lunes, 29 de enero de 2018

Libro Electrónico: Atrapada en el Infierno de Hitler

Por Anitta Ditman y Jan Markell

Haga clic sobre la imagen para descargar el libro


Una joven judía descubre la fidelidad del Mesías en medio del Holocausto



Contenido


Una nueva época — “¡Heil Hitler!”

Una raza en desgracia

Atrapadas

“Una maravillosa cristiana”

“¡Abran la puerta!”

Trabajos forzados

Ictericia

Adiós, mamá

Pan Zweiback

El campo de trabajo

Sostenida

Unos momentos de libertad

El escape

Hospitalizada

El final del viaje

Epílogo

Si desea obtener otros materiales, visite el sitio web oficial del Ministerio:

sábado, 27 de enero de 2018

Audio: El Holocausto en la Profecía – Donald Dolmus (Parte 1)



Durante este programa, el cual se transmite de lunes a viernes en Radio Ondas de Luz (94.3 FM, en TuneIn o ondasdeluz.com), hice un análisis del Holocausto a la luz de la Profecía Bíblica.

Espero que les sea de bendición

Escuche la parte 2 aquí
Escuche la parte 3 aquí
Escuche la parte 4 aquí


Editorial: Mezquindad Antijudía



Por acuerdo de las Naciones Unidas del 1 de noviembre de 2005, hoy 27 de enero es el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto.

La ONU escogió este día, porque el 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron a los pocos sobrevivientes del campo de Auschwitz-Bikernau, el peor de todos los campos de exterminio nazis. Allí perdieron la vida 1.1 millón de personas, en su gran mayoría judíos.

El propósito fundamental de la conmemoración del Holocausto de seis millones de personas que fueron exterminadas solo por ser judías, es renovar cada año el compromiso de las naciones, los Estados y la humanidad, de no permitir que vuelva a ocurrir una monstruosidad como esa.

El Estado de Nicaragua acogió en 2009 la conmemoración anual de las víctimas del Holocausto, mediante una Resolución Legislativa de la Asamblea Nacional aprobada el 5 de noviembre de ese año y publicada en La Gaceta, Diario Oficial, del 25 del mismo mes. En los considerandos de dicha Resolución Legislativa se dice que “el Holocausto judío nos conmueve a todos (los nicaragüenses) y nos concita a reflexionar cada día sobre tan bochornoso acto de exterminio (por lo) que es necesario sensibilizar a la población nacional y mundial sobre este hecho, a fin de evitar en el futuro actos semejantes en contra de la humanidad”.

Pero al reconocer oficialmente en Nicaragua el 27 de enero como Día Internacional de las Víctimas del Holocausto, los diputados (mayoritariamente liberales en ese tiempo), consignaron en la Resolución Legislativa que la Asamblea Nacional podrá celebrar, no que celebrará cada año una Sesión Especial “en la que se recuerde y rememore el Holocausto y se ore a Dios por la Paz en Jerusalén y de todas las naciones y pueblos de la tierra”. De manera que la celebración de la sesión especial es opcional, depende de la voluntad política del partido que tiene la capacidad de decisión en el órgano legislativo del Estado.

Esto le ha permitido al partido gubernamental FSLN —que domina de manera absolutista la Asamblea Nacional y sus prejuicios antiisraelíes son bien conocidos— rechazar la propuesta que presentó el jefe de bancada del PLC, diputado Miguel Rosales, de celebrar la sesión especial en memoria del Holocausto este martes 30 de enero.

Según Rosales, el argumento de los orteguistas para impedir la sesión especial es que “no es el momento internacional” para conmemorar el Holocausto. Obviamente, se refieren a que el régimen de Daniel Ortega apoyó en la ONU la condena al gobierno de los Estados Unidos, por haber reconocido a Jerusalén como capital de Israel. Pero nada tiene que ver una cosa con la otra. En el fondo de lo que se trata es de una mezquindad política antijudía del orteguismo, para no conmemorar oficialmente a las víctimas del Holocausto.

Sin embargo, los diputados que no son orteguistas y las organizaciones cívicas y religiosas que simpatizan con Israel —el único Estado democrático del Oriente Medio— podrían si quisieran rendir fuera de la Asamblea el homenaje a las víctimas del Holocausto y hacer valer, de hecho, la Resolución Legislativa del 5 de noviembre de 2009.

Fuente: La Prensa

¿Por Qué Permitió Dios el Holocausto?



Respuesta: Al tratar con el problema del mal en el mundo, nos encontramos con muchos problemas como éste. ¿Podría Dios haber evitado el Holocausto? Sí, Él podría haberlo hecho. También podría haber impedido las masacres de Stalin en la Unión Soviética, la tortura de disidentes de la Inquisición española, y el reinado de terror de Nerón. En cada caso, Dios permitió que hombres malvados ejercieran una cierta cantidad de poder durante un corto período de tiempo.

En última instancia, no sabemos las razones de lo que Dios permite. Sus caminos y pensamientos son infinitamente más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9). Su plan soberano abarca todo el ámbito de la historia, pasado, presente y futuro, y abarcando todos los posibles cursos de acción, todas las causas y efectos, todas las potencialidades, y todas las contingencias. No hay forma de que podamos entender las complejidades de Su diseño. Por la fe, confiamos en que Su plan es el mejor plan posible para restaurar a una humanidad caída y un mundo maldito a la justicia y la bendición. 

Pero  podemos entender esto: el permiso de Dios no es lo mismo que Su aprobación. Dios permitió que Adán comiera del árbol prohibido, pero no aprobó la acción. De la misma manera, que Dios permitiera el Holocausto de ninguna manera sugiera Su aprobación del mismo. Dios es afligido por la pecaminosidad del hombre y la dureza de su corazón.

También sabemos que Dios ha hecho todo lo posible para redimirnos del pecado que nos destruiría. Él dio a Su único Hijo, quien sacrificó Su vida por nuestro pecado y tomó nuestro castigo. Todos los que se vuelven a Jesús en fe son salvados. El pecado en este mundo, y los horrores tales como el Holocausto, son el resultado directo de la continua rebelión de la humanidad contra Dios. 

Si bien nada puede justificar el Holocausto, sí vemos al menos una cosa buena que provino de la Segunda Guerra Mundial: Israel ahora existe como una nación. El Holocausto fue la razón principal por la que el Libro Blanco de 1939 fue rescindido, lo que liberó a los judíos para inmigrar a Israel. El hecho de que, a partir de 1948, los judíos tengan una identidad nacional restaurada, ayuda a cumplir profecías bíblicas como las de Ezequiel 37 y Mateo 24. Derrotar al nazismo y dar la tierra de Israel de regreso a los judíos es un ejemplo clásico de Dios frustrando el plan de Satanás y ocasionando el bien a pesar a del mal.

En todas Sus obras, Dios es justo (Salmo 145:17). La culpa del Holocausto recae directamente sobre los hombros de la humanidad pecaminosa. El Holocausto fue el producto de decisiones pecaminosas hechas por hombres pecaminosos contra un Dios santo. Si el Holocausto demuestra algo, es la depravación total del hombre. Tan sólo catorce años después de “la guerra para terminar con todas las guerras” (la Primera Guerra Mundial), Hitler ascendió al poder. Lo que es aun más chocante es que millones lo siguieron, permitiendo sus horribles políticas y siguiendo un camino hacia la destrucción nacional.

Y mientras el nazismo se apoderaba de Alemania, ¿dónde estaban las iglesias europeas? Algunas, es cierto, se mantuvieron firmes contra el mal en medio de ellas, y algunos eclesiásticos, como Dietrich Bonhoeffer, pagaron el precio máximo por disentir. Pero eran la minoría. La mayoría de las iglesias de la época aceptaron las reglas del Partido Nazi y permanecieron en silencio mientras los judíos eran masacrados. ¿Dónde estaban los líderes mundiales? Aparte de Winston Churchill de Inglaterra, los políticos del mundo tomaron la ruta del aislamiento o el apaciguamiento. Ninguno funcionó. ¿Dónde estaba la gente buena y decente? Edmund Burke a menudo es citado diciendo, “Todo lo que se necesita para que el mal triunfe en el mundo es que suficientes hombres buenos no hagan nada”. Aunque hubo algunos cuantos alemanes y algunos europeos como Oscar Schindler y Terrie ten Boom y su familia, quienes arriesgaron sus vidas para salvar a miles de judíos de la aniquilación, la mayoría permaneció en silencio y el Holocausto se produjo. La pregunta no es tanto, “¿Por qué permitió Dios el Holocausto?”, sino, “¿Por qué lo permitimos nosotros?”.

Dios le da a la humanidad la libertad de elección. Podemos elegir seguirlo y defender la rectitud, o podemos rebelarnos contra Él y perseguir el mal. El problema reside en el corazón del hombre. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). Hasta que el corazón del hombre se vuelva a Dios, el mundo seguirá siendo testigo de “limpiezas étnicas”, genocidios, y atrocidades como el Holocausto. 


Artículos relacionados:
Dios y los judíos
El error de la teología del reemplazo
El Antisemitismo: Sus raíces y perseverancia

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article
Why did God allow the Holocaust?

miércoles, 24 de enero de 2018

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