viernes, 10 de abril de 2020

¿Estuvo Jesús realmente tres días y tres noches en el corazón de la tierra?

Por Reuben Archer Torrey



Mateo relata que Jesús dijo: “Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez (monstruo marino, LBLA), así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. De acuerdo con la tradición comúnmente aceptada de la Iglesia, Jesús fue crucificado el viernes,  muriendo a las 3 p.m., o en algún momento entre las 3 p.m. y la puesta del sol; y resucitó de entre los muertos muy temprano en la mañana del domingo siguiente. Muchos lectores de la Biblia están desconcertados al saber cómo el intervalo entre la tarde del viernes y la madrugada del domingo puede calcularse de ser de tres días y tres noches. Parece más bien ser dos noches, un día, y una porción muy pequeña de otro día.

La solución de esta aparente dificultad propuesta por muchos comentaristas es que “un día y una noche” es simplemente otra forma de decir “un día”, y que los antiguos judíos contaban una fracción de un día como un día completo, por lo que dicen que había una parte del viernes (una parte muy pequeña), o un día y una noche; todo el sábado, otro día, o un día y una noche; parte del domingo (una parte muy pequeña), otro día, o un día y una noche. Hay muchas personas a las que esta solución no les satisface del todo, y el escritor confiesa que no le satisface en absoluto. 

¿Hay alguna solución que sea completamente satisfactoria? Sí la hay.

El primer hecho que debe notarse en la solución adecuada es que la Biblia en ninguna parte dice o implica que Jesús fue crucificado y que murió el viernes. Se dice que Jesús fue  crucificado en “la víspera del día de reposo” (Marcos 15:42; RVR 1960). Como el día de reposo semanal judío era el sábado, comenzando a la puesta de sol la tarde anterior, naturalmente se llegó a la conclusión de que, como Jesús fue crucificado el día antes del día de reposo, debe haber sido crucificado el viernes. Pero es un hecho bien conocido, del cual la Biblia da abundante testimonio, que los judíos tenían otros días de reposo además del shabat semanal que caía en sábado. El primer día de la semana de Pascua, sin importar en qué día de la semana cayera, siempre era un día de reposo (Éxodo 12:16; Levítico 23:7; Números 28:16-18). Por lo tanto, surge la pregunta de si el día de reposo que siguió a la crucifixión de Cristo fue el día de reposo semanal (sábado) o el día de reposo de la Pascua, que cayó el día 15 de Nisán, que ese año cayó en jueves. Ahora bien, la Biblia no nos deja especular con respecto a qué día de reposo se está refiriendo en este caso, porque Juan nos dice con tantas palabras, en Juan 19:14, que el día en que Jesús fue juzgado y crucificado era “el día de la Preparación” (de la Pascua, RVA 2015), es decir, no era el día antes del día de reposo semanal (viernes), sino que era el día antes del día de reposo de la Pascua, que ese año cayó en jueves. Es decir, el día que Jesucristo fue crucificado fue el miércoles. Juan deja esto tan claro como el día.

El evangelio de Juan fue escrito más tarde que los otros evangelios, y los eruditos han notado durante mucho tiempo que, en varios lugares, había una intención evidente de corregir falsas impresiones que uno podría obtener al leer los otros evangelios. Una de estas falsas impresiones era que Jesús comió la Pascua con Sus discípulos en el tiempo regular de la Pascua. Para corregir esta falsa impresión, Juan declara claramente que la comió la noche anterior, y que Él mismo murió en la cruz en el mismo momento que los corderos pascuales estaban siendo sacrificados “entre las dos tardes”, el 14 de Nisán (Éxodo 12:6). El verdadero Cordero Pascual de Dios, Jesús, de quien todos los otros corderos pascuales ofrecidos a lo largo de los siglos eran sólo tipos, fue, por lo tanto, asesinado en el momento mismo designado por Dios.

Todo sobre el cordero de la Pascua se cumplió en Jesús:

1. Era el cordero sin defecto y sin mancha (Éxodo 12:5)

2. Fue elegido el día 10 de Nisán (Éxodo 12:3), porque fue el décimo día del mes, el sábado anterior, cuando se hizo la entrada triunfal a Jerusalén, ya que llegaron de Jericó a Betania seis días antes de la Pascua (Juan 12:1 – eso sería seis días antes del jueves, que sería el viernes); y fue al día siguiente cuando se hizo la entrada a Jerusalén (Juan 12:12ss), es decir, el sábado 10 de Nisán. También fue en este mismo día que Judas fue a los principales sacerdotes y ofreció traicionar a Jesús por treinta piezas de plata (Mateo 26:6-16; Marcos 14:3-11).

Como fue después de la cena en la casa de Simón el leproso, y como la cena ocurrió tarde el viernes, después del atardecer, o temprano el sábado, “después” de la cena sería necesariamente el día 10 de Nisán. Siendo éste el precio que le pusieron los principales sacerdotes, fue la compra o la entrega de un cordero lo que, según la ley, debe ocurrir el 10 de Nisán. Además, pusieron el valor exacto por el cordero que la profecía del Antiguo Testamento predijo (Mateo 26:15; comp. Zacarías 11:12). 

3. Ni un hueso de Él fue quebrado cuando fue asesinado (Juan 19:36; comp. Éxodo 12:46; Números 9:12; Salmos 34:20).

4. Y fue asesinado el día 14 de Nisán entre las tardes, justo antes del comienzo del día 15 de Nisán al atardecer (Éxodo 12:6).

Si tomamos exactamente lo que dice la Biblia, que Jesús fue asesinado antes del día de reposo de la Pascua, el tipo se cumple maravillosamente en cada detalle; pero si aceptamos la teoría tradicional de que Jesús fue crucificado el viernes, el tipo falla en muchos puntos.

Además, si aceptamos la opinión tradicional de que Jesús fue crucificado el viernes y comió la Pascua el día regular de la Pascua, entonces el viaje desde Jericó a Betania, que ocurrió seis días antes de la Pascua (Juan 12:1), caería un sábado, es decir, el día de reposo judío. Tal viaje en el día de reposo  judío sería contrario a la ley judía. Por supuesto, era imposible que Jesús emprendiera tal viaje en el día de reposo judío. En realidad, Su entrada triunfal a Jerusalén fue el día de reposo judío, es decir, el sábado. Esto era totalmente posible, porque la Biblia en otra parte  nos dice que Betania quedaba de camino de un día de reposo desde Jerusalén (Hechos 1:12; comp. Lucas 24:50).

Los astrónomos han descubierto que, en el año 30 d.C., que es el año comúnmente aceptado de la crucifixión de nuestro Señor, la Pascua se celebró el jueves 6 de abril, y había luna llena ese día. Los cronólogos que han supuesto que la crucifixión tuvo lugar el viernes, se han quedado perplejos por el hecho de que, en el año 30 d.C., la Pascua ocurrió el jueves. Un escritor que busca una solución a la dificultad sugiere que la crucifixión pudo haber sido en el año 33 d.C., porque aunque también había luna llena un jueves de ese año, sin embargo, como fue dentro de las dos horas y media del viernes, cree que quizás los judíos la pueden haber guardado ese día. Pero cuando aceptamos exactamente lo que la Biblia dice, es decir, que Jesús no fue crucificado el día de Pascua, sino en “la víspera de la Pascua”, ese año sería el miércoles y Su resurrección temprano el primer día de la semana, esto permite exactamente tres días y tres noches en la tumba.

Para resumir todo, Jesús murió alrededor del atardecer del miércoles. Setenta y dos horas después, exactamente tres días y tres noches, al comienzo del primer día de la semana (sábado al atardecer), resucitó de la tumba. Cuando las mujeres visitaron la tumba justo antes del amanecer a la mañana siguiente, encontraron la tumba ya vacía. Por lo tanto, no nos vemos obligados a aceptar una solución improvisada de que cualquier porción de un día se considera como un día y una noche completos, sino que encontramos que la declaración de Jesús era literalmente cierta. Tres días y tres noches Su cuerpo estuvo muerto y yació en el sepulcro. Mientras Su cuerpo yacía muerto, Él mismo, siendo vivificado en espíritu (1 Pedro 3:18), entró al corazón de la tierra y predicó a los espíritus que estaban en prisión (1 Pedro 3:19).

Esta supuesta dificultad se resuelve sola, al igual que muchas otras dificultades en la Biblia, cuando consideramos que la Biblia significa exactamente lo que dice.

A veces se objeta la opinión aquí avanzada de que los dos que iban camino a Emaús temprano el primer día de la semana (es decir, el domingo), le dijeron a Jesús al hablar de la crucifixión y los eventos que la acompañaron: “además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” (Lucas 24:21), y se dice que, si la crucifixión tuvo lugar el miércoles, el domingo sería el cuarto día desde que se hicieron estas cosas. Pero la respuesta es muy simple. Estas cosas se hicieron justo cuando el jueves comenzaba al atardecer del miércoles. Por lo tanto, se completaron el jueves, y el primer día desde el jueves sería el viernes, el segundo día desde el jueves sería el sábado, y “el tercer día” desde el jueves sería el domingo, el primer día de la semana. Así que la supuesta objeción en realidad apoya la teoría. Por otro lado, si la crucifixión se llevó a cabo el viernes, de ninguna manera de calcular se podría hacer que el domingo sea “el tercer día desde” que se hicieron estas cosas. 

Hay muchos pasajes en las Escrituras que apoyan la teoría presentada anteriormente y hacen necesario creer que Jesús murió tarde el miércoles. Algunos de ellos son los siguientes:

“Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40).

“Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo” (Mateo 26:61).

“Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo” (Mateo 27:40).

“Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré” (Mateo 27:63).

“Era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho…y ser muerto, y resucitar después de tres días” (Marcos 8:31).

“El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día” (Marcos 9:31).

“…y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará” (Marcos 10:34).

“Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano” (Marcos 14:58).

“…¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas,  sálvate a ti mismo…” (Marcos 15:29-30a).

“…y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido” (Lucas 24:21).

“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho” (Juan 2:19-22).

No hay absolutamente nada a favor de una crucifixión en viernes, sino que todo en las Escrituras armoniza perfectamente con la idea de la crucifixión en miércoles. Es extraordinario cuántos pasajes proféticos y típicos del Antiguo Testamento se cumplen, y cuántas discrepancias aparentes en las narraciones de los evangelios se aclaran una vez que llegamos a comprender que Jesús murió el miércoles y no el viernes”.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Tomado de: 
Dificultades en la Biblia

jueves, 9 de abril de 2020

Video: Perspectivas Proféticas #1: A Dios le Importa (subtitulado)



¿Dios todavía se preocupa incluso durante una pandemia mundial de coronavirus? ¡Descúbralo mientras el equipo de evangelismo del Ministerio Cordero y León provee sus Perspectivas Proféticas!

El Ascenso del Anticristo al Poder Político Toma Tiempo


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Una de las razones por las que el Período-Trib de siete años probablemente no comienza inmediatamente con la apertura del primer sello, es porque el Anticristo logra su triple carrera en dos etapas. Este tema se trata en el capítulo llamado: “El encuentro entre Satanás y su simiente”. A continuación se muestra una cita de ese capítulo.

“El Anticristo se eleva a la prominencia política, al poder militar y a la dominación religiosa a través de un proceso de dos etapas. Las dos etapas son aparentes en estos versículos (Ap. 6:1-2), por el uso de las palabras “venciendo y vencer”.

El uso dual de la palabra vencer implica que el Anticristo se embarca en un proceso que, eventualmente durante un período de tiempo no especificado, lo lleva a su destino deseado de convertirse en el líder político y religioso del mundo.

Esta conclusión es apoyada además por Apocalipsis 17:3, 7, que predice que se hará una alianza impía entre la religión mundial de la Ramera y el Anticristo. Estos versículos denotan que el Anticristo permite que la Ramera se “siente” sobre él, mientras que él la “lleva” a las alturas de su posición de convertirse en la religión mundial. El Anticristo juega un papel subordinado a la Ramera, hasta que esté listo para ejercer su dominio sobre el mundo. La relación entre la Ramera y el Anticristo se cubre con mayor detalle en varias secciones diferentes del comentario dentro de este libro.

A medida que el Anticristo asciende a las alturas de su carrera política, en algún momento en el camino se gana el respeto de Israel y la otra parte del falso pacto. Le confían la importante responsabilidad de “confirmar” el pacto entre ellos. No es hasta entonces, que los siete años de tribulación comienzan. 

Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83 y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com) 


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Revista Llamada de Medianoche – Abril 2020

La fe, el amor, el sufrimiento y la segunda venida del Señor

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Temas incluidos en esta edición:

»» Putin y el Medio Oriente
»» El "trato del siglo"
»» Israel: un pueblo muy especial
»» Tecnología y globalización: ¿Señales del tiempo del fin?
»» El mensaje mostrado por un ángel

Entre otros.

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miércoles, 8 de abril de 2020

El Misterio de Iniquidad y el Inicuo

Por Bill Salus

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Hay al menos tres misterios expuestos en el Nuevo Testamento que encuentran un cumplimiento Pre-trib. Uno de ellos ocurre antes del período de la brecha y los otros dos parecen comenzar en el período de la brecha. Son los Misterios del Rapto (1 Corintios 15:51), la Iniquidad (2 Tes. 2:7), y Babilonia (Apocalipsis 17:5, 7). Una vez que el Rapto se convierte en una realidad, el escenario está listo para el cumplimiento de los otros dos. El “misterio de la iniquidad” se presenta aquí porque es relevante para el momento de la revelación del inicuo.

La palabra griega para misterio es “musterion”, y se traduce como un misterio o una doctrina secreta.28 La anarquía, también traducida como iniquidad en algunas traducciones, es la palabra griega, “anomia”.  Se usa 13 veces en el Nuevo Testamento. Se define como pecado en 1 Juan 3:4. Sin embargo, el hecho de que la anarquía es un pecado no es un misterio. Entonces, surge la pregunta: ¿por qué el apóstol Pablo calificó a la iniquidad como un misterio?

La interpretación común de un misterio bíblico es que es algo que no fue revelado en el Antiguo Testamento, pero ahora es expuesto en el Nuevo Testamento. Un misterio en este caso es información que es exclusiva de Dios, hasta que Él la haga conocer al público, principalmente a través de las Sagradas Escrituras. Algunos misterios tratan de eventos futuros. Una vez que el futuro episodio se cumple, se convierte en una realidad y deja de ser un misterio. Se convierte en una realidad  para la generación que es testigo de su cumplimiento. Por ejemplo, una vez que ocurra el Rapto, ya no puede ser clasificado como un misterio, porque se ha convertido en un hecho histórico.

A continuación se proporciona un resumen de lo que es la anarquía, según sus trece usos en el Nuevo Testamento. 

La anarquía es lo opuesto a la justicia (2 Corintios 6:14). Es una parte integral del plan de Satanás para el tiempo del fin (2 Tes. 2:1-10). Caracterizó la condición de los escribas y fariseos en el momento de la Primera Venida (Mateo 23:27-28). Del mismo modo, se implanta en el Reino de Dios antes de la Segunda Venida de Cristo. Al igual que la cizaña afecta negativamente al trigo durante el tiempo de la cosecha, Satanás usa la anarquía como un obstáculo para dañar al pueblo de Dios en los días postreros (Mt. 13:36-43). Cuando la anarquía se desenfrena en los días postreros, hace metástasis en su condición más cancerígena, que causa que el amor de muchos en todo el mundo se enfríe (Mateo 24:12). Su única cura es el perdón por medio de Jesucristo  (Romanos 4:7; Hebreos 10:17).

La anarquía es tan mala, que debe ser restringida, por el bien general de la Iglesia, mientras exista en la tierra. La Iglesia no está designada para experimentar la anarquía cuando se extienda por el mundo sin más obstáculos, y es por eso que es raptada de antemano. Según 1 Tes. 5:9, la Iglesia tampoco está designada para  la ira de Dios, sin embargo, la anarquía no es derramada por Dios, sino que es desatada por obra de Satanás, con gran poder, señales y prodigios mentirosos,  y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden (2 Tes. 2:0-10; abreviado).

Un mundo anárquico provee el ambiente ideal a través del cual la simiente de Satanás puede incubar. La simiente de Satanás es otro nombre para el Anticristo, usado en Génesis 3:15. Por lo tanto, el inicuo es introducido en la ecuación de los tiempos del fin inmediatamente después de la remoción de la restricción de la iniquidad. Con la apertura de los primeros 5 juicios de los sellos, la iniquidad ya no sigue siendo un misterio, sino que se convierte en una realidad global. El desglose es el siguiente:

1. El inicuo se revela con la apertura del primer sello, lo que evidencia que la iniquidad ya no está restringida, sino que se está dispersando rápidamente por todo el mundo.

2. Esta propagación sin obstáculos del mal altera la paz mundial, lo que da lugar a guerras, según el segundo sello.

3. Las condiciones empobrecidas plagan el planeta, debido a los primeros dos sellos. Durante el tercer sello,

4. Un gobierno global, que está formado por una alianza impía de la Iglesia y el Estado, se forma para remedir la grave situación. En el cuarto sello,

5. Los verdaderos creyentes son martirizados por sus  testimonios cristianos por el gobierno mundial, que está perpetrando la iniquidad y suprimiendo la verdad sobre Cristo. Dios permite que estos creyentes mueran por su fe, porque ya no está restringiendo la iniquidad, como lo hizo durante la Era de la Iglesia. En Apocalipsis 6:11; 13:10 y 14:12, Jesús instruye a sus seguidores Post-Rapto a ser pacientes, hasta que regrese físicamente en Su segunda venida.

Bill Salus es un expositor de Profecía Bíblica radicado en California, Estados Unidos. Se especializa en explicar la importancia profética de eventos actuales del Medio Oriente y del mundo. Sus artículos han sido publicados en revistas, publicaciones cristianas, y de forma extensa en Internet. Él es el autor de los éxitos de librería, Isralestine, Revelation Road, Psalm 83 y Nuclear Showdown in Iran (prophecydepot.com) 


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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