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La Muerte Antes y Después de la Cruz
Con respecto a la muerte, la Biblia enseña que, antes de la muerte de Jesús en la cruz, cuando la gente moría, sus espíritus — ya fueran salvos o no — iban a un lugar de espera llamado Seol en el Antiguo Testamento y Hades en el Nuevo Testamento. Seol es la palabra hebrea; Hades es la palabra griega.
Este lugar fue descrito por Jesús como teniendo dos compartimentos — uno para los salvos y otro para los perdidos (Lucas 16:19-31). El compartimento para los salvos se llamaba “Paraíso” o el “Seno de Abraham”. El compartimento para los perdidos se llamaba “Tormentos”.
El Hades no es el mismo lugar que el Infierno. Esto tiene que ser aclarado, porque algunas versiones de la Biblia confunden los dos, y traducen Hades como Infierno. El Hades es un lugar de espera para los espíritus de los muertos. El Infierno es el destino eterno de los que no son salvos. Actualmente residen en el Hades, en el compartimento llamado Tormentos.
La razón por la que los espíritus de los salvos no iban directamente al Cielo es porque su fe sólo cubría sus pecados, pero no les proporcionaba el perdón de ellos. Y, por lo tanto, no podían ser conducidos a la presencia de un Dios santo. Tuvieron que esperar hasta que un hombre perfecto, que no merecía la muerte, estuviera dispuesto a morir por sus pecados. Ese hombre perfecto era, por supuesto, Jesús de Nazaret, quien era Dios en la carne.
La Biblia dice que cuando Jesús murió, descendió al Hades e hizo una proclama (1 Pedro 3:18-19). No se nos dice lo que dijo, pero indudablemente debe haber sido: “¡La sangre ha sido derramada!”. Debido a Su sacrificio en la cruz, los pecados de los salvos ahora no sólo estaban cubiertos, sino que fueron perdonados por completo, lo que hizo posible que fueran llevados a la presencia de Dios el Padre.
Y así, en Efesios 4:8-10, se nos dice que cuando Jesús ascendió al Cielo, se llevó con Él a una “hueste de cautivos”. El Paraíso fue trasladado del Hades al Cielo — algo que luego confirmó el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:2-4. En este pasaje, Pablo declara que fue llevado al Cielo, que él identifica como el Paraíso.
El Cuerpo Intermedio
La Biblia también enseña que después de la muerte, todos recibimos lo que a menudo se conoce como “un cuerpo espiritual intermedio”. El nombre proviene del hecho de que este cuerpo posterior a la muerte es transicional entre nuestro actual cuerpo mortal y el cuerpo inmortal que como creyentes recibiremos al momento de nuestra resurrección.
El hecho de que existe ese cuerpo espiritual intermedio puede demostrarse fácilmente a partir de las Escrituras.
- Cuando el rey Saúl quiso saber cómo le iría en una próxima batalla, fue a ver a una bruja en Endor y le pidió que llamara a Samuel de entre los muertos para que pudiera consultar con él. Evidentemente, pensando que su espíritu demoníaco familiar aparecería, la bruja se asombró cuando Samuel apareció en su lugar y procedió a condenar a Saúl por traficar con el ocultismo (1 Samuel 28:7-19). Tanto ella como Saúl reconocieron a Samuel cuando apareció.
- Cuando Jesús contó la historia de Lázaro y el rico, dejó en claro que se reconocieron completamente después de que murieron y sus espíritus fueron al Hades, Lázaro al compartimento llamado Paraíso, y el rico al compartimento llamado Tormentos. Sus espíritus fueron incorporados en cuerpos identificables (Lucas 16:19-31).
- En Su transfiguración, Moisés y Elías se unieron a Jesús, y los apóstoles que estaban presentes pudieron reconocer a ambos hombres mientras hablaban con Jesús (Mateo 17:1-7).
- Cuando el apóstol Juan fue llevado al Cielo, vio una inmensa multitud de personas vestidas de blanco frente al trono de Dios, con ramas de palma en sus manos. Cuando preguntó quiénes eran, se le dijo que eran mártires que estaban saliendo de la Gran Tribulación (Apocalipsis 7:9-15).
En cada uno de estos casos, vemos personas muertas cuyos espíritus se han incorporado a cuerpos reconocibles que están vestidos.
Un Resumen
Entonces, ¿qué pasa cuando mueres? Si eres un hijo de Dios, tu espíritu es inmediatamente conducido a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles. Te dan un cuerpo espiritual intermedio, y permaneces en el Cielo, en la presencia de Dios, hasta el momento del Rapto.
Una Definición
Y así llegamos al Rapto. Comencemos nuestra consideración de esta promesa de Dios tan importante con una definición.
Definiría al Rapto como una bendición inminente que se promete a los creyentes de la Era de la Iglesia. Es la promesa de que en cualquier momento los vivos y los muertos en Cristo serán arrebatados de este mundo y llevados al Cielo.
El evento será señalado por el grito de un arcángel y el sonar de una trompeta. Jesús aparecerá en los cielos, trayendo con Él los espíritus de los muertos en Cristo.
Los cuerpos de aquellos creyentes que han muerto serán resucitados. Sus espíritus se reunirán con sus cuerpos, y serán glorificados instantáneamente, recibiendo inmortalidad.
Aquellos de nosotros que estemos vivos seguiremos, y en el camino para encontrarnos con el Señor, seremos transformados de mortales a inmortales
Quienes se queden tendrán que enfrentar el terror del Anticristo, durante siete años de tribulación sin precedentes aquí en la tierra.
¿Ve por qué esta promesa a la Iglesia es descrita en las Escrituras como una bendición con la que debemos “consolaos unos a otros”(1 Tesalonicenses 4:18).
En este punto, probablemente esté pensando, “Está bien, es una gran promesa, pero, ¿es real o es sólo el producto de imaginaciones fértiles? ¿Hay alguna base escritural para tal creencia?
El Rapto en la Escritura
La respuesta es que el concepto no está sólo en las Escrituras, pero se puede encontrar allí con gran detalle. Aquí está la presentación del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 4:
13) Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
14) Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
15) Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16) Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17) Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18) Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Por favor observe que en el versículo 15 Pablo dice que esto fue una revelación directa de parte de Jesús.
Como puede ver fácilmente, este pasaje es muy directo y fácil de entender. La única manera de evitar su significado de sentido llano es argumentar que éste no significa lo que dice, y luego proceder a espiritualizarlo. Esto es exactamente lo que muchos comentaristas bíblicos han hecho.
La mayoría de las denominaciones tratan con este pasaje afirmando que es sólo otra descripción de la Segunda Venida del Señor. Pero eso no puede ser cierto, por algunas razones muy obvias. Sólo hay dos descripciones detalladas del regreso del Señor en el Nuevo Testamento — una en 1 Tesalonicenses 4 y la otra en Apocalipsis 19.
No hay duda de que la de Apocalipsis es una descripción de la Segunda Venida. Cuando la compara con la descripción de 1 Tesalonicenses 4, surge un problema importante. El problema es que estas dos descripciones no tienen nada en común, excepto que ambas se enfocan en Jesús. Son tan diferentes como la noche y el día.
Considere la siguiente tabla que muestra cuán diferentes son.
¿Cómo pueden estos dos pasajes estar describiendo el mismo evento?
La distinción entre los dos se vuelve aún más clara cuando el pasaje del Rapto es comparado con otras descripciones de la Segunda Venida. Considere la breve descripción de Jesús de la Segunda Venida, contenida en Mateo 24:27-31 —
- Mientras que el Rapto siempre es descrito como un evento inminente, Jesús dice que Su Segunda Venida ocurrirá después de muchas señales que apuntarán al evento.
- En el Rapto, Jesús reúne a Sus santos, pero en la Segunda Venida, Jesús dice que los ángeles los reunirán.
- Y Jesús dice en el pasaje de Mateo que Su regreso a la tierra será anunciado por fenómenos sobrenaturales en los cielos — el oscurecimiento del sol y la luna, y las estrellas cayendo del cielo. Nada de esto se menciona en el pasaje del Rapto.
Otra distinción importante se menciona en Mateo 24:37-38, donde se nos dice que el Señor vendrá durante una época de relativa paz y prosperidad, cuando el mundo no está esperando el juicio de Dios. Sin embargo, en el capítulo 19 del libro de Apocalipsis, el Señor es presentado regresando a la tierra en un momento en que el mundo entero está envuelto en guerra y caos.
Estos versículos no pueden estar hablando del mismo evento. El pasaje en Mateo 24:27-38 debe estar hablando del Rapto, mientras que Apocalipsis 19 está hablando de la Segunda Venida.
Otra distinción se puede encontrar al comparar 1 Tesalonicenses 4:13-18 con Lucas 17:34-37. En el pasaje del Rapto en 1 Tesalonicenses 4, los redimidos son reunidos y llevados al Cielo. En el pasaje de Lucas, que habla de la Segunda Venida, ¡son los no redimidos los que son reunidos y llevados al lugar donde los buitres se alimentan!
Una Comparación del Antiguo Testamento
La distinción entre el Rapto y la Segunda Venida también se puede demostrar usando un pasaje clásico de las Escrituras hebreas acerca del regreso del Señor a esta tierra. El pasaje se encuentra en Zacarías 14:
1) He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos.
2) Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.
3) Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.
4) Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.
9) Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.
Zacarías continúa en los siguientes versículos para decir Jesús conquistará a todos los ejércitos con una palabra sobrenatural:
12) Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.
Entonces, Zacarías dice que el Señor regresará al Monte de los Olivos, pronunciará una palabra sobrenatural que destruirá a todos los ejércitos reunidos contra Israel y Jerusalén, y luego comenzará a reinar sobre toda la tierra.
Ahora, con este pasaje en mente, echemos un vistazo a una descripción que Jesús dio sobre Su regreso, que se encuentra en Juan 14:
1) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2) En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3) Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Como puede ver, estas dos descripciones del regreso de Jesús son tan diferentes como pueden ser. En el relato de Zacarías, Jesús viene a la tierra con ira para reinar. En el relato en el Evangelio de Juan, Jesús sólo aparece en los cielos en gracia, para llevarse a los creyentes al Cielo con Él.
¿Cómo pueden explicarse las diferencias?
La diferencia es que Zacarías está hablando de la Segunda Venida, mientras que Jesús, en Juan 14, está hablando del Rapto de la Iglesia — dos eventos claramente diferentes.
Entonces, “¿de qué se trata todo?”.
Respondamos a esa pregunta echando un vistazo a las preguntas más frecuentes sobre el Rapto y, en el proceso, esperemos que lleguemos a una comprensión más clara de la realidad, naturaleza e importancia del Rapto.
Traducido por Donald Dolmus