El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, junto al Vice Presidente, Joe Biden; durante el discurso pronunciado en el Rose Garden, el sábado 31 de agosto 2013.
Estimados lectores: Deseo
compartir con ustedes el siguiente análisis escrito por el reconocido expositor
y escritor Joel Rosenberg, autor del New York Times best seller Damascus
Countdown [Conteo Regresivo a Damasco].
¿Qué están descubriendo los líderes israelíes de
las vacilaciones del Presidente Obama en Siria? Que están solos en lo que a
Irán se refiere.
No está empezando
exactamente como un feliz año nuevo en Jerusalén.
El Primer Ministro Benjamin
Netanyahu y su gabinete de seguridad tienen que estar mortificados por lo que
están viendo desarrollarse — no en Damasco, sino que en Washington.
Sin duda, los líderes
israelíes están preocupados pero no sorprendidos por el horrible derramamiento
de sangre que se está llevando a cabo entre el malvado régimen de Assad y las
fuerzas demoníacas de al-Qaeda y sus socios islámicos radicales. Pero los
israelíes están atónitos y consternados por el enfoque vacilante, tambaleante,
confuso y caótico en el proceso de toma de decisiones adoptado por el
Presidente Obama y sus principales asesores.
Oficialmente, el gobierno
israelí apoya el enfoque de la administración Obama a Siria. Esto no
debería ser sorprendente. Israel es el
mejor amigo de Estados Unidos en el Medio Oriente, y el aliado más leal en el
planeta. Pero detrás del escenario, Netanyahu y su equipo nunca se han sentido
más solos.
Si el pueblo estadounidense
y sus representantes en el Congreso desconfían que el Presidente Obama pueda
conseguir sólido apoyo para ataques militares limitados contra las
instalaciones de armas químicas de Siria, los israelíes están llegando a la
dolorosa conclusión de que no existe ninguna posibilidad de que el Presidente
reunirá el apoyo para una acción militar preventiva contra las instalaciones
nucleares de Irán. Ninguna.
El Sr. Obama ni siquiera
puede persuadir al ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld o al ex embajador
de los EE.UU. ante la ONU, John Bolton — dos halcones declarados, listos y
dispuestos a usar la fuerza militar contra Armas de Destrucción Masiva en el
Medio Oriente cuando sea necesario — para que apoyen su limitado plan de acción
en Siria. Esto tan sólo muestra hasta qué punto desconfían del Presidente
aquellos que de otro modo apoyarían esfuerzos bipartidistas para eliminar
tiranos y a sus armas más peligrosas.
Esto significa una sola
cosa: los israelíes están por su cuenta, y ahora lo saben.
“Hasta el sábado, las
políticas de Obama para el Medio Oriente eran generalmente consideradas por el
mundo árabe como confusas e incoherentes”, señala el Times of Israel. “A partir
del sábado, él será percibido como uno de los presidentes más débiles en la
historia de Estados Unidos. Ese olor a debilidad ha llegado enfáticamente a
Irán…Jamenei y sus asesores reconocen que las probabilidades de que esta
administración use la fuerza militar contra un país con la capacidad militar de Irán son muy bajas, por no decir inexistentes. Y ellos no son los únicos que
se dan cuenta de esto. Hezbolá y al-Qaeda están llegando a las mismas
conclusiones. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu y sus colegas del gabinete,
quienes sin duda han estado viendo el discurso del Rose Garden, habrán
interiorizado lo que han estado sospechando durante mucho tiempo: que
Washington no será el lugar de donde emanarán las buenas noticias acerca de
frustrar el programa nuclear de Irán”.
Razón de más para estar
orando por la paz de Jerusalén, como lo ordena el salmista.
Traducido por Donald Dolmus
Managua, Nicaragua
06 de septiembre 2013