La Redención de Israel
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VII. El Milenio y Primacía
Después de que todos los creyentes judíos en el planeta Tierra sean reunidos en Israel, Jesús inaugurará Su reinado milenial al convertirlos en la nación principal en la tierra. En el proceso, Él cumplirá todas las promesas que han sido hechas al pueblo judío en sus Escrituras.
Las bendiciones que recibirán son simplemente alucinantes. El profeta Isaías las describe en detalle en tres capítulos — del 60 al 62 —. Comienza proclamando, “¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha llegado tu luz [el Mesías], y la gloria del SEÑOR ha resplandecido sobre ti” (Isaías 60:1). Luego procede a enumerar las bendiciones específicas que el pueblo judío recibirá:
- Israel será la nación principal en la tierra — una luz literal a todas las otras naciones, porque la Gloria Shejiná del Señor reposará sobre la nación (Isaías 60:3).
- La riqueza de las naciones será dada a Israel (Isaías 60:5, 10, 16; 61:6).
- Un glorioso nuevo Templo será provisto (Isaías 60:7, 13).
- La nación de Israel disfrutará la paz (Isaías 60:11, 17-18).
- La tierra de Israel será recuperada, recibiendo “la gloria de Líbano” (Isaías 60:13).
- El Señor Mismo morará en Jerusalén, y se llamará “la ciudad del Señor”, que significa “La Ciudad de Jehová” (Isaías 60:13-14, 19).
- El pueblo judío recibirá respeto en todo el mundo, convirtiéndose en “gloria eterna, motivo de regocijo de generación en generación” (Isaías 60:15).
- La tierra de Israel — toda la que ha sido prometida (Génesis 15:18-21) — será dada al pueblo judío para que la posea para siempre (Isaías 60:21).
- El pueblo judío recibirá una guirnalda de gozo y un manto de alabanza (Isaías 61:3, 7, 10).
- Todas las ruinas antiguas de Israel serán reedificadas (Isaías 61:4).
- El pueblo judío servirá como “sacerdotes del Señor” y se hablará de ellos como “ministros de Dios” (Isaías 61:6).
- El pueblo judío recibirá un nuevo pacto “eterno” con el Señor (Isaías 61:8-9).
La Renovación de Jerusalén
Isaías concluye esta notable serie de capítulos centrándose en lo que el Señor va a hacer con Jerusalén. Él dice que la ciudad será una “corona de esplendor en la mano del SEÑOR” (Isaías 62:3). Será un glorioso lugar de justicia (Isaías 62:2). Y será “una alabanza en la tierra (Isaías 62:7).
Isaías también dice que a Jerusalén se le dará un nuevo nombre (Isaías 62:2), pero no revela ese nombre. Sin embargo, el profeta Ezequiel sí lo hace. Él dice que será “Jehová-sama”, que significa, “El Señor está allí” (Ezequiel 48:35).
La Primacía de Israel
Y ciertamente lo estará. Isaías dice que el Mesías reinará sobre todo el mundo desde Jerusalén como Rey de reyes y Señor de señores (Isaías 2:1-4). Ezequiel nos dice que David en su cuerpo glorificado reinará como Rey de Israel (Ezequiel 34:23-24). Daniel dice que todos los santos en cuerpos glorificados (tanto judíos como gentiles) reinarán con el Mesías en todo el mundo, gobernando sobre los gentiles salvos que vivieron al final de la Tribulación y se les permitió entrar al Milenio en la carne para repoblar la tierra (Daniel 7:13-14, 18, 27).
Las bendiciones de Dios van a fluir a las naciones del mundo a través del pueblo judío, y se les dará el honor y respeto que se merecen como el Pueblo Escogido de Dios — algo que se les ha negado a lo largo de su historia —. Mientras que hoy son vilipendiados, perseguidos y maltratados de todas las maneras imaginables, durante el reinado de mil años de Jesús, serán tan respetados que, cuando un judío camine, diez gentiles tomarán su manto y dirán, “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros” (Zacarías 8:23).
VIII. Conclusión
Al repasar las profecías concernientes al pueblo judío que Dios ya ha cumplido, y considerando las profecías que aún deben cumplirse, me siento abrumado por el amor apasionado de Dios hacia el pueblo judío.
Cualquier dios creado por la mente del Hombre se habría lavado sus manos del pueblo judío hace mucho tiempo. Sólo el verdadero Dios de Gracia, el Creador, continuaría amándolos y persiguiéndolos a pesar de su obstinada rebelión contra Él.
Pero entonces, eso es cierto de cada uno de nosotros, tanto gentiles como judíos. No hay una sola persona en el planeta Tierra hoy que merezca el amor de Dios y la salvación que Él ofrece a través de la sangre de Su Hijo. Todos nosotros hemos pecado y hemos sido destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:9-23).
El pueblo judío fue seleccionado por Dios para ser Su Pueblo Escogido, y aún lo son. Eso no significa que sean automáticamente salvos. Más bien, significa que fueron seleccionados para ser testigos del Único Dios Verdadero para el mundo (Deuteronomio 7:6-9; Isaías 43:10-12).
Cuando fallaron en aceptar a su Mesías, Dios los puso bajo disciplina, donde permanecen hasta el día de hoy. Pero también siguen siendo testigos de la gracia insondable de Dios. Él ha prometido que, a pesar de su rechazo de Su Hijo, tiene la intención de perseguirlos hasta el punto de su arrepentimiento, momento en el cual un gran remanente de ellos será perdonado y sellado para la redención.
El Plan del Tiempo del Fin
Hoy, podemos ver a Dios poniendo Su plan del tiempo del fin para Israel en acción:
- Él los ha devuelto a su tierra y a su ciudad capital de Jerusalén, tal como lo prometió.
- Él ahora está trayendo a todas las naciones del mundo contra ellos, tal como fue profetizado.
- Pronto será colocados en un fuego refinador durante la Tribulación — de nuevo, tal como ha sido profetizado —.
- A través de su intenso sufrimiento de su “tiempo de angustia”, serán llevados al final de sí mismos.
- Y cuando su Mesías irrumpa de los cielos, se arrepentirán y clamarán, “¡Bendito es el que viene en el Nombre del SEÑOR!”.
Jesús Mismo les dijo a Sus discípulos durante la última semana de Su vida en esta tierra que Él no regresaría hasta que el pueblo judío estuviera dispuesto a clamar: “¡Baruch Haba B’Shem Adonai!”(Mateo 23:39).
La Salvación del Remanente
Cuando el pueblo judío se vuelva a Dios en arrepentimiento, Él perdonará y olvidará y los recibirá en casa como a un hijo pródigo, demostrando una vez más Su gloriosa gracia. Todo lo cual motivó al apóstol Pablo a clamar: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).
De la misma manera, toda la nación judía redimida se llenará de gozo más allá de cualquier cosa que alguna vez hayan experimentado. Es el día que exclamarán (Salmo 98:1-3):
1) Cantad a Jehová cántico nuevo,
Porque ha hecho maravillas;
Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2) Jehová ha hecho notoria su salvación;
A vista de las naciones ha descubierto su justicia.
3) Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel;
Todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.
Mi ferviente oración es que este día se hará realidad en la historia muy pronto.
¡MARANATHA! (1 Corintios 16:22).
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Traducido por Donald Dolmus
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