martes, 5 de noviembre de 2019

El Vigilante: Campo de Exterminio de Treblinka y el Gueto de Varsovia


Erick Stakelbeck está en Polonia con Irving Roth sobreviviente del Holocausto, para escuchar las historias de tragedia y triunfo del famoso campo de exterminio nazi de Treblinka.

Si desea obtener información adicional sobre este tema, visite nuestra sección dedicada al Holocausto

jueves, 31 de octubre de 2019

¿Qué Pasa Cuando Mueres? (parte 1)

¿Alma dormida o existencia consciente?




Si hace varios años me hubieras preguntado qué pasa cuando mueres, te habría dado una respuesta patética. Te hubiera dicho que cuando mueres tu alma se duerme hasta que el Señor regrese. Al regreso del Señor, tu alma es resucitada y juzgada, y eres enviado al infierno o se te permite entrar al cielo.

Mi concepto del cielo era la de un mundo espiritual donde los salvos pasan la eternidad como espíritus incorpóreos, flotando en las nubes, tocando arpas.

Una Idea Equivocada

No hace falta decir que no podía entusiasmarme mucho con todo eso. Ciertamente no me gustaba la idea de estar inconsciente en la tumba durante eones de tiempo. Tampoco podía desarrollar ningún entusiasmo por la perspectiva de ser un espíritu incorpóreo sin una identidad o personalidad particular. Y la idea de tocar el arpa por toda la eternidad era absolutamente escandalosa, ¡porque me habían enseñado que la música de instrumentos en la adoración era una abominación!

Pueden imaginar, por lo tanto, la sensación de conmoción que sentí cuando comencé a estudiar la profecía bíblica y descubrí que todas estas ideas mías acerca de la vida después de la muerte eran ajenas a la Palabra de Dios. Pero mi conmoción rápidamente dio paso a la euforia cuando descubrí lo que el Señor realmente me tiene reservado. 

El Punto de Vista Bíblico

Aprendí de la Palabra de Dios que, cuando aquellos de nosotros que somos cristianos morimos, nuestros espíritus nunca pierden su conciencia (Filipenses 1:23). En cambio, nuestros espíritus plenamente conscientes son inmediatamente conducidos a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles (2 Corintios 5:8).

El Cementerio Evergreen de Brooklyn está lleno de figuras de ángeles

Nuestros espíritus permanecen en la presencia del Señor hasta que Él aparezca por Su Iglesia. En ese momento, Él trae nuestros espíritus con Él, resucita nuestros cuerpos, reúne nuestros espíritus con nuestros cuerpos, y luego glorifica nuestros cuerpos, perfeccionándolos y haciéndolos eternos (1 Tesalonicenses 4:13-18).

Regresamos con Él al cielo en nuestros cuerpos glorificados donde se nos juzga por nuestras obras para determinar nuestros grados de recompensas (2 Corintios 5:10). Cuando se complete este juicio, participamos en una gloriosa fiesta de boda para celebrar la unión de Jesús y Su Novia, la Iglesia (Ap. 19:7-9).

Testigos de Gloria

Al concluir la fiesta, salimos de los cielos con Jesús, volviendo con Él a la tierra en gloria (Ap. 19:14). Somos testigos de Su victoria en Armagedón, gritamos “¡Aleluya!”, mientras es coronado Rey de reyes y Señor de señores, y nos deleitamos en Su gloria cuando comienza a reinar sobre toda la tierra desde el Monte Sion en Jerusalén (Zac. 14:1-9; Ap. 19:17-21).

Durante mil años participamos en ese reinado, ayudándole con la instrucción, administración, y la aplicación de Sus leyes perfectas (Ap. 20:1-16). Vemos la tierra generada y la naturaleza reconciliada (Is. 11:6-9). Vemos abundar la santidad y la tierra inundada de paz, rectitud y justicia (Miqueas 4:1-7).

Al final del Milenio, somos testigos de la liberación de Satanás para engañar a las naciones. Vemos la naturaleza verdaderamente despreciable del corazón del hombre, cuando millones se unen a Satanás en su intento de derrocar el trono de Jesús. Pero volveremos a gritar “¡Aleluya!”, cuando seamos testigos de la destrucción sobrenatural de los ejércitos de Satanás y veamos a Satanás mismo arrojado al infierno, donde será atormentado para siempre (Ap. 20:7-10).


Luego seremos testigos del Juicio del Gran Trono Blanco, cuando los injustos sean resucitados para presentarse delante de Dios. Veremos santidad y justicia perfectas en acción, cuando Dios pronuncie Su terrible juicio sobre esta congregación de los condenados, que han rechazado Su don de amor y misericordia en Jesucristo (Ap. 20:11-13).

Jesús será plenamente reivindicado, ya que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor. Entonces los injustos recibirán su justa recompensa, cuando sean arrojados al lago de fuego (Ap. 20:14-15).

Testigos de una Nueva Creación

Luego presenciaremos la exhibición de fuegos artificiales más espectacular de toda la historia. Seremos llevados a la Nueva Jerusalén, la mansión eterna preparada por Jesús para Su Novia, y desde allí veremos cómo Dios renueva esta tierra con fuego, quemando toda la inmundicia y contaminación dejada por la última batalla de Satanás (2 Pedro 3:12-13).

Así como los ángeles se regocijaron cuando Dios creó el universo, nos regocijaremos al ver a Dios sobrecalentar esta tierra y remodelarla como una bola de cera caliente en la Tierra Nueva, la tierra eterna, el paraíso donde viviremos para siempre en la presencia de Dios (Ap. 21:1).


Qué momento tan glorioso será cuando nos bajen bajados a la Tierra Nueva dentro de la fabulosa Nueva Jerusalén (Ap. 21:2). Dios descenderá del cielo y morará con nosotros (Ap. 21:3). Él proclamará: “He aquí yo hago todas las cosas nuevas” (Ap. 21:5). Veremos a Dios cara a cara (Ap. 22:4). Enjugará todas nuestras lágrimas (Ap. 21:4). La muerte ya no existirá (Ap. 21:4). Se nos darán nuevos nombres (Ap. 2:17), y existiremos como personalidades individuales revestidas por cuerpos perfectos (Fil. 3:21). Y creceremos eternamente en el conocimiento de, y el amor por, de nuestro Creador infinito, honrándolo con nuestros talentos y dones.

¡Ahora sí que puedo emocionarme por eso! 


Si desea obtener información adicional sobre este tema, visite nuestra sección:
La Muerte

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Revista Llamada de Medianoche – Octubre 2019

La Inmoralidad Sexualidad: cómo es posible obtener la victoria

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Temas incluidos en esta edición:

»» Cristianos en el ejército israelí
»» Israel intensifica la lucha
»» Israel: un pueblo muy especial
»» ¿La cruz debe desaparecer?
»» El ascenso de los "populistas de derecha" y el descenso de la iglesia

Entre otros.

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Observaciones del Editor: La Muerte



Es el tema del que nadie quiere pensar o hablar. Sin embargo, es un tema con el que la mayoría de la gente debe estar fascinada, porque el artículo principal de esta publicación, publicado por primera vez en julio de 1982, ha demostrado ser el artículo más popular que el ministerio ha producido.

La Biblia dice que la mayoría de las personas vive en esclavitud de por vida al temor a la muerte (Hebreos 2:15). La mayoría de las veces, ese miedo es suprimido, pero siempre está allí, justo debajo de la superficie. Normalmente aparece cuando un amigo o un miembro de la familia mueren; cuando una persona experimenta un evento cercano a la muerte, como un accidente automovilístico grave; o cuando una persona comienza a alcanzar la mediana edad. Y, por supuesto, ¡estar tumbado en una trinchera con bombas explotando por todas partes siempre da lugar a pensamientos de muerte! 

Creo que una de las razones por las que la muerte de la Princesa Diana tuvo un gran impacto mundial fue porque era muy joven. Cuando somos jóvenes tendemos a pensar que somos invencibles y que viviremos indefinidamente. Siempre es aleccionador cuando experimentamos la muerte de una persona joven. Nos obliga a pensar en nuestra propia mortalidad, algo que es muy incómodo de hacer. Pero nunca dura mucho, porque siempre estamos ansiosos de poner el tema en el fondo de nuestras mentes. 

Vi que esto sucedía cuando era un adolescente. Vivía en Waco, Texas en mayo de 1953, cuando el peor tornado en la historia del estado azotó la ciudad. Un total de 114 personas murieron por la tormenta. El área del centro parecía haber sido alcanzada por una bomba atómica. 

El Dr. David Reagan grabando programas de televisión en un cementerio en McKinney, Texas.

Durante semanas después, las iglesias de Waco se llenaron al máximo mientras la gente intentaba lidiar con el terror de la tormenta. Pero, en unos seis meses, la asistencia comenzó a disminuir y, en poco tiempo, las iglesias volvieron a la normalidad en su asistencia.

La muerte es un hecho al que todas las personas deben enfrentar y para el que deben prepararse. Las únicas personas que no van a experimentar la muerte son aquellos creyentes en Jesucristo que estén vivos en el momento en que Él regrese para arrebatar a la Iglesia (1 Tes. 4:13-18). Aquellos creyentes que mueran antes de ese tiempo, vencerán la muerte por medio de la resurrección y glorificación de sus cuerpos.

Jesús de Nazaret nos dio las palabras más reconfortantes jamás pronunciadas sobre la muerte.

En la tumba de Lázaro, antes de que resucitara a Su amigo de entre los muertos, Jesús proclamó: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26).

Sesenta y cinco años después de Su muerte, sepultura y resurrección, Jesús regresó a esta tierra y se le apareció a Su querido amigo Juan, en la Isla de Patmos (Apocalipsis 1). Juan estaba tan asombrado, que cayó al suelo como muerto. Jesús puso Su mano derecha sobre Juan y dijo: “No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.

Jesús mismo ha vencido la muerte y, en consecuencia, tiene el poder sobre la muerte. Vencer a la muerte es una cuestión de poner tu fe en Él (1 Juan 5:1-5). El artículo principal en esta publicación ha dado paz  y esperanza  a muchas personas que enfrentan la muerte. Inmediatamente después que lo escribí en 1982, lo leí por la radio, y literalmente nos cubrimos con solicitudes de copias.

Una de esas solicitudes vino de un capellán  de la policía en Lexington, Kentucky. Llamó y dijo que estaba ministrando a un policía incrédulo que estaba al borde de la muerte. Preguntó si podíamos enviarle de inmediato una copia del artículo, para compartirlo con el policía. Lo hicimos. Lo compartió, y el policía aceptó a Jesús como su Señor y Salvador antes de morir. 

¡Alabado sea Dios, de quien fluyen todas las bendiciones!

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La Muerte

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

El Vigilante: Dentro de Herodium, el antiguo palacio de Herodes el Grande


Erick Stakelbeck se une Danny "El Excavador" Herman cerca de Belén, en las antiguas ruinas de Herodium, hogar del extravagante palacio de Herodes el Grande durante los tiempos del Nuevo Testamento.
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