miércoles, 8 de noviembre de 2017

Un Fracaso de la Reforma – Parte 5

Interpretación Escritural




Las Razones de la Inconsistencia de los Reformadores

Con estos vestigios católicos restantes antes mencionados, podríamos preguntarnos, ¿por qué los reformadores protestantes no reformaron también a la iglesia en estas otras áreas?

Se pueden dar varias posibilidades. Quizás estaban cansados. Ya se habían sacrificado mucho y, en algunos casos, en definitiva, con el fin de lograr lo que hicieron. Pedirles que asumieran más allá de sus logros monumentales hubiera sido poco realista, por decir lo menos.

También, estas otras áreas doctrinales que involucran cosas tales como la profecía bíblica no fueron su objetivo. Su batalla principal con la jerarquía católica romana fue sobre el tema de la salvación. Cualquier otro tema teológico estaba sencillamente fuera de su estrecho ámbito.

Interpretación Literal Consistente

A los dispensacionalistas se les debería dar el crédito por completar la revolución interpretativa iniciada por los reformadores protestantes. Los reformadores merecen el crédito a través del empleo de la metodología correcta, una interpretación literal, para una parte de la Biblia. Sin embargo, como se ha demostrado, la Teología Reformada continuó permitiendo mucha alegorización de la Escritura, especialmente con lo relacionado a la Eclesiología y la Escatología.

El Dispensacionalismo, por el contrario, ya que llegó a destacarse aproximadamente dos siglos después de la Reforma, tomó el método de interpretación de la Reforma y aplicó este mismo método a la totalidad de la Escritura.

Cuando se sigue una aplicación del literalismo tan consistente (teniendo en cuenta las figuras del lenguaje cuando son textualmente conspicuas), lo que rápidamente resurge es el Premilenialismo o el Quiliasmo mismo inicialmente propugnado por la escuela de interpretación de Antioquía, que dominó la vida de la iglesia durante sus primeros dos siglos.

Las 95 Tesis de Martín Lutero

Así como los reformadores demostraron que el literalismo era el requisito esencial necesario para restauras las cinco “solas” a la cristiandad, los dispensacionalistas demostraron que el literalismo era también un requisito necesario para restaurar a la cristiandad tanto el Premilenialismo como el Pre-Tribulacionismo (la creencia de que el rapto ocurrirá antes de la futura Tribulación).

Lo que hace que el Dispensacionalismo sea único como sistema teológico no es simplemente su énfasis en un método literal, gramatical, e histórico de interpretación. Muchos sistemas teológicos, como la Teología Reformada, incorporan selectivamente este método. Más bien, el Dispensacionalismo sigue siendo único en su insistencia en aplicar consistentemente el método de interpretación literal a la totalidad de la revelación bíblica. Este enfoque hace que el intérprete reconozca que Israel y la Iglesia son diferentes.

La Restauración del Literalismo de Doctrinas Importantes

Cuando se entiende que Dios tiene programas separados para Israel y la Iglesia, tal teología actúa como un disuasivo natural para que la Iglesia no reclame las promesas terrenales de Israel a través del método de interpretación alegórico. Tal creencia impide que la Iglesia se vea a sí misma como el reinante Nuevo Israel. Y evita que la Iglesia aplique mal la Ley de Moisés a sí misma, como se hizo en la Ginebra de Calvino.

La distinción Israel–Iglesia también le ayuda a la Iglesia a ver que Dios no ha terminado con Israel, sino que tiene un plan especial para el tiempo del fin para él, que se desarrollará a nivel nacional. Comprender este futuro para Israel actúa como una restricción necesaria para frenar los impulsos antisemitas entre la Iglesia dominada por los gentiles en el presente. La distinción Israel–Iglesia proporciona la base adecuada para abrazar un rapto Pre-Tribulación. 

Aunque ninguno de estos conceptos fue recuperado por los reformadores protestantes, y aunque ninguno se encuentra en la Teología Reformada de hoy, aún les debemos a los reformadores una deuda de gratitud, ya que introdujeron la metodología interpretativa literal correcta. 

Dando Gracias

Mientras celebramos el quinientos aniversario de Martín Lutero clavando las noventa y cinco tesis a la puerta de la catedral en Wittenberg, Alemania, regocijémonos en el hecho de que este evento fue usado por Dios para desencadenar lo que ahora se conoce como la Reforma Protestante. Sin embargo, al mismo tiempo, no idolatremos a los reformadores basados en la suposición errónea de que la Reforma curó instantáneamente todos los males eclesiásticos introducidos por el método de interpretación alegórico alejandrino, agustiniano del siglo IV.

La Reforma introdujo progreso doctrinal. Pero, quizás más importante, también proporcionó la semilla de la interpretación literal, que sería usada por las generaciones posteriores para restaurar la integridad y salud doctrinal a la Iglesia de Cristo. 

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El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del derecho a la teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un doctorado en exposición bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article

martes, 7 de noviembre de 2017

JESÚS: El Cordero y el León (pdf)


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Un Fracaso de la Reforma – Parte 4

Interpretación Escritural

Por Dr. Andy Woods



La Literalidad Selectiva de los Reformadores

Aunque los reformadores fueron literales en su enfoque a la Protología (la doctrina de los Principios), la Cristología (la doctrina de Cristo), la Soteriología (la doctrina de la Salvación), y la Bibliología (la doctrina de la Escritura), otras doctrinas, como la Eclesiología (la doctrina de la Iglesia) y la Escatología (la doctrina del Fin), fueron tratadas de una forma completamente diferente. A pesar de su énfasis en la interpretación literal de algunos aspectos de la Escritura, Lutero y Calvino no llegaron lo suficientemente lejos al aplicar una interpretación literal a todas las áreas de la verdad divina. 

De hecho, Calvino parece haber ignorado gran parte de la Palabra profética de Dios. A pesar de haber escrito comentarios sobre casi todos los libros del Nuevo Testamento, Calvino no escribió un comentario sobre el Libro de Apocalipsis. Cuando Calvino prestó atención a los textos proféticos, pareció estar preocupado por emplear el método de interpretación alejandrino y agustiniano, y despreciaba a aquellos que rechazaban su enfoque alegórico. 

La retención de los reformadores del método de interpretación alegórico en el área de la Escatología bíblica también es evidente en la forma en que tomaron las profecías dirigidas a una futura Babilonia y al Anticristo, y las redirigieron para hacer parecer que estas profecías estaban hablando, en cambio, de la iglesia católica romana. Tal interpretación fue avanzada a expensas del sentido literal de estos pasajes.

Debido a que los reformadores espiritualizaron la profecía, rechazaron el Premilenialismo como “opiniones judías”. Mantuvieron el punto de vista Amilenial, que la iglesia católica romana había adoptado de Agustín.

Las Reformas Selectivas de los Reformadores

A pesar del progreso doctrinal de los Reformadores en áreas selectas, es simplemente una cuestión de ingenuidad histórica asumir que hicieron una ruptura clara con el catolicismo romano en el siglo XVI. Por el contrario, como católico romanos que habían intentado inicialmente permanecer dentro de la iglesia católica, arrastraron muchos vestigios del catolicismo romano con ellos hacia su recién nacida Teología Reformada.

Además de la retención del Amilenialismo agustiniano, también había otros vestigios católicos romanos. Uno era la práctica del bautismo de infantes. Lutero consideraba el bautismo de infantes un sacramento y, por lo tanto, un medio de gracia. También, otro vestigio estaba relacionado con la doctrina de la Consubstanciación, que parece ser sólo una ligera modificación de la doctrina de la Transubstanciación.

Aún otro remanente estaba relacionado con la idea de la iglesia católica romana de que ella era el único representante del reino de Dios sobre la tierra. Este fracaso romanista en distinguir entre la Iglesia y el programa del reino terrenal de Dios para Israel se trasladó a la Ginebra de Calvino. Ahí, Calvino intentó reconstruir una sociedad por medio de la imposición de Ley mosaica. Este experimento social dio lugar a funestas consecuencias sociales.

Lutero en el Castillo Wartburg, traduciendo la Biblia al alemán, por Paul Thumann (1834-1908)

Finalmente, debe señalarse que parte del antisemitismo vitriólico de la Edad Media también encontró su camino en el movimiento de la Reforma. Después de todo, fue el respetado y reverenciado reformador de la iglesia, Martín Lutero, quien, al final de su vida y frustrado por la falta de voluntad de los judíos en recibir a Cristo en base a la fe sola, escribió un tratado feroz contra el pueblo judío, titulado, Sobre los Judíos y sus Mentiras. Este tratado contiene numerosas diatribas antisemitas.

Aunque algunos afirman que el nivel de veneno antisemita de Lutero no se encuentra en la obra de Juan Calvino, tal afirmación carece de fundamento. Por ejemplo, observe cómo la corrección de Calvino del distinguido erudito judío, el rabino Barbinel, en el comentario de Calvino sobre Daniel 2:44, dejó al descubierto las verdaderas intenciones del corazón de los reformadores hacia el pueblo judío: “Pero aquí él [el rabino] no sólo traiciona a su ignorancia, sino a su estupidez absoluta, ya que Dios cegó a todo el pueblo que era como perros inquietos…Nunca he encontrado común en algún judío”.

En el quinto y último segmento de nuestra serie, veremos las razones de la inconsistencia de los reformadores, así como la restauración de importantes doctrinas que el literalismo produjo.


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El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del derecho a la teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un doctorado en exposición bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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lunes, 6 de noviembre de 2017

Un Fracaso de la Reforma – Parte 3

Interpretación Escritural

Por Dr. Andy Woods



La Edad Oscura

La ascendencia de la escuela alejandrina lanzó a la Iglesia a una época a menudo conocida como la Edad Media o incluso “La Edad Oscura”. Durante esta era, el estudio de la profecía del tiempo del fin se volvió casi obsoleto. Esta era dominó la historia de la iglesia durante más de un milenio. Duró desde el siglo IV hasta el siglo XVI.

Durante esta era, sólo una iglesia existía dentro de la cristiandad, la iglesia católica romana. Debido al predominio del método de interpretación alegórico, sólo el clero era considerado calificado para leer e interpretar alegóricamente la Escritura. Una distinción tan aguda entre el clero y los laicos tuvo el efecto neto de eliminar la Biblia para el hombre común.

Este problema se agravó aún más por el analfabetismo generalizado entre la población, que hizo que la Biblia fuera más inaccesible para las masas. Para empeorar las cosas, incluso hasta la época de Lutero, la misa católica romana continuaba siendo leída y conducida en latín, aunque el latín era un lenguaje desconocido para la mayoría de las personas en la época de Lutero. Así pues, aunque muchos iban regularmente a misa, no podían entender lo que estaba siendo comunicado.

Tal analfabetismo bíblico hizo a la gente vulnerable al engaño y la manipulación espiritual. La venta de indulgencias era común a lo largo de la era. La gente no tenía acceso a la Escritura para determinar si el Purgatorio era siquiera un concepto bíblico. Por lo tanto, las autoridades de la iglesia les decían rutinariamente que podían sacar a familiares difuntos del Purgatorio, al pagar la suma monetaria correcta a la iglesia. De hecho, Juan Tetzel, un fraile durante la época de Martín Lutero, bromeó infamemente: “Cuando suena la moneda en el cofre, el alma del Purgatorio surge”.

Estatua de Martín Lutero

La práctica de la venta de indulgencias era tolerada tanto por la iglesia como por las autoridades políticas existentes, dado que servían como una conveniente fuente de recaudación de fondos, necesaria para subsidiar los diversos proyectos de construcción de la iglesia, como la restauración de la Basílica de San Pedro en Roma. 

Además, debido a la inaccesibilidad a la Escritura, las futuras promesas de Dios al pueblo judío no estaban disponibles para servir como una defensa natural o un baluarte contra el antisemitismo del momento. Por lo tanto, el odio desenfrenado contra los judíos continuó sin disminuir y sin oposición. Debido a estas lamentables condiciones, la iglesia tenía una extrema necesidad de un rescate teológico.

El Regreso a la Interpretación Literal

La Reforma Protestante se convirtió en la herramienta que Dios usó para redirigir a la iglesia de regreso al fundamento sólido de Su Palabra eterna. Los reformadores protestantes rescataron a la iglesia del método de interpretación alegórico alejandrino por medio de una aplicación de un método de interpretación literal a áreas selectivas de la Escritura.

Por ejemplo, William Tyndale (1494-1536 d.C.), afirmó: “La Escritura tiene un solo sentido, el cual es el sentido literal”. Lutero también escribió que las Escrituras “son para ser retenidas en su significado más simple posible, y debe entenderse en su sentido gramatical y literal a menos que el contexto lo prohíba claramente”. Calvino escribió en el prefacio de su comentario sobre Romanos: “Es la primera tarea de un intérprete dejar que el autor diga lo que dice, en lugar de atribuirle lo que creemos que debería decir”.

Debido a su adhesión a la interpretación literal, tanto Calvino como Lutero condenaron el método de interpretación alegórico. Lutero denunció el enfoque alegórico de la Escritura con palabras fuertes. Él dijo: “Las alegorías son especulaciones vacías y, por así decirlo, la escoria de la Sagrada Escritura”. “Las alegorías de Orígenes no valen tanto como la suciedad”. “Alegorizar es hacer malabares con la Escritura”. “Alegorizar puede degenerar en un simple juego de monos”. “Las alegorías son embarazosas, absurdas, inventivas, obsoletas y trapos sueltos”.

De manera similar, Calvino rechazó las interpretaciones alegóricas. Él las llamó “juegos frívolos”, y acusó a Orígenes y otros alegoristas de “torturar a la Escritura, en todos los sentidos posibles, del verdadero sentido”.

Los reformadores tampoco quisieron ver la ignorancia bíblica del hombre común explotado con fines financieros, como había sido el caso con la venta de indulgencias. En consecuencia, los reformadores hicieron hincapié en la idea de que la gente ya no tenía que recurrir a un intermediario, como un sacerdote, para recibir y entender la Palabra de Dios. No necesitaban hacerlo porque ya eran sacerdotes (Apocalipsis 1:6).

Esta noción, a menudo llamada “el sacerdocio de todos los creyentes”, también significaba que la Escritura tenía que ser tanto accesible como comprensible para el clero y los laicos por igual. Este nuevo énfasis teológico explica por qué muchos prominentes reformadores, como Tyndale y Lutero, se dispusieron a traducir las Escrituras a lenguajes más allá del latín (como lo había logrado Jerónimo en el siglo IV con su Vulgata Latina), y a los idiomas del hombre común de su propio día. 

El privilegio inherente en la construcción teológica “del sacerdocio de todos los creyentes, también significó que la alfabetización era necesaria para que el hombre común leyera y entendiera la Biblia, así pues, la Reforma introdujo grandes avances en la educación pública, con el propósito de eliminar el analfabetismo. 

En el cuarto segmento de esta serie, veremos la literalidad y las reformas selectivas de los reformadores.


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El Dr. Andy Woods es oriundo de California, donde asistió a la universidad y obtuvo una licenciatura en derecho. En 1998, cambió de rumbo y comenzó a hacer la transición del derecho a la teología, cuando decidió ingresar al seminario.

Finalmente obtuvo un doctorado en exposición bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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viernes, 3 de noviembre de 2017

Un Fracaso de la Reforma – Parte 2

Interpretación Escritural

Por Dr. Andy Woods



El Triunfo de la Espiritualización

El predominio de la escuela de Antioquía pronto fue eclipsado por la influencia de una escuela competidora ubicada en África del Norte, en la ciudad de Alejandría, Egipto.

La escuela alejandrina introdujo la alegorización como un método para interpretar la Escritura, especialmente la Profecía Bíblica. La alegorización (o espiritualización) consiste en usar el significado literal del texto bíblico sólo como un vehículo para introducir un significado espiritual superior, que sólo es claro para el que está haciendo la alegorización.

Por ejemplo, Filón (25 a.C.–50 d.C.), un influyente alegorizador, quien vivió durante la época de Cristo, vio los cuatro ríos desccritos en Génesis 2:10-14 (Pisón, Gihón, Tigris, Eufrates) no tan sólo como cuatro ríos literales en el Jardín del Edén, ¡pero también representando cuatro partes del alma humana!

¿Qué causó que la Iglesia cristiana rechazara progresivamente el enfoque tradicional y literal propugnado por Antioquía y que, adoptara en su lugar, el método alegórico perfilado por Alejandría? A riesgo de una simplificación excesiva, es probable que hubiera una multiplicidad de factores.

En primer lugar, el enfoque alegórico suplió la necesidad de relevancia y aplicación inmediata en la predicación y enseñanza cristiana. Cuando el texto es alegorizado, puede usarse para satisfacer prácticamente cualquier necesidad emocional, espiritual o psicológica del oyente o lector. 

En segundo lugar, el método alegórico se hizo cada vez más sostenible a medida que los intérpretes se volvieron susceptibles a fusionar la filosofía humana con el proceso de interpretación bíblica.

En tercer lugar, una influencia relacionada fue que Alejandría, Egipto, era un semillero del dualismo gnóstico, que enseñaba que mientras el mundo espiritual era inherentemente bueno, el mundo físico era maligno. Y puesto que creían que el mundo físico era inherentemente malo, los filósofos gnósticos razonaban que las diversas profecías bíblicas relativas a un reino físico en la tierra obviamente no debían tomar literalmente y que, por lo tanto, debían ser espiritualizadas.

Un cuarto factor que llevó a la Iglesia a abrazar el método alegórico de interpretación fue el declive de los creyentes judíos dentro de las filas de la Iglesia. Para cuando Pablo escribió su epístola a los Romanos, los cristianos gentiles estaban en tal ascendencia numérica sobre sus homólogos judíos, que Pablo tuvo que instruir a estos creyentes judíos para que no fueran arrogantes a causa del aparente endurecimiento espiritual de Israel (Romanos 11:13, 17-21).

Dada la familiaridad judía no sólo con el contenido, sino también con una comprensión correcta de la Biblia hebrea, o el Antiguo Testamento, es dudoso que la Iglesia hubiera abrazado el método de interpretación propugnado por la escuela alejandrina, sino los judíos hubiesen conservado su condición de mayoría dentro de la Iglesia. Sin embargo, los cristianos gentiles, que provenían de orígenes paganos, no estaban educados de manera similar. Por lo tanto, eran vulnerables a la sugerencia de que el Antiguo Testamento podía ser espiritualizado, alegorizado y, consecuentemente, marginalizado.

En quinto lugar, el Edicto de Milán de Constantino (313 d.C.), que otorgaba tolerancia religiosa al cristianismo dentro del Imperio Romano, también jugó un papel significativo en el abrazo de la Iglesia al método de interpretación alegórico. Con el toque de una pluma, el cristianismo pasó de un estado perseguido dentro de Roma a uno protegido e incluso elevado.

Una transición tan abrupta de la persecución a la tolerancia, e incluso elevación, convenció a muchos dentro de la Iglesia que el reino de Dios había llegado. Esta nueva creencia les hizo alegorizar muchas de las promesas del reino terrestre relacionadas con el Israel nacional, en realidades actuales espirituales del reino.
Esta convergencia de factores condujo a la ascendencia del método alejandrino de interpretación dentro de la cristiandad.

Alegorizadores Prominentes

Varios intérpretes alegóricos surgieron de la escuela alejandrina. Uno de esos intérpretes fue Orígenes (185–254 d.C.). Pero el alegorizador más influyente fue Agustín (354–430 d.C.). Su libro, La Ciudad de Dios, fue la primera gran sistematización y exposición escrita del Amilenialismo en la historia de la iglesia, y es quizás también el libro más influyente en la historia de la iglesia. Esta obra, más que cualquier otra, lanzó un hechizo alegórico sobre la Iglesia que, como se explicará después, le tomó a la cristiandad más de un milenio para escurrirse de él. 

“Agustín de Hipona”, por Sandro Botticelli (1445-1510)

La Ciudad de Dios alegorizó salvajemente pasajes bíblicos relacionados con el futuro reinado terrenal de Cristo. Por ejemplo, la “primera resurrección” (Apocalipsis 20:4-6) fue reinterpretada para referirse a una regeneración espiritual en lugar de una resurrección futura, física y corporal. También enseñó que la atadura de Satanás simplemente “significa que es más incapaz de seducir a la Iglesia”.

Con respecto al futuro reinado de Cristo de mil años junto con Sus santos (Apocalipsis 20:4). Agustín afirmó que “la Iglesia, incluso ahora, es el reino de Cristo, y el reino de los cielos. En consecuencia, incluso ahora Sus santos reinan con Él”.

Hacia el año 450 d.C., el método de interpretación alejandrino se había arraigado tanto que la Iglesia comenzó a ver al quiliasmo temprano como el producto de los menos iluminados y los menos inteligentes. De hecho, el propio Quiliasmo comenzó a ser visto como una mera fábula, más que el producto de un estudio cuidadoso del texto bíblico.

En el tercer segmento de esta serie, veremos lo que ocurrió en la Edad Oscura y el regreso a la interpretación literal.

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Finalmente obtuvo un doctorado en exposición bíblica del Seminario Teológico de Dallas. Actualmente se desempeña como pastor en la Iglesia Bíblica de Sugar Land, en el área de Houston, mientras se desempeña como Presidente del Seminario Teológico Chafer, en Albuquerque, Nuevo México. Es un escritor prolífico y un conferenciante muy solicitado.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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A Failure of the Reformation
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