martes, 4 de septiembre de 2018

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lunes, 3 de septiembre de 2018

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 11 (conclusión)

La Profecía en el Nuevo Testamento

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La Revelación de Jesús

Las profecías de Jesús no terminan con los Evangelios. Tenga en cuenta que el libro de Apocalipsis es una revelación de Jesús a Juan. Las cartas a las siete iglesias de Asia, registradas en Apocalipsis 2 y 3, son cartas de Jesús. Contienen muchas declaraciones proféticas, particularmente sobre las gloriosas recompensas que esperan a los que “vencieren”.

El Nuevo Testamento termina con un pronunciamiento profético de Jesús. Contiene Sus últimas palabras registradas: “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22:20).

Las Epístolas

Pedro, Pablo y Juan a menudo hablan proféticamente en las Epístolas. Pablo dedica tres capítulos completos en Romanos (9-11) a la discusión de la salvación futura de un remanente judío. En Romanos 1:18-32, él nos da una visión detallada de la naturaleza pervertida de la sociedad del tiempo del fin. En Romanos 8:18-25 provee una imagen inspiradora de la redención futura del universo.

Dos de las epístolas de Pablo, 1 y 2 de Tesalonicenses, están casi enteramente dedicadas a la profecía acerca del regreso de Cristo. En estas letras encontramos la descripción más detallada del Rapto que está contenida en la Biblia (1 Tesalonicenses 4:13-18). Pablo también da mucha información detallada acerca del “día del Señor” en 1 Tesalonicenses 5 y 2 Tesalonicenses 2.

La mayoría de lo que sabemos acerca de los cuerpos glorificados de los redimidos proviene de la descripción que Pablo da en 1 Corintios 15 y 2 Corintios 5. En sus cartas a Timoteo, Pablo explica las señales del regreso del Señor, particularmente las señales de la sociedad (2 Timoteo 3:1-5). Pablo también pasa un tiempo considerable en sus escritos exhortando a sus lectores a vivir vidas piadosas mientras aguardan la Segunda Venida (Romanos 13; 1 Timoteo 6; Tito 2).

Las declaraciones proféticas de Juan en sus epístolas se relacionan casi exclusivamente con el espíritu del anticristo que prevalecerá en los tiempos del fin (1 Juan 2:18-29). Pedro escribe mucho más extensamente acerca de los tiempos del fin en sus epístolas. En 2 Pedro 3, él profetiza el desarrollo de la teoría científica del Uniformismo, uno de los pilares de la Evolución. En ese mismo pasaje, provee una imagen dramática de la reformación de los cielos y la tierra mediante el fuego.

El escritor de Hebreos dirige sus comentarios proféticos hacia la lucha cósmica por el dominio sobre la tierra. Él señala que, aunque Jesús recuperó de Satanás ese dominio por Su obra en la cruz, Jesús aún no está ejerciendo ese dominio, y no lo hará hasta que regrese para reinar sobre el mundo (Hebreos 2:5-8).

La profecía de la Segunda Venida más antigua en la Biblia está contenida en el libro de Judas, en los versículos 14-15. En estos versículos, Judas cita una visión atribuida a Enoc en la séptima generación desde Adán. En la visión, Enoc vio al Señor volviendo para derramar la ira de Dios sobre los impíos.

El Libro de Apocalipsis

El último libro en el Nuevo Testamento se centra en el período de la Tribulación y la ira de Dios que se derramará sobre todos los hombres para motivarlos al arrepentimiento. Presenta la historia del aplastamiento final de Satanás y el triunfo glorioso de Jesús. Provee una mirada breve al reinado milenial del Señor y luego concluye con un intrigante vistazo de la increíble nueva Jerusalén, que servirá como el hogar eterno de los santos en la tierra nueva.

Un mito común es la idea de que Apocalipsis 20 provee toda la información que la Biblia contiene acerca del Milenio. La verdad es que Apocalipsis 20 revela muy poca información acerca del reinado milenial. Nos dice que el reinado durará 1,000 años, pero los rabinos judíos habían deducido eso mucho antes de que Apocalipsis fuera escrito. Dice que Satanás será atado al comienzo del Milenio, algo que puede deducirse fácilmente de las profecías del Antiguo Testamento acerca de la paz y la justicia que prevalecerán durante ese tiempo. Declara que los santos reinarán con Jesús, pero eso ya había sido específicamente profetizado en muchos pasajes del Antiguo Testamento (vea, por ejemplo, Daniel 7:14, 18, 27). La rebelión de Satanás al final del Milenio es información nueva, pero no el hecho de que su destino final será la derrota total (Daniel 11:45).

La gran mayoría de la información que tenemos sobre la naturaleza del Milenio es provista por la profecía del Antiguo Testamento, particularmente las profecías de Isaías. El Milenio no es un concepto del Nuevo Testamento limitado a un capítulo en Apocalipsis.

Apocalipsis nos provee la información más detallada acerca del Estado Eterno. Aun así, lo que revela simplemente abre el apetito y estimula la imaginación. El hecho del asunto es que la Biblia nos dice muy poco acerca del Estado Eterno, excepto que los redimidos tendrán cuerpos glorificados e inmortales y vivirán en la presencia de Dios en una nueva Jerusalén en una tierra nueva. ¡Pero qué perspectiva tan emocionante es ésta! Romanos 8:18 dice “que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

Las muchas promesas gloriosas concernientes al futuro que están contenidas en la profecía del Nuevo Testamento deberían provocarnos a gritar: “¡Maranatha!” (1 Corintios 16:22).


Preguntas:

1) Lea Mateo 24:4-14. ¿Cuántas categorías de las señales de la Segunda Venida puede encontrar en este pasaje. Nómbrelas.

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2) Lea 1 Tesalonicenses 4:13-18. ¿De qué cree que este pasaje está hablando?

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3) Lea 2 Timoteo 3:1-5. ¿Ve alguna de estas señales del tiempo del fin en nuestra sociedad hoy?

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4) Lea 2 Timoteo 4:1-4. ¿Ve que esta profecía se esté cumpliendo en la Iglesia hoy?

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5) Lea Romanos 1:18-28. ¿Cree que alguno de estos versículos se aplica a nuestra nación hoy?

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6) Lea Apocalipsis 2 y 3 y note todas las recompensas que Jesús promete dar a los “vencedores”. 

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Lea la parte 1 »»aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 11 (parte 1)

La Profecía en el Nuevo Testamento

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Hecho: El Nuevo Testamento contiene Profecías sobre la Primera y la Segunda Venida del Mesías

Escritura Clave:Además, contamos con la muy confiable palabra profética, a la cual ustedes hacen bien en atender, que es como una antorcha que alumbra en la oscuridad…” (2 Pedro 1:19 – RVC). 

Las profecías acerca del Primer Advenimiento del Mesías no se limitan al Antiguo Testamento. Ésta es una verdad que a menudo se pasa por alto.

Las Fuentes del Nuevo Testamento

Los Evangelios contienen una serie de profecías acerca del Primer Advenimiento. Un buen número de ellas se agrupan alrededor del nacimiento de Jesús.

Los ángeles hablaron de las profecías acerca de la Primera Venida del Señor a José (Mateo 1:20-21) y María (Lucas 1:26-37), y también al sacerdote Zacarías (Lucas 1:13-17). Las profecías fueron dadas a los pastores de Belén (Lucas 2:9-14). También hubo varias profecías que el Espíritu Santo generó de personas conectadas con el nacimiento de Jesús — personas como los padres de Juan el Bautista (Zacarías en Lucas 1:67-79 y Elizabeth en Lucas 1:41-43).

A María, la madre de Jesús, le fue dada una canción profética (Lucas 1:46-55). Y a dos profetas ancianos llamados Simeón (Lucas 2:25-35) y Ana (Lucas 2:36-38) se les dieron mensajes proféticos cuando los padres de Jesús lo llevaron al templo para dedicarlo a Dios.

Juan el Bautista, quien era un profeta de Dios, hizo varias declaraciones proféticas acerca de su primo, Jesús (Mateo 3:11-12). Y Caifás, el sumo sacerdote en el tiempo de la muerte de Jesús, fue dirigido por el Espíritu Santo a hacer una declaración profética acerca de la muerte de Jesús y su significado (Juan 11:49-52).

Jesús, “El Profeta”

La mayor parte de las profecías del Nuevo Testamento concernientes a los eventos relacionados con el Primer Advenimiento provino de la boca de Jesús mismo. Mil quinientos años antes, Moisés había profetizado que el Mesías sería un profeta (Deuteronomio 18:15, 18). Ésta es la razón por la que a Juan el Bautista se le preguntó si él era “El Profeta” (Juan 1:21-23).

Más tarde, cuando Jesús comenzó Su ministerio, Sus señales milagrosas causaron que la gente exclamara: “Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo” (Juan 6:14; 7:41).

Jesús ciertamente actuó como un profeta. Habló profecías voluminosas concernientes a Su Segundo Advenimiento. También habló proféticamente acerca de eventos que ocurrirían durante Su Primer Advenimiento — o que resultarían de él.

El Tema de Discusión

Con respecto a Su Primera Venida, el tema al que Jesús le dio más atención fue a Su muerte y resurrección. Repetidamente, les dijo a Sus discípulos que lo matarían y que resucitaría de entre los muertos el tercer día después de Su muerte (Mateo 16:21)

Otro tema sobre el que profetizó en detalle fue el del Espíritu Santo. Declaró que enviaría al Espíritu después de Su partida, y profetizó cuál sería la obra del Espíritu (Juan 14:26).

La Importancia

La exactitud del 100% de las profecías de Jesús acerca de Sí mismo es una prueba positiva de que Él es Dios en la carne. También fue totalmente preciso en Sus profecías sobre individuos (Mateo 26:31-34), los judíos (Mateo 23:37-38), la ciudad de Jerusalén (Lucas 21:5-6), y la Iglesia (Mateo 16:18-19). No hay duda de que Jesús era “El Profeta”, a quien Moisés le dijo a su pueblo que esperara — Quien también sería el Mesías de Dios.

Hizo comentarios frecuentes sobre Su Segundo Advenimiento. Subrayó la certeza de Su regreso y el hecho de que regresaría en ira para ejecutar la venganza de Dios (Mateo 16:27).

Jesús también enfatizó la certeza del juicio y la recompensa para todos — tanto para los justos como para los injustos. Enseñó que habrá grados de bendición para los justos y grados de castigo para los injustos. Él se centró particularmente en las recompensas que les esperan a aquellos que lo han aceptado en fe. Hizo hincapié en la recompensa de la vida eterna, pero también describió una impresionante variedad de otras recompensas — algunas que serán para todos los creyentes y otras, recompensas especializadas, que se otorgarán por un servicio distinguido en el reino.

El pronunciamiento profético más profundo de Jesús fue Su “Discurso del Monte”, pronunciado a Sus discípulos en el Monte de los Olivos durante la última semana de Su vida. Éste provee una inspección panorámica de las señales que debemos vigilar, que señalarán la época de Su regreso (Mateo 24).

Lea la conclusión »»aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

sábado, 1 de septiembre de 2018

Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 10 (pdf)

La Teología del Reemplazo

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Hecho: Muchos cristianos creen que la Iglesia ha reemplazado a Israel, y que Dios se ha desentendido de los judíos. 

Escritura Clave:¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso…” (Romanos 3:1-4).

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Estimado lector: Su valiosa contribución, manifestada a través de sus oraciones y sus ofrendas voluntarias, hace posible que sigamos produciendo materiales que contribuirán grandemente a su crecimiento y edificación espiritual.

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Libro: Los Fundamentos de la Profecía Bíblica – Lección 9 (pdf)

Los Judíos en la Profecía

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Hecho: El enfoque profético de la Biblia sobre Israel es el segundo después de sus profecías concernientes al Mesías.

Escritura Clave:Porque eres [el pueblo judío] pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra” (Deuteronomio 14:2).


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