jueves, 28 de febrero de 2019

Recompensas Celestiales – Parte 1

Los Tipos – Sus Bases – Su Permanencia y la Diferencia que Deberían Hacer en su Vida  

Por Glenn Meredith



Tengo que ser honestos con ustedes sobre el hecho de que, desde la primera parte de mi vida, no estaba realmente entusiasmado con el regreso de Jesús. Puedo recordar estar sentado en una reunión de avivamiento una vez cuando era un adolescente, y el evangelista realmente dijo que, cuando Jesús regrese, vamos a comparecer ante Su tribunal y veremos cómo nuestras vidas son proyectadas en una pantalla de cine gigante y todos los pecados que hemos cometido se mostrarán en esa pantalla para que todos los vean. Para decir lo menos, ¡realmente no estaba esperando eso!

Desde entonces he encontrado que muchos creyentes comparten el mismo sentimiento de miedo y ansiedad que sentí cuando era un adolescente. Y si así es como se siente, ¡entonces tengo buenas noticias para usted! La gran exhibición de la película de tu vida no es lo que la Biblia enseña.

El Pasaje Incomprendido

Vayamos a este tema, echando un vistazo a 2 Corintios 5.10, donde el apóstol Pablo dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Ahora, toda mi vida, cuando leía ese pasaje, pensaba: “Está bien, voy a comparecer ante Jesús en Su tribunal, y me va a hablar sobre todas las cosas buenas que he hecho. Y todas esas cosas pecaminosas serán presentadas ante el mundo”.

Ahora, las grandiosas buenas noticias que tengo para usted es que este pasaje no enseña tal cosa. Hay varias palabras en el griego del Nuevo Testamento que pueden traducirse como “malo”. Un par de ellas significan moralmente malo, refiriéndose a algo que es pecaminoso o malvado. Pero la palabra que se usa aquí (kakos) es una palabra diferente, y su significado principal en este contexto es “sin valor”. Sería como si una persona dijera: “La fruta que compré está mala”. La palabra, mala, en esa oración no significa que la fruta sea moralmente pecaminosa o mala. Simplemente significa que no vale nada.



Eso es lo que Pablo está enseñando en 2 Corintios 5:10. Cuando nosotros, como creyentes, comparezcamos ante el tribunal de Cristo, no vamos a ser juzgados por nuestros pecados. En cambio, vamos a ser juzgados por las obras que hemos hecho para Jesús. Y lo que se evaluará son aquellas obras que hayamos hecho que sean valiosas para el Señor. La Biblia dice que recibiremos recompensas por aquellas cosas que hayamos hecho que sean valiosas. Y aquellas cosas que hayamos hecho que no tengan valor, que no tengan un valor eterno genuino, serán quemadas. 

Las Buenas Noticias sobre el Juicio

Ahora, ¿por qué es que cuando estemos ante el tribunal de Cristo, que de alguna manera no tendremos que dar cuenta de nuestros pecados? ¿Por qué es eso? ¿Dios sólo va a pasarlos por alto? ¿Estamos recibiendo un pase? No, las Escrituras dicen que aquellos que somos creyentes nunca nos presentaremos ante Jesús para dar cuenta de nuestras pecados. Y eso es debido a otro juicio que ya ha tenido lugar. Estoy hablando de cuando el Señor Jesucristo, nuestro glorioso Salvador, estaba colgado en la Cruz. La Biblia dice que la muerte de Jesús por nuestros pecados canceló la acusación de la deuda legal que había contra nosotros y que nos condenaba. Jesús la ha quitado, clavándola en la Cruz. 

La cruz era como la silla eléctrica del Imperio Romano. Era el medio de ejecución pública. Y así, cuando un criminal era crucificado, le clavaban en su cruz los cargos por los que estaba muriendo, de modo que todos los que pasaran y lo vieran conocieran los delitos por los que estaba siendo ejecutado.

Cuando nuestro Señor fue crucificado, Pilato hizo que colocaran un cartel en Su cruz que decía: “Éste es el Rey de los judíos”. Pero la Biblia dice que ése no fue realmente el crimen por el que murió. Su muerte, según Colosenses 2:14, fue por tus pecados y por los míos, que Dios clavó en la Cruz. Por lo tanto, mientras Jesús estaba colgado en la Cruz, Dios comenzó a tratar a Jesús como nos hubiera tratado a ti y a mí en juicio por nuestros pecados. Es por eso que Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Porque en ese momento Él estaba respondiendo por tus pecados y los míos.

Y así, mis pecados y los suyos fueron juzgados en la Cruz. Y debido a la sangre que Jesucristo derramó por nuestros pecados, debido a la muerte que sufrió en nuestro lugar, la Biblia dice que el libro de registro de nuestros pecados fue quitado, eliminado y cancelado. No hay más registro de tu pecado si eres un hijo de Dios. ¿No es una gran noticia? Y, de hecho, si te presentaras ante Dios y Él exigiera que tus pecados sean juzgados de nuevo, Él sería injusto.

Y por eso, cuando el Señor Jesús venga por Su Novia, la Iglesia, lo primero que hará es recompensar a Su Novia. No va a golpear a Su Novia con juicio. La Biblia nos dice que hay una promesa de recompensas.

Glenn Meredith es el pastor de la Iglesia Brookhaven en McKinney, Texas, la iglesia donde el Dr. Reagan y su esposa, Ann, son miembros. Glenn es oriundo de Louisiana. En 1983, se graduó de la Universidad Criswell en Dallas, con una Maestría en Estudios Bíblicos. Ha servido en la Iglesia Brookhaven por más de 30 años. La iglesia fue trasladada recientemente de Dallas al área de Frisco/McKinney, el área de crecimiento más rápido en Texas. Él y su esposa, Carol, son padres de dos hijos, un hijo y una hija, y tienen  dos nietos.


Material recomendado:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

jueves, 21 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Los Autores

Los Autores

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Darryl Nunnelley es oriundo del estado de Kentucky. Pasó tres años en la 101ª Aerotransportada, con un año de servicio en Vietnam. Luego asistió a la Universidad de Kentucky, donde obtuvo una licenciatura en Agronomía. Después de trabajar siete años con el Servicio de Conservación de Suelos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, abrió una empresa contratista general. Veinte años después, en 1996, se convirtió en un hotelero, y continúa en esa carrera hoy. Darryl se convirtió en cristiano a los diez años y comenzó a enseñar la Biblia en serio a la edad de 22 años. Desde entonces ha enseñado y predicado en 13 países, centrando la mayor parte de su esfuerzo en África, donde ha enseñado en escuelas cristianas, universidades bíblicas y conferencias para pastores. Ha provisto becas a más de 120 estudiantes en un seminario en Kenia. Darryl tiene dos hijos y cinco nietos.

Dave Reagan es oriundo de Texas. Asistió a la Universidad de Texas en Austin, donde se especializó en Gobierno e Historia. Después de obtener una Beca Woodrow Wilson, asistió a una escuela de posgrado en Harvard, donde obtuvo un doctorado en Derecho y Política Internacional. Después de enseñar durante 20 años en varios colegios y universidades, fundó el Ministerio Cordero y León en 1980, con el propósito de enseñar los fundamentos de la profecía bíblica y proclamar el pronto regreso de Jesús. Desde entonces ha realizado conferencias de profecía bíblica en todo los Estados Unidos y alrededor del mundo. Es el autor de 15 libros, y funge como el anfitrión del programa de televisión del ministerio llamado “Cristo en la Profecía”, que se transmite a nivel nacional e internacional. Él y su esposa, Ann, han estado casados por casi 60 años. Tienen dos hijas, cuatro nietos y dos bisnietos.  


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

domingo, 17 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 24 (pdf)

Un Resumen General

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Hecho: El mensaje de la profecía bíblica para los creyentes es que “¡Jesús triunfará, y ganaremos al final!”.  

Escritura Clave: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).

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Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 23 (pdf)

La Muerte

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Hecho: Muy pocos creyentes son conscientes de lo que la Biblia enseña acerca de la vida después de la muerte. 

Escritura Clave: “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).

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sábado, 16 de febrero de 2019

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 24

Un Resumen General

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Hecho: El mensaje de la profecía bíblica para los creyentes es que “¡Jesús triunfará, y ganaremos al final!”.

Escritura Clave: Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).

Hemos aprendido de la Palabra de Dios que cuando los que somos cristianos morimos, nuestros espíritus nunca pierden su conciencia (Filipenses 1:21-23; 2 Corintios 5:8). En cambio, nuestros espíritus plenamente conscientes son conducidos inmediatamente a la presencia de Jesús por Sus santos ángeles (Lucas 16:22).

Nuestros espíritus son vestidos con un cuerpo espiritual intermedio y permanecen en la presencia del Señor hasta que aparezca por Su Iglesia al momento del Rapto. En ese momento, Él trae nuestros espíritus con Él, resucita nuestros cuerpos, y luego glorifica nuestros cuerpos, perfeccionándolos y haciéndolos eternos (1 Tesalonicenses 4:13-18).

Regresamos con Él al Cielo en nuestros cuerpos glorificados donde somos juzgados por nuestras obras para determinar nuestros grados de recompensas (2 Corintios 5:10). Cuando este juicio termine, participamos en una gloriosa fiesta de bodas para celebrar la unión de Jesús y Su Novia, la Iglesia (Apocalipsis 19:7-9).

Testigos de Gloria

Al final de la fiesta, irrumpimos de los cielos con Jesús, regresando con Él a la tierra en gloria (Apocalipsis 19:14). Somos testigos de Su victoria en Armagedón, gritamos “¡Aleluya!”, cuando es coronado Rey de reyes y Señor de señores, y nos deleitamos en Su gloria cuando comienza a reinar sobre toda la tierra desde el Monte Sion en Jerusalén (Zacarías 14:1-9; Apocalipsis 19:17-21).

Durante mil años participamos en ese reinado, asistiéndole con la instrucción, administración y aplicación de Sus leyes perfectas (Daniel 7:13-14, 18, 27; Apocalipsis 20:1-6). Vemos la tierra regenerada y la naturaleza reconciliada (Isaías 11:6-9). Vemos abundar la santidad y la tierra inundada con paz, rectitud y justicia (Miqueas 4:1-7).

Al final del Milenio, somos testigos de la liberación de Satanás para engañar a las naciones. Vemos la naturaleza verdaderamente despreciable del corazón del hombre cuando millones se unen a Satanás en su intento de derrocar el trono de Jesús. Pero gritaremos “¡Aleluya!” otra vez cuando presenciamos la destrucción sobrenatural  por Dios de los ejércitos de Satanás y vemos a Satanás mismo lanzado al lago de fuego, donde será atormentado para siempre (Apocalipsis 20:7-10).

Luego seremos testigos del Juicio del Gran Trono Blanco, cuando los injustos son resucitados para comparecer ante Dios. Veremos las perfectas santidad y justicia en acción cuando Dios pronuncie Su terrible juicio sobre esta congregación de condenados que han rechazado Su regalo de amor y misericordia en Jesucristo (Apocalipsis 20:11-13).

Jesús será plenamente vindicado, ya que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Él es el Señor. Entonces los injustos recibirán su justo merecido cuando sean lanzados al lago de fuego (Apocalipsis 20:14-15).

Testigos de una Nueva Creación

Luego seremos testigos del espectáculo de juegos artificiales más espectacular de toda la historia.

Seremos llevados a la Nueva Jerusalén — la Nueva Jerusalén preparada por Jesús para Su Novia — y desde allí observaremos cómo Dios renueva esta tierra con fuego, quemando toda la inmundicia y contaminación  dejada por la última rebelión de Satanás (2 Pedro 3:12-13).

Así como los ángeles se regocijaron cuando Dios creó el universo, nos regocijaremos al ver a Dios sobrecalentar esta tierra y remodelarla como una bola de cera caliente en la Tierra Nueva, la tierra eterna, el paraíso donde viviremos para siempre en la presencia de Dios (Apocalipsis 21:1-7).

¡Qué momento glorioso será cuando bajemos a la Tierra Nueva dentro de la fabulosa Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:3). Él proclamará: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5).

Veremos a Dios cara a cara (Apocalipsis 22:4). Él enjugará todas nuestras lágrimas (Apocalipsis 21:4). La muerte no será más (Apocalipsis 21:4). Se nos darán nuevos nombres (Apocalipsis 2:17), y existiremos como personalidades individuales revestidos en cuerpos perfectos (Filipenses 3:21). Y creceremos eternamente en conocimiento y amor de nuestro Creador infinito, honrándolo con nuestros dones y talentos. 

Por decir lo menos, éstas son promesas de Dios que deberían darnos esperanza. Deberíamos poder entusiasmarnos con ellas y desear compartirlas con aquellos que no conocen a Jesús como su Señor y Salvador. 

Cita:

“Un continuo mirar hacia el mundo eterno no es, como algunos piensan, una forma de escapismo o un hacerse castillos en el aire, sino una de las cosas que el cristiano debe hacer. No quiere decir que debamos dejar el mundo actual tal como  es. Si leemos la historia, veremos que los cristianos que más hicieron por el mundo presente fueron precisamente los que más se ocuparon del mundo venidero. Los apóstoles mismos que pusieron los fundamentos para la conversión del Imperio Romano, los grandes hombres que edificaron la Edad Media y los evangélicos ingleses que abolieron la trata de esclavos dejaron su marca sobre la tierra, precisamente porque sus mentes se hallaban ocupadas por las cosas del cielo. Desde que los cristianos han dejado de pensar en el otro mundo han llegado a ser ineficaces en éste. Aspiren al cielo y obtendrán la tierra "por añadidura"; aspiren a la tierra y no tendrán ni lo uno ni lo otro”. C. S. Lewis en Cristianismo…¡y nada más!

Preguntas:

1) ¿Entiende ahora por qué un estudio de la profecía bíblica es tan importante? ¿Cuál cree que es la razón más importante?

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2) ¿Desea profundizar más en la Palabra Profética de Dios? ¿Hay algún tema particular sobre el que desee obtener más información?

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3) Repasando las lecciones de este libro, ¿cuál fue la más interesante para usted, y por qué?

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4) Muchas personas, incluyendo a algunos pastores, les gusta bromear que no son amileniales, premileniales ni postmileniales. En cambio, dicen que son “pan-mileniales” porque no saben lo que va a suceder en el futuro, pero creen que “todo saldrá bien al final”. ¿Ve que esto es sólo una excusa para no estudiar la profecía bíblica? ¿Y se da cuenta ahora de cuánto de la Palabra de Dios está ignorando? ¿Cuál sería su respuesta a un pan-milenialista?

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5) Muchos cristianos ignoran la profecía bíblica porque dicen que es “demasiado aterradora”. Como resultado, muchos ni siquiera han leído el libro de Apocalipsis. ¿Cómo le respondería a una persona así?

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6) Muchos pastores ignoran la enseñanza y predicación de la profecía bíblica porque dicen que es una quimera sin ninguna relevancia para el aquí y ahora. ¿Cuál es su respuesta?

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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