viernes, 9 de diciembre de 2016

Las Promesas Olvidadas de Navidad


La Iglesia de la Natividad, en Belén. Esta iglesia está ubicada en el sitio tradicional del nacimiento de Jesús. 
 

Mientras celebramos el nacimiento de Jesús este año durante la temporada de Navidad, acordémonos de las promesas que fueron hechas a María cuando fue visitada por el Ángel Gabriel:

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, 
y llamarás Su nombre Jesús. 
Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; 
y el Señor Dios le dará el trono de David Su padre; 
y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, 
y Su reino no tendrá fin. 
— Lucas 1:31-33

Siete Promesas Gloriosas

Esta magnífica declaración contiene siete promesas. Cuatro de ellas se relacionan con la Primera Venida del Señor:

1. María concebiría un hijo.
2. María daría a luz un hijo.
3. El hijo sería grande
4. El hijo sería llamado “el Hijo de Dios”.

Todas estas cuatro profecías se cumplieron en la vida de Jesús.

María concibió (Mateo 1:18-20) y tuvo un hijo (Mateo 1:25). Su nombre fue llamado Jesús (Mateo 1:21). Él fue grande (Lucas 7:16) y fue llamado el Hijo de Dios (Mateo 16:16, 27:54; Marcos 1:1).

Las tres últimas promesas que Gabriel hizo a María no se han cumplido. Se relacionan con la Segunda Venida de Jesús:

5. Le será dado el trono de David.
6. Reinará sobre la casa de Jacob.
7. Su reino no tendrá fin.

Yo llamo a estas promesas, las “promesas olvidadas” de Navidad, porque no son enseñadas por la mayoría de las iglesias en la Cristiandad hoy en día. Eso es debido a que la mayoría de las iglesias toman la postura de que Jesús nunca regresará a esta tierra a reinar. Esto es llamado el punto de vista Amilenial.

Promesas Espiritualizadas

El enfoque Amilenial está basado en la suposición de que la Biblia no significa lo que dice. Para confirmar el punto de vista, sus proponentes se ven obligados a espiritualizar la Escritura.

De esta forma, en su interpretación de las tres últimas promesas hechas a María por Gabriel, convierten el trono de David en el trono de Dios y la casa de Jacob se convierte en la Iglesia. Concluyen entonces que las promesas han sido cumplidas en el reinado actual de Jesús desde el trono de Su Padre sobre Su Iglesia.

El Trono de David

No hay duda de que Jesús está reinando actualmente desde el trono de Su Padre sobre Su reino, la Iglesia. Pero identificar ese reino con el reino prometido a María requiere un gran salto de la imaginación.

El “trono de David” no es el trono de Dios. El trono de Dios está en el Cielo. El trono de David está en Jerusalén (Salmo 122:5).

"La Anunciación de Gabriel a María", por Philippe de Champaigne, 1644.

Jesús mismo distingue claramente entre el trono de Dios y Su propio trono en Apocalipsis 3:21. En ese verso, Jesús dice que algún día les permitirá a los creyentes sentarse con Él en Su trono así como Su Padre actualmente le está permitiendo compartir Su trono.

Jesús no está en el trono de David hoy en día. Está sentado a la diestra de Su Padre, en el trono de Su Padre. Él ocupará el trono de David cuando regrese a la tierra para reinar desde el Monte Sión en Jerusalén (Isaías 24:21-23).

La Casa de Jacob

La “casa de Jacob” no es la Iglesia. Éste es un término del Antiguo Testamento para los hijos de Israel (Éxodo 19:3). La Iglesia nunca es mencionada en la Escritura como la casa de Jacob.

La Biblia enseña que un remanente de los judíos un día aceptará a Jesús como su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 9:27 y Romanos 11:25-26). Esto ocurrirá al final de siete años de sufrimiento terrible llamado la Tribulación o “el tiempo de angustia de Jacob” (Jeremías 30:7).

Esta estrella de plata en el sótano de la Iglesia de la Natividad supuestamente marca el lugar donde Jesús nació.

Cuando Jesús regrese al final de ese tiempo de sufrimiento, el remanente judío será reunido en la tierra de Israel y será hecha la nación más importante del mundo (Ezequiel 37:11-28 y Zacarías 8:22-23). Jesús reinará entonces sobre la casa de Jacob.

El Reino Eterno

El reino de la Iglesia actual no es un reino eterno. El reino de la Era de la Iglesia finalizará con el Rapto de la Iglesia.

El reino de la Iglesia será seguido por el reino Milenial cuando Jesús reinará sobre toda la tierra desde el Monte Sión en Jerusalén (Isaías 2:1-4). Ese reino durará mil años (Apocalipsis 20:1-7).

El reino final y eterno de Cristo será establecido en una tierra nueva y perfeccionada (1 Corintios 15:24 y Apocalipsis 21:1-8).

Creyendo a la Palabra de Dios

¿Por qué no podemos aceptar que las promesas hechas a María significan lo que dicen? Las primeras cuatro significaron exactamente lo que dijeron. ¿Por qué deben espiritualizarse las últimas tres? La única razón para espiritualizarlas es para forzarlas a conformarse a alguna doctrina preconcebida.

Creo que Dios sabe cómo comunicarse. Si Dios hubiera tenido la intención de prometerle a María que su Hijo reinaría desde el Cielo sobre la Iglesia para siempre, Él lo hubiera dicho así. En cambio, Él le reafirmó la promesa que había hecho muchas veces por medio de los profetas del Antiguo Testamento que Su Hijo reinaría desde el trono de David en Jerusalén sobre Israel y que le sería dado un reino que duraría para siempre (Isaías 9:6-7 y Ezequiel 37:21-28).

Si las promesas que Dios les hizo a los judíos no significaron lo que dijeron, entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que Sus promesas a la Iglesia significan lo que dicen? Yo creo que cuando Dios dice algo, lo dice en serio.

"Su Nombre Será Llamado Admirable", por Simon Dewey.

Una Esperanza de Navidad

Durante esta temporada de Navidad, voy a alabar a Dios por enviar a Su Hijo a morir por mis pecados.

También voy a orar para que Dios envíe pronto a Su Hijo de nuevo, para cumplir las “promesas olvidadas” que Gabriel hizo a María. Le doy gracias a Dios porque Él nunca olvida una promesa.

Artículos relacionados:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Lo que Estados Unidos Necesita Desesperadamente — Conclusión




La Advertencia de Romanos 1

En Romanos capítulo 1, Pablo habla acerca de cómo Dios trata con una nación rebelde que Él ha bendecido. Si la nación persiste en su rebelión después de que ha sido advertida por naciones proféticas y juicios correctivos, Dios dará un paso hacia atrás y bajará su cobertura de protección y permitirá que la maldad se multiplique (versos 22-25). El resultado será una revolución sexual, como la que ocurrió en nuestra nación en la década de 1960.

Si la nación ignora este juicio, Dios dará un paso hacia atrás una segunda vez y bajará Su cobertura de protección incluso más. Esto producirá una plaga de perversión sexual en la forma de homosexualidad (versos 26-27). Comenzamos a experimentar esto al inicio de este siglo. 

Si la gente sigue negándose a arrepentirse, Dios retrocederá una tercera vez y entregará a la nación a una “mente reprobada” (versos 28-32). Ahí es donde estamos hoy. Sólo considere, por ejemplo, las siguientes dos fotos que fueron tomadas recientemente en manifestaciones en Washington, D.C. 

 "Si Jesús regresa, mátenlo de nuevo". 

"Apuesto que el infierno es fabuloso".

Nuestra Rebelión Continua

El 26 de junio es el día en que el destino de nuestra nación fue sellado. Ése fue el día que nuestra Corte Suprema decidió legalizar la abominación del matrimonio entre personas del mismo sexo. En el proceso, los jueces que consintieron decidieron ignorar nuestra Constitución, despreciar 2,000 años de civilización occidental, y despreciar la Palabra de Dios.

El arrepentimiento es lo único que puede salvar a nuestra nación — no Hillary Clinton o Donald Trump, o cualquier otro político —. Pero, ¿cómo puede el arrepentimiento tener lugar cuando el pecado está tan arraigado e incluso es celebrado?

Nuestra herida se ha vuelto incurable. Ya no podemos esperar la supervivencia como nación cuando estamos alzando nuestro puño contra Dios y despreciando abiertamente Su Palabra. 

Considere de nuevo las palabras amenazantes del profeta Nahúm (Nahúm 1:2-3):

Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. 

Esperanza Individual

La única esperanza que nos queda es la esperanza individual que la Palabra de Dios nos da cuando aceptamos a Su Hijo, Jesús, como nuestro Señor y Salvador.

Esa esperanza es grande más allá de las palabras, y me aferro a ella en fe, recordándome diariamente que, mientras todo el mundo se está burlando de Dios y Su Palabra, Él se sienta en el Cielo y se ríe — no porque no le importe, sino porque tiene la sabiduría y el poder de orquestar todo la maldad de Satanás y el hombre para el triunfo de Su Hijo (Salmo 2:1-9) —.

¡Maranata! 

Lea también:
Lo que Estados Unidos necesita desesperadamente – Parte 1
Lo que Estados Unidos necesita desesperadamente – Parte 2

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

martes, 6 de diciembre de 2016

Jimmy Carter a Obama: Reconozca al Estado de Palestina

El Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, estrecha la mano del expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, durante su reunión el 2 de mayo de 2015 en la Ciudad de Ramala. (AFP/Pool/Abbas Momani)

El expresidente estadounidense Jimmy Carter ha reclamado al actual mandatario del país, Barack Obama, que reconozca al Estado de Palestina antes de abandonar el cargo el 20 de enero.

En un editorial publicado en el diario estadounidense «The New York Times»,Carter ha afirmado que, «si bien aún no se sabe cuál será la política de la próxima Administración hacia Israel y Palestina (...) sí se sabe cuál fue la de ésta».

«El objetivo del presidente Obama ha sido apoyar un fin negociado al conflicto basado en dos estados, que vivan uno al lado del otro en paz», ha recordado.
«Esa posibilidad está ahora en grave peligro. Estoy convencido de que Estados Unidos todavía puede moldear el futuro del conflicto palestino-israelí antes de un cambio de presidente, pero hay poco tiempo».

En este sentido, ha recalcado que «el paso simple pero vital que debe dar esta Administración antes del fin de su mandato es garantizar el reconocimiento diplomático por parte de Estados Unidos al Estado de Palestina, que ya han dado 137 países, y ayudarle a lograr su pertenencia plena a Naciones Unidas».

Carter ha recordado que, durante su Gobierno, los entonces Primer Ministro de Israel, Menachem Begin, y Presidente de Egipto, Anuar el Sadat, firmaron los Acuerdos de Camp David, basada en la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU.

«Las palabras clave de esa resolución eran 'la inadmisibilidad de la adquisición de territorios mediante la guerra y la necesidad de trabajar por una paz justa y duradera en Oriente Próximo, en la que todos los estados de la zona puedan vivir con seguridad', y la 'retirada de las fuerzas armadas israelíes de los territorios ocupados en el reciente conflicto'», ha indicado.

El expresidente ha argumentado que «estos dos conceptos fundacionales han sido la base de la política del Gobierno estadounidense y la comunidad internacional desde entonces».

«Esta es la razón por la que, en 2009, al comienzo de su primer gobierno, Obama reiteró los elementos esenciales de los acuerdos de Camp David y de la resolución 242, pidiendo un congelamiento total de la construcción de asentamientos, construidos ilegalmente por Israel en territorio palestino», ha apuntado.

«Más tarde, en 2011, el presidente dejó claro que 'las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas de 1967', y añadió: 'Las negociaciones deberían dar lugar a dos estados, con fronteras palestinas permanentes con Israel, Jordania y Egipto, y fronteras israelíes permanentes con Palestina'», ha añadido Carter.

Compromiso con la paz, en peligro

En su editorial, ha alertado de que «a día de hoy, 38 años después de Camp David, el compromiso con la paz está en peligro de abrogación».

«Israel construye más y más asentamientos, desplazando a los palestinos y afianzando su ocupación de los territorios palestinos», ha sostenido, recalcando que «más de 4,5 millones de palestinos viven en esos territorios ocupados, sin ser ciudadanos de Israel».

«La mayoría viven bajo un régimen militar israelí y no votan en las elecciones nacionales de Israel», ha dicho, al tiempo que ha apuntado que «mientras, cerca de 600.000 colonos israelíes en Palestina disfrutan de los beneficios de la ciudadanía y las leyes israelíes».

"Este proceso está acelerando una realidad de un estado que podría destruir la democracia israelí y dará lugar a la intensificación de la condena internacional a Israel", ha advertido el expresidente estadounidense.

En este sentido, ha recordado que el Centro Carter «ha continuado apoyando la solución basada en dos estados acogiendo este mes discusiones con representantes israelíes y palestinos, buscando un camino hacia la paz».

«Tras las mismas, estoy convencido de que el reconocimiento del Estado Palestino por parte de Estados Unidos haría más fácil para otros países que no han reconocido a Palestina hacerlo, lo que allanaría el camino para una resolución del Consejo de Seguridad (de la ONU) sobre el futuro del conflicto», ha argüido.

Resolución de la ONU

Por ello, ha pedido al organismo internacional que apruebe una resolución «que fije los parámetros para resolver el conflicto» y «que reafirme la ilegalidad de todos los asentamientos israelíes más allá de las fronteras de 1967», dejando abierta la posibilidad de que las partes «negocien modificaciones».

«Las garantías de seguridad para Israel y Palestina son fundamentales, y la resolución debe reconocer el derecho de ambos estados a vivir en paz y seguridad», ha recalcado.

Asimismo, ha dicho que la resolución «debe incluir la desmilitarización del Estado palestino y una posible fuerza de paz bajo los auspicios de la ONU».

«El peso combinado del reconocimiento por parte de Estados Unidos, la pertenencia a la ONU y una resolución del Consejo de Seguridad firmemente cimentada en el Derecho Internacional podría ser la base para una diplomacia futura», ha argumentado.

«Estos pasos reforzaría el liderazgo palestino moderado, al tiempo que enviaría una garantía clara al público israelí sobre el reconocimiento mundial de Israel y su seguridad», ha agregado Carter.

Así, ha explicado que esta vía «sería la mejor, y quizá la única, manera de hacer frente a una realidad de un Estado que Israel está imponiendo a sí mismo y al pueblo palestino».

«El reconocimiento de Palestina y una nueva resolución del Consejo de Seguridad no son nuevas medidas radicales, sino una consecuencia natural del creciente apoyo de Estados Unidos a una solución basada en dos estados», ha apuntado.

«Temo por el espíritu de Camp David. No debemos dejar pasar esta oportunidad», ha remachado Carter.


sábado, 3 de diciembre de 2016

Lo que Estados Unidos Necesita Desesperadamente — Parte 2



     
El poder del arrepentimiento puede verse en la historia de nuestra nación. En medio de nuestra guerra civil, en marzo de 1863, el Presidente Abraham Lincoln, llamó a un “día de humillación, ayuno y oración nacional”. Dijo que era motivado por el hecho de que, a través de “la confesión de los pecados y transgresiones de la nación en humilde tristeza”, el Señor le mostraría a la nación “misericordia y perdón”: Lincoln le recordó a la gente que las “Sagradas Escrituras” prometen que “sólo aquellas naciones cuyo Dios es el Señor son bendecidas”.

Él procedió entonces a hacer una de las declaraciones espirituales más perspicaces que alguna vez haya sido puesta en palabras por un presidente:1

Y considerando que es deber de las naciones, así como de los hombres, reconocer que debemos la dependencia a la potencia Suprema de Dios, debemos confesar nuestros pecados y nuestras transgresiones, en contrita humildad, con la seguridad que arrepentimiento verdadero dará lugar a la misericordia y perdón; y reconocer la verdad sublime, anunciada en las Sagradas Escrituras y demostrado por la historia, que sólo son bendecidas esas naciones cuyo Dios es el Señor:

Y, en tanto sabemos que, por su ley divina, las naciones, como individuos, son sometidos a castigos y sanciones en este mundo, podemos justamente temer que la terrible calamidad de guerra civil, que ahora desola la Tierra, es un castigo infligido a nosotros por nuestros pecados presuntuosos, fuere necesario para nuestra reforma nacional como un pueblo entero. 

Hemos sido los destinatarios de las bendiciones selectas del Cielo. Nosotros hemos sido preservados, estos muchos años, en la paz y la prosperidad. Hemos crecido en números, en riqueza y en poder como ninguna otra nación. 

Pero nos hemos olvidado de Dios. Nos hemos olvidado de la mano amable que nos mantiene en paz y abundantemente enriquecidos y fortalecidos; hemos vanamente imaginado, en el engaño de nuestro corazón, que todas estas bendiciones fueron producidas por nuestra propia sabiduría superior y virtud.

Intoxicados con éxito ininterrumpido, nos hemos convertido demasiado autosuficientes, sin sentir la necesidad de canjear y de preservar la gracia, demasiado orgullosos para orar a Dios, Quien nos hizo. 

A continuación, nos es necesario humillarnos ante la Potencia ofendida, a confesar nuestros pecados nacionales y a rogar por clemencia y perdón.

Abraham Lincoln

Lincoln terminó su proclama, al llamar a todos los estadounidenses a apartar el día jueves 30 de abril de 1863, como “un día de humillación, ayuno y oración”. Los instó a “abstenerse en ese día de sus actividades seculares y a unirse en sus varios lugares de culto público…”.

¿Se imagina a un presidente estadounidense emitiendo una proclamación así hoy? Los miembros del Congreso sin duda introducirían mociones para su destitución, basadas en su violación de “la separación de iglesia y estado”.

Nuestra nación se ha secularizado y paganizado tan rápidamente desde la década de 1950, que la mayoría de estadounidenses hoy ni siquiera podrían concebir que un presidente llamara a la nación a la oración. Sin embargo, muchos lo hicieron, y algunos incluso ofrecieron oraciones públicas ellos mismos.

Franklin D. Roosevelt

Tome a Franklin Roosevelt, por ejemplo. Mientras los desembarcos en el Día D se estaban llevando a cabo en las playas francesas de Normandía, en junio de 1944, el Presidente Roosevelt dirigió a la nación en oración, a través de una transmisión nacional de radio. La oración duró 3 minutos y 36 segundos, e incluyó estas palabras:2

Dios Todopoderoso: Nuestros hijos, orgullo de nuestra nación, han emprendido hoy un poderoso esfuerzo, una lucha para preservar nuestra República, nuestra religión, y nuestra civilización, y para liberar a una humanidad sufriente.

Dirígelos en rectitud y verdad; dales fuerza a sus brazos, robustez a sus corazones, firmeza en su fe.

Ellos necesitarán Tus bendiciones. Su camino será largo y duro. Porque el enemigo es fuerte. Él podría rechazar a nuestras fuerzas. El éxito podría no llegar con una rápida velocidad, pero regresaremos una y otra vez; y sabemos que, por Tu gracia, y por la justicia de nuestra causa, nuestros hijos triunfarán…

Pido que nuestro pueblo se dedique a una prolongación de la oración. Cuando nos levantemos cada nuevo día, y de nuevo cuando cada día haya terminado, que palabras de oración estén en nuestros labios, invocando Tu ayuda a nuestros esfuerzos…

Con tu bendición, prevaleceremos sobre las fuerzas impías de nuestro enemigo. Ayúdanos a conquistar a los apóstoles de codicia y arrogancias raciales. Llévanos a la salvación de nuestro país…

Hágase tu voluntad, Dios Todopoderoso. Amén. 

Copias de audio de esta gran oración pueden encontrarse en Internet. Le insto a que encuentre una copia y que la escuche. Emocionará su alma. Sin embargo, cuando el Memorial de la II Guerra Mundial estaba siendo planeado para el centro comercial en Washington, D.C., la Administración Obama se opuso con éxito a cualquier mención de la oración o a cualquier cita de ella.3

Earl Warren

Otro ejemplo de cuán lejos y rápido nuestra nación se ha desviado de Dios puede encontrarse en un discurso dado en 1954 por el magistrado Earl Warren, en el Desayuno de Oración Nacional. Warren fue el ex Gobernador de California y fue nombrado magistrado por el Presidente Eisenhower en 1953. Warren tenía esto que decir acerca del patrimonio de nuestra nación:4

Creo que nadie puede leer la historia de nuestro país sin darse cuenta de que el Buen Libro y el espíritu del Salvador han sido desde el principio nuestros genios guías. Ya sea que miremos a la primera carta de Virginia o la carta de Nueva Inglaterra o la carta de la Bahía de Massachusetts o las Órdenes Fundamentales de Connecticut, el mismo objetivo está presente — una tierra cristiana gobernada por principios cristianos —.

Creo que toda la Declaración de Derechos debe su existencia al conocimiento que nuestros antepasados tenían de la Biblia y a su creencia en ella…

Me gusta creer que estamos viviendo hoy en el espíritu de la religión cristiana. También me gusta creer que mientras lo sigamos haciendo, ningún gran daño puede venir contra nuestro país. 

Otra vez, ¿se imagina a un nominado a la Corte Suprema hoy pronunciar esas palabras? Sería descartado como un fanático religioso, indigno de servir a nuestra nación en el poder judicial. 

O, considere a la decisión unánime de la Corte Suprema dictada en 1892 (Santa Trinidad vs. Estados Unidos), en la que la Corte declaró que nuestra nación no era sólo histórica y culturalmente religiosa, sino que su propio sistema de gobierno y leyes estaba basado en una cosmovisión cristiana. La Corte declaró, “Éste es un pueblo religioso…ésta es una nación cristiana”.5

Ciento catorce años más tarde, en 2006, el Presidente Obama alegre y orgullosamente declaró, “Lo que sea que una vez fuimos, ya no somos sólo una nación cristiana; también somos una nación judía, una nación musulmana, una nación budista, una nación hindú, y una nación de no creyentes”.6 Él también podría haber añadido que nos hemos convertido en una nación de paganos.


No cabe duda de que hemos descartado nuestra herencia cristiana a favor de una sociedad dominada por el secularismo y el paganismo. Y estamos cosechando las consecuencias, mientras somos testigos del colapso moral de nuestra sociedad.

En el tercer y último segmento de nuestro vistazo a lo que Estados Unidos necesita desesperadamente, cubriremos la advertencia dada en Romanos 1.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Lea también:
Lo que Estados Unidos necesita desesperadamente — Parte 1

Notas:
1) Abraham Lincoln, “Proclamation Appointing a National Fast Day,” www.
abrahamlincolnonline.org/lincoln/speeches/fast.htm.
2) FDR Presidential Library, “Franklin Roosevelt’s D-Day Prayer,” http://docs.
fdrlibrary.marist.edu.odddayp.html.
3) Todd Starnes, “Obama Administration Opposes FDR Prayer at WWII Memorial,”
www.foxnews.com.
4) Roger Schultz, “A Christian America: Earl Warren and Our Christian Roots.”
http://chalcedon.edu/faith-for-all-of-life/the-resurrection-5/a-christian-america
-earl-warren-and-our-christian-roots.
5) Justia, “Church of the Holy Trinity v. United States 143 U.S. 457 (1892),”
https://supreme.justia.com/cases/federal/us/143/457/case.html.
6) Sojourners, “Transcript: Obama’s 2006 Sojourners Call to Renewal Address
on Faith and Politics,” https://sojo.net/articles/transcript-obamas-2006-sojourn
erscall-renewal-address-faith-and-politics.

martes, 29 de noviembre de 2016

Estudio Bíblico Mesiánico: La Trinidad (pdf)


Este estudio está disponible solamente para nuestros colaboradores




Tabla de Contenido

Introducción 

A. Arrianismo 
B. Sabelianismo 
C. Socinianismo 
D. Unitarismo 
E. Triteísmo 

I. La Pluralidad de la Deidad

A. La Pluralidad de la Deidad en el Antiguo Testamento 
1. El nombre plural Elohim 
2. Los verbos plurales usados con Elohim
3. El nombre Elohim aplicado a dos personas 
4. El nombre YHVH aplicado a dos personas .
5. El nombre plural Adonai 
6. Los pronombres plurales 
7. Los adjetivos plurales 
8. El Ángel de Jehová 
   a. Ejemplos de singularidad
   b. Evidencia escritural de la singularidad
9. El Hijo de Dios 
   a. Salmo 2 
   b. Proverbios 30:4 
10. El concepto del Dios-Hombre 
   a. Génesis 4:1 
   b. Isaías 9:6-7 
   c. Jeremías 23:5-6 
   d. Zacarías 13:7
11.El Espíritu Santo 

B. La Pluralidad de la Deidad en el Nuevo Testamento


II. La Unidad de la Deidad 

A. La Unidad de la Deidad en el Nuevo Testamento 
1. La misma imagen y semejanza 
2. El uso de verbos singulares con verbos plurales 
3. El uso de formas plurales y singulares juntas 
4. El Uso del compuesto Uno
   a. Echad
   b. Yachid 
5. Jehová declarado ser Uno 

B. La Unidad de la Deidad en el Nuevo Testamento 


III. La Unidad de la Deidad 

A. La Trinidad de la Deidad en el Antiguo Testamento 
1. Isaías 42:1 
2. Isaías 61:1 
3. Isaías 63:7-14 
4. Isaías 48:12-16 

B. La Trinidad de la Deidad en el Nuevo Testamento
1. Sólo tres Personas son llamadas Dios
   a. Mateo 3:16-17 
   b. Mateo 28:19 
   c. Juan 14:16-17 
   d. I Corintios 12:4-6
   e. II Corintios 13-14 
   f. I Pedro 1-2 
2. Sólo tres Personas tienen los atributos de Dios 
   a. Eternidad 
   b. Omnipotencia 
   c. Omnisciencia 
   d. Omnipresencia 
3. Sólo tres Personas conocen las obras de Dios 
   a. La obra de la creación del universo 
   b. La obra de la creación del hombre 
   c. La obra de la inspiración

Conclusión

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