¡Vamos a Ganar al Final!
En su genial novela acerca de la Revolución Francesa, llamada
Historia de Dos Ciudades, Charles Dickens inició su relato con unas de las
palabras más memorables de toda la literatura inglesa:
Era el mejor de
los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de
la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y
de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación...
Estas palabras nunca han sido más ciertas de
lo que son hoy. Dondequiera que miremos, en todas las direcciones, el mundo parece estar cayéndose
a pedazos.
¨
Somos atormentados por guerras y
rumores de guerras.
¨
La inmoralidad y la violencia son
rampantes.
¨
Nuestro dinero está siendo
devaluado y envilecido.
¨
Nuestro sistema educativo ha sido
secuestrado por Humanistas y Ateos.
¨
Nuestro sistema político se ha
paralizado por guerras de valores y corrupción.
¨
Toda la naturaleza parece estar
tambaleándose fuera de control, produciendo una calamidad tras otra.
¨
Nuestras iglesias están siendo
destruidas por una galopante apostasía.
¨
El verdadero Cristianismo está
siendo atacado desde todas partes, y los cristianos están siendo marginados
como fanáticos intolerantes.
Sin embargo, a pesar de todo este caos económico, social, político y
religioso, ¡es la mejor de las épocas debido a que todos estos acontecimientos
son un cumplimiento de las profecías del tiempo del fin que apuntan al
inminente regreso de Jesús!
Jesús mismo dijo que la sociedad se volvería tan inmoral y violenta
como lo fue en los días de Noé. Y dijo que cuando veamos que eso ocurre,
debemos “erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está
cerca” (Lucas 21:28).
Aquellos de nosotros que hemos comprometido nuestras vidas con Jesús
podemos ver que todo lo que nos es querido se desintegra ante nuestros propios
ojos, pero vamos a ganar al final.
Podemos sufrir terrible persecución, pero vamos a ganar al final.
Podemos ver el colapso del dólar y la caída de los Estados Unidos como
potencia mundial, pero vamos a ganar al final.
¿Cómo puedo estar tan seguro? Porque la Biblia nos promete la victoria
definitiva y tengo la seguridad que la Biblia es verdadera.
Nuestra Victoria Prometida
¿Cuál es nuestra victoria prometida? Permítanme resumirla para
ustedes.
- Se nos promete que en cualquier momento seremos sacados de este
mundo en el Arrebatamiento de la Iglesia.
- Se nos promete que Dios derramará entonces Su ira sobre los
perversos líderes mundiales que actualmente se burlan de Él.
- Se nos promete que Jesús regresará luego a reinar sobre todo el
mundo en gloria y majestad desde el Monte Sión en Jerusalén, y toda la
tierra será inundada con paz, rectitud y justicia.
- Se nos promete que en definitiva nos será dado un hogar eterno en
este planeta, después de que haya sido refrescado y perfeccionado por
Dios.
- Se nos promete que viviremos eternamente en ese nuevo planeta con
cuerpos glorificados e inmortales en la presencia de nuestro Creador y
Salvador.
De nuevo, ¿cómo puedo estar seguro de estas promesas
victoriosas? Porque la Biblia así me lo dice. Y se puede confiar en la Biblia
como la infalible Palabra de Dios.
¿Cómo sé eso?
Porque es el único libro en el mundo que contiene profecías cumplidas.
Y, debido a que todas las profecías concernientes a la Primera
Venida del Mesías se cumplieron literal y precisamente, podemos estar seguros
que todas las profecías acerca del regreso y triunfo del Mesías se cumplirán
literal y precisamente.
Demos un vistazo rápido y general al Plan de Dios para las
Edades. Hay cuatro importantes eventos triunfales profetizados en el
horizonte que nosotros como hijos de
Dios nacidos de nuevo podemos estar anhelando: El Arrebatamiento, la Segunda
Venida, el Milenio y el Cielo.
El Arrebatamiento
Nuestra primera promesa de victoria es el Arrebatamiento de la
Iglesia.
Éste es un evento que es confundido con frecuencia con la
Segunda Venida — pero no son los mismos. Un estudio cuidadoso de las Escrituras
revela que el regreso de Jesús será en dos etapas — la primera, el
Arrebatamiento y luego, la Segunda Venida.
El hecho de que éstos son dos eventos separados puede ser
demostrado fácilmente.
Sólo hay dos descripciones detalladas del regreso del Señor en
el Nuevo Testamento – 1 Tesalonicenses 4 y Apocalipsis 19.
Y estos dos pasajes son tan diferentes como la noche y el día.
Los dos pasajes no tienen nada en común, excepto que ambos se centran en
Jesucristo.
La figura 1 ilustra qué tan diferentes son.
¿Cómo se pueden reconciliar estos dos pasajes? Creo que la única
forma de conciliar estos dos relatos es concluir que están hablando de dos
eventos diferentes y que el regreso del Señor será en dos etapas — la primera,
el Arrebatamiento y luego la Segunda Venida —. 1 Tesalonicenses describe el
Arrebatamiento de la Iglesia. Apocalipsis 19 presenta el regreso del Señor a
esta tierra.
Resolviendo otro problema
Esta reconciliación resuelve otro problema.
La Biblia dice repetidas veces que el regreso del Señor es
inminente — es decir, que puede ocurrir en cualquier momento (Mt. 24:36, 44) —.
Pero, ¿cómo puede ser inminente si sólo hay una futura venida?
El Punto: Si sólo hay una futura venida, entonces el regreso
del Señor no es inminente debido a que hay muchas profecías que deben cumplirse
antes de que Él pueda regresar a la tierra:
8
7 años de Tribulación
8
La Reconstrucción del Templo
8
La Revelación del Anticristo
8
La Muerte de los Dos Testigos
8
La Profanación del Templo
8
La Institución de la Marca de la
Bestia
8
La Salvación del Remanente Judío
El Punto de nuevo: La única forma en la que el regreso del
Señor puede ser inminente es que haya un Arrebatamiento que sea separado y
aparte de la Segunda Venida — y que puede ocurrir en cualquier momento, sin el
cumplimiento de ninguna profecía —.
Otro Problema Resuelto
Esta reconciliación también resuelve
otro problema.
La Biblia dice que nadie puede saber
la fecha del regreso del Señor. Pero la fecha de la Segunda Venida puede
calcularse precisamente. El libro de Apocalipsis dice que ésta tomará exactamente
2,520 días o 7 años proféticos desde el día que la Tribulación comience.
Por lo tanto, la declaración acerca de
no saber la fecha debe aplicar a la aparición del Señor en el Rapto. De nuevo,
la solución es dos futuras venidas
— una Aparición y un Regreso
—.
Continuará
Traducido por Donald
Dolmus
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