¿Es el Colapso de Estados Unidos Inevitable?
La Respuesta de los Cristianos
Ahora la pregunta es, “¿Cómo vamos, como cristianos, a
responder a todo esto?”. Quiero sugerirles que recurramos a las palabras de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien nos dijo exactamente cómo debemos
responder a una cultura decadente. En Mateo 5:13, Jesús dijo, “Vosotros sois la
sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No
sirve más para nada, sino para ser echada y hollada por los hombres.
Jesús dijo que nuestra primera responsabilidad como
creyentes es actuar como sal. ¿Sabían que en la época de Jesús la sal era un
conservante? En el tiempo anterior a los refrigeradores, la sal era la forma de
retrasar la descomposición de la carne. Lo que la sal hacía era simplemente dar
a la carne un poco más de vida útil. Eventualmente, la carne se podriría y
tendría que ser desechada. La sal retrasaba ese proceso. Y lo que Jesús estaba
diciendo era esto, “Ustedes no van a impedir la destrucción definitiva de esta
cultura”. ¿Saben qué, damas y caballeros? Estados Unidos se va a acabar porque
este mundo se va a acabar. Es por eso que sabemos que los días de Estados
Unidos están contados, porque los días de este mundo están contados.
Mi propia lectura del libro de Apocalipsis es que los
Estados Unidos se van a acabar al menos siete años antes que el resto del mundo
termine. Porque cuando miro esa forma final de gobierno en el mundo durante los
últimos siete años, es una dictadura bajo el Anticristo, en la cual no hay
libertad de comercio, ninguna libertad de expresión, ninguna libertad de
religión. Eso significa que cuando el Anticristo tome el poder, no habrá
ninguna Constitución de los Estados Unidos en ese momento. Nuestra Constitución
habrá sido eliminada para ese tiempo. Y una vez que la Constitución deje de
existir, Estados Unidos dejará de existir. El hecho es que los días de Estados
Unidos están contados. No vamos a impedir eso, pero podemos retrasarlo.
La Soberanía de Dios
Usted dirá, “Espera un minuto, Robert, ¿no crees en la
soberanía de Dios? ¿No crees que Dios haya fijado en Su calendario la fecha de
la destrucción de los Estados Unidos y que no haya nada que puedas hacer para
cambiar eso? ¿No crees eso? Lo creía, hasta que leí mi Biblia, específicamente
el libro de Jonás. Dios le dijo a Jonás, “Voy a destruir a la malvada ciudad de
Nínive”. Pero entonces, Jonás 3:10 dice que Dios cambió de opinión. Dios se
arrepintió de Su decisión. Miren, yo no entiendo eso. Está por encima de mi
nivel. Es una de mi larga lista de preguntas que le haré a Dios cuando suba
allá. Pero esto es lo que sé cuando leo el libro de Jonás. Debido a la justa
predicación de Jonás, Dios retrasó Su destrucción de Nínive. Ahora bien, Dios
finalmente destruyó a Nínive, sabemos eso históricamente. Pero Él retrasó la
destrucción, lo que le dio a la gente más tiempo para arrepentirse, por causa
de la predicación de Jonás y la respuesta positiva de la gente hacia ella.
El santuario de 1891 de la Primera Iglesia Bautista de Dallas. La iglesia fue fundada en 1868. Ellos compraron su primer edificio en 1872. Este edificio fue preservado de las demoliciones y aún permanece en pie hoy en día.
Y lo que creo que Jesús nos está diciendo es, “No
vamos a impedir la destrucción de los Estados Unidos, pero podemos retrasarla
para que tengamos así más oportunidad de compartir el Evangelio”. Yo creo, por
lo tanto, que Dios nos ha llamado como cristianos a levantarnos y a hacer
retroceder la marea de maldad e inmoralidad que está arrasando a nuestro país.
Un Llamado al Valor Cristiano
Les digo, estoy harto de esos cristianos blandengues
que enmascaran su timidez y falta de valor con una especie de
pseudo-espiritualidad que dice, “Bueno, ya sabes, no somos ciudadanos de este
mundo; somos ciudadanos del Cielo. Y ya sabes, sólo tenemos que dejar que el
mundo siga su curso”. Miren, Dios nunca nos animó a participar en una
silo-espiritualidad — separar nuestra fe del resto de lo que está ocurriendo en
este mundo —. El hecho es que hay mucha gente en su iglesia ahora mismo, quizá
incluso su pastor, que piensa que un cristiano que usa su fe para tratar de
influir en otras personas o incrédulos, o en el curso de esta nación, bueno,
que eso es anti-estadounidense, anticristiano, y que podría ser ilegal.
Escuchen, Jesucristo no es sólo el Señor de la
Iglesia. Él es el Señor de toda la Creación. Jesús no está interesado sólo en
personas religiosas e instituciones religiosas, Jesús está interesado en cada
institución, y Él está interesado en el gobierno también. Cada vez que usted
diga que Dios no quiere que influenciemos nuestra cultura, simplemente comience
a buscar en la Biblia misma. Mire a hombres de Dios como Jonás y David, y
Jeremías, e Isaías; y en el Nuevo Testamento, a hombres como Juan el Bautista.
Cuando nos fijamos en los ministerios de esos hombres,
verá que no sólo se predicaban a sí mismos. Ni tampoco le predicaban sólo al
pueblo de Dios. Estos hombres de Dios estuvieron dispuestos a ponerse de pie en
una cultura impía y a confrontar a líderes impíos, y a decir sin tartamudear o
balbucear, “Así dice el Señor”. Hoy necesitamos hombres de Dios como ésos que
hagan lo mismo. Necesitamos hombres de Dios que se pondrán de pie y dirán con
compasión pero con valentía, “El aborto es un asesinato”. “La homosexualidad es
una perversión del plan de Dios para la sexualidad humana”. Y
“Dios rechazará a cualquier nación que lo rechace”.
Cuando usted dice que los cristianos no deberían
tratar de influir a la sociedad, está negando por completo las palabras de
Jesús cuando dijo, “Vosotros sois la sal de la tierra”. ¿Cómo influenciamos al
mundo? ¿Cómo hacemos retroceder a la inmoralidad? Mediante la participación en
esa palabra sucia y asquerosa, llamada política. Ahora bien, escucho esto todo
el tiempo, “Los cristianos no deberían involucrarse en la política”. ¿Saben lo
que significa la palabra política? La palabra significa “influenciar,
controlar”. Cuando usted dice que los cristianos no deberían involucrarse en la
política, está diciendo que los cristianos no deberían tratar de influir en la
sociedad en que viven. ¿Puede alguien decir eso con una cara impávida y
creerlo?
Los Cristianos y la Política
Déjenme hacerles tres preguntas: ¿Creen que a Dios le
importa que 50 millones de niños sean asesinados en el vientre materno? ¿Creen
que Dios tiene alguna opinión al respecto? ¿Creen que Dios se preocupa por la
rampante inmoralidad que está arrasando a nuestra tierra? ¿Creen que Dios se
preocupa en absoluto de que Su nombre esté siendo proscrito en la vida pública?
Si han contestado sí, acaban de explicar el porqué los cristianos deberían
involucrarse en la política.
Verán, en los tiempos del Antiguo Testamento, era el
rey quien determinaba la dirección espiritual de la nación. Si era un rey
justo, Dios bendecía a la nación. Si era un rey injusto, Dios maldecía a la
nación. Pero, como John Jay, el primer Presidente de la Corte Suprema de
Justicia, dijo, “Dios nos ha dado el privilegio de elegir a nuestros líderes”.
Y es el deber y la preferencia de los cristianos, preferir y seleccionar a
cristianos como sus líderes.
Cada vez que uso esa cita, los liberales se vuelven
locos, pero ésas fueron las palabras del primer Presidente de la Corte Suprema
de Justicia. Es nuestro deber preferir y seleccionar a cristianos como nuestros
líderes. Cada vez que usted entra a la cabina de votación, está votando por la
justicia o por la injusticia. Y si vamos a hacer retroceder a esta maldad,
tenemos que involucrarnos — no para salvar a los Estados Unidos —. Pero podemos
demorar el colapso de nuestra nación si nos involucramos.
¿Por qué Hacer Retroceder?
La razón por la que queremos ganar tiempo para Estados
Unidos es para que nosotros, como cristianos, podamos cumplir con nuestro
llamado decisivo como creyentes, según lo declarado por Jesús en Mateo 5:14 — “Vosotros
sois la luz del mundo” —. Escuchen, Dios no nos ha llamado a salvar a los
Estados Unidos. Dios nos ha llamado a salvar a los estadounidenses del juicio
venidero de Dios. La única manera en la que eso puede ocurrir es
introduciéndolos a una fe personal en el Señor Jesucristo. La razón por la que
queremos ganar tiempo para nuestra cultura es para que tengamos la oportunidad
de hacer precisamente eso.
¿Entienden que ésa es la razón por la que Dios los ha
dejado aquí ahora mismo? ¿Alguna vez se han preguntado por qué es que Dios no
los arrebató al Cielo en el momento en el que los salvó, en lugar de dejarlos
aquí en este mundo lleno de pecado? Es decir, piensen en ello, si la única meta
de Dios es tener comunión con usted, ¿no tendría Él una mejor comunión con
usted en el Cielo, que la que tiene aquí en la tierra con usted, donde está
distraído por las cosas del mundo? No, la única razón por la que Dios ha
retrasado Su gratificación, por así decirlo, en tener una relación perfecta con
usted y yo, es para que podamos cumplir Su agenda, no la nuestra.
Dios no lo ha dejado a usted o a mí para construir una
cartera abultada, para tener un negocio exitoso, o incluso para tener una feliz
vida familiar. La única razón por la que Dios nos ha dejado a usted y a mí es
para ganar a la mayor cantidad de personas a la fe en Jesucristo como sea
posible, antes de que regrese. Ésa es la razón por la que hemos sido dejados
aquí. Y déjenme decirles, cuando ustedes entiendan eso, les da una forma
totalmente distinta de ver lo que está sucediendo en el mundo ahora mismo.
Pienso en el apóstol Pablo. Acabo de regresar de
llevar a un grupo a Grecia, donde rememoramos el segundo viaje misionero de
Pablo. Fuimos a la ciudad de Filipos, donde estaba ubicada la iglesia a la que
Pablo le escribió desde Roma, donde estaba encarcelado. Pablo dijo, “No quiero que estén tristes por
mi situación. Mi situación ha redundado para el progreso del Evangelio”.
Ahora escuchen, si el apóstol Pablo tenía los
objetivos de la mayoría de los cristianos — la paz, la prosperidad, el placer,
y la evasión del dolor — si la meta de
su vida hubiera sido la de la mayoría de nosotros, entonces el
encarcelamiento de Pablo era una tremenda tragedia. Era un desvío de la paz, el
placer y la evasión del dolor. Pero verán, Pablo tenía un propósito más grande
en la vida. Su propósito era la propagación del Evangelio, y eso le daba una
perspectiva totalmente diferente desde la cual podía ver las dificultades que
estaba enfrentando. Él dijo, “Me regocijo en esto”. Y luego exhortó a los
filipenses a que hicieran lo mismo.
¿Saben?, los filipenses vivían en un ambiente más
decadente y anticristiano que el de nosotros. Ellos vivían en el Imperio
Romano. Nerón era el emperador en ese momento. ¿Pero saben lo que Pablo dijo?
Él dijo, “Regocijaos en el Señor siempre, otra vez os digo, regocijaos”. Y él
dijo en el capítulo 2 a los filipenses, “Quiero que ustedes filipenses, en
medio de una generación maligna y perversa, que sean hijos de luz, asidos de la
Palabra de Vida”.
Un Principio Fundamental acerca de la Luz
¿Saben por qué Pablo dijo que podíamos regocijarnos en
la cultura en la que vivimos, a pesar de que pueda ser muy mala? Él comprendía
un principio muy simple — entre más oscuro es el fondo, más brillante es la luz
—.
Experimenté una ilustración de eso no hace mucho
tiempo. Estaba ayudando a mi hija menor a celebrar una ocasión especial en su
vida. Le dije, “Dorothy, te llevaré al centro comercial y te compraré cualquier
cosa que quieras”. Ahora bien, cuando le dije, “cualquier cosa que quieras”,
tenía en mente ir a una tienda como Forever 21 y conseguir un vestido de $20 ó
$30. Así pues, vamos a North Park Shopping Center y ella me lleva justo después
de Forever 21, ¡directo a una joyería! Estamos de pie ahí en frente del
mostrador, y el vendedor se acerca, mira a mi hija y le dice, “Me alegro de
verte de nuevo”. En ese momento, ¡supe que había sido engañado! Él dijo, “¿Le
gustaría mirar el anillo que estaba mirando ayer?”. Ella dijo, “Sí”.
Así que se regresó y trajo una pequeña bandeja con
diferentes anillos en ella y escogió el que ella había estado mirando. Antes de
que él lo pusiera en el mostrador de plexiglás, tomó un trozo de terciopelo
negro, lo extendió sobre el mostrador y luego tomó el anillo y lo dejó caer
justo en el centro del terciopelo negro. El contraste entre el terciopelo negro
y la luz que el anillo emitía era tan fuerte que casi me cegó acerca de su
precio, no del todo, pero casi lo hizo. Verán, ese vendedor entendía un
principio fundamental: cuanto más oscuro es el fondo, más brillante es la luz.
La Oportunidad Brindada por la Oscuridad
Escuchen, hoy estamos viviendo en días oscuros, no hay
duda al respecto. Les aseguro que si su meta en la vida es la paz, la
prosperidad, el placer y la evasión del dolor, tienen todo el derecho a estar
desalentados. ¿Saben?, muchos cristianos de hoy son una publicidad muy mala
para el Evangelio debido a que están muy deprimidos y son tan pesimistas. Ellos
se envían todos estos correos electrónicos deprimentes unos a otros en los que
describen todas las terribles cosas que ocurren en nuestra nación.
Cuando alguien se deprime por nuestra nación y la
situación en la que estamos, muchas veces simplemente demuestra que tienen el
propósito equivocado en la vida. Porque si se trata de nosotros y de nuestro
placer, y nuestra paz, y nuestra prosperidad, y la evasión del dolor, entonces
éstos son tiempos terribles en los cuales vivir. Pero si su meta es la misma
que la del apóstol Pablo, compartir el Evangelio con la mayor cantidad de
personas como sea posible, nunca podría haber un mejor momento para estar vivos
que hoy, justo ahora. Porque la verdad es que, cuando más oscuro el fondo, más
brillante es la luz. Cuanto más desesperado se vuelve este mundo, más brillante
la esperanza de Jesucristo resplandece.
Entonces, ¿cuál será? ¿Vamos a ser sal? ¿Vamos a
involucrarnos en la política y tratar de hacer retroceder la maldad? O, ¿vamos
a ser luz involucrados en el evangelismo y compartiendo el Evangelio? No es una
respuesta excluyente. Es ambas. Dios nos ha llamado a hacer ambas cosas. Él nos
ha llamado a ser equilibrados. Pero por favor no equiparen la palabra
equilibrado, con pasivo. Éste no es el momento para que los cristianos que
viven en Estados Unidos sean pasivos.
Me acuerdo de las palabras de William Watkins en su
libro, The New Absolutes [Los Nuevos Absolutos]. Él escribió, “Como cristianos,
debemos rechazar la nueva tolerancia y convertirnos en un pueblo marcado por la
intolerancia. No una intolerancia que desata el odio sobre la gente. Sino una
intolerancia que no está dispuesta a permitir que el error se disfrace como
verdad por más tiempo. Una intolerancia que está dispuesta a levantarse y a
llamar a lo malo, malo y a lo bueno, bueno”. Que Dios nos conceda la valentía
para hacer justamente eso.
>> Lea la Parte II
>> Lea la Parte I
>> Estados Unidos en la Profecía Bíblica
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Original article:
The Implosion of America
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