia, del rechazo a la adopción en la familia de Dios.

Para reafirmarlo una vez más: Cristo fue crucificado por nuestros pecados. Él murió la muerte que merecemos, para que, por Su muerte, podamos vivir. Isaías previó el plan eterno de Dios:

Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados (Isaías 53:5).

El Espíritu de la Profecía

¿Es un ferviente estudiante de la profecía bíblica? ¿Se estremece su corazón al escuchar mensajes de la Palabra profética de Dios? Si es así, el llamado a su vida es claro.

Jesús le dijo a Pedro, “apacienta mis ovejas”.  El discípulo que fue zarandeado por Satanás, cuando su fidelidad demostró faltar, pasó el resto de su vida proclamando la fidelidad eterna de Dios. Predicó el Evangelio.

El anfitrión angelical que escoltó al apóstol Juan cuando fue arrebatado al cielo se llamó a sí mismo “consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús”.  ¿Está en esa bendita multitud? Si es así, él también le diría: Adora a Dios (Ap. 22:9) Ese ángel sabio reveló la culminación de la totalidad de la Palabra profética de Dios: “El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Ap. 19:10).

Qué mejor manera de adorar a Dios que testificar de Jesucristo — nuestro gran Dios y Salvador, nuestro Alfa y Omega, el Cordero que fue inmolado y el León de Judá, nuestro Rey de reyes y Señor de señores que pronto regresará.

Después de servir 34 años en la Fuerza Aérea, trabajar como piloto instructor para UPS, servir como Representante Estatal en la Legislatura de Kentucky y mucho más, Tim Moore aceptó la invitación del Dr. David Reagan para el papel del liderazgo como Director y Evangelista Sénior del Ministerio Cordero y León. Él escribe, habla y es el anfitrión de Cristo en la Profecía, el programa televisivo semanal del Ministerio. Para obtener una descripción completa de la extensa biografía de Tim, visite nuestro sitio web en LambLion.com.

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

martes, 23 de agosto de 2022

Libro: Los Nuevos Cielos y Tierra – Introducción

¿Recreación o Renovación?

Por Lee W. Brainard

Una de las enseñanzas más asombrosas que se encuentran en las profecías de la Biblia es la declaración de que los cielos y la tierra actuales van a pasar y serán reemplazados por nuevos cielos y tierra. La primera vez que leí esto como un joven creyente, mi corazón saltó en mi pecho. La emoción continúa hasta el día de hoy. Los creyentes no sólo reciben la vida eterna de la mano de Dios, sino que pueden pasar esta vida eterna en un cielo y una tierra nuevos, que es nada menos que una utopía infinita con tiempo ilimitado, energía ilimitada, recursos ilimitados y oportunidades ilimitadas. 

La verdad de un cielo y una tierra nuevos es claramente declarada en el Nuevo Testamento. Apocalipsis 21:1 dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron”. También se enseña en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, Isaías 65:17 dice: “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”.

Para aquellos que interpretan la Biblia literalmente, no hay controversia sobre el significado esencial de tales pasajes. La promesa de que los cielos y la tierra actuales pasarán y serán reemplazados por nuevos cielos y tierra se enseña tan claramente en las páginas de las Escrituras, como la promesa de la vida eterna y la amenaza del castigo eterno. 

No obstante, existe un debate sobre el sentido en que los cielos y la tierra actuales serán reemplazados. ¿Dejan de existir en un sentido absoluto y son reemplazados por una recreación ex nihilo? ¿Dejan de existir en un sentido relativo, disolviéndose en un mar cósmico de átomos y partículas subatómicas que luego se vuelven a ensamblar en una nueva creación? ¿O los cielos y la tierra nuevos serán simplemente una renovación de los cielos y la tierra actuales—los cielos siendo reorganizados, la tierra resurgiendo y siendo purificada por el fuego, y la creación siendo liberada de la maldición?

Para todos los propósitos prácticos, estas opciones de reemplazo se pueden reducir a dos: recreación (una segunda creación), y renovación (alteración de la creación existente). Si bien las posiciones de ex nihilo y disolución son técnicamente diferentes, no están muy alejadas prácticamente. Ambas implican la desaparición visible de los cielos y la tierra, y ambas son diametralmente opuestas a una comprensión de renovación. Investigar el debate entre estos puntos de vista dispares—recreación y renovación—es el tema de este volumen. ¿Reivindica la evidencia la recreación como la verdad de Dios? ¿O apunta a la renovación? 

La presentación de este debate es sencilla y directa. En el siguiente capítulo, presentaré el punto de vista de la recreación y los cinco argumentos básicos que se presentan a su favor. En el resto de los capítulos, presentaré un amplio estudio de argumentos, clasificados por categoría, que argumentan en contra de la perspectiva de la recreación y a favor de la perspectiva de la renovación. 

Con este tema, como con cada tema que enseño, tengo una segunda intención: alentar a los cristianos a practicar una investigación franca y sólida. Muchos errores acosan y dividen a la iglesia. Pero detrás de la vasta horda de errores, hay un error que los une a todos: la falta de una investigación sincera y sólida. Si corregimos este error, corregiremos todos nuestros errores en principio, y corregiremos muchos de ellos en realidad, dados el tiempo y la oportunidad.


Por el momento, el libro se encuentra disponible sólo en inglés. Puede adquirirlo haciendo clic en la siguiente imagen:

Acerca del Autor:

Mi nombre de nacimiento es Lee William Brainard. Soy un maestro de la Biblia y autor. La Biblia es, por mucho, mi libro favorito. La leo en los idiomas originales (griego y hebreo), varias traducciones literales al inglés, el alemán (generalmente la versión Elberfelder), y el AT griego (la Septuaginta). Mis áreas de estudio incluyen los idiomas bíblicos, la escatología (profecía), la apologética, las principales controversias teológicas, la historia antigua (con particular interés en el catastrofismo antiguo) y la cosmología del universo eléctrico.

Actualmente mi esposa, Nita, y yo vivimos en Harvey, ND, donde comparto el ministerio de la Palabra en Harvey Gospel Chapel. Tenemos cuatro hijos (Josías, Noé, Esdras y Lidia), todos los cuales están casados. En la actualidad tenemos dieciséis nietos.

Lee W. Brainard

Mis experiencias de vida son variadas. He sido, entre otras cosas, un guardabosques aerotransportado, carpintero, conductor de camión, peón de granja, obrero de fábrica, peón de aserradero, vendedor de automóviles, vendedor de seguros, comerciante de día, técnico de Jiffy Lube y conductor de camión de gas propano. He trabajado en mis propios autos, cortado mucha leña y hecho muchas remodelaciones. En Wisconsin, mis hijos y yo construimos una casa de troncos de 3,600 pies cuadrados, con un estilo de poste y viga.

Soy un hombre de placeres simples. Me encanta el café y el chocolate negro, la lectura y las conversaciones con amigos — especialmente cuando giran en torno a las cosas de Dios. Disfruto del senderismo en las montañas, el montañismo, los amaneceres y atardeceres, las tormentas eléctricas, los cielos estrellados, la aurora boreal y las fogatas. Mis géneros musicales favoritos incluyen el susurro del viento en los pinos, la llamada de los gansos canadienses, el grito del somorgujo, la corneta de un alce toro, himnos, música de adoración y música clásica.

Visite el sitio web del autor:

Libro: Los Nuevos Cielos y Tierra – Prefacio

¿Recreación o Renovación?

Por Lee W. Brainard

En Proverbios 18:17 leemos la sabia observación: “El primero en alegar su causa parece ser justo, hasta que su vecino lo examina”. Esto dice mucho cuando se trata de elegir bandos en la controversia doctrinal. Nos perjudicamos a nosotros mismos y a la verdad si no le damos a ambas partes una audiencia justa sobre cualquier tema doctrinal que se presente ante nosotros. No permitir que una de las partes presente toda su lista de pruebas o no escuchar su presentación de pruebas manipula el juicio.

Este consejo de Proverbios es especialmente pertinente para la cuestión de la tierra y los cielos nuevos. Los cristianos a menudo escuchan la visión de la recreación proclamada y defendida: los cielos y la tierra actuales dejarán de existir y serán reemplazados por un nuevo universo completamente nuevo. Pero, a la mayoría de ellos, nunca se le ha presentado un caso bien enmarcado a favor de la renovación: los cielos y la tierra actuales serán reformados masivamente por incendios y terremotos. 

Las páginas que tienen ante ustedes son mi esfuerzo por remediar esta situación. Presento una amplia gama de argumentos bíblicos y hermenéuticos, que creo que demuestran de manera concluyente que la comprensión correcta es la renovación. El gran número, variedad y alcance de estos argumentos parecerá asombroso para muchos que nunca han visto el otro lado de la montaña. 

Que el Señor conceda a los lectores un espíritu de sabiduría y revelación en la comprensión de este tema. Necesitamos que nuestra perspectiva sea formada por la plenitud de la palabra profética de Dios, iluminada por la totalidad de la palabra de Dios. Necesitamos los pensamientos de Dios sobre el asunto, no los nuestros.

LEE W BRAINARD
HARVEY, NORTH DAKOTA
12 DE MAYO 12, 2022

Por el momento, el libro se encuentra disponible sólo en inglés. Puede adquirirlo haciendo clic en la siguiente imagen:


Acerca del Autor:

Mi nombre de nacimiento es Lee William Brainard. Soy un maestro de la Biblia y autor. La Biblia es, por mucho, mi libro favorito. La leo en los idiomas originales (griego y hebreo), varias traducciones literales al inglés, el alemán (generalmente la versión Elberfelder), y el AT griego (la Septuaginta). Mis áreas de estudio incluyen los idiomas bíblicos, la escatología (profecía), la apologética, las principales controversias teológicas, la historia antigua (con particular interés en el catastrofismo antiguo) y la cosmología del universo eléctrico.

Actualmente mi esposa, Nita, y yo vivimos en Harvey, ND, donde comparto el ministerio de la Palabra en Harvey Gospel Chapel. Tenemos cuatro hijos (Josías, Noé, Esdras y Lidia), todos los cuales están casados. En la actualidad tenemos dieciséis nietos.

Lee W. Brainard

Mis experiencias de vida son variadas. He sido, entre otras cosas, un guardabosques aerotransportado, carpintero, conductor de camión, peón de granja, obrero de fábrica, peón de aserradero, vendedor de automóviles, vendedor de seguros, comerciante de día, técnico de Jiffy Lube y conductor de camión de gas propano. He trabajado en mis propios autos, cortado mucha leña y hecho muchas remodelaciones. En Wisconsin, mis hijos y yo construimos una casa de troncos de 3,600 pies cuadrados, con un estilo de poste y viga.

Soy un hombre de placeres simples. Me encanta el café y el chocolate negro, la lectura y las conversaciones con amigos — especialmente cuando giran en torno a las cosas de Dios. Disfruto del senderismo en las montañas, el montañismo, los amaneceres y atardeceres, las tormentas eléctricas, los cielos estrellados, la aurora boreal y las fogatas. Mis géneros musicales favoritos incluyen el susurro del viento en los pinos, la llamada de los gansos canadienses, el grito del somorgujo, la corneta de un alce toro, himnos, música de adoración y música clásica.

Visite el sitio web del autor:


Libro: Los Nuevos Cielos y Tierra

¿Recreación o Renovación?

Por Lee W. Brainard

Una de las profecías más impresionantes de la Biblia es la promesa de los cielos nuevos y la tierra nueva. En ese glorioso día, se desharán los efectos generalizados de la caída y la maldición. El hombre experimentará una bendición ininterrumpida y utópica en su hogar eterno.

Pero, ¿cómo surgirán los cielos nuevos y la tierra nueva? ¿Dejarán de existir los cielos y la tierra actuales y serán reemplazados por una segunda creación ex nihilo, como insisten muchos maestros de la Biblia? ¿O la tierra actual será restaurada por terremoto y fuego del cielo, así como la última tierra fue restaurada por el diluvio?

En este volumen presento varios argumentos — como el precedente histórico, el carácter de Dios, la eternidad de la tierra y la naturaleza eterna del reino establecido en la segunda venida — que se combinan para presentar un caso formidable de que los cielos nuevos y la tierra nueva serán los cielos y la tierra actuales restaurados.

Por el momento, el libro se encuentra disponible sólo en inglés. Puede adquirirlo haciendo clic en la siguiente imagen:


Acerca del Autor:

Mi nombre de nacimiento es Lee William Brainard. Soy un maestro de la Biblia y autor. La Biblia es, por mucho, mi libro favorito. La leo en los idiomas originales (griego y hebreo), varias traducciones literales al inglés, el alemán (generalmente la versión Elberfelder), y el AT griego (la Septuaginta). Mis áreas de estudio incluyen los idiomas bíblicos, la escatología (profecía), la apologética, las principales controversias teológicas, la historia antigua (con particular interés en el catastrofismo antiguo) y la cosmología del universo eléctrico.

Actualmente mi esposa, Nita, y yo vivimos en Harvey, ND, donde comparto el ministerio de la Palabra en Harvey Gospel Chapel. Tenemos cuatro hijos (Josías, Noé, Esdras y Lidia), todos los cuales están casados. En la actualidad tenemos dieciséis nietos.

Lee W. Brainard

Mis experiencias de vida son variadas. He sido, entre otras cosas, un guardabosques aerotransportado, carpintero, conductor de camión, peón de granja, obrero de fábrica, peón de aserradero, vendedor de automóviles, vendedor de seguros, comerciante de día, técnico de Jiffy Lube y conductor de camión de gas propano. He trabajado en mis propios autos, cortado mucha leña y hecho muchas remodelaciones. En Wisconsin, mis hijos y yo construimos una casa de troncos de 3,600 pies cuadrados, con un estilo de poste y viga.

Soy un hombre de placeres simples. Me encanta el café y el chocolate negro, la lectura y las conversaciones con amigos — especialmente cuando giran en torno a las cosas de Dios. Disfruto del senderismo en las montañas, el montañismo, los amaneceres y atardeceres, las tormentas eléctricas, los cielos estrellados, la aurora boreal y las fogatas. Mis géneros musicales favoritos incluyen el susurro del viento en los pinos, la llamada de los gansos canadienses, el grito del somorgujo, la corneta de un alce toro, himnos, música de adoración y música clásica.

Visite el sitio web del autor:

sábado, 20 de agosto de 2022

La Tierra en la Profecía

¿Restauración Eterna o Final Ardiente?

Por Dr. David R. Reagan

¿Sabía que estamos viviendo en la tierra número tres? ¿Sabía que la Biblia revela que hay dos tierras por venir? ¿Sabía que la Biblia enseña que la tierra es eterna?

Tierra I

La primera tierra fue la que se creó en el principio (Génesis 1:1). Era perfecta en todos los aspectos (Génesis 1:31). Pero, debido al pecado del hombre, Dios puso una maldición sobre la tierra (Génesis 3:17-19).

La Biblia indica que esta maldición alteró radicalmente la naturaleza de la creación original de Dios. En lugar de que el hombre ejerciera dominio sobre la naturaleza, como se planeó originalmente (Génesis 1:26, 28), la naturaleza se alzó en conflicto con el hombre, cuando aparecieron de repente plantas venenosas, animales carnívoros y cataclismos climáticos (como tornados).

Tierra II

La maldición alteró radicalmente la tierra original, pero la Tierra II todavía era bastante diferente de la que vivimos hoy. Hay mucha evidencia bíblica, tanto en Génesis como en Job, de que la segunda tierra tenía un espeso dosel de vapor que protegía la vida de la radiación ultravioleta del sol, produciendo la larga vida registrada en Génesis (ver Génesis 2:5-6 y Job 38:8-11).

Toda la tierra era como un invernadero, con una espesa vegetación que crecía por todas partes, incluso en los polos. Probablemente también había sólo una gran masa de tierra.

Una vez más, la rebelión pecaminosa de la humanidad motivó a Dios a cambiar la naturaleza de la tierra (Génesis 6:11-13). El agente de cambio esta vez fue el agua. Parece que Dios hizo que el dosel de vapor colapsara (Génesis 7:11). También hizo que todas las fuentes del grande abismo estallaran sobre la superficie de la tierra (Génesis 7:11).

Tierra III

Al igual que la maldición, el Diluvio alteró radicalmente la naturaleza de la tierra. Produjo la Tierra III, la tierra en la que ahora vivimos.

La tierra se inclinó sobre su eje, formando los casquetes polares. La masa de tierra unificada se dividió, formando los continentes tal como los conocemos ahora (por eso encajan como un rompecabezas — ver Génesis 10:25). Y el dosel de vapor se agotó tan completamente, que la radiación ultravioleta comenzó a llegar a la tierra en niveles sin precedentes, lo que resultó en una esperanza de vida muy reducida, primero a 120 años y luego a 70 años.

La Biblia revela que la tierra actual, la Tierra III, volverá a cambiar radicalmente en la Segunda Venida de Jesús. Los agentes de cambio serán terremotos en la tierra y fenómenos sobrenaturales en los cielos.

Los cambios producidos alterarán tan totalmente la tierra y su atmósfera, que Isaías se refiere a los nuevos cielos y la nueva tierra que existirán durante el reinado del Señor (Isaías 65:17).

Tierra IV

La Tierra IV —la tierra del milenio — será muy diferente de la tierra actual. Los terremotos que la producirán serán los más severos de la historia.

Todo valle será levantado, toda montaña será bajada, y toda isla será movida (Ap. 6:12-14; 16:17-21). Jerusalén será levantada, y el Monte Sion se convertirá en el más alto de todos los montes (Zacarías 14:10 y Miqueas 4:1).

El dosel de vapor probablemente será restaurado porque la esperanza de vida se ampliará a lo que era al principio de los tiempos (Isaías 65:20,22).

Evidencia adicional de que el dosel de vapor será restaurado se encuentra en el hecho de que toda la tierra volverá a tener una abundante y exuberante vegetación (Isaías 30:23-26 y Amós 9:13-14). El Mar Muerto también cobrará vida (Ezequiel 47:1-9).

"El Lobo Pacífico", por William Hallmark (williamhallmarkartist.com)

Lo más importante es que la maldición se levantará parcialmente, haciendo posible que el hombre se reconcilie con la naturaleza, y que la naturaleza se reconcilie consigo misma. El lobo morará con el cordero, porque el lobo ya no será carnívoro. El niño lactante jugará con la cobra, porque la cobra ya no será venenosa (Isaías 11:8).

Tierra V

Pero la última revuelta de Satanás al final del Milenio dejará la tierra contaminada y devastada (Ap. 20:7-9). Por lo tanto, al final del reinado del Señor, Dios quitará a los redimidos de la tierra, los colocará en la Nueva Jerusalén y luego purificará la tierra con fuego (2 Pedro 3: 10-13).

En otras palabras, Dios sobrecalentará esta tierra en un infierno ardiente y luego la remodelará como una bola de cera caliente. El resultado serán los “cielos nuevos y la tierra nueva” profetizados en Isaías 66 y Apocalipsis 21.

Ésta será la Tierra V, la tierra perfecta y eterna donde los redimidos pasarán la eternidad en la Nueva Jerusalén en la presencia de Dios (Ap. 21:1-4). La maldición será completamente levantada de esta tierra (Ap. 22:3).

Restauración en el Antiguo Testamento

Dios ama a Su creación, y está decidido a restaurarla a su perfección original.

Este propósito de Dios se reflejó en los ritos del Tabernáculo de Moisés. Cada año, cuando el Sumo Sacerdote entraba en el Lugar Santísimo para hacer expiación por los pecados de la nación, rociaba con sangre el Propiciatorio del Arca, y también el suelo frente al Arca (Levítico 16:15).

La sangre en el Propiciatorio señalaba la promesa de Dios de que un día enviaría a un Mesías que derramaría Su sangre para que la misericordia de Dios pudiera cubrir la Ley e hiciera posible que fuésemos reconciliados con nuestro Creador. La sangre en el suelo apuntaba a la promesa de Dios de que el sacrificio del Mesías también haría posible que la creación fuera redimida.

En el Antiguo Testamento, Isaías 11 nos da una hermosa imagen de la creación redimida durante el Milenio. Se nos dice que los animales carnívoros dejarán de cazarse unos a otros y “comerán paja como el buey”.  Los animales venenosos también serán transformados. Dejarán de ser peligrosos (Isaías 11:6-9;  35:9).

El reino vegetal será igualmente transformado a su perfección original antes de la maldición. El resultado será una increíble abundancia agrícola:

He aquí que vienen días, dice el SEÑOR, cuando el que ara alcanzará al que siega y el que pisa las uvas al que lleva la semilla; las montañas gotearán vino nuevo…” (Amós 9:13).

El profeta Joel agrega que, “Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite” (Joel 2:24).

La implicación de estos pasajes es que el hombre ya no tendrá que luchar contra la naturaleza, porque las malas hierbas y las plantas venenosas dejarán de existir y las lluvias serán abundantes.

De hecho, Isaías nos dice que las áreas de desierto se transformarán en bosques gloriosos (Isaías 35:2) y los desiertos se convertirán en manantiales de agua” (Isaías 35:7).

Restauración en el Nuevo Testamento

La promesa de una creación redimida y restaurada se reafirma en el Nuevo Testamento. Pedro se refirió a la promesa en su segundo sermón en el Templo de Jerusalén. Le dijo a su audiencia que Jesús permanecería en el cielo hasta que llegara el tiempo de la “restauración de todas las cosas” (Hechos 3:21).

Pablo desarrolla el tema en Romanos 8:18-23. Declara que toda la creación está en “esclavitud a la corrupción” (versículo 21). Ésta es una referencia a lo que los físicos llaman la Segunda Ley de la Termodinámica; es decir, que toda la creación se está agotando, pasando del orden al desorden — que toda la creación está esclavizada por la decadencia.

Pablo luego representa a la creación como una mujer embarazada que espera ansiosamente el momento del parto, cuando la maldición será levantada y la creación será redimida. Él dice que eso ocurrirá en “la manifestación de los hijos de Dios”.

Ésa es una referencia a la resurrección de los santos, un punto que deja claro en el versículo 23, cuando dice que los santos deben anhelar con la naturaleza ese mismo evento, porque es cuando cada uno de nosotros recibirá “la redención de nuestro cuerpo”.

La Tierra Eterna

El Antiguo Testamento tiene poco que decir acerca de la tierra eterna que Dios creará al final del Milenio. Isaías simplemente afirma que tal tierra será provista (Isaías 66:22). La única otra referencia de Isaías a una “tierra nueva”, en Isaías 65:17, es una referencia a la tierra renovada del Milenio.

En Apocalipsis 21, el apóstol Juan nos da la visión más detallada de cómo será la tierra nueva y eterna. Y, sin embargo, su descripción es tentadoramente vaga. Él hace una referencia críptica al hecho de que ya no habrá mar (Ap. 21:1). Más allá de eso, todo lo que nos dice es que Dios hará “nuevas todas las cosas” (Ap. 21:5).

Una Bendición Gloriosa

Creo que la razón por la que los pasajes sobre la tierra eterna nos dicen tan poco acerca de las características de esa tierra es porque se enfocan en un hecho glorioso que eclipsa cualquier preocupación sobre cómo será la tierra nueva. Ese hecho es que los redimidos vivirán en la presencia de Dios Todopoderoso (Apocalipsis 21 y 22). Le “serviremos” y “veremos Su rostro” (Ap. 22:3-4). Cómo será la tierra palidece en comparación con esta revelación.

Artículos recomendados:

¿Por Qué un Milenio?

El Reino Venidero 

Venga Tu Reino

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Earth in Prophecy
Share/Bookmark