1 Corintios 6:9-10 es un segmento muy importante de la Escritura — de hecho, es de vital importancia —. La razón es que en estos dos versículos, el apóstol Pablo enumera una serie de pecados que pueden descalificar a una persona del Cielo:
9) ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
10) ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Todos los pecados mencionados en estos dos versículos todavía prevalecen hoy, y se han vuelto aún más así en los últimos años, pero solamente uno ha sido convertido por la sociedad de un pecado a una virtud, y ése es la homosexualidad.
De Vergüenza a Celebración
Todos los otros pecados mencionados — idolatría, adulterio, fornicación, robo, codicia, borracheras, maledicencias y estafas — todavía son mal vistos por la sociedad en general, pero no la homosexualidad. Éste ha sido transformado de una perversión, que una vez era considerada ilegal, a una forma de comportamiento aceptada e incluso alabada.
El momento crucial se produjo en 1999, cuando el Presidente Bill Clinton decidió declarar el mes de junio como “Mes del orgullo gay y lésbico”. Él repitió la proclamación en junio de 2000. Nueve años después, después de la administración Bush, el Presidente Barack Obama reanudó la práctica, pero expandió su alcance al declarar el mes como el “Mes del orgullo lésbico, gay, bisexual y transgénero”.
"El Primer Presidente gay".
Y así pues, ¡hemos descendido al nivel de depravación moral donde nuestra nación ahora está celebrando la perversión sexual! Como la nación de Judá en los tiempos del Antiguo Testamento, hemos olvidado “tener vergüenza” (Jeremías 6:15).
Un Indicador de Depravación
Hay una segunda forma en la que la homosexualidad es un pecado único. La Biblia lo identifica como una forma con la cual medir el descenso de una sociedad en la depravación moral.
Éste fue el pecado definitivo que motivó a Dios a derramar Su ira sobre Sodoma y Gomorra (Génesis 19:1-26). Y en el libro de Romanos, Pablo lo identifica como la señal de una sociedad que ruega por la ira de Dios (Romanos 1:18-27, particularmente los versículos 26-27).
Existe un mito en el Cristianismo que impide que muchas personas puedan darse cuenta de cuán terrible es el pecado de la homosexualidad. Ese mito es la idea equivocada de que “todos los pecados son iguales ante los ojos de Dios”. Este concepto es cierto en sólo un sentido — todos los pecados nos condenan y requieren un Salvador que nos reconcilie con Dios —.
Pero definitivamente hay pecados que Dios los considera peores que otros, y por esa razón, la Biblia enseña que habrá grados de castigo en el Infierno (Lucas 12:47-48). Los pecados que son señalados en la Biblia de ser particularmente atroces ante los ojos de Dios son la idolatría (Deuteronomio 4:25-31), la blasfemia contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31), el orgullo (Proverbios 16:5) y la falta de perdón (Mateo 6:14-15). La inmoralidad sexual es otro (1 Corintios 6:18-20).
La Defensa Anti-Bíblica
Los defensores de la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo sostienen que los involucrados “nacieron de esa forma” y, por tanto, argumentan, así como las personas de color negro no tienen control sobre cómo nacen, no tenemos más derecho a discriminar contra los homosexuales que el que tenemos contra las personas de color negro.
Ese argumento suena bien en la superficie, pero no resistirá un examen riguroso. En primer lugar, nunca se ha demostrado que las personas nacen siendo homosexuales. En segundo lugar, hay muchos ex homosexuales, mientras que es imposible cambiar la raza de alguien.
Y lo más importante de todo, necesitamos tener en cuenta que todos nosotros nacemos con una naturaleza pecaminosa que se expresa a sí misma en varias maneras. En ese sentido, hay ladrones, adúlteros, asesinos, mentirosos y chismosos “nacidos naturalmente”. ¿Excusa eso su comportamiento? ¡Por supuesto que no!
Y si va a usar el patético argumento de que una persona es un homosexual “nacido naturalmente”, entonces, ¿no se puede usar el mismo argumento para excusar el comportamiento de un pedófilo o un zoófilo, o cualquier otra perversión sexual?
Noticias Gloriosas
Las increíbles buenas noticias es que la inmoralidad sexual de cualquier tipo, ya sea heterosexual u homosexual, puede ser vencida y perdonada a través del arrepentimiento y la fe en Jesús como Señor y Salvador. Considere esta declaración del apóstol Pablo en 1 Corintios 6:11, presentada inmediatamente después de su listado de pecados que nos condenarán delante de Dios:
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
¡Alabado sea Dios por Su misericordia! Pero no crea que usted puede burlarse de Dios al continuar participando voluntariamente en estos pecados después de que haya puesto su fe en Jesús (Hebreos 10:26-31).
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
Why homosexuality is a unique sin today: