Por acuerdo de las Naciones Unidas del 1 de noviembre de 2005, hoy 27 de enero es el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto.
La ONU escogió este día, porque el 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaron a los pocos sobrevivientes del campo de Auschwitz-Bikernau, el peor de todos los campos de exterminio nazis. Allí perdieron la vida 1.1 millón de personas, en su gran mayoría judíos.
El propósito fundamental de la conmemoración del Holocausto de seis millones de personas que fueron exterminadas solo por ser judías, es renovar cada año el compromiso de las naciones, los Estados y la humanidad, de no permitir que vuelva a ocurrir una monstruosidad como esa.
El Estado de Nicaragua acogió en 2009 la conmemoración anual de las víctimas del Holocausto, mediante una Resolución Legislativa de la Asamblea Nacional aprobada el 5 de noviembre de ese año y publicada en La Gaceta, Diario Oficial, del 25 del mismo mes. En los considerandos de dicha Resolución Legislativa se dice que “el Holocausto judío nos conmueve a todos (los nicaragüenses) y nos concita a reflexionar cada día sobre tan bochornoso acto de exterminio (por lo) que es necesario sensibilizar a la población nacional y mundial sobre este hecho, a fin de evitar en el futuro actos semejantes en contra de la humanidad”.
Pero al reconocer oficialmente en Nicaragua el 27 de enero como Día Internacional de las Víctimas del Holocausto, los diputados (mayoritariamente liberales en ese tiempo), consignaron en la Resolución Legislativa que la Asamblea Nacional podrá celebrar, no que celebrará cada año una Sesión Especial “en la que se recuerde y rememore el Holocausto y se ore a Dios por la Paz en Jerusalén y de todas las naciones y pueblos de la tierra”. De manera que la celebración de la sesión especial es opcional, depende de la voluntad política del partido que tiene la capacidad de decisión en el órgano legislativo del Estado.
Esto le ha permitido al partido gubernamental FSLN —que domina de manera absolutista la Asamblea Nacional y sus prejuicios antiisraelíes son bien conocidos— rechazar la propuesta que presentó el jefe de bancada del PLC, diputado Miguel Rosales, de celebrar la sesión especial en memoria del Holocausto este martes 30 de enero.
Según Rosales, el argumento de los orteguistas para impedir la sesión especial es que “no es el momento internacional” para conmemorar el Holocausto. Obviamente, se refieren a que el régimen de Daniel Ortega apoyó en la ONU la condena al gobierno de los Estados Unidos, por haber reconocido a Jerusalén como capital de Israel. Pero nada tiene que ver una cosa con la otra. En el fondo de lo que se trata es de una mezquindad política antijudía del orteguismo, para no conmemorar oficialmente a las víctimas del Holocausto.
Sin embargo, los diputados que no son orteguistas y las organizaciones cívicas y religiosas que simpatizan con Israel —el único Estado democrático del Oriente Medio— podrían si quisieran rendir fuera de la Asamblea el homenaje a las víctimas del Holocausto y hacer valer, de hecho, la Resolución Legislativa del 5 de noviembre de 2009.
Fuente: La Prensa