¿Quién desatará el nudo gordiano?
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Por Dr. Ciro I. Scofield
La sexta dispensación: la Iglesia. En Mt. 12:47–13:52 nuestro Señor Jesucristo anunció una nueva era. Él claramente profetizó la Iglesia en Mt. 16:18 (comp. Mt. 18:15-19). La Iglesia fue comprada con Su sangre derramada en el Calvario (Ro. 3:24-25; 1 Co. 6:20; 1 P. 1:18-19), y constituida en tal durante Pentecostés, después de Su resurrección y ascensión. En ese momento, de acuerdo a Su promesa (Hch. 1:5), los creyentes en forma individual fueron bautizados por primera vez con el Espíritu Santo en un organismo espiritual unificado que se compara a un cuerpo del cual Cristo es la Cabeza (1 Co. 12-13; Col. 2:19). En vista del énfasis sobre el Espíritu Santo, esta era también ha recibido el nombre de “dispensación del Espíritu”.
El criterio por el cual las personas son puestas a prueba en esta dispensación es el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, el mensaje de buenas nuevas sobre Su muerte y resurrección (Jn. 19:30; Hch. 4:12; 1 Co. 15:3-5; 2 Co. 5:21; etc.). La revelación continuada y acumulativa de dispensaciones pasadas se combina con esta revelación más plena para subrayar la total pecaminosidad y el estado de perdición del hombre y la suficiencia de la obra de Cristo, completada en la historia a fin de salvar por gracia por medio de la fe a todos los que se acercan a Dios por Él (Jn. 14:6; Hch. 10:43; 13:38-39; Ro. 3:21-26; Ef. 2:8-9; 1 Ti. 4:10; He. 10:12-14; 11:6). Mientras los individuos salvados que componen la verdadera Iglesia de Cristo cumplen el mandato de Su Señor de predicar el Evangelio hasta lo último de la tierra (Mr. 16:15; Lc. 24:46-48; Hch. 1:8), durante esta era Dios está tomando de entre judíos y gentiles “pueblo para su nombre” (Hch. 15:14). Este pueblo es llamado “la Iglesia”, una entidad separada que de aquí en adelante se distingue tanto de judíos como de gentiles (1 Co. 10:32; Gá. 3:27-28; Ef. 2:11-18; 3:5-6).
El Señor Jesús advirtió que, durante todo el período en que la Iglesia estuviera siendo formada por el Espíritu Santo, muchos rechazarían Su Evangelio y muchos otros simularían creer en Él y se convertirían en una fuente de corrupción y estorbo espiritual para el propósito divino en esta era; todo esto en la iglesia militante (o profesante), la verdadera Iglesia. El resultado será apostasía, especialmente en los últimos días (Mt. 13:24-30, 36-40, 47-49; 2 Ts. 2:5-8; 1 Ti. 4:1-2; 2 Ti. 3:1; 4:3-4; 2 P. 1:1-2; 1 Jn. 2:18-20).
La era de la Iglesia terminará con una serie de eventos ya profetizados, de los cuales los principales son: (1) El traslado de la Iglesia desde la tierra para encontrarse con Su Señor en el aire en un momento conocido por Dios pero no revelado a los hombres, y siempre considerado como una esperanza inminente y feliz que anima a los creyentes al servicio en amor y a la santidad de vida. Este evento a menudo recibe el nombre de “arrebatamiento”. (2) Los juicios de la semana setenta de Daniel, llamados “la tribulación”, que caerán sobre la humanidad en general, pero incluirán a la porción no salvada de la iglesia militante, que estará en apostasía y será dejada en la tierra cuando la verdadera Iglesia sea llevada al cielo. Esta forma final de la iglesia apóstata se halla descrita en Ap. 17, con el nombre de “la ramera”, que primero habrá de ir montada (Ap. 17:7) sobre el poder político (“la bestia”), pero sólo para ser vencida y absorbida por ese poder. (3) El regreso desde el cielo a la tierra por parte de nuestro Señor Jesucristo en poder y gloria trayendo con Él a Su Iglesia, para establecer el reino milenial de justicia y paz.
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Pentecostés se celebra al comienzo del verano (mediados de mayo-mediados de junio). Es la única fiesta levítica que se celebra entre las tres fiestas primaverales (La Pascua, los Panes Sin Levadura, y las Primicias) y las tres fiestas otoñales (Rosh Hashanah, Yom Kippur y la Fiesta de los Tabernáculos). El nombre en hebreo para este día es Shavuot, que significa semanas, por eso en Israel generalmente se le llama la Fiesta de las Semanas.
Esto es porque supuestamente se celebra siete semanas después de la Fiesta de las Primicias (Levítico 23:15-16). Deuteronomio 16:9 lo confirma. “Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas”. La primera cosecha del grano se hacía en la Fiesta de las Primicias. Puesto que las Primicias es el primer día después del Sabbat que le seguía a la Pascua, siempre se observaba en domingo. El Shavuot que sucedía siete semanas después, también caía en domingo, y celebraba el comienzo de la cosecha de verano.
Pero en el año 140 d.C., después de la derrota final de la nación judía luego de la revuelta de bar Kochba en el año 135 d.C., el Sanedrín cambió el enfoque del Shavuot de la fecha de la cosecha de verano a la fecha cuando se dio la Ley. Esto lo hicieron porque el Shavuot era una de las tres fiestas que todo judío debía observar (Éxodo 23:14-17 nos dice que las fiestas de los Panes Sin Levadura y de los Tabernáculos eran las otras dos) y la nación derrotada y dispersada ya no tenía ninguna cosecha nacional que celebrar. Desde ese momento en adelante, la cuenta empezó desde el primer día de la Fiesta de los Panes Sin Levadura, que fue el día en que los israelitas salieron de Egipto. Entonces ahora el Shavuot puede caer en cualquier día de la semana y es en el sexto día del mes hebreo de Sivan, el cual es el día tradicional en el que Moisés recibió la Ley de parte del Señor. Al hacer este cambio se colocó el día en que la Ley fue dada en el Monte Sinaí exactamente siete semanas después del Éxodo de Egipto y así se preservó la Fiesta de las Semanas en la vida judía.
Los cristianos le llaman a este día por su nombre en griego, Pentecostés, que significa “50 días”. Eso es porque había 50 días desde el Sabbat después de la Pascua hasta el Shavout (Pentecostés).
Los primeros cristianos también cambiaron la manera de cómo las distintas fechas son determinadas, a pesar de que hemos retenido el requerimiento de Pentecostés para el domingo. Los cristianos ahora empiezan a contar desde el día que llamamos el Domingo de Resurrección, que oficialmente es el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Incluimos el Domingo de Resurrección como el día uno, así que Pentecostés siempre cae 49 días después de ese domingo y de esa manera también cae en domingo. Al contar el Domingo de Resurrección a ambos lados de ese lapso de tiempo podemos llegar a los 50 días (Pentecostés) y aun mantener la celebración en el séptimo domingo después del de Resurrección.
¿Qué es un Pentecostés?
Como mencioné, los judíos celebran Pentecostés (solamente utilizaré el nombre en griego para evitar más confusiones de las necesarias) como el día en que Moisés recibió la Ley en el Monte Sinaí y la nación de Israel nació (Éxodo 19-20). Los cristianos lo celebran como el día en que el Espíritu Santo vino sobre los discípulos en Jerusalén y la Iglesia nació. (Algunos eruditos ven en Pentecostés el cumplimiento histórico y profético de estos dos eventos.)
Hechos 2 describe ese día para nosotros. En Pentecostés los seguidores de Jesús se habían reunido en un lugar cuando un sonido semejante al soplo de un fuerte viento llenó la casa en la que estaban y lo que parecía como lenguas de fuego separadas se posaron sobre cada uno de ellos. Ellos fueron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas conforme Él lo hacía posible. Justo antes de ascender al Cielo Jesús les dijo que esperaran eso (Hechos 1:8) y ahora estaba sucediendo. Puesto que Pentecostés era una de las fiestas de asistencia obligatoria para ir a Jerusalén, había judíos temerosos de Dios procedentes de muchos otros países en Jerusalén, aumentando considerablemente su población. El sonido del viento había alertado a quienes se encontraban cerca del lugar los cuales se acercaron más para ver qué estaba sucediendo, cada uno de estos peregrinos se asombró al oír a los discípulos, todos ellos galileos, hablar en sus propias lenguas.
Pedro obtuvo la atención de ellos y explicó lo que estaba sucediendo. Esa fue la primera presentación pública del Evangelio desde la muerte y resurrección del Señor, y cuando Pedro finalizó, 3,000 personas de entre las que se habían reunido aceptaron su mensaje y fueron bautizadas, y el Señor continuó añadiendo a ese número todos los días.
Si ustedes concuerdan con mi punto de vista de que las Parábolas de Mateo 13 describen el Reino de los Cielos en la Tierra y que la parábola de la levadura (Mateo 13:33) predice que la Iglesia estará llena de pecadores, entonces ustedes se interesarán en el hecho de que, a diferencia de otras festividades levíticas que requieren pan sin levadura, Pentecostés requiere pan horneado con levadura (Levítico 23:17). En la Biblia la levadura es un modelo del pecado porque hace que la masa se fermente.
Otras ceremonias judías de Pentecostés también revelan que hay una sutil sugerencia de la Iglesia venidera. En las sinagogas judías se lee el Libro de Rut en Pentecostés. La historia de Rut ha sido llamada “El Romance de la Redención” en donde Noemí, una mujer judía de Belén pierde su tierra y su posición debido a una hambruna en Israel y se ve obligada a ir al exilio al vecino país de Moab (Jordania) en donde no había hambre y su esposo pronto muere dejándola sola y sin un centavo en un país extranjero.
Después que terminó la hambruna, ella regresó a Belén acompañada por Rut, una mujer gentil que había jurado nunca abandonarla. Rut era una moabita que se había casado con uno de los hijos de Noemí (el cual también había muerto), convirtiéndola en la nuera de Noemí, y como ella, una viuda desamparada también.
De vuelta en Belén, un pariente cercano de Noemí, un judío prominente llamado Booz se enamora de Rut y se casa con ella, y en el proceso también redime la tierra de Noemí como su pariente redentor. Ambos eventos se hicieron según la ley. Para Noemí fue la ley de la redención (Levítico 25:25), y para Rut fue la ley del matrimonio del levirato (Deuteronomio 25:5-6).
El modelo que vemos aquí es dramático, con Noemí en el papel de Israel, en la miseria y sola, Rut como la Iglesia, la novia gentil, Booz como el Mesías, y la misma narración como una predicción de la relación entre los tres. En el proceso de redimir a Israel, el Mesías toma para sí una novia gentil. Al hacerlo, Él salva a ambos de la miseria y al mismo tiempo redime la tierra de Israel. La identificación de la Iglesia con Pentecostés empezó en las profecías de Rut.
A propósito, Booz fue hijo de Rahab la ramera en el Libro de Josué. Su bisnieto David se convirtió en Rey de Israel. Rahab y Rut aparecen en la genealogía del Señor Jesús (Mateo 1:5), y el Rey Salomón nombró una de las columnas a la entrada del Templo con el nombre de su ancestro Booz.
¿Cuándo es su cumpleaños?
Según la tradición, Enoc, uno de los patriarcas en Génesis 5, nació en el día que más tarde se conocería como Pentecostés. El nombre de Enoc quiere decir “enseñanza” lo cual es una de las principales funciones de la Iglesia (Mateo 28:19-20). Por este motivo muchos eruditos lo ven también como un “tipo” de la Iglesia. Génesis 5:21-23 indica que Enoc era muy cercano a Dios y realmente fue llevado con vida (raptado) al cielo un poco antes del diluvio universal. Los eruditos pre-tribulacionistas ven este evento como una de las varias insinuaciones en el Antiguo Testamento de que la Iglesia desaparecerá antes de la Gran Tribulación.
Estas mismas tradiciones también sostienen que Enoc desapareció en su cumpleaños. Entonces, aquí tenemos a un hombre identificado con la iglesia, que nació y fue raptado en el día que se conocería después como Pentecostés, que fue el día en que también nació la iglesia. ¿Será raptada la Iglesia en nuestro aniversario también? Personalmente no creo que el Rapto de la Iglesia será el cumplimiento profético de alguno de los días santos de Israel. Pero si estoy equivocado y el Rapto sí cumple con una de las fiestas judías, Pentecostés parece ser el candidato más obvio.
Como ustedes probablemente saben, yo creo que la razón por la que nadie en el mundo puede predecir con seguridad el día del Rapto es porque es un evento numérico y no de fecha. En Romanos 11:25 Pablo insinuó que la Iglesia alcanzará un “número pleno”, cuando sus rangos se consideren que están completos. Cuando se llegue a ese número la Iglesia “arribará” a su destino programado, similar a cuando un barco “arriba” a puerto. Jesús dijo que el destino de la Iglesia es la casa de Su Padre (Juan 14:2). Si unimos todo esto yo creo que quiere decir que seremos raptados tan pronto se alcance un número predeterminado de personas cristianas vueltas a nacer, sin importar el día que eso suceda.
Pronto, Muy Pronto
No importa el día que fuese, un día, pronto, todas las personas que están en Cristo, habiendo oído y creído la Palabra de la Verdad, el Evangelio de nuestra salvación (recibiendo así el sello de la promesa del Espíritu Santo) de repente desaparecerán de la faz de la tierra junto con todos los niños y niñas y todas aquellas personas que son mentalmente incapaces de tomar decisiones conscientes acerca de su destino eterno. En un instante estaremos en nuestras ocupaciones habituales en la Tierra y al siguiente instante estaremos ante la presencia de nuestro Redentor, con nuestros pecados perdonados y olvidados, y todas nuestras imperfecciones eliminadas. Entre nosotros estarán los muertos de la Era de la Iglesia que fueron fieles, reunidos con sus cuerpos perfeccionados y restablecidos a la vida física eterna. Todos juntos empezaremos el viaje más increíble de exploración y de realización jamás soñado, el cual durará eternamente.
Ni nosotros, ni el mundo incrédulo, habremos recibido la más mínima advertencia del momento de este evento, pues sucederá de manera totalmente sorpresiva. Quizás suceda en Pentecostés, quizás no. Pero una cosa sí es cierta, cuando suceda, a ninguno de nosotros nos va a importar un pelo si lo habíamos predicho con exactitud. Solamente podemos expresar nuestro gozo inimaginable de gratitud por estar allí. “Porque por gracia son ustedes salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu” (1 Corintios 2:9-10). Ya casi se escuchan los pasos del Mesías.
Un análisis a la luz de la Profecía Bíblica de la Operación "Guardianes del Muro", que está siendo llevada a cabo por Israel, para defender a sus ciudadanos de la grave amenaza para su existencia que representan los diversos grupos terroristas que están operando en la Franja de Gaza.
A continuación les dejo el enlace al video del Coronel en retiro, Richard Kemp, con respecto a que las FDI son el ejército más moral del mundo.
A. PROFECIAS DEL PRIMER ADVIENTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
1. INTRODUCCIÓN
La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que hay alrededor de 300 profecías en el Antiguo Testamento que se relacionan con la Primera Venida del Mesías. Pero, éstas no son 300 profecías diferentes. Muchas, como la profecía de que el Mesías nacerá de la simiente de Abraham, se repiten varias veces.
Cuando se eliminan todas las profecías repetitivas, quedan un poco más de cien profecías distintivamente diferentes y específicas sobre el Primer Adviento del Mesías. Estas profecías se describen en detalle más adelante en este capítulo.
Tipos Proféticos
Además de las profecías específicas, hay muchas profecías en tipo que apuntan a varios aspectos del Primer Adviento.
La profecía en tipo es profecía simbólica. Pablo se refiere a esta clase de profecía en Romanos 5:14, donde señala a Adán como “figura del que había de venir”. El autor de Hebreos también se refiere a ella cuando declara que el Sumo Sacerdote y el Tabernáculo eran una sombra de las cosas celestiales” (Hebreos 8:5).
Los Evangelios relatan que Jesús pasó algunos de los 40 días entre Su resurrección y ascensión enseñando las Escrituras a Sus discípulos. Lucas dice que les abrió el entendimiento para que entendieran las Escrituras (Lc. 24:27, 31-32). Sospecho que gran parte de Su enseñanza se centró en la profecía en tipo. Lo más probable es que recorriera la Torá, rollo por rollo, y les mostrara cómo encontrarlo en cada columna, escondido en tipos proféticos.
Un buen ejemplo es Booz, en el libro de Ruth. Él es un hermoso tipo profético de Jesús, porque es un Pariente-Redentor, que toma a una novia gentil. De igual manera, Oseas, y su tumultuosa relación con su esposa prostituta, representan la relación de Dios con Su esposa infiel, Israel, y Su disposición, en Su perfecto amor, a pagar el precio de la redención para hacer posible que su esposa se reconcilie con Él. Nehemías nos dice que los jueces eran “salvadores” (Nehemías 9:27, NVI), y, en ese sentido, señalaban al Salvador supremo, el Mesías.
Josué, Jeremías y Daniel nos dan una idea acerca de la fe, el valor y la compasión del Mesías. Josué y Jesús incluso tenían el mismo nombre — Yeshúa, que significa la Salvación de Dios. “Joshua” es una transliteración inglesa del nombre hebreo, Yeshúa, y “Jesús” es una transliteración del mismo nombre del griego.
Jesús identificó a Jonás como un tipo profético. Señaló que, así como Jonás había estado sepultado tres días en el vientre de un gran pez, Él también sería sepultado en la tierra por tres días (Mateo 12:38-40).
La experiencia de Abraham al ofrecer a su hijo como sacrificio es uno de los tipos proféticos más importantes del Antiguo Testamento (Génesis 22). Es la imagen de un padre amoroso dispuesto a sacrificar a su hijo inocente. El evento incluso tuvo lugar en el Monte Moriah, donde Jesús sería crucificado más tarde. Este evento se menciona específicamente en el Nuevo Testamento como un tipo profético que apunta simbólicamente a la muerte y resurrección de Jesús (Hebreos 11:19).
Anti-Tipos Proféticos
Otra figura importante del Antiguo Testamento, que sirve como un tipo de Cristo, es Adán, aunque en realidad es más un anti-tipo. Un anti-tipo es un símbolo negativo que apunta a verdades positivas. La naturaleza profética anti-típica de Adán se ilustra a continuación en la figura 1.
Satanás es un anti-tipo de Cristo. Sus debilidades apuntan a las fortalezas de Jesús. Por ejemplo, el pecado básico que causó su caída fue el orgullo (Isaías 14:13-14). Por el contrario, Jesús era la esencia de la humildad (Filipenses 2:5-8). El agente de Satanás en la Tribulación, el Anticristo, también será un anti-tipo del verdadero Cristo. Mientras que el Anticristo será un engañador, un mentiroso y un blasfemo (Apocalipsis 13:1-6), Jesucristo regresará como el “Fiel y Verdadero” (Apocalipsis 19:11).
Figura 1
Adán como un Anti-tipo de Jesús
Adán Jesús
1) Un alma viviente. 1) Un espíritu vivificador
(1 Corintios 15:45) (1 Corintios 15:45)
2) De la tierra 2) Del Cielo
(1 Corintios 15:47) (1 Corintios 15:45)
3) Se rebeló contra Dios 3) Obedeció a Dios perfectamente
(Génesis 3:1-7) (Hebreos 5:8-9)
4) Por medio de él, todos fueron hechos pecadores 4) Por medio de Él, muchos serán hechos justos.
(Romanos 5:19) (1 Corintios 15:45)
5) Trajo la muerte 5) Trajo la vida
(Romanos 5:14-15; 1 Corintios 15:22) (Hebreos 2:14-15)
6) Perdió el dominio 6) Ganó el dominio
(Génesis 1:26; 3:17-24) (Hebreos 2:5-9)
Tipos Ceremoniales
Gran parte de la ley ceremonial en la Ley de Moisés está profundamente impregnada de tipología simbólica relacionada con el Primer Adviento. Todos los diversos tipos de ofrendas por el pecado (Levítico 1-6) apuntaban al adorador al Mesías que serviría como la ofrenda perfecta y suficiente por todos nuestros pecados.
Éste es uno de los temas del libro de Hebreos. Comparando el sacrificio de animales bajo la Ley al sacrificio de Jesús, el libro de Hebreos dice: “Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:13-14).
Uno de los tipos ceremoniales más detallados del Mesías que se encuentra en las Escrituras del Antiguo Testamento es el Tabernáculo de Moisés. Cada aspecto del Tabernáculo era profético del Mesías Vea la figura 2 en la página siguiente.
Figura 2
El Tabernáculo de Moisés como un Tipo Profético
1) La Puerta — Jesús como la Puerta. (Juan 10:9)
2) El Altar — Jesús como el Cordero Sacrificado. (Juan 1:29)
3) La Fuente — Jesús como el Espíritu Bautizador. (Juan 1:33)
4) El Pan de la Proposición — Jesús como el Pan de Vida. (Juan 6:35)
5) El Candelero — Jesús como la Luz del Mundo. (Juan 8:12)9
6) El Incienso — Jesús como el Intercesor que ofrece las oraciones de los Santos a Dios. (Hebreos 4:14-16)
7) El Velo — Jesús como el que rasgaría el velo, haciendo posible que los santos tengan acceso directo a Dios a través de Él (Mateo 27:51).
8) El Sumo Sacerdote — Jesús como nuestro Sumo Sacerdote que entra al Lugar Santísimo en el Cielo como nuestro Mediador ante el Padre (Hebreos 8:1-2; 9:24).
El Arca del Pacto
El Lugar Santísimo contenía el Arca del Pacto. Todo en el Arca era un símbolo del Mesías. Estaba hecha de madera, lo que indica que el Mesías sería humano. Estaba recubierta de oro, lo que significa que el Mesías sería divino. Contenía tres objetos: las tablas de piedra, una olla con maná y la vara de Aarón que floreció. Las tablas significaban que el Mesías tendría la Ley de Dios en Su corazón. El maná significaba que el Mesías sería el Pan de Vida. La vara con flores era una profecía de que el Mesías se levantaría de entre los muertos.
La tapa del Arca se llamaba Propiciatorio. Una vez al año, el Sumo Sacerdote rociaba sangre sobre el Propiciatorio para expiar los pecados de Israel. El Propiciatorio señalaba el hecho de que, a través de la obra del Mesías, la misericordia de Dios cubriría la Ley. La sangre presagiaba el hecho de que el Mesías tendría que derramar Su propia sangre para expiar nuestros pecados.
Jesús cumplió cada tipo profético del Arca. Era Dios en la carne (Juan 10:30). Tenía la Ley en Su corazón (Mateo 5:17). Se declaró a sí mismo como el “pan de vida” (Juan 6:35). Y derramó Su sangre en la Cruz, expiando por nuestros pecados y cubriendo la Ley con la Gracia (Romanos 3:21-26).
Tipos Históricos
Incluso algunos eventos históricos son tipos proféticos. Un ejemplo dramático es la experiencia de la Pascua (Éxodo 12). Para evitar la muerte del primogénito tanto del hombre como de las bestias en cada familia, el día que el Señor pasó por Egipto, cada familia judía tuvo que sacrificar un cordero y poner su sangre en los postes de las puertas y los dinteles de sus casas. Éste era un símbolo profético de que la salvación de todos los hombres sería posible mediante el sacrificio del Cordero de Dios y la apropiación de Su sangre.
Otro evento histórico con significado profético ocurrió en el desierto, cuando los hijos de Israel fueron atacados por feroces serpientes (Números 21:4-9). Se colocó una serpiente de bronce en un poste y se levantó para que todos la vieran. A los mordidos por las serpientes se les dijo que miraran a la serpiente de bronce para curarse.
Esa serpiente de bronce era un tipo de Cristo. Así como los israelitas mordidos por las serpientes ardientes murieron, así los hombres mordidos por la serpiente del pecado de Satanás, deben sufrir la muerte espiritual. Y así como la serpiente de bronce fue levantada para su salvación, de la misma manera, Jesús fue levantado sobre un poste para salvar a los hombres de sus pecados (Juan 3:14).
El bronce y las serpientes son símbolos bíblicos del pecado. Jesús es tipificado como una serpiente de bronce en un poste porque tomó los pecados de la humanidad sobre sí mismo mientras estaba en la Cruz.
Finalmente, los mordidos por las serpientes sólo tenían que mirar con fe a la serpiente de bronce para ser sanados. Y, de igual manera, los pecadores sólo necesitan mirar a Jesús con fe para ser salvos.
La historia temprana de la nación judía es la historia de Jesús en tipo profético. Los hijos de Israel nacieron en Canaán, descendieron a Egipto, emergieron a través del Mar Rojo (el bautismo de Moisés), soportaron pruebas en el desierto, y luego entraron a la Tierra Prometida. Del mismo modo, Jesús nació en Canaán, descendió a Egipto, emergió públicamente en Su bautismo, y dirigió el camino al Cielo.
Bosquejo de la Profecía
En el bosquejo que sigue, 109 de las profecías específicas del Antiguo Testamento sobre el Primer Adviento se identifican y clasifican en categorías relacionadas con la cronología de la vida de Cristo. En cada caso, el origen de la profecía se cita de una fuerte importante del Antiguo Testamento (con fuentes alternativas indicadas en paréntesis). Luego, se cita una fuente del Nuevo Testamento para mostrar el cumplimiento de la profecía en la vida de Jesús. Una cosa interesante a tener en cuenta es que la mayoría de las 34 profecías concernientes a la muerte del Mesías se cumplieron en un período de 24 horas.
El Evangelio de Mateo fue escrito para los judíos. Por esta razón, enfatiza el cumplimiento en el cumplimiento de la profecía judía en la vida de Jesús. Mateo es, por lo tanto, un excelente lugar para comenzar cualquier estudio de la profecía concerniente al Primer Adviento.
“El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. — Apocalipsis 19:10