Pasé la mayor parte del año 1999 escribiendo un libro sobre los dos mayores desafíos que creía que los cristianos enfrentarían al comienzo del nuevo siglo. Titulé el libro, Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin, y le puse el subtítulo de “Haciendo Frente a la Anarquía y Apostasía”.
Una Profecía Rechazada
Para mi gran consternación, el editor rechazó el subtítulo. Me dijeron que era de naturaleza “demasiado radical” — que no estábamos ni cerca de la anarquía en nuestra nación, y que la apostasía en nuestras iglesias no era realmente tan grave.
Entonces, el libro terminó siendo publicado con un subtítulo inocuo que decía: “Equilibrando el Hoy con la Esperanza del Mañana”. Dado que los editores siempre tienen un control absoluto sobre el diseño de la portada y el título de un libro, no había nada que yo pudiera hacer.
Por lo tanto, cuando decidí actualizar el libro en 2015, en una segunda edición, también decidí retirar el libro de la editorial y publicarlo en su lugar por el ministerio en el que estaba sirviendo — el Ministerio Cordero y León. Fue entonces cuando el libro recibió el subtítulo adecuado.
Un Cumplimiento Profético
Hoy, 20 años después de la primera edición, es evidente que nuestra sociedad está gravemente afligida por la anarquía, y la Iglesia se ha vuelto ineficaz a causa de una rabiosa apostasía. Nuestras principales ciudades están siendo saqueadas y quemadas, y nuestras iglesias se apresuran a meterse en la cama con el mundo, más interesadas en la aprobación del hombre que en la de Dios. Una de las consecuencias de la apostasía, es que la gente está constantemente contactando a nuestro ministerio hoy, preguntando: “¿Conocen una iglesia que crea en la Biblia en el área donde vivo?”.
¿Conocimiento Sobrenatural?
¿Tuve algún tipo de revelación sobrenatural de Dios en 1999, cuando preví que el nuevo siglo se iniciaría en anarquía y apostasía? ¡Para nada! Simplemente comprendí, al estudiar la Palabra de Dios, que, cuando una nación que Él ha bendecido se vuelve contra Él, Él responde con juicios correctivos diseñados para llamar a la nación al arrepentimiento. Y, cuando tal nación responde intensificando su rebelión, Dios dará un paso atrás y bajará Su cobertura de protección alrededor de esa nación, y permitirá que el mal se multiplique — lo que en última instancia conducirá a la destrucción de la nación.
Es lo que los teólogos llaman “ira de abandono”. En resumen, el Señor permite que la nación se mate a sí misa con violencia e inmoralidad.
En 1999, sentí que estábamos en ese punto de abandono en nuestra relación con Dios. Es el punto al que se refieren las Escrituras cuando “la herida se vuelve incurable” (Jeremías 30:12).
Nuestro Descenso a la Oscuridad
Mirando hacia atrás ahora, puedo ver claramente que la espiral descendente de nuestra nación comenzó con la revolución cultural de la década de 1960, y que, a mediados de la década de 1970, la situación se había vuelto tan grave, que Dios comenzó a levantar voces proféticas para llamarnos al arrepentimiento, y para advertirnos del juicio inminente. Las advertencias vocales acompañaron a juicios correctivos, como incendios forestales generalizados, sequías extremas, enjambres de tornados y huracanes terriblemente destructivos, como Katrina.
Pero hicimos oídos sordos a las advertencias, e intensificamos nuestra rebelión contra Aquel que nos había bendecido tan poderosamente. Cada vez más, nos convertimos en una nación como la que se describe en el libro de Jueces, donde “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25).
El resultado ha sido un caos social sin precedentes, lo que ha llevado a la gente a preguntarse: “¿Hay alguna esperanza para nuestra nación?”. Es una pregunta relevante y convincente, y los líderes cristianos están respondiendo de diversas formas, lo que deja a la mayoría de los interrogadores más confundidos que nunca.
El Destino de Nuestra Nación
En un extremo del espectro, están aquellos que están predicando que nuestra nación está en el umbral de un gran avivamiento espiritual. Pero otros argumentan que el destino de nuestra nación está sellado — que enfrentamos una destrucción inminente, y que el único umbral en el que estamos es el de la Gran Tribulación.
El propósito de este libro es proporcionar una respuesta bíblica a la pregunta: “¿Cuál es el destino de Estados Unidos?”. ¿Será avivamiento o destrucción?
Comenzaré por echar un vistazo a la gloriosa herencia cristiana de nuestra nación, que provocó tantas bendiciones del Señor. A continuación, identificaré el punto crucial de nuestra historia cuando comenzamos a rebelarnos contra esa herencia. Luego señalaré cómo Dios ha pasado muy pacientemente los últimos 50 años llamándonos al arrepentimiento, a través de voces proféticas y juicios correctivos. En ese punto, identificaré el tipo profético de nuestra nación en las Escrituras, y revelaré lo que podemos aprender de él. Finalmente, abordaré específicamente la cuestión del destino de Estados Unidos.
Espero que lo que tengo que decir en este libro lo lleve más profundamente a las Escrituras y a una relación más profunda con su Creador, quien es un Dios personal cuyo amor por usted es “como la altura de los cielos sobre la tierra” (Salmos 103:11).
¡Maranata!
Allen, Texas