Satanás deambula por esta tierra como un león rugiente, buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8). Esto no significa que Satanás es libre de hacer lo que le plazca. Está con una correa. Puede ser el príncipe de este mundo, pero opera bajo la autoridad del Rey del universo.
Este punto importante está ilustrado en la historia de Job. Satanás tuvo que pedirle permiso a Dios antes de poder tentar a Job, e incluso cuando se le concedió el permiso, se pusieron ciertas limitaciones en lo que él podía hacer (Job 1:7-12).
Esta historia ilustra otro punto. Satanás actualmente tiene acceso al trono de Dios y, según Apocalipsis 12:10, él usa ese acceso para acusar a los creyentes día y noche.
El Destino Profetizado de Satanás
El destino final de Satanás fue profetizado en el mismo momento cuando Adán y Eva pecaron. Dios maldijo a Satanás cuando dijo:
Y pondré enemistad
Entre ti [Satanás] y la mujer,
Y entre tu descendencia y su descendencia;
Él [la simiente de la mujer] te herirá en la cabeza,
Y tú le herirás [a la simiente de la mujer] en el talón.
Ésta es una profecía extraordinaria dada en los albores mismos de la historia. Es la primera profecía mesiánica en la Biblia. Lo que Dios está diciendo aquí es que una persona nacida de la simiente de la mujer (una virgen) sufrirá una herida de parte de Satanás en el talón, pero él luego infligirá una herida en la cabeza de Satanás. La herida en el talón es simbólica de un golpe no letal. Esta profecía se cumplió en la resurrección de Jesús de entre los muertos. La herida en la cabeza es simbólica de un ataque letal y se cumplirá cuando Jesús regrese y arroje a Satanás al lago de fuego.
Las Actividades Actuales de Satanás
Mientras esperamos la derrota final de Satanás, debemos lidiar con las tentaciones que él y sus hordas demoníacas colocan delante de nosotros. Afortunadamente, aquellos de nosotros que somos creyentes tenemos la bendición de que el Espíritu Santo mora en nosotros, y se nos asegura que “…mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).
Se nos alienta a “vestíos de toda la armadura de Dios”, para que podamos “estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11). Y se nos dice que si nos sometemos a Dios entonces, cuando resistamos al diablo, él huirá de nosotros (Santiago 4:7).
También se nos aconseja que evitemos darle a Satanás una oportunidad en nuestras vidas (Efesios 4:27). En otras palabras, deberíamos hacer todo lo posible para evitar la tentación. Y, en ese sentido, he aprendido a través de la experiencia personal, que es mucho más fácil evitar la tentación que resistirla.
En el próximo segmento de esta serie de la “Historia de Satanás”, veremos lo que Biblia dice en cuanto a su gobernador mundial del tiempo del fin — el Anticristo —.
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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Satan’s story