El Mesías en la Profecía
¿Fue Jesús quien dijo que era? ¿Era realmente Dios encarnado? La profecía bíblica ofrece algunas de las pruebas más contundentes que conozco de que Jesús era realmente divino.
Cientos de Profecías
El Antiguo Testamento contiene más de 300 profecías concernientes a la Primera Venida de Jesús. Algunas de éstas son repetitivas, pero, cuando se tiene en cuenta la repetición, todavía nos quedan al menos 109 profecías separadas y distintas.
Además de estos textos específicos, hay muchas más profecías simbólicas que apuntan a diversos aspectos de la Primera Venida.
Tomemos el libro de Rut como ejemplo. No contiene profecías mesiánicas específicas. Sin embargo, la historia del libro contiene un hermoso tipo profético de Jesús. Uno de los personajes centrales, Booz, es un pariente-redentor que toma una novia gentil — así como Jesús vino como un redentor para Su pueblo, los judíos, y ahora está tomando una novia gentil, la Iglesia.
Las vidas de Josué, Jeremías y Daniel nos dan percepciones sobre la fe, el valor y la rectitud del Mesías. Josué y Jesús incluso tenían el mismo nombre, Yeshúa, que significa “la salvación de Dios”.
La vida de Moisés es un adelanto de muchos aspectos de la vida de Jesús. Moisés trató de liberar a su pueblo del cautiverio y fue rechazado. De la misma manera, Jesús vino a liberar a Su pueblo de su esclavitud espiritual y fue rechazado por ellos. Después de su rechazo, Moisés tomó una novia gentil. Luego regresó y fue recibido por su pueblo como un libertador. Jesús ahora está tomando una novia gentil, la Iglesia, y cuando haya completado esa tarea, regresará y será recibido como Mesías por Su propio pueblo, los judíos (Zacarías 12:10).
Cada aspecto de la vida de Jesús fue profetizado cientos de años antes de que naciera la naturaleza y lugar de Su ministerio, la naturaleza de Su muerte y el triunfo de Su resurrección.
La primera profecía de la Biblia predice que el Mesías nacerá de una virgen. En Génesis 3:15, Dios dice que la simiente de la serpiente (Satanás) será derrotada por la simiente de una mujer (Jesús).
La Genealogía en la Profecía
Todo el linaje del Mesías está profetizado en las Escrituras hebreas. Los profetas dijeron que el Salvador nacería de los descendientes de Abraham (Génesis 12:3); la herencia de Isaac (Génesis 17:21); los hijos de Jacob (Génesis 28:14); la tribu de Judá (Génesis 49:8); la familia de Isaí (Isaías 11:1); y la casa de David (Jeremías 23:5).
Es por eso que el Evangelio de Mateo comienza con una lista tan larga del árbol genealógico de Jesús. Mateo está tratando de mostrar a sus lectores judíos que el linaje de Jesús cumple las predicciones de los profetas.
¿Profecía o Coincidencia?
Algunas personas se encogen de hombros ante todas estas profecías y dicen: “Todo es una coincidencia”. ¿Coincidencia? ¿El cumplimiento de más de 100 profecías específicas?
“Bueno, las cumplió a propósito”, dice otro. Es cierto que Jesús pudo haber cumplido conscientemente algunas de las profecías sobre el Mesías. De hecho, en una ocasión, parece que Jesús hizo precisamente eso, cuando pidió un asno para Su último viaje a Jerusalén. Mateo dice que esto se hizo para cumplir la profecía de Zacarías de que el Mesías vendría humildemente, montado en un burro (Mateo 21:1:7).
Pero, ¿puede un hombre cumplir intencionalmente las profecías concernientes tanto a su nacimiento como a su muerte?
Micaías profetizó 700 años antes de Jesús de que el Mesías nacería en la pequeña ciudad de Belén (Miqueas 5:2). Isaías predijo que nacería de una virgen (Isaías 7:14). Y Oseas dijo que el Mesías saldría de Egipto (Oseas 11:1), el lugar exacto al que los padres de Jesús lo llevaron después de Su nacimiento.
Jesús fue traicionado por 30 piezas de plata. ¡El profeta Zacarías hizo esa profecía precisa 500 años antes del nacimiento de Jesús! (vea Zacarías 11:13). David previó que el Mesías sería crucificado (Salmos 22:16), y eso fue mil años antes del nacimiento de Jesús y 700 años antes del uso extensivo de la crucifixión por parte de los romanos.
¿Cómo pudo Jesús cumplir estas profecías a propósito? ¿Y podría ser su cumplimiento sólo una “coincidencia”?
La Profecía y las Matemáticas
Peter Stoner, en su libro, La Ciencia Habla, ha calculado las probabilidades de que sólo ocho de las profecías concernientes a Jesús podrían haberse cumplido accidentalmente en la vida de un hombre. ¡Las probabilidades son de una en 10 a la decimoséptima potencia! Ése es el número uno con 17 ceros después: — 100,000,000,000,000,000 (cien mil billones).
Para ilustrar estas probabilidades matemáticas, Stoner nos pide que imaginemos llenar el estado de Texas hasta las rodillas con monedas de plata. Un avión sobrevuela y se deja caer una moneda de plata con una marca de verificación negra. Miles de excavadoras entran y mezclan las monedas de plata por completo durante varios años. Luego, un hombre es vendado y soltado en este mar de monedas de plata.
Las probabilidades de que se agache y recoja la moneda de plata marca en el primer intento son las mismas que si ocho de las profecías de la Biblia acerca del Mesías se cumplieran en la vida de un hombre accidentalmente. ¡También podría argumentar que un Boeing 747 podría ser el producto accidental de un tornado que atraviese un depósito de chatarra!
La Profecía como Prueba
El poderoso testimonio de la profecía cumplida en la vida de Jesús es la razón por la que los escritores de los evangelios recurren constantemente a ella en sus escritos, para demostrar que Jesús era el Mesías prometido. Es la razón por la que Jesús recurre a ella en Sus enseñanzas a las masas (Mateo 5:17-18). También es la razón por la que Jesús la enfatizó en Sus enseñanzas posteriores a la resurrección a Sus discípulos (Lucas 24:25ss).
Del mismo modo, los apóstoles constantemente citaron el cumplimiento profético en sus sermones, para verificar la identidad de Jesús. El Día de Pentecostés, Pedro enfocó sus comentarios en ese primer sermón del evangelio en las profecías de David, que Jesús había cumplido (Hechos 2:24-36). Pedro volvió a utilizar la profecía en su segundo sermón en el Templo (Hechos 3:12-26), y en su sermón a Cornelio y su familia (Hechos 10).
En su primera epístola, Pedro se refiere a tres evidencias cardinales de la deidad de Jesús. Primero menciona que fue un “testigo de su majestad” — una referencia a la Transfiguración. Luego menciona que escuchó una “voz enviada del cielo” en la que Dios el Padre proclamó a Jesús como Su “Hijo amado”. Finalmente, recurre al testimonio de la profecía, señalando su cumplimiento en la vida de Jesús (2 Pedro 1:16-19).
Felipe usó una profecía de Isaías para convertir a eunuco etíope (Hechos 8). Pablo también se refirió constantemente a la profecía cumplida en su predicación del Evangelio (Hechos 17:2-3). De hecho, cuando Pablo escribió su famosa definición del Evangelio en 1 Corintios 15:1-4, enfatizó que todos los eventos más importantes en la vida de Jesús habían sucedido “según las Escrituras” (1 Corintios 15:4).
Algunas Preguntas
¿Cómo se siente acerca de la evidencia de la profecía bíblica? ¿Va a tratar de desestimarla? ¿Va a descartarla con ligereza como “coincidencia”? ¿Simplemente la va a ignorar?
Dios no los está llamando a una fe ciega que no se base en evidencia. La profecía es evidencia. Es una evidencia que exige un veredicto. ¿Cuál es su veredicto?
La Última Profecía
Creo que la profecía cumplida demuestra que Jesús es quien dijo que era — es decir, Dios encarnado (Juan 10:30).
La profecía cumplida también demuestra que la última profecía de la Biblia, una profecía que aún debe cumplirse, es una en la que podemos confiar. Está contenida en Apocalipsis 22:20, y fue dicha por Jesús mismo: “Ciertamente vengo en breve”.
Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
Recurso recomendado:
Ministerio En Defensa de la Fe