Dos de los títulos en esta lista a menudo son confusos para los cristianos — a saber, “dios de este mundo” y “príncipe de mundo” —. “¿Cómo puede ser esto?”, la gente a menudo pregunta. “¿No derrotó Jesús a Satanás en la Cruz? ¿No ha sido Satanás destronado?”.
La respuesta es que la derrota definitiva de Satanás fue sellada en la Cruz, pero aún no se ha realizado en la historia. Es por eso que muchos años después de la Cruz, el apóstol Juan escribió, “…el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19). El escritor del libro de Hebreos afirma que todas las cosas han sido puestas en sujeción a Cristo, “pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas” (Hebreos 2:8).
Este dibujo de Satanás captura la naturaleza de su carácter, pero su apariencia real es seguramente muy diferente. En su creación, él fue descrito como “perfecto en belleza” (Ezequiel 28:12). Muy probablemente, él ha retenido esa belleza, ya que Pablo dice en 2 Corintios 11:14 que Satanás aún puede aparecer como “un ángel de luz”.
El derrocamiento de Satanás como el príncipe de este mundo fue garantizado por la victoria de Jesús en la Cruz por medio del poder de Su resurrección. Pero no Satanás en realidad no será removido de su trono hasta que Jesús regrese, momento en el cual “el Dios de paz aplastará a Satanás…” (Romanos 16:20). La derrota total de Satanás es un beneficio diferido de la Cruz, así como lo es la recepción de nuestros cuerpos glorificados.
Un aspecto clave del conflicto entre Dios y Satanás es todo acerca del dominio. Esta tierra fue creada para la Humanidad. Dios otorgó el dominio sobre la creación a Adán y Eva (Génesis 1:28). Pero cuando los dos sucumbieron a la tentación de Satanás, ese dominio se perdió. Satanás se lo robó, y se convirtió en el príncipe de esta tierra. Es por eso que él pudo legítimamente tentar a Jesús al ofrecerle todos los reinos del mundo, si Jesús sólo se inclinaba y lo adoraba (Mateo 4:8-10).
En el próximo segmento de esta serie de la “Historia de Satanás”, veremos lo que la Biblia dice en cuanto a su libertad limitada y la profecía concerniente a su destino final.
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Satan’s story