jueves, 15 de junio de 2017

La Salvación tal como es Enseñada en la Biblia


El propósito de este estudio es ver lo que Dios ha dicho acerca de la salvación. No es suficiente leer solamente estas afirmaciones. Rogamos que se tome el tiempo de buscar cada referencia en las Escrituras para ver por sí mismo que la Biblia enseña realmente estas verdades. Le animamos a ser como aquellos que son descritos en Hechos 17:11: 

“Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”. 

¿Quién es Dios? 

El Dios vivo es Santo (Isaías 6:3; 57:15; 1 Pedro 1:15; Apocalipsis 4:8), por lo cual Él está absolutamente apartado y separado de todo lo que es pecaminoso (Isaías 59:2; Salmo 24:3-4; Isaías 6:3-5). La Biblia me enseña que Dios, en Su absoluta santidad y en Su inagotable misericordia, ha provisto un camino para que yo pueda ser salvo y para que pueda llegar al pleno  conocimiento de la verdad (Juan 14:6; 1 Timoteo 2:3-6).  

¿Quién soy yo? 

Yo soy un pecador perdido (Salmo 14:1-3; Romanos 3:10-18, 23; Isaías 53:6; Salmo 51:5; 1 Reyes 8:46) y mi corazón es engañoso y perverso (Jeremías 17:9-10; Marcos 7:20-23; Mateo 7:11). De modo que soy culpable ante el Juez justo de toda la tierra (Romanos 3:19) y estoy bajo la ira y la condenación de un Dios santo (Romanos 1:18; 2:1-9; Juan 3:18, 36). 

¿Qué merezco? 

Por causa de mi condición pecaminosa y malvada yo merezco la pena de muerte (Ezequiel 18:4; Génesis 2:17; Romanos 1:32; 6:23), la que incluye la eterna separación de Dios y el eterno castigo por Dios; aun el lago de fuego, que fue preparado para el diablo y sus ángeles (2 Tesalonicenses 1:8-9; Mateo 25:41, 46; Marcos 9:42-48; Apocalipsis 20:11-15; 21:8). 

¿Qué es el Evangelio (Buenas Nuevas)? 

Por causa de Su maravilloso amor y misericordia, Dios envió a Su amado Hijo al mundo (Juan 3:17; Mateo 1:21-23; Lucas 19:10; 1 Timoteo 1:15). El Señor Jesucristo, quien es el eterno Dios (Juan 1:1; Isaías 7:14; 9:6; Miqueas 5:2; Tito 2:13) y el Creador de todas las cosas (Juan 1:3; Colosenses 1:13-16), murió en la cruz en mi lugar y como mi sustituto y así pagó la pena de muerte por mí (Isaías capítulo 53; Romanos 5:6-8; 1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21; Gálatas 1:4; 1 Pedro 2:24; 3:18; 1 Juan 2:2; 3:16; 4:10). Él también resucitó de los muertos como comprobación de que Dios el Padre estaba complacido y satisfecho de que la pena de muerte fue plenamente cancelada por Dios el Hijo (1 Corintios 15:4-20; Romanos 4:25) y para demostrar que Él (Jesucristo) era y es todo lo que Él  aseguraba ser (Romanos 1:4).  

¿Qué debo hacer para ser salvo? 

En vista de quién es Cristo y lo que Él  ha hecho en la cruz por mí,  es responsabilidad mía creer en el Señor Jesucristo (Hechos 16:30-31; Juan 3:16, 18, 36). Esto significa que yo debo venir a Cristo (Juan 6:35-37) y recibirlo como mi Salvador y Señor personal  (Juan 1:12; Romanos 6:23), comprendiendo y creyendo los siguientes hechos: 

• El Señor Jesús es el único Salvador (Hechos 4:12; Juan 10:9; 14:6). No hay salvación fuera de Él.

• El Señor Jesús murió y resucitó para mi salvación (1 Tesalonicenses 4:14; 1 Corintios 15:3-4; Romanos 10:9).

• El Señor Jesús puede salvarme (Hebreos 7:25; Isaías 59:1; Mateo 19:24-26).

• El Señor Jesús quiere salvarme (Juan 6:37; compare con 1 Timoteo 2:4).

• El Señor Jesús me salvará si yo confío en Él y sólo en Él como mi Salvador (Juan 3:16). 

También debo darme cuenta de que no soy salvo...

»» Por buenas obras (Isaías 64:6; Efesios 2:9; Tito 3:5)

»» Por tratar de guardar la ley (Romanos 3:20; Gálatas 2:16; Santiago 2:10).

»» Por el bautismo en agua (Efesios 2:8-9; Hechos 16:31). 

Soy salvo solamente por la gracia y la misericordia de Dios por medio de la fe (Efesios 2:4-9 y Tito 3:4-7). Fe es descargar todo mi peso en Cristo (en quién es Él, en lo que Él ha hecho y en lo que Él ha dicho). Nada traigo en mis manos, sólo me aferro a Tu cruz. 

¿Cómo puedo saber que soy salvo? 

Porque Dios no puede mentir (Tito 1:2; Hebreos 6:18) y porque Jesucristo siempre es fiel (Hebreos 13:8), con confianza y alegría acepto y descanso en las siguientes promesas de salvación:

Mateo 11:28; 
Juan 1:12; 3:16; 3:18; 3:36; 5:24; 6:35; 6:37; 6:47; 10:9; 11:25; 
Hechos 10:43; 16:31; 
Romanos 10:9; 10:13; 
1 Juan 5:11-12. 

¿Qué debo hacer ahora que soy salvo? 

Ahora que soy un creyente en Cristo, es mi responsabilidad crecer y seguir creciendo en la gracia y en el conocimiento de mi Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18).

Para ser un creyente sano y que crece debo: 

»» Ser bautizado en obediencia al mandamiento de Cristo (Mateo 28:19-20; Hechos 10:48; 2:38) y como un testimonio público de mi nueva vida en Cristo (2 Corintios 5:14-17; Romanos 6:3-11; Gálatas 2:20).

»» Alimentarme diariamente de la Palabra de Dios (1 Pedro 2:2; Mateo 4:4; Salmo 119:97).

»» Venir a Dios y venir ante Dios diariamente en oración (Hebreos 4:16; 1 Tesalonicenses 5:17; Lucas 18:1).

»» Asistir fielmente a una iglesia que cree y enseña la Biblia (Hechos 2:42; Hebreos 10:25).

»» Confesar mis pecados (el pensar, el actuar y el ser que no está en armonía con la Santa Persona de Dios; mi carácter y conducta que no es igual a la de Él) a Dios diariamente y estar de acuerdo con Él en que lo que he hecho es pecaminoso a Sus ojos (1 Juan 1:8-2:2 y ver especialmente 1 Juan 1:9; Salmo 51:3-6; Salmo 32:3-6; Proverbios 28:13).

»» Confesar a Cristo ante los demás (Salmo 107:2; Mateo 10:32; Romanos 10:9-10). Alégrate de tenerlo a Él como tu Salvador.

»» Se un fiel testigo, señalando claramente hacia Cristo con hechos y palabras (Hechos 1:8; Isaías 43:10-12). Debo atraer la atención hacia Cristo por mi manera de vivir y hablar (Filipenses 2:15-16; Colosenses 3:17; 1 Pedro 3:15; Colosenses 4:4-6).

Fuente: Middle Town Bible Church

Video: Aprenda la Biblia en 24 Horas — Hora 4 (subtitulado)



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Subtitulado por Helena Aillón

¿Cuál es el Don de Hablar en Lenguas?



Pregunta: "¿Cuál es el don de hablar en lenguas?"

Respuesta: El primer acontecimiento de hablar en lenguas se produjo en el Día de Pentecostés; lo encontramos en el libro de los Hechos 2:1-4. Los apóstoles salieron y compartieron el Evangelio con las multitudes, hablándoles en su propia lengua, “¡Les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios!” (Hechos 2:11). 

La palabra griega traducida “lenguas”, literalmente significa “idiomas”. Por tanto, el don de lenguas es hablar en un idioma que una persona no conoce, a fin de ministrar a alguien que habla ese idioma. En 1 Corintios capítulos 12 al 14, donde Pablo habla de dones milagrosos, comenta, “Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablase con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (1 Corintios 14:6). De acuerdo con el Apóstol Pablo, y de acuerdo con las lenguas descritas en Hechos, hablar en lenguas es valioso para aquel que escucha el mensaje de Dios en su propio idioma, pero es inútil para todos los demás - a menos que sea interpretado/traducido.

Una persona con el don de interpretar lenguas (1 Corintios 12:30) podría entender lo que uno que habla en lenguas está diciendo, aunque no conozca el idioma que está siendo hablado. El intérprete de las lenguas comunicaría entonces el mensaje del que habla en lenguas a todos los demás, de manera que todos pudieran entender. “Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla” (1 Corintios 14:13). La conclusión de Pablo en cuanto a lenguas no interpretadas es poderosa, “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida” (1 Corintios 14:19).

¿Es el don de lenguas para hoy en día? 1 Corintios 13:8 menciona que cesa el don de lenguas, aunque asocia la cesación con la llegada de lo “perfecto” en 1 Corintios 13:10. Algunos apuntan a una diferencia en el idioma cuando dice “cesando” respecto a la profecía y el conocimiento y “siendo cesadas” para las lenguas, como evidencia de que las lenguas cesan antes de la llegada de lo “perfecto”. Mientras sea posible, esto no es explícitamente claro a juzgar por el texto. Algunos también apuntan a los pasajes tales como Isaías 28:11 y Joel 2:28-29 como una evidencia de que hablar en lenguas era una señal del juicio venidero de Dios. 1 Corintios 14:22 describe las lenguas como una “señal para los incrédulos”. De acuerdo con este argumento, el don de lenguas era una advertencia para los judíos de que Dios iba a juzgar a Israel por rechazar a Jesucristo como Mesías. Por tanto, cuando Dios de hecho juzgó a Israel (con la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70 d.C.), el don de lenguas dejaría de servir para su propósito deseado. Mientras este punto de vista es posible, el propósito principal de las lenguas, que ha sido llevado a cabo, no necesariamente demanda su cesación. La Escritura no afirma concluyentemente que el don de hablar en lenguas ha cesado.

Al mismo tiempo, si el don de hablar en lenguas estuviera activo en la iglesia de hoy en día, éste sería ejecutado de acuerdo con la Escritura. Sería un idioma real y comprensible (1 Corintios 14:10). Tendría el propósito de comunicar la Palabra de Dios con una persona que habla otro idioma (Hechos 2:6-12). Sería en acuerdo con el mandato que Dios dio a través del Apóstol Pablo, “Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios" (1 Corintios 14:27-28). También debe ser en obediencia a 1 Corintios 14:33, “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz”.

Dios definitivamente puede dar a una persona el don de hablar en lenguas para facilitar la comunicación con una persona que habla otro idioma. El Espíritu Santo es soberano en la distribución de los dones espirituales (1 Corintios 12:11). Solamente imagínese cuánto más productivos podrían ser los misioneros si no tuvieran que ir a una escuela de idiomas, e instantáneamente fueran capaces de hablar a la gente en su propio idioma. Sin embargo, Dios no parece estar haciendo esto. Las lenguas no parecen ocurrir hoy en día en la forma que lo hacían en el Nuevo Testamento, a pesar del hecho de que sería sumamente provechoso. La vasta mayoría de creyentes que demandan practicar el don de hablar en lenguas, no lo hacen en acuerdo con la Escritura mencionada arriba. Estos hechos conducen a la conclusión de que el don de lenguas ha cesado, o es al menos una rareza en el plan de Dios para la iglesia hoy.

Aquellos que creen en el don de lenguas como un “lenguaje de oración” para edificación propia obtienen su punto de vista de 1 Corintios 14:4 y/o 14:28, “El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia”. Por todo el capítulo 14, Pablo está enfatizando la importancia de tener interpretadas (traducidas) las lenguas, vea 14:5-12. Lo que Pablo está diciendo en el versículo 4 es, “Si usted habla en lenguas sin interpretación, no está haciendo nada más que edificarse a sí mismo, apareciendo más espiritual que otros. Si usted habla en lenguas y las interpreta, usted edifica a todos”. El Nuevo Testamento en ningún lugar da instrucciones específicas sobre “orar en lenguas”. En ningún lugar en el Nuevo Testamento da un propósito de “hablar en lenguas”, o describe específicamente a una persona “orando en lenguas”. Además, si “orar en lenguas” es para edificación propia, ¿no sería eso injusto para aquellos que no tienen el don de lenguas y quienes por tanto no están en capacidad de edificarse a ellos mismos? 1 Corintios 12:29-30 claramente indica que no todos tienen el don de hablar en lenguas.

Fuente: GotQuestions

miércoles, 14 de junio de 2017

El Abuso de la Profecía — Parte 1

¿Merece el desprecio que recibe?


"¿El fin del mundo"?

Quiero comenzar con una paradoja: Adoramos a un Dios de profecía y, sin embargo, abusamos o ignoramos la Palabra Profética.

Que nuestro Dios Creador es un Dios de profecía está firmemente establecido por una proclamación que Él hizo a través de Isaías el profeta (Isaías 46:9-11, RVA-2015):

“…Yo soy Dios, y no hay otro. Yo soy Dios, y no hay nadie semejante a mí. “Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho. Digo: ‘Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero’…Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he planeado y también lo haré”.

Este pasaje deja en claro que el Dios de la Biblia tiene el conocimiento para predecir el futuro, la audacia de proclamarlo por adelantado, y el poder para hacer que lo que predice se cumpla.

Ser un Dios de profecía es una de las muchas pruebas de que el Dios de la Biblia es el único Dios verdadero. Esto fue enfatizado a través de Isaías en otra ocasión cuando Dios habló a través de él para burlarse de los dioses falsos hecho de madera y piedra (Isaías 41:21-24, NTV):

Expongan el caso de sus ídolos
—dice el Señor—.
Que demuestren lo que pueden hacer
 —dice el Rey de Israel—.
Que intenten decirnos lo que sucedió hace mucho tiempo,
O que nos digan lo que nos depara el futuro,
Sí, dígannos lo que ocurrirá en los próximos días.
¡Pero no! Ustedes son menos que nada y no pueden hacer nada en absoluto.
Quienes los escogen se contaminan a sí mismos.

Una Triste Herencia

Sin embargo, a pesar del hecho de que el Dios de la Biblia claramente establece Sus credenciales como el único Dios verdadero al señalar y enfatizar Sus poderes proféticos, la Iglesia tiene una triste herencia de ignorar y abusar de la profecía.

De hecho, probablemente no hay otra porción de la Biblia que haya sido más ignorada y abusada en la herencia cristiana que las escrituras proféticas.

La profecía ha sido abusada por los apóstatas, los espiritualizadores y los fanáticos. 

Los Apóstatas

Los apóstatas son los así llamados creyentes que se burlan de la idea misma que la Biblia contiene profecía. De hecho, odian a la profecía con pasión, debido a que rechazan la verdad de que la Biblia es la Palabra de Dios inerrante. Más bien, argumentan que ella representa la búsqueda de Dios parte del hombre y, por lo tanto, está llena de leyendas y supersticiones.

Si realmente hay profecías cumplidas en la Biblia, entonces el libro tendría que ser de origen sobrenatural. Como no están dispuestos a admitirlo, se niegan categóricamente a admitir que la Biblia contiene profecías. Ellos descartan los pasajes proféticos como “poesía” que no tiene significado literal, o argumentan que las profecías fueron escritas después de los eventos que profetizaron. 

Ésta es la razón por la que el libro de Daniel ha sido tan castigado por los apóstatas liberales. En el libro, Daniel profetiza precisamente una secuencia completa de imperios mundiales. También profetiza muchos eventos que ocurrieron durante el periodo intertestamentario entre el cierre del Antiguo Testamento y la escritura del Nuevo Testamento. Los apóstatas desprecian a Daniel como un libro fraudulento que fue escrito 500 años después de lo que pretende ser.

Por supuesto, esta acusación acerca del libro de Daniel hace caso omiso del hecho de que Jesús citó el libro y lo trató como una escritura sagrada (Mateo 24:15-22).

Tuve una experiencia bastante brutal, de primera mano con esta actitud a principios de la década de los 80’s, cuando se me pidió hablar en una denominación protestante tradicional en el área de Dallas-Fort Worth. Después de unas pocas palabras de introducción, le pedí a la congregación que abriera el libro de Daniel. El pastor, quien estaba sentado en la primera fila, se puso de pie repentinamente y protestó: “No permitimos que el libro de Daniel sea leído en esta iglesia”. Cuando le pregunté por qué, se burló de mí y dijo: “Obviamente no eres un graduado del seminario, porque si lo fueras, sabrías que el libro de Daniel es un fraude”.

Los Espiritualizadores

Otro grupo de abusadores son los espiritualizadores. Éstos son personas que creen que la Biblia sí contiene profecía, pero argumentan que nunca significa lo que dice. En cambio, significa lo que ellos quieran que signifique.

A las personas les gusta espiritualizar la escritura porque les permite desempeñar el papel de Dios, ya que pueden usar el proceso de espiritualización para hacer que un pasaje profético signifique lo que sea que ellos quieran que diga.

Un buen ejemplo de lo que estoy hablando se puede encontrar en un libro llamado El Milenio del reconocido teólogo, Loraine Boettner.1 Dado que era un amilenialista que no creía que Jesús volvería alguna vez a esta tierra para reinar durante mil años, Boettner tuvo que espiritualizar el significado de Zacarías 14:1-9.


Ese pasaje clara y simplemente declara que, en los tiempos del fin, cuando la ciudad de Jerusalén esté rodeada por las fuerzas del Anticristo y esté a punto de caer, el Mesías regresará al Monte de los Olivos. Cuando Sus pies toquen el monte, éste se dividirá por la mitad. El Mesías entonces hablará una palabra sobrenatural, y todas las fuerzas alrededor de Jerusalén serán destruidas instantáneamente. El pasaje se cierra afirmando que, en ese día, el Mesías será “rey sobre toda la tierra” (Zacarías 14:9).

Boettner destruyó totalmente el significado de sentido llano de este pasaje, al espiritualizarlo hábilmente para que signifique algo más. Él argumentó que el Monte de los Olivos es un símbolo del corazón humano. Así pues, las fuerzas enemigas que rodean a Jerusalén representan la maldad en el mundo que rodea al corazón humano. Cuando una persona recibe a Jesús como su Señor y Salvador, su corazón (el Monte de los Olivos), se quebranta en contrición y, en ese día, Jesús se convierte en el rey de su vida. Así, el pasaje no tiene nada que ver con la Segunda de Venida. En cambio, ¡es un pasaje acerca de la salvación individual!

Crecí en una iglesia espiritualizadora, donde nos enseñaron que la Biblia nunca significa lo que dice cuando está hablando proféticamente. Debido a que espiritualizábamos la profecía, éramos amilenialistas en nuestra escatología, y negábamos que Jesús volvería alguna vez a reinar en esta tierra.

Nuestros predicadores rara vez hablaban sobre profecía bíblica, pero cuando lo hacían, siempre proclamarían con confianza: “No hay un solo versículo en la Biblia que siquiera implique que Jesús pondrá Sus pies en esta tierra otra vez”. Ése era nuestro mantra profético, y lo escuchaba una y otra vez.

Así pues, usted puede imaginar cuán sorprendido fui un día cuando tenía cerca de 12 años de edad y estaba hojeando la Biblia, y sucedió que se abrió en Zacarías 14. Fue fácil de leer y sencillo de entender. El mensaje era claro: el Mesías está regresando al Monte de los Olivos y, cuando Sus pies, toquen el suelo, el monte va a partirse por la mitad. ¡No podía creer lo que mis ojos veían!

La próxima vez que fui a la iglesia, enfrenté a mi pastor con temor y temblor con el pasaje. Le recordé su enseñanza de que “no hay un solo versículo en la Biblia que siquiera implique que Jesús pondrá Sus pies en esta tierra otra vez”. Luego le mostré Zacarías 14 y le pedí que lo leyera. Él lo hizo — una y otra vez —. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, él me miró, pegó su dedo en mi cara, y dijo: “¡Hijo, no sé lo que este pasaje signifique, pero te garantizo una cosa, no significa lo que dice!”. Cuando le pregunté por qué, él vociferó, “¡Porque es Apocalíptico!”.

No sabía lo que eso significaba, pero ciertamente sonaba autoritario, así que cuando comencé a predicar a los 20 años, usé la misma técnica para denigrar a cualquiera que cuestionara mi afirmación de que Zacarías 14 no significaba lo que decía. Yo sólo gruñiría, “¡Es Apocalíptico!”.

Y entonces, un día leí todo el libro de Zacarías, y noté que contiene varias profecías acerca de la Primera Venida del Mesías, y cada una de ellas significaba exactamente lo que dijeron. Considere:

El Mesías vendrá humildemente, cabalgando sobre un asno (9:9).

Él será aclamado como un rey (9:9).

Él será traicionado por un amigo (13:6).

Él será traicionado por treinta piezas de plata (11:12).

El dinero de la traición será usado para comprar el campo de un alfarero (11:13).

El Mesías será abandonado por sus discípulos (13: 7).

El Mesías será traspasado (12:10 y 13: 6).

Después de descubrir estas profecías, y darme cuenta de que todas fueron literalmente cumplidas en la vida de Jesús, de repente me di cuenta que si las profecías de la Primera Venida en Zacarías se cumplieron literalmente, entonces no había razón para asumir que las profecías de la Segunda Venida en el mismo libro no se cumplirían literalmente. Me di cuenta que “Apocalíptico” no era más que una cortina de humo para ocultar el verdadero significado de las profecías.

En el segundo segmento, veremos el daño que los fanáticos causan a la Profecía bíblica.

Artículos recomendados:
»» La Importancia de la Profecía Bíblica (pdf)
»» Zacarías 14
»» La Interpretación de Apocalipsis (pdf)
»» La Certeza del Regreso del Señor

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Abuse of Bible Prophecy

martes, 13 de junio de 2017

Video: 6 Razones por las que Todos los Cristianos Deberían Desear el Pronto Regreso de Jesús (subtitulado)


Dr. David R. Reagan: "Una de las cosas que me rompe el corazón hoy sobre la Iglesia es que está llena de letargo acerca del regreso de Jesús. La gente está bostezando en lugar de estar anhelando el regreso del Señor. Ésta es una situación trágica, y creo que se debe a la falta de predicación sobre lo que sucederá cuando Jesús regrese. Después de todo, ¿cómo se puede uno emocionar acerca de un evento del que no sabe nada? 

Para contrarrestar esta apatía, quiero compartirles 6 razones por las que todos los cristianos deberían desear fervientemente el pronto regreso del Señor. Quédese en sintonía". 

Material recomendado:

Subtitulado por la hermana Helena Aillón. Les recomiendo que se suscriban a su canal en YouTube
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