martes, 22 de octubre de 2019

Viviendo con una Perspectiva Eterna: La Naturaleza Fugaz de la Vida




Recuerdo un incidente que ocurrió en mi vida hace varios años. Un querido amigo mío, con quien había enseñado en una universidad de Texas, me llamó un día y me dijo que le habían diagnosticado cáncer de próstata.

 “El médico me ha dado sólo seis meses de vida”, informó. 

Le dije que lamentaba mucho escuchar las noticias, y prometí orar por él y su familia. Luego, agregué: “Pero ten en cuenta que puedo estar muerto antes que tú”.

“¡Oh! ¿También tienes cáncer?”, preguntó.

“No”, respondí, “es sólo que no tengo la promesa de ni siquiera un día de vida, mucho menos seis meses”.

Todos tendemos a vivir como si fuéramos a vivir para siempre, cuando el hecho es que todos somos mortales y podemos morir en cualquier momento por mil causas diferentes, naturales o accidentales.

Irónicamente, la Biblia nos dice que debemos vivir como si fuéramos a vivir para siempre — pero no en esta tierra. Debemos vivir en preparación para la eternidad, esperanzadamente una eternidad con Dios.  

“…el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:25).

Lo más probable es que seas un creyente nacido de nuevo que ha pensado seriamente en eternidad, pero que encuentras difícil mantener una perspectiva eterna. En repetidas ocasiones te encuentras atrapado con los problemas de la vida, y el resultado es estrés, ansiedad e incluso depresión.

Vivir con una perspectiva eterna es una de las claves para vivir como un vencedor. Es una virtud que va a ser cada vez más importante a medida que la sociedad continúa desintegrándose y los cristianos se vean cada vez más atacados.

¿Cuál es el secreto para mantener una perspectiva eterna? Gran parte de la respuesta radica en tu actitud acerca de este mundo.

Tu Actitud hacia el Mundo

Detente por un momento y piensa. ¿Cuál es tu actitud acerca de este mundo? ¿Estás entusiasmado con él? ¿O te sientes incómodo con él? ¿Amas el mundo? ¿O a menudo te sientes alienado de él? ¿Estás en casa en este mundo? ¿O te sientes como un extraño?

Hay una vieja canción espiritual negra que siempre me desafía a examinar mi actitud hacia el mundo. El primer verso es el siguiente:4

El mundo no es mi hogar,
Sólo de paso estoy;
Mis tesoros yo los guardo más allá del cielo azul.
Los ángeles ya me llaman desde la puerta celestial,
Y en este mundo no hay nada que me pueda saciar. 

¿Expresan esas palabras tus sentimientos sobre este mundo?  ¿Qué palabra usarías para resumir tus pensamientos? ¿Celoso? ¿Ansioso? ¿Enamorado? ¿Alejado? ¿Te sientes cómodo o intranquilo?

En la tercera parte de esta serie sobre cómo vivir con una perspectiva eterna, explicaré por qué odio este mundo, y veré si Jesús y los apóstoles están de acuerdo. 


Notas

4) Albert Brumley, “Este Mundo no es mi Hogar (Sólo Estoy Pasando), un cántico espiritual negro de origen desconocido, arreglado por Albert E. Brumley. 

Lea la parte 1 aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

¡ICABOD! La Gloria está Partiendo (Parte 2 de 4)

Por Tim Moore 


El Simbolismo de Elí

A los 98 años, Elí claramente había vivido mucho tiempo. Había visto mucho, remontándose al período de los Jueces. Durante su vida, el pueblo judío se había establecido en la tierra y había sido servido por una serie de jueces — hombres y mujeres que ofrecían un liderazgo unificador. 

Elí había visto a Israel acosado por dificultades de los mismos pueblos que se suponía que debían eliminar de la tierra. Había sido testigo de la fractura de las tribus y su deriva de su promesa de servir sólo al Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Y, había servido como sumo sacerdote del Señor en Silo — donde el Arca residía en el tabernáculo de reunión. No es irrazonable pensar que, a los 98 años, Elí debería haber estado en el pináculo de su sabiduría e influencia sacerdotal. Y, sin embargo…

Elí aconsejando al joven Samuel

Él no intervino efectivamente para lidiar con el mal comportamiento de sus hijos. No aconsejó a los israelitas a buscar al Señor en lugar de simplemente echar mano del Arca como si fuera un talismán o encanto sagrado. En resumen, aparte de su sabio consejo de que el joven Samuel debería responder a la voz que escuchaba atentamente diciendo: “Habla, Jehová, porque tu siervo oye”, Elí parece haber sido ineficaz en su papel como juez y sumo sacerdote. En resumen, le faltaba la sabiduría de su edad. 

La Escritura también dice que Elí ya no podía ver. Eso se entiende como una descripción de una limitación física, pero también parece un comentario obvio sobre su estado espiritual.  Aunque era consciente del comportamiento perverso de sus hijos, cerró los ojos y permitió continuar con sus malos caminos.

Moisés había advertido que la desobediencia a Dios conduciría al pueblo judío a la ceguera espiritual. Él escribió: “Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu; y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve” (Deuteronomio 28:28-29). Incluso en su vejez, Elí tuvo que reconocer que Israel había perdido el rumbo y que se había quedado ciego bajo su liderazgo. 

La Obesidad de Elí

Curiosamente, Elí es uno de los pocos personajes en la Biblia cuyo contorno o peso es considerado digno de comentario. El primero fue posiblemente Eglón, rey de Moab. Debido a que los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor, Dios fortaleció a Eglón para ejecutar juicio. Jueces 3 explica que Israel sirvió a Eglón durante 18 años, hasta que Aod, el benjamita, derribó a Eglón y condujo a Israel a la victoria y 80 años de paz. La Biblia dice que Eglón se había vuelto tan obeso, que cuando Aod empujó una espada en el rey moabita, su grasoso vientre cubrió la hoja. 

¿Por qué se menciona el registro del peso de Elí? Porque el peso de Elí también es relevante para la historia. Al enterarse de la pérdida del Arca, Elí cayó de espaldas y se rompió el cuello — “porque era viejo y pesado”. ¿Cómo se hace pesado un sacerdote? Está implícito que Elí había seguido la práctica egoísta de sus hijos, que no sólo sumergían sus tenedores de tres puntas en la carne del sacrificio, sino que también exigían carne grasa cruda. 1 Samuel 2:17 describe dicho comportamiento como desprecio a la ofrenda del Señor.  

Nada menos que el famoso chef Gordon Ramsey ha dado un giro culinario al tema, declarando:

Siempre digo, “Nunca confíes en un cocinero gordo”, ¡porque se han comido todas las cosas buenas! Confía en un chef flaco, porque sabes que no se han consentido y comido todo. 

¿Estoy condenando a los que tienden hacia el lado pesado hoy? No del todo. Estoy pisando mis propios dedos, incluso haciendo esta observación porque ya estoy tendiendo a exceder los estándares de peso de la Fuerza Aérea que mantuve con tanto cuidado durante 34 años.

Pero, en la era en la que Elí vivió, la economía de Israel era impulsada por la agricultura. La mayoría de las personas habrían sido delgadas, debido a una dieta limitada y al trabajo incansable. La imagen de un sacerdote que sólo puede describirse como pesado es digna de mención, porque ofrece un contraste. La clara insinuación es que Elí se había vuelto obeso satisfaciéndose y comiendo — aprovechando el cargo sacerdotal que ocupaba.

No se puede escapar al hecho de que Estados Unidos es una de las sociedades con más sobrepeso del mundo. Es como que si nos hubiéramos acostumbrado tanto a la abundancia de la comida que ya no moderamos nuestra propia ingesta. Como tal, el flagelo de la hipertensión arterial y las enfermedades cardíacas y otras dolencias relacionadas con el peso, está en su punto más alto — y crece cada año. Y, ciertamente, esa descripción física de nuestra sociedad va de la mano con su salud espiritual cada vez más anémica.

Un Tiempo de Prueba

El último comentario sobre la vida de Elí fue que juzgó a Israel durante 40 años. Qué período de tiempo tan interesante. 40 años o 40 días aparecen una y otra vez en la Escritura. La Biblia menciona ese número específico 146 veces. Moisés vivió 40 años en Egipto y 40 años en el desierto, antes de que Dios lo llamara al servicio. Pasó 40 días en el Monte Sinaí en dos ocasiones separadas y dio a los espías hebreos 40 días para que observaran la Tierra Prometida. Los judíos luego vagaron en el desierto durante 40 años. A Nínive se le dio 40 días para arrepentirse antes de que cayera la destrucción. Y, Jesús fue tentado por Satanás durante un período de 40 días.

Se ha observado que el número 40 parece simbolizar un tiempo de prueba o juicio. Obviamente, Elí no fue el único juez en servir durante 40 años (Otoniel, Débora y Barac, y Gedeón juzgaron ese tiempo). Saúl, David y Salomón también reinaron durante 40 años cada uno. Pero, el mandato de Elí está marcado por una disminución constante en la fidelidad y el respeto a Dios — manifestado por sus propios hijos. El pueblo de Israel claramente falló ese período de prueba, cuando trataron el Arca del Pacto con tanto desdén. 

En el tercer segmento de esta mirada al destino de Estados Unidos, exploraremos los paralelos con Estados Unidos que se encuentran en el personaje bíblico de Elí.


Lea la parte 1 aquí 

Lea también:
El Destino de los EE.UU.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

miércoles, 16 de octubre de 2019

¡ICABOD! La Gloria está Partiendo (Parte 1 de 4)

Por Tim Moore 


El escritor de Eclesiastés nos dice que “no hay nada nuevo bajo el sol”. Algunos interpretan que significa que cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual. Otros simplemente afirman que, aunque la tecnología y lo que pasa por conocimiento ha cambiado, el corazón del hombre no ha cambiado. La Biblia demuestra una y otra vez la verdad del gran himno: “Propenso a vagar; Señor lo siento; propenso a dejar al Dios que amo”.

Lamentablemente, esa verdad no sólo se relaciona con los individuos, también se relaciona con pueblos y naciones. Reinos, ciudades-estados, y naciones surgen y caen. Todavía no hay una nación bajo el cielo que no se haya alejado del mismo Dios que ha derramado bendiciones sobre ella. Algunas se han caracterizado por la fidelidad al cristianismo bíblico — al menos en las costumbres culturales. Pero, las sociedades que una vez reverberaron con la verdad cristiana en todo el mundo occidental, han sucumbido a una ambivalencia postcristiana hacia la verdad misma.

¿Cómo se desvió Occidente tanto, y hay esperanza para Estados Unidos, que se está tambaleando al borde de ese mismo destino?

Ejemplos Bíblicos

Podemos aprender mucho del ejemplo de Israel y Judá. Formadas por el propio Pueblo Escogido de Dios, esas naciones estaban destinadas para la grandeza. Sus pueblos fueron bendecidos como ninguna otra nación, criados literalmente para dar testimonio de lo que una relación con el Dios viviente podría significar. Mucho antes de que los Estados Unidos cantaran sobre la gracia de Dios siendo derramada en nuestra tierra, Su favor inmerecido cayó sobre el pueblo judío. No los escogió porque fueran más dignos. Moisés dejó en claro que Él ni siquiera los escogió porque fueran poderosos en número, sino más bien por el amor y la gracia de Dios (Deuteronomio 7:6-8).

¿Apreció el pueblo judío el privilegio singular de tal bendición? ¿Reverenciaron al Dios que derramó dichas bendiciones? Claramente no. Es por eso que el Señor envió repetidamente profetas para advertir, para llamar al arrepentimiento y para declarar juicio.

Considere la situación en Israel inmediatamente después del período de los jueces. El libro de ese nombre nos dice repetidamente que “en estos días no había rey en Israel; casa uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25). Hubo algunas personas que vivieron de forma recta y ejemplar. Rut habla de uno de esos hombres llamado Booz, quien presagió a su descendiente, quien se convertiría en el definitivo pariente-redentor. Pero, I Samuel describe un pueblo que generalmente estaba haciendo mociones en lugar de buscar al Señor. Incluso los sacerdotes y los líderes religiosos se habían vuelto apáticos hacia Dios.

Corrupción Espiritual

El texto habla acerca de los despreciables hijos de Elí — Ofni y Finees. Aunque servían como sacerdortes del Señor, no lo conocían. Su desdén por Dios y su interacción egoísta con el pueblo eran bien conocidos. Elí reconoció sus malos caminos — desde servirse a sí mismos los sacrificios dedicados al Señor, hasta divertirse sexualmente con mujeres en la puerta del tabernáculo de reunión. Y, sin embargo, no tomó medidas para responsabilizar a sus propios hijos y garantizar la reverencia ante Dios.


En 1 Samuel 4, el pueblo se vio involucrado en una batalla contra su enemigo en curso, los filisteos. Después de alejarse de Dios bajo el liderazgo espiritual errante de hombres como Ofni y Finees, Israel se encontró derrotado. Los israelitas expresaron sorpresa total y exclamaron: “¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos” (v. 3). Su solución fue sacar el Arca del Pacto, presumiendo la protección del Señor. En otras palabras, aunque sus corazones estaban claramente lejos de Él, los israelitas veían a su dios-en-una-caja como el arma suprema o el talismán más seguro.

Viendo a Dios como un Amuleto de la Buena Suerte

¿Cuántas personas usan hoy un collar con la cruz o un brazalete que diga “¿Qué haría Jesús?”, no para proclamar descaradamente, “Jesús es el Señor”, sino porque creen que Dios está obligado a protegerlos de todo daño si se cubren con símbolos cristianos? Algo así como las viejas películas de terror, donde el vampiro podía ser expulsado por un espejo o una cruz. Pero Dios no es  un amuleto de buena suerte cósmico para usarse cuando las cosas se ponen difíciles. 

Samuel registra los resultados de ese trato insensible de Dios y la falta de respeto a Su Gloria Shejiná, que se cernía sobre el Propiciatorio del Arca. Para su consternación, Israel fue completamente derrotado una vez más y el Arca fue capturada. Además de eso, Ofni y Finees — los dos hombres cuya posición como sacerdotes debería haberles dado una visión para saber mejor — fueron asesinados. Cuando un joven trajo noticias de la tragedia a Elí, el principal sacerdote de Israel se cayó, se rompió el cuello, y murió.

La Biblia es inquebrantable en su descripción de Elí. Dice que Elí era muy viejo y que ya no podía ver, y que era muy pesado. También dice que Elí había juzgado a Israel durante 40 años. Tomados en conjunto, es instructivo considerar por qué esos rasgos están específicamente incluidos.

En el segundo segmento de esta mirada al destino de los Estados Unidos, exploraremos el simbolismo que se encuentra en el personaje bíblico Elí.

Lea también:
El Destino de los EE.UU.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

El Vigilante: Discurso del VP Pence y PM Netanyahu en la Cumbre CUFI


Erick Stakelbeck se encuentra en Washington, D.C., para la 14ta Cumbre anual de Cristianos Unidos por Israel en Washington. El Vicepresidente Mike Pence, el Secretario de Estado Mike Pompeo, el Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, el Embajador de EEUU en Israel, David Friedman y otros invitados especiales comparten cómo está creciendo la relación entre EE.UU. e Israel y por qué el apoyo cristiano a Israel es tan importante.

jueves, 10 de octubre de 2019

Observaciones del Editor: Profecías del Medio Oriente




Las profecías bíblicas del tiempo del fin se centran en el Medio Oriente y la nación de Israel.

Esas profecías dejan en claro que el pueblo judío será reunido en su patria en incredulidad en los tiempos del fin, y su nación será restablecida. Los escritores puritanos comenzaron a señalar y enfatizar estas profecías hace 400 años.

Los Burladores

Los líderes cristianos que estaban atrapados en la Teología del Reemplazo se rieron y se burlaron, y declararon que la Iglesia ha reemplazado a Israel y que Dios no tiene ningún propósito para el pueblo judío. 

Pero los fundadores de la Teología Dispensacional retomaron el tema del renacimiento de Israel en los tiempos del fin, y lo enfatizaron a lo largo del siglo XIX.

Por ejemplo, William Blackstone, en su libro clásico, “Jesús Viene” (1878), declaró: “Hay una gloriosa restauración reservada para Israel”. Este futuro aparentemente imposible tenía que pasar, argumentó, porque “es un hecho incontrovertible de la profecía”. Los críticos siguieron riéndose y burlándose de tales declaraciones.

Y muchos continuaron burlándose hasta el mismo día en que el Estado de Israel fue restablecido el 14 de mayo de 1948. Lo desestimaron como un “accidente de la historia” y argumentaron que la nueva nación sería rápidamente abolida por los árabes.

Rechazo Continuo de la Profecía Cumplida

Hasta el día de hoy, aquellos atrapados en el engaño de la Teología del Reemplazo continúan proclamando que el restablecimiento del Estado de Israel no es un cumplimiento de la profecía y que sus días están contados. 

Ciertamente es fácil entender por qué creen que Israel pronto dejará de existir. Después de todo, es una pequeña isla de sólo 6.5 millones de judíos ubicados en un océano de Estados árabes hostiles que suman más de 400 millones de personas.

Guerras del Tiempo del Fin

Pero la Biblia proclama que Israel sobrevivirá. El Salmo 83 retrata una guerra de aniquilación contra Israel por una coalición de naciones que tienen una frontera común con el Estado judío. Y aunque el Salmo no dice el resultado de la guerra, otros pasajes dejan en claro que Israel triunfará (Sofonías 2:4-5; Zacarías 12:9).

Ezequiel 38 y 39 cuenta cómo Dios mismo derrotará a una enorme coalición de naciones dirigida por Rusia, que invadirá a Israel en los tiempos del fin.

El profeta Zacarías retrata al Israel del tiempo del fin siendo como David contra Goliat y como un fuego que consume todo a su alrededor (Zacarías 12: 6, 8).

La profecía bíblica indica que nunca habrá paz verdadera en el Medio Oriente hasta que el Príncipe de la Paz regrese para gobernar todo el mundo desde el Monte Sion en Jerusalén.

Se nos dice en Salmos 122:6 que debemos “orar por la paz de Jerusalén”. Ésa es una oración por el regreso de Jesús.

¡Maranatha!


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Share/Bookmark