miércoles, 17 de mayo de 2017

Revista Llamada de Medianoche — Mayo 2017

¿El futuro himno nacional de Israel?

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Temas incluidos en esta edición: 

»» 2017: el año de la lucha palestina contra la Declaración Balfour
»» Estado Islámico sueña con atentados en Israel
»» UNESCO asesta otro golpe a Israel
»» La epístola a los filipenses
»» ¿Podía Saulo decidir por sí mismo?

Entre otros

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martes, 16 de mayo de 2017

Libro: Confiando en Dios - Capítulo 6

Descubriendo a Dios

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Dios había conseguido mi atención, pero todavía no me tenía. Durante mis años de huir del Señor, había desarrollado muchas actitudes, pensamientos y hábitos pecaminosos. Estaba en esclavitud al orgullo y la lujuria. Luchaba diariamente con un mal temperamento. Todavía soñaba con el éxito mundano. 

Todavía tenía un largo camino por recorrer, antes de que pudiera convertirme en un siervo útil del Señor. Tenía que conocer a Dios como un Dios personal, cariñoso y poderoso. Tenía que llegar a conocerme a mí mismo — a realmente conocerme — al afrontar honestamente mis faltas. Tuve que aprender cómo entregarme a la voluntad de Dios y, luego, cómo vivir en el poder de Su Espíritu más bien que en el poder de mi carne.

Viendo la Biblia de Manera Diferente

El Señor comenzó el proceso al darme un apetito insaciable por Su Palabra. Había crecido en una iglesia que creía en la Biblia. Teológicamente proclamábamos a la Biblia como la revelada Palabra de Dios, y permanecíamos bajo la autoridad de las Escrituras. Pero, en la práctica, poníamos nuestras tradiciones por encima de la Palabra. Jugábamos con la Escritura. 

Cuando la Palabra contradecía nuestras doctrinas, espiritualizábamos o dispensacionalizábamos el pasaje. La espiritualizábamos diciendo que el pasaje no significaba lo que decía. La dispensacionalizábamos argumentando que el pasaje había dejado de ser válido al final del Siglo I. 

También solíamos usar la Biblia como un manual de debate. En lugar de leerla para buscar la verdad o simplemente para permitir que el Espíritu Santo ministrara nuestros corazones, nos acercábamos a ella como si fuera el Código Anotado de Texas. Buscábamos por textos de prueba para justificar nuestras doctrinas y para demostrar que otros estaban equivocados. Cuando empecé a leer la Biblia de nuevo, el Espíritu me dirigió a leer de una manera diferente. En lugar de buscar por textos de prueba, me encontré leyendo por el puro placer de ello. Mientras leía, comencé a hacer algunos descubrimientos sorprendentes. Por ejemplo, la profecía comenzó a tener sentido, si sólo creía lo que decía. 

De hecho, toda la Biblia empezó a tener más sentido para mí, cuando comencé a aceptar que significaba lo que decía y como aplicable para mí hoy. Como un académico entrenado, siempre me había acercado a la Biblia como literatura para ser analizada, categorizada y teologizada. Ahora me daba cuenta que ella fue escrita para ser creída y obedecida.

Fue difícil, pero empecé a dejar de lado la racionalización, la espiritualización, y la dispensacionalización. Cuando lo hice, descubrí que la Palabra comenzó a transformarme. Por primera vez, mis ojos fueron abiertos a mis propios defectos en lugar de los defectos de los otros. Una y otra vez fui tuve que ponerme de rodillas en arrepentimiento. La Palabra se convirtió en un espejo espiritual que reflejaba mis insuficiencias comparadas con la perfección de Jesús.

Viendo a Dios de una Nueva Manera

También comencé a descubrir algunas cosas importantes acerca de Dios. La primera y la más importante fue la revelación de que Él es el mismo ayer, hoy y siempre (Malaquías 3:6 y Hebreos 13:8).

¡Qué descubrimiento fue para mí! ¡Dios no se había jubilado! Él está vivo. Él sigue siendo el mismo Dios revelado en la Biblia — a Dios que es soberano, personal, amoroso, cariñoso, poderoso y quien todavía interviene en la historia, en respuesta a la fe de aquellos que le buscan —. Apenas podía contener mi alegría. 

Saboreando la Disciplina del Señor 

La Palabra no fue mi único maestro durante esos días difíciles después de mi fracaso empresarial. También fui formado y moldeado por la disciplina del Señor. 

Después de que vendí todos los activos de mi negocio, aún le debía al banco $60,000. Negocié un acuerdo para pagar esa deuda al aceptar pagar al banco un mínimo de $1,000 al mes. Esa obligación significaba que mi familia y yo íbamos a tener que aprender a vivir con un ingreso muy reducido. Todo nuestro estilo de vida fue transformado casi de la noche a la mañana. 

Antes del fracaso del negocio, mis ingresos habían ido en aumento rápidamente casi cada año. Pero, como la mayoría de los estadounidenses cautivados por el materialismo, no importaba lo mucho que ganara, no era suficiente. Siempre necesitaba una casa más grande o un carro más amplio. De repente, teníamos que aprender a vivir con un estilo de vida frugal. La mayor parte de lo que ganaba cada mes era para pagar la deuda. Así que vivimos principalmente del ingreso de mi esposa como una maestra de primer grado. 

Era la disciplina del Señor. No era fácil, pero era otra experiencia espiritualmente transformadora. Fuimos liberados del materialismo. Aprendimos a vivir sencillamente, a cómo contar nuestras bendiciones, a cómo estar satisfechos con lo que teníamos. Comenzamos a aprender sobre cómo confiar en el Señor para proveer para nuestras necesidades básicas.

Jugando al Cristianismo

Pero todavía éramos más o menos lo que yo llamaría “cristianos culturales”. Con esto quiero decir que mi esposa y yo habíamos nacido en familias cristianas, criados en la Iglesia, y considerábamos a los valores cristianos como una parte integral de nuestras vidas. Íbamos a la iglesia regularmente y nos asegurábamos que nuestros hijos estuvieran involucrados en todas las actividades de la iglesia. En resumen, éramos una típica familia estadounidense que va a la iglesia. 

El problema con eso es que no éramos discípulos del Señor comprometidos. Como la mayoría de los cristianos, habíamos aceptado a Jesús como Salvador, pero no como Señor. Habíamos recibido Su Espíritu en nuestras vidas, pero nunca habíamos liberado el poder del Espíritu. Para mí, el Espíritu era un residente, pero no el presidente. Él residía, pero no presidía. Mi ego estaba en el trono de mi vida. 

Todavía necesitaba mucha disciplina del Señor. Comencé a saborearla cuando decidí dar un paso más en la dirección de la voluntad del Señor para mi vida. Había estado predicando a tiempo parcial los fines de semana para una iglesia en Irving, Texas. Cuando el negocio colapsó, me pidieron que me convirtiera en su pastor de tiempo completo. Estuve de acuerdo.

Moviéndome un Paso más Cerca

Por fin, había cedido a la voluntad del Señor para mi vida. Esperaba ser bendecido poderosamente. Esperaba recibir la paz interior que desesperadamente deseaba. Me esperaba una sorpresa.

Debía aprender que el Señor no podía ministrar efectivamente a través de mí porque todavía no me había rendido completamente a Él. Había renunciado a mi carrera, pero no a mí mismo. Todavía tenía mucho pecado en mi vida con el cual me negaba a lidiar. Todavía quería hacer las cosas a mi manera.

Traté de dirigir la iglesia como si dirigiera una universidad o un negocio. Fijé metas, organicé comités e intenté manipular a las personas para que hicieran lo que yo quería. Estaba involucrado en enfrentamientos constantes. 

No estaba lleno del Espíritu. No sabía nada acerca de los dones espirituales. Yo operaba en la carne. Era todo lo que sabía hacer. 

Dios, en Su misericordia, me bendijo de muchas maneras durante los tres caóticos años que serví a esa iglesia. Como dije antes, Él me sumergió en la Palabra. Él comenzó a abrir mis ojos a las cosas del Espíritu. Él comenzó a tratar con el pecado en mi vida. Por medio de todo el conflicto, Él me enseñó más acerca de Sí Mismo, de mí y de otras personas. 

Padeciendo una Crisis Familiar

Cerca del final de ese ministerio, probé la disciplina del Señor de nuevo en un evento traumático que involucró a nuestra hija menor. Ella se involucró con las drogas. Toda su personalidad cambió. Se volvió temperamental y tempestuosa. Su trabajo escolar decline. Las discusiones familiares se volvieron más frecuentes. 

Todos los signos de la participación en drogas estaban allí, pero no los reconocimos. No pudimos comenzar a concebir que una de nuestras hijas podría estar teniendo problemas con las drogas. Esa fue la clase de pesadilla que afligía a otras familias, no a la nuestra. Pero sí nos afligió. Un día culminó con nuestra hija huyendo de casa. Ella sólo tenía 16 años. Desapareció por completo. Durante tres meses no supimos si estaba viva o muerta.

Durante esos horribles días de espera y duda — días de llanto y de búsqueda — Satanás nos atacó con todo lo que podía usar. Fuimos abrumados por la autocondenación. Nos sentimos juzgados y censurados por algunos de nuestros amigos. Cada reportaje parecía contener una historia de horror acerca de la muerte por mutilación de alguien que se había fugado de casa. Un documental especial de la televisión indicó que la mayoría de las chicas terminaban como prostitutas.

Nos sentíamos totalmente impotentes. En nuestra impotencia, nos volvimos a Dios como nunca antes. Mi esposa y yo uníamos nuestras manos y nos poníamos de rodilla, y clamábamos a Dios por misericordia. Admitimos nuestra incapacidad para hacer frente a la situación y, como niños pequeños, clamábamos a nuestro Padre por ayuda.

Una Transformación Espiritual

Mientras nos vaciábamos de nosotros mismos y nos humillábamos delante del Señor, experimentamos la llenura de Su Espíritu. Recibimos una paz que estaba más allá de la comprensión humana. Teníamos la seguridad de que nuestra hija estaba en Sus manos y que todo saldría bien, si tan sólo nos apoyáramos en el poder de Su Espíritu y confiáramos en Su misericordia.

Mi esposa y yo estábamos más cerca uno del otro. Resentimientos prolongados se evaporaron. La mezquindad se disipó. El amor fue renovado. Dios estaba obrando poderosamente por medio de una tragedia para sanar nuestro matrimonio y para renovar y profundizar nuestra relación con Él. 

Nuestra hija fue encontrada vivita y coleando, viviendo y trabajando en una pequeña ciudad en Indiana. Habíamos camino por el valle de sombra de muerte y descubrimos que el Señor camina contigo cada paso del camino si tan sólo se lo permitimos. 

Sintiéndome Confundido

Mi experiencia con la llenura del Espíritu me motivó a iniciar un estudio intensivo del Espíritu Santo y de los dones espirituales. No me tomó mucho tiempo descubrir que yo no tenía los dones espirituales para ser pastor. No tenía el corazón de un pastor. No tenía el amor y la paciencia para pastorear un rebaño del pueblo de Dios.

Para cuando hice ese descubrimiento, ya estaba agotado por operar en la carne y terriblemente confundido. ¿Por qué Dios me había llamado al ministerio sin darme los dones para ser un ministro efectivo? Simplemente no podía entenderlo. Había huido del Señor tan rápido como pude correr durante casi 20 años. Entonces, cuando dejé de correr y cedí a Su voluntad, Él permitió que fallara de nuevo. ¿Era Él una especie de sadista cósmico?

Decidí abandonar todo el asunto. Renuncié con disgusto y regresé a mi carrera en la educación superior, y acepté una posición como vicepresidente de desarrollo de una universidad privada, relacionada con la iglesia en Oklahoma. 

Decidí que había malinterpretado a Dios. No lo había hecho. Dios simplemente había estado tratando de enseñarme algunas cosas que desesperadamente necesitaba saber si alguna vez iba a ser un siervo efectivo Suyo. 

Ahora Él me estaba preparando para ponerme a través de una experiencia del desierto, que estaba designada a moverme al centro de Su voluntad. 

Lea también:
»» Capítulo 5
»» Capítulo 7


Traducido por Donald Dolmus

Estimado lector: Sus contribuciones voluntarias serán de gran ayuda para que este libro sea traducido en su totalidad al español. Si siente de parte de Dios apoyar este proyecto, escríbame a mi correo electrónico, para indicarle cómo podrá hacerlo.

lunes, 15 de mayo de 2017

Programa de Colaboradores del Ministerio En Defensa de la Fe

Por Donald Dolmus — Fundador y Director del Ministerio En Defensa de la Fe



Estimados amigos: ¡Reciban un saludo fraternal en el nombre de Jesús, nuestra Esperanza Bienaventurada!

El Ministerio En Defensa de la Fe desea invitarlos a convertirse en nuestros colaboradores. Como muchos de ustedes ya sabrán, éste es un ministerio de fe basado en la Biblia, y Cristo-céntrico, dedicado a proclamar el cercano regreso de Jesús, y a edificar al cuerpo de Cristo a través del discernimiento certero y la hábil difusión las profecías bíblicas. Creemos firmemente que el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía, de acuerdo con Apocalipsis 19:10.

Sin exigir garantías de ningún tipo a la iglesia, su servidor recientemente tomó la decisión de estar dedicado a tiempo completo al ministerio (desde comienzos de abril de 2017), para vivir por fe, sabiendo que Dios siempre ha satisfecho todas mis necesidades. 

Una manera en la que usted puede ayudar:

Algunas veces, pastores, iglesias o individuos expresan el deseo de ayudarnos en la obra a la cual el Señor nos ha llamado. Y nos preguntarán acerca de cómo pueden ayudar. Por supuesto, nuestra mayor necesidad es que el pueblo de Dios ore por el ministerio. Ningún precio puede ser puesto sobre el invaluable recurso de la oración. Reconocemos plenamente que la oración ferviente y eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16).

Además, también hemos establecido un medio para que las personas se unan directamente al trabajo del Ministerio En Defensa de la Fe. Lo llamamos "Programa de Colaboradores del Ministerio En Defensa de la Fe". 

Para aquellos que participan en este programa contribuyendo con una cantidad voluntaria por mes, los inscribimos en este grupo especial que constituye la columna vertebral del apoyo financiero y de oración de este ministerio. 

Para mantener a nuestros colaboradores sintonizados con lo que el Señor está haciendo a través de En Defensa de la Fe, publicamos regularmente boletines electrónicos enviados automáticamente por correo electrónico, que incluyen artículos, videos de enseñanza, noticias de interés, y material exclusivo (como libros que son traducidos al idioma español por su servidor). 

El principal beneficio de esta colaboración es que su apoyo impactará a muchas vidas para Jesús. Es el apoyo financiero sacrificial y las oraciones fervientes de nuestros asociados que hacen posible que este ministerio contienda ardientemente por la fe que nos ha sido una vez dada.

Si siente que el Señor lo está dirigiendo a unirse al Programa de Asociados de En Defensa de la Fe, escríbanos a nuestro correo electrónico, o llámenos al teléfono (505)89803356, para indicarle cómo podrá unirse. 

¡Gracias de antemano por responder al llamado!

Libro: Confiando en Dios - Capítulo 5

Un Milagro Transformador

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Esto es lo que pasó. A la mañana siguiente fui a la tienda y comencé a llamar tratando de encontrar a un comprador para mis accesorios. Estaba de pie en el mostrador hablando por teléfono, cuando oí un golpe en la puerta principal. Me di vuelta y miré la puerta de cristal y vi a un hombre y una mujer orientales de pie allí. El hombre sonreía de oreja a oreja. Señalé el cartel que colgaba en la puerta y les di la espalda a la pareja. El letrero decía, “Cerrado: Saliendo del Negocio”.

El hombre volvió a tocar. Me enojé. ¿No podía este hombre leer? ¿Por qué tenía esa gran sonrisa en su rostro? Lo último que quería ver era a una persona feliz. La miseria realmente ama la compañía.

Puse el teléfono, fui a la puerta, la abrí cerca de una pulgada y grité, “¿No pueden leer? ¡Está cerrado!”. “Oh, sí señor”, respondió él, “Sé que está cerrado. Estoy interesado en comprar sus accesorios”.

“¡Oh!”, respondí. “Entren. Entren”.

Cerré la puerta con llave y volví al teléfono, mientras el hombre y la señora orientales miraban alrededor de la tienda. Cuando terminé de hablar, el hombre se acercó a mí, todavía sonriente, y dijo, “Gracias, estimado señor, por permitirme ver su tienda”. Era casi nauseabundo en su cortesía. Continuó sonriendo y comenzó a inclinarse en estilo oriental. ¡Luego comenzó a disculparse! “Lo siento mucho, estimado señor, pero no tiene accesorios que me interesen”.

Una Pregunta de Sondeo

Los escolté a la puerta. La señora salió pero, cuando el hombre llegó a medio camino de la puerta, de repente se detuvo, se volvió hacia mí y dijo, “Discierno que está turbado en el espíritu. ¿Quiere hablar acerca de ello?”.

Hable de enojarse. Yo estaba furioso. ¿Quién se creía que era este tipo? Le respondí en mi “mejor” manera cristiana, “¿Qué le importa?”.

“Bueno”, respondió, “supongo que, por la naturaleza de esta tienda, usted debe ser un cristiano. Yo también lo soy. Y discierno que necesita ser ministrado. ¿Le importaría si compartiera con usted lo que Jesucristo ha hecho por mí en mi vida?

No quería oír su historia. Quería que se fuera. Pero, ¿qué le iba a decir? Es como cuando alguien pregunta si pueden orar por ti. Puede que no quiera que lo hagan, pero odia decir que no. 

“Estoy muy ocupado”, dije, mientras miraba mi reloj con irritación.

“No tomará más que un momento”, contestó. Él sonrió de nuevo.

“Está bien, está bien”, dije, “pero que sea rápido”.

Se volvió y le dijo algo a la señora en un idioma extranjero, y ella se fue. Volví a cerrar la puerta, y fuimos a mi oficina. Cuando nos sentamos en el sofá, puso su brazo alrededor de mí y comenzó a palmear mi hombro con simpatía. Una vez más, yo estaba indignado. ¿Quién se cree este tipo que es? Apenas me conoce, y tiene su brazo alrededor de mí. 

Pero pronto olvidé mi ira cuando comenzó a contar su historia.

Una Historia Fascinante

“Cuando yo era un pequeño niño, mi padre vino a casa un día con terror en sus ojos. ‘Vienen los comunistas’, dijo, ‘y van a matarnos porque somos cristianos devotos’”.

“Nos dijo a cada uno que tomáramos dos fundas de almohadas y que fuéramos a la sala. Comenzó a correr por toda la casa recogiendo objetos que amontonó en el centro del piso. ‘Pongan éstos en las fundas”, dijo, ‘ y aten las puntas’”.

“Éramos una familia muy rica, pero todo lo que llevamos con nosotros ese día fue lo que pudimos meter en esas fundas de almohadas. Huimos hacia la selva, y nos arrojamos al Señor porque no sabíamos cómo sobrevivir en la selva. Éramos 12 en total. Vagamos sin rumbo clamando a Dios para que nos salvara”.

“Finalmente, después de tres semanas, llegamos de Hanói a Saigón, y nos regocijamos por la liberación del Señor”.

Una Repetición del Milagro

“Empezamos de nuevo nuestra vida. Muchos años después, llegué a casa un día a mi familia y mis padres ancianos con esa misma mirada de terror en mis ojos. ‘Tomen las fundas de las almohadas’, grité. Los comunistas vienen de nuevo”.

“Verá, yo era un traductor en la embajada norteamericana. Había sido informado de que la embajada no pudo arreglar que mi familia saliera del país. Yo no me iría sin ellos. Así que, una vez más, tuvimos que huir. Sabía que si nos quedábamos, seríamos ejecutados, porque yo había trabajado para los estadounidenses”.

“Huimos al delta del Mekong y, de nuevo, empezamos a clamar a Dios por la liberación. Después de vagar durante varios días, logramos llegar al Mar del Sur de China, donde descubrimos un barco lleno de refugiados a punto de partir. ¡Dios nos había salvado una segunda vez!”.

“Pero, cuando el barco salió al mar, comenzó a hundirse. Había demasiados personas en él. Algunas personas entraron en pánico y comenzaron a empujar a otras por la borda. Algunos incluso lanzaron a sus hijos en el mar. Nos pusimos de rodillas y comenzamos a clamar a Dios. Pronto, un buque mercante apareció y tomó a los sobrevivientes a bordo. ¡Dios nos había salvado una tercera vez!

“Fuimos llevados a Filipinas, donde fuimos puestos con miles de otros refugiados en un tipo de campo de concentración. Comenzamos a orar para que Dios nos diera un nuevo hogar. Un año después, llegaron las noticias de que estábamos siendo adoptados por una iglesia bíblica en Dallas, Texas. Dios nos salvó una cuarta vez”.

“Así que aquí estamos en una nueva tierra, comenzando nuestras vidas. Dios es muy bueno. Él nos ama, y responde a nuestras oraciones. Apóyese en Él. Él le librará”.

Una Actitud Cambiada

Miré al hombre con lágrimas en mis ojos. Antes de que lo supiera, tenía mis brazos alrededor de él, abrazándolo en agradecimiento por insistir en compartir una historia que no había querido oír.

Cuando se fue, todo había cambiado. Sin embargo, nada visible había cambiado. Todavía tenía un negocio fallido. Todavía le debía al banco $100,000. Lo que había cambiado era yo. Ya no me sentía deprimido. Ya no me estaba revolcando en autocompasión. Tenía esperanza. Sabía en mi alma que Dios había oído mi oración y que había enviado a ese hombre para asegurarme que, si confiaba en el Señor, todo saldría bien. Dios había usado a un hombre oriental del otro lado del mundo, para quitar mis ojos de mí mismo y ponerlos en Su Hijo.

No tenía problemas comparados con los problemas que ese hombre había enfrentado. Si Dios pudo resolver sus problemas, seguramente podría encargarse de los míos. 

Traducido por Donald Dolmus

Estimado lector: Sus contribuciones voluntarias serán de gran ayuda para que este libro sea traducido en su totalidad al español. Si siente de parte de Dios apoyar este proyecto, escríbame a mi correo electrónico, para indicarle cómo podrá hacerlo.

sábado, 13 de mayo de 2017

Bill Salus: Un Auténtico Escatólogo - Parte 2 de 2



   
Las Novelas de Bill

Bill Salus está actualmente en el proceso de escribir una serie de novelas de tres partes acerca de las profecías del tiempo del fin. Estos libros son bastante singulares debido a que la primera mitad de cada uno es una novela basada en la profecía del tiempo del fin, mientras que la segunda parte de cada libro contiene un comentario acerca de las profecías. Esto hace que los libros sean muy largos.

No he estado leyendo esta serie porque no me interesan las presentaciones ficticias de la Profecía Bíblica. 

Dos de los libros de la serie han sido publicados. El primero, titulado, Revelation Road: Hope Beyond the Horizon (Camino al Apocalipsis: Esperanza más allá del Horizonte, 2012), comienza con la guerra del Salmo 83 y la destrucción de Damasco y termina con el Rapto de la Iglesia.


El segundo de la serie, Apocalypse Road: Revelation for the Final Generation (Camino al Apocalipsis: Revelación para la Generación Final, 2017), se centra en el período de separación entre el Rapto y el comienzo de la Tribulación. Éste es un estudio muy necesario, dado que la mayoría de la gente parece asumir que la Tribulación comienza inmediatamente después del Rapto.

El hecho del asunto es que la Tribulación es provocada por el Anticristo al confirmar un pacto hecho con Israel, y eso podría pasar meses o incluso años después del Rapto. 

Puntos de Desacuerdo

No siempre no estoy de acuerdo con las interpretaciones de la profecía que hace Bill, lo cual no es gran cosa. Después de todo, no soy el Papa de la Profecía, y hay muchas cosas acerca de la profecía del tiempo del fin que no son claras y que pueden ser debatidas honestamente. Por ejemplo, en su libro acerca de las “profecías ahora”, Bill identifica a los Estados Unidos con las referencias bíblicas a Tarsis. No creo que esta identificación pueda justificarse.

En su último libro, Apocalypse Road, Bill propone una idea con la que estoy totalmente en desacuerdo — a saber, saca los Juicios de los Sellos de la Tribulación y los coloca en la brecha entre el Rapto y la Tribulación. Su razón básica para hacerlo parece ser su convicción de que no hay suficiente tiempo para ajustar todos los juicios del Apocalipsis en un período de Tribulación de sólo siete años. 


Creo que Bill está equivocado aquí. Creo que el Señor es capaz de lograr todo lo que Él desee en cualquier marco de tiempo que elija. Y creo que el libro de Apocalipsis coloca claramente los Juicios de los Sellos dentro del plazo de siete años de la Tribulación. Además, remover los Juicios de los Sellos de la Tribulación compromete la integridad de las 70 Semanas de Años de Daniel.

El intento de Bill de ayudar al Señor, al proporcionarle más tiempo me recuerda a los teístas evolucionistas que argumentan que Dios no pudo haber creado el universo en seis días, así que le proporcionan más tiempo al convertir cada día de la creación en mil millones de años. 

Como yo, usted puede no estar de acuerdo con todas las interpretaciones o conclusiones de Bill, pero ellas siempre están basadas en la Biblia y lo forzarán a escudriñar las Escrituras, y a reconsiderar sus propias interpretaciones. Por lo tanto, espero que Bill seguirá excavando y continuará descubriendo gemas proféticas.

¿Alguna vez se ha detenido a pensar cuántas profecías de la Primera Venida no fueron entendidas o incluso reconocidas hasta que el Espíritu Santo abrió los ojos de los escritores del Nuevo Testamento a ellas? Considere la profecía en Oseas 11:1, que dice, “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo”. Seguramente la gente debió haber pensado que esto se refirió sólo a la liberación de la nación de Israel de la cautividad egipcia. Pero el Evangelio de Mateo aplica esta declaración al Mesías (Mateo 2:15), afirmando que era una profecía acerca del escape de José y María del ejército asesino de Herodes, cuando huyeron de Egipto con el niño Jesús y luego posteriormente salieron de Egipto, y regresaron a su hogar en Nazareth.

¿Cuántas pepitas así acerca de la Segunda Venida aún no han sido descubiertas? En Bill Salus tenemos a un auténtico escatólogo que está buscando diligentemente.

Recientemente estuve discutiendo los escritos de Bill con otro erudito de la profecía bíblica. Hizo una observación interesante acerca de Bill. Él dijo, “Supongo que sabes que Bill es conocido entre los expertos de la profecía bíblica como ‘El Escatólogo de Viaje a las Estrellas’”. Cuando le pregunté por qué, respondió, “Porque audazmente va donde ningún hombre ha ido antes”.

Puntos de Aclaración de Bill Salus

Las aclaraciones de Bill Salus a los puntos de desacuerdos del Dr. Reagan se muestran a continuación. Todos estos puntos son presentados claramente en la sección dedicada a la Tesis de la Brecha Post-Rapto/Pre-Tribulación del libro Apocalypse Road.

1. No inserto los siete juicios de los sellos en la brecha de tiempo. Creo que sólo los primeros cinco comienzan en la brecha, pero concluyen durante el Período de la Tribulación.

2. Enseño que el pacto que desencadena el Período de la Tribulación ni siquiera puede ser ratificado hasta que el cuarto sello sea abierto. Creo que el jinete pálido del cuarto sello, llamado “Muerte y Hades”, representa al otro firmante junto con Israel de este pacto. Hasta que la Muerte y el Hades lleguen al escenario mundial, el pacto no puede ser confirmado y, por lo tanto, el Período de la Tribulación no puede comenzar.

3. Creo que los santos del quinto sello son asesinados en la brecha de tiempo y ésa es la razón por la hacen la pregunta pertinente en Apocalipsis 6:10, ¿”Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. Hacen esta pregunta porque aparentemente mueren antes de que se confirme el pacto que comienza el Período de la Tribulación de siete años. Si hubieran estado vivos cuando este pacto fue ratificado, sabrían que sólo quedan siete años hasta que Cristo vengue su sangre en Su Segunda Venida.

4. El punto menor que pongo los primeros cinco juicios de los sellos en la brecha de tiempo es el indicado por el Dr. Reagan, “que simplemente no hay suficiente tiempo para acomodar todos los juicios del Apocalipsis en un período de Tribulación de sólo siete años”.


Lea la primera parte aquí

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article: 
Bill Salus: A True Eschatologist
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