El Fin de la Era
Jesús
está a punto de regresar y la Iglesia en general parece estar ajena al hecho.
En
la Iglesia de hoy, la profecía bíblica es descuidada, maltratada o despreciada.
La mayoría de los pastores simplemente la ignoran como irrelevante o demasiado
controversial. Muchos abusan de ella al espiritualizarla para que signifique lo
que sea que ellos quieran. Algunos simplemente la descartan como galimatías sin
sentido.
Ironía Profética
La ironía es que todo esto es
un cumplimiento de la profecía bíblica del tiempo del fin, señalando el hecho
de que verdaderamente estamos viviendo en la época del regreso del Señor:
“Sabiendo
primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus
propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento?
Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así
como desde el principio de la creación” (2 Pedro
3:3-4).
Solía
pensar que esta profecía se refería a los incrédulos – pero a ellos no les
podría importar menos el regreso de Jesús. Para ellos el concepto es un mito
absurdo.
Son
los líderes cristianos los que se están burlando y mofando. Algunos son
liberales que son cristianos sólo de nombre. Para ellos, la idea de que Jesús
vuelve para reinar sobre el mundo durante mil años es una broma. Lo consideran
tan ridículo como el nacimiento virginal o la resurrección.
Otros
son verdaderos creyentes que, o bien no saben nada acerca de la profecía
bíblica, o bien tiene algún concepto pervertido de ella. Cada vez más están
adoptando el concepto antibíblico del Postmilenialismo.
El Punto de Vista Postmilenial
Éste es la idea de que la
Iglesia conquistará el mundo, ya sea a través de la acción política o el
evangelismo, o una combinación de los dos, y que la Iglesia entonces reinará
sobre la tierra durante mil años. Al final de este reinado, la Iglesia
entregará el reino a Jesús, quien transportará a la Iglesia al Cielo y quemará
la tierra.
¡Pocos conceptos podrían ser
más antibíblicos! La Biblia deja en claro que la vasta mayoría de la humanidad
siempre rechazará el Evangelio (Mateo 7:13-14). Y la Biblia deja de igual forma
en claro que a medida que nos acercamos al final de la Era de la Iglesia, la
sociedad se volverá cada vez más malvada en lugar de cada vez más justa (Mateo
24:9-12, 36-39)
Además,
el Postmilenialismo se basa en la suposición Humanista del progreso inevitable,
el cual, a su vez, se basa en la creencia en la bondad esencial del Hombre. Una
vez más, éste es un concepto muy antibíblico. La Biblia enseña que el Hombre
nace con una naturaleza pecaminosa que lo hace intrínsecamente malo (Jeremías
17:9).
El
hombre no puede elevarse por su propio esfuerzo. Tampoco puede el hombre ser
perfeccionado por la educación o la revolución de la sociedad. Dios demostrará
esto durante el venidero reino milenial de Jesús. Durante ese tiempo, todo el
mundo será inundado con paz, rectitud y justicia. Sin embargo, al final, cuando
Satanás sea soltado, será capaz de liderar una rebelión mundial contra Jesús.
El
gobierno con vara de hierro de Jesús (Salmo 2:8-9 y Apocalipsis 2:26-27) puede
producir conformidad exterior, pero interiormente, habrá resentimiento
hirviendo que explotará en abierta rebelión. El hombre no será transformado por
la vida en un paraíso en la tierra. Y eso es debido a que la gente sólo puede
ser verdaderamente transformada por la morada del Espíritu Santo que viene por
medio de la fe en Jesús como Señor y Salvador (2 Corintios 3:17-18).
El Punto de Vista Amilenial
El punto de vista del tiempo
del fin que es sostenido por la Iglesia Católica y la mayoría de las
denominaciones cristianas de hoy es el Amilenialismo. Es el extraño concepto que
el reinado milenial comenzó en la Cruz y continúa hasta nuestros días. Al igual
que el punto de vista Postmilenial, éste se basa en una espiritualización de la
Escritura – lo cual es una bonita forma de decir que se basa en una rotunda
negación de lo que las Escrituras claramente declaran.
La lógica por sí sola es
suficiente para destruir el punto de vista Amilenialista. La Biblia enseña que
durante el Milenio, la tierra será inundada con paz, rectitud y justicia
(Isaías 11:3-9 y Miqueas 4:1-7). ¿Puede alguien realmente discutir con toda
seriedad que semejante atmósfera prevalece hoy en día?
La Biblia dice que durante el
Milenio, Satanás será atado para que ya no pueda engañar a las naciones del
mundo (Apocalipsis 20:1-3). ¿Es eso una realidad presente? Por supuesto que no.
Todas las naciones del mundo, sin excepción, son engañadas y existen en un
estado de rebelión contra Dios.
La Biblia dice seis veces en
el libro de Apocalipsis que el Milenio durará 1,000 años (Apocalipsis 20:2-7).
Los amilenialistas dicen que el Milenio comenzó en la Cruz y continuará
indefinidamente hasta el regreso de Jesús. ¿Quién tiene la razón? ¿La
Biblia o los amilenialistas?
El Punto de Vista Premilenial
Una lectura literal de las
profecías de los tiempos del fin, buscando el significado del sentido llano,
producirá lo que se llama el punto de vista Premilenial.
Según este punto de vista, la
sociedad se desintegrará en los tiempos del fin (2 Timoteo 3:1-5), llegando a
ser tan inmoral y violenta como en los días de Noé (Mateo 24:37-39). La Iglesia
será sacada del mundo en un evento llamado el Rapto (1 Tesalonicenses 4:13-18), y luego Dios
comenzará a derramar Su ira durante un periodo de siete años llamado la
Tribulación (Apocalipsis 6-18).
Al final de la Tribulación,
Jesús regresará (Apocalipsis 19:11-16). Un gran remanente de los judíos lo
aceptarán como su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 9:27 y 11:25-27). Jesús
reunirá a estos creyentes judíos en Israel (Deuteronomio 30:1-9) y los
establecerá como la nación principal del mundo (Zacarías 8:22-23).
Jesús comenzará entonces Su
reinado de mil años desde Jerusalén, tiempo durante el cual la tierra
experimentará paz, rectitud y justicia (Miqueas 4:1-7 y Apocalipsis 20:4-6).
La Teología del Reemplazo
Este significado claro de las
Escrituras ha sido rechazado por la Iglesia desde el año 400 EC debido al
antisemitismo. Los judíos fueron clasificados como “asesinos de Cristo” y se
hizo el argumento de que Dios se había “lavado Sus manos de ellos”. Además, se
argumentó que la Iglesia había reemplazado a Israel y que se había convertido
así en la heredera de las promesas que Dios había dado a los judíos.
La horrible teología que se
desarrolló a partir de estas presunciones antibíblicas llegó a ser conocida
como Teología del Reemplazo. Ésta sostiene que la Iglesia ha reemplazado a
Israel y que Dios no tiene ningún propósito más para los judíos. Por
consiguiente, los defensores de esta teología argumentan que la promesa de Dios
a los judíos de un reino futuro (Hechos 1:1-9) ha sido anulada y ha sido
transferida a la Iglesia.
La Refutación de Pablo
La
Teología del Reemplazo es completamente antibíblica, como cualquier lectura de
Romanos 9-11 claramente demostrará. En estos capítulos, Pablo afirma las
profecías del Antiguo Testamento de que Dios salvará a un gran remanente de los
judíos en los tiempos del fin (Romanos 9:27), y que Él cumplirá por ellos todas
las promesas que ha hecho al pueblo judío (Romanos 11:36).
Pablo
aborda específicamente el asunto de la Teología del Reemplazo en dos lugares en
Romanos. En el tercer capítulo, él hace esta pregunta retórica en relación con
el pueblo judío: “¿Pues qué, si algunos
de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de
Dios? ”. Durante casi 1,600 años, desde el año
400 EC, la Iglesia ha respondido, “¡Sí!”. Pero Pablo responde su pregunta de
una forma directamente opuesta al declarar, “De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso…”
(Romanos 3:3-4).
En Romanos 11, Pablo aborda este asunto otra vez, usando una vez
más una pregunta retórica: “Digo, pues: ¿Ha desechado
Dios a su pueblo?” (Romanos 11:1). Y una vez más, la Iglesia
siempre ha respondido, “¡Sí!”. Pero Pablo responde diciendo, “En ninguna manera. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde
antes conoció” (Romanos 11:1-2).
Una Verdad Absoluta
Ya
sea que a los líderes de la Iglesia les guste o no, Dios les ha prometido a los
judíos que un día el Mesías establecerá un reino para ellos y por medio de ese
reino Él reinará sobre toda la tierra (Isaías 2:1-4).
No
hay excusa para que la Iglesia codicie las promesas que Dios ha hecho al pueblo
judío. Dios también ha hecho promesas
maravillosas a la Iglesia. Una, por supuesto, es el Arrebatamiento.
Otra es la promesa de que reinaremos con Jesús sobre todas las naciones
gentiles de la tierra (Daniel 7:13-14, 18,27; Apocalipsis 2:26-27).
Poniéndonos Serios con la Profecía
Es
hora de dejar de jugar con la Palabra Profética de Dios. Hay mucho en juego
como para simplemente decir, “Todo hombre tiene su propia opinión”.
Jesús está a punto de regresar. Esta Era de la Iglesia
está a punto de llegar a un alto estridente. El
mundo está en el umbral del tiempo más horrendo de la historia humana – la Gran
Tribulación – cuando Dios derramará Su ira en este mundo que lo odia
(Apocalipsis 6-18) y la mitad de la humanidad y dos tercios de los judíos serán
asesinados en un periodo de sólo siete años (Zacarías 13:7-9).
Sin
embargo, a pesar de este horror inminente, los líderes de la Iglesia están
haciéndole creer a la gente que el regreso de Jesús es una posibilidad tan
remota que es una “distracción” actual para la vida cristiana. ¡Qué tonterías!
La
Palabra dice que el regreso de Jesús podría ocurrir en cualquier momento (Mateo
24:36-44).
La
Palabra dice que debemos vivir aguardando el regreso de Jesús (Tito 2:11-14).
La
Palabra dice que vivir con la expectativa y la esperanza del regreso del Señor
producirá santidad en nuestras vidas (1 Juan 3:2-3; 1 Pedro 1:13-16).
La
Palabra proporciona señales que debemos vigilar y que marcarán la época del
regreso del Señor (Hebreos 10:25; Mateo 24:33).
Hoy,
alguien tendría que estar espiritualmente ciego para no discernir el hecho de
que el futuro ha llegado. Las antiguas profecías que señalan la época del
regreso del Señor están siendo cumplidas antes nuestros propios ojos. Las
señales están literalmente gritando el cercano regreso del Señor. Y sin
embargo, la mayoría de los líderes de la Iglesia parece estar ciegos a las
señales.
La Preservación y la Reunión de los Judíos
¿Cómo,
por ejemplo, puede una persona ignorar la reunión sobrenatural del pueblo judío
de regreso a su patria desde los cuatro ángulos de la tierra? Esta reunión en
incredulidad es la profecía más prolífica en el Antiguo Testamento (Vea Isaías
11:10-12 como ejemplo). Ella es siempre descrita en un contexto del tiempo del
fin (Ezequiel 36:22-38).
Jeremías
proclama dos veces que cuando la historia termine, ¡el pueblo judío verá atrás
y considerará a la reunión actual como un milagro más grande que su liberación
de la cautividad egipcia! (Jeremías 16:14-15 y 23:7-8).
Esta
reunión comenzó a finales de la década de 1890 y continúa hasta este día – de
40,000 judíos en Israel en 1900 a más de 6 millones hoy.
Ningún
otro pueblo en la historia ha sido tan ampliamente esparcido por todo el mundo.
Ningún
otro pueblo en la historia ha sido tan odiado y tan sistemáticamente
perseguido.
Ningún
otro pueblo ha sido sometido a una atrocidad tan atroz como el Holocausto.
Ningún
otro pueblo ha estado tan desprovisto de esperanza.
Sin
embargo, Dios milagrosamente los preservó, tal como dijo que lo haría (Jeremías
30:11; Jeremías 31:35-37; Isaías 49:14-16 y 2 Samuel 7:24). Y Él los ha
reunido, tal como dijo que lo haría (Isaías 11:10-12 y Ezequiel 36:22-24). Pero
los líderes cristianos descartan estos milagros de su preservación y reunión
como un “accidente de la historia” sin “ninguna importancia profética”.
¡Increíble!
Somos
bendecidos de ser la generación que está siendo testigo del cumplimiento de
estas profecías y, sin embargo, el cristiano promedio parece no estar
consciente de ella y, aun peor, muchos que se dan cuenta de ellas tienen la
audacia absoluta de negar que son un cumplimiento de la profecía o de que
tengan alguna importancia profética.
Otras Señales del Tiempo del Fin
Hace
2,500 años, el profeta Daniel dijo que en los tiempos del fin el último gran
imperio gentil – el Imperio Romano – sería resucitado y que el Anticristo
surgiría de él (Daniel 2:31-45). ¿Es el renacimiento del Imperio Romano hoy en
día, en la forma de la Unión Europea, un accidente de la historia?
El
profeta Zacarías dijo que en los tiempos del fin la nación de Israel volvería a
existir y que todas las naciones del mundo vendrían contra ella (Zacarías
12:1-3). ¿Es el renacimiento del Estado de Israel en mayo de 1948 un accidente?
¿Qué acerca de la forma en la que todas las naciones del mundo están
actualmente viniendo contra Israel por el tema de quién controlará a Jerusalén?
El
profeta Ezequiel dijo que en los tiempos del fin todas las naciones árabes
intentarían tomar la tierra de Israel (Ezequiel 35-36). ¿Son sus intentos
actuales un accidente de la historia?
Jesús
dijo que debíamos vigilar a Jerusalén. Él profetizó que la ciudad sería
destruida y los que judíos serían dispersados, pero también profetizó que en
los tiempos del fin los judíos regresarían y re-ocuparían la ciudad (Lucas
21:24). ¿Fue la reocupación de la ciudad de Jerusalén por los judíos en junio
de 1967 (por primera vez en 1,897 años) un accidente de la historia?
Los
profetas del Nuevo Testamento advirtieron que una de las señales principales de
los tiempos del fin sería una epidemia de apostasía en la Iglesia (2
Tesalonicenses 2:3; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 3:5 y 2 Timoteo 4:1-4). ¿Es la
crasa apostasía que estamos experimentando hoy un accidente de la historia?
Ceguera Espiritual
¿Cuál es el problema con la Iglesia de hoy? ¿Por
qué hay muchos cristianos y sus líderes ignorando el hecho de que Jesús está a
las puertas mismas del Cielo aguardando la orden de Su Padre para regresar?
¿Por qué está la Iglesia tan espiritualmente ciega? ¿Por qué hay tantos
pastores enfocados más en igle-crecimiento que en sonar la alarma de que Jesús
viene pronto?
De
nuevo, la actitud displicente que prevalece acerca del regreso inminente del
Señor es un cumplimiento de la profecía del tiempo del fin:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2
Timoteo 4:3-4).
El Engaño de Satanás
Hemos
llegado al final de los tiempos del fin, los que empezaron con el establecimiento
de la Iglesia el Día de Pentecostés (Hechos 2:14-42, Hebreos 1:2 y 1 Pedro
4:7). De nuevo, estamos viviendo en tiempo prestado. Y Satanás está trabajando
horas extras para camuflar el hecho.
Está
engañando a las personas para que crean que las profecías de los tiempos del
fin no significan lo que dicen.
Está
motivando a personas bien intencionadas para que establezcan fechas para el
regreso del Señor con el fin de desacreditar la profecía bíblica.
Está
convenciendo a los pastores de que la profecía bíblica es una quimera, sin
ninguna importancia para el aquí y ahora.
Está
convenciendo a los cristianos y a sus líderes de que la profecía bíblica es un
rompecabezas chino que nadie puede entender, y que por eso es una pérdida de
tiempo estudiarla.
En
resumen, existe una conspiración satánica para mantener las verdades de la
profecía bíblica en las tinieblas. Satanás no quiere que nadie sepa que Jesús
está a punto de regresar. Ni tampoco quiere que nadie sepa que la profecía
bíblica revela que cuando Jesús regrese, Satanás será derrotado totalmente y
que Jesús será gloriosamente victorioso y vindicado completamente en la
historia.
Realidades que Necesitamos Enfrentar
Lo que los pastores necesitan entender son dos
verdades fundamentales acerca de la profecía bíblica. La primera es que la
predicación de la profecía bíblica puede ser una gran herramienta
evangelística, tal como lo fue en el primer sermón del Evangelio que Pedro
predicó en Pentecostés (Hechos 2:14-36). Lea ese sermón. No es más que la
recitación de una profecía mesiánica tras otra, seguido por afirmaciones de que
Jesús cumplió cada profecía.
La segunda verdad es que la predicación de la profecía
bíblica puede servir como una gran herramienta de santificación, porque si
usted puede convencer a un cristiano de que Jesús realmente va a regresar y que
Él podría regresar en cualquier momento, esa persona será motivada a la
santidad y el evangelismo.
Seamos realistas: el cristiano promedio no cree más en
el regreso inminente de Jesús que lo que cree en Santa Claus o el Conejo de
Pascua. Puede creerlo intelectualmente, pero no lo cree con su corazón. Es sólo
cuando una proposición se mueve de la mente al corazón que se cree
verdaderamente y empezará a tener un impacto en nuestras mentes y acciones.
Los tres hechos más urgentes de nuestro tiempo que
necesitan ser proclamados desde todos los púlpitos en Estados Unidos son:
- Jesús va a
regresar para derramar la ira de Dios y para reinar sobre toda la tierra.
- El regreso de
Jesús podría ocurrir en cualquier momento – no hay una profecía que deba
cumplirse para el Arrebatamiento de la Iglesia ocurra.
- Las señales de
los tiempos indican que hemos llegado al momento del regreso del Señor.
Estas verdades son como una espada de dos filos. Para los
incrédulos, son un llamado para huir de la ira venidera hacia los brazos
amorosos de Jesús ahora. Para el creyente, son un llamado a la santidad y el
evangelismo.
El Mensaje para el Incrédulo
El incrédulo necesita enfrentar el hecho de que
nuestro Dios Creador es un Dios de justicia (Salmo 89:14). Por consiguiente, Él
debe tratar con el pecado – de lo contrario, la vida no tiene sentido. Y Dios
trata con el pecado en una de dos maneras – ya sea la gracia o la ira (Juan
3:36).
Cada persona en este planeta está viviendo bajo la
gracia de Dios o Su ira. Es una cosa terrible ser objeto de la ira de Dios. La Biblia
dice que cuando Jesús regrese, los perdidos se arrastrarán a agujeros en el
suelo y clamarán a las montañas que caigan sobre ellos, así de grande será la
ira de Dios (Isaías 2:19).
Lo más trágico de este escenario es que todo lo que
una persona tiene que hacer para moverse de la ira a la gracia es llegar en fe,
confesar que es un pecador y recibir a Jesús como Señor y Salvador. La salvación
es un regalo gratuito de la gracia de Dios por medio de la fe en Su Mesías, Jesús. Usted no puede ganarse su salvación (Efesio 2:8-10)
y cualquiera que siquiera implique que se puede, es un agente de Satanás.
El Mensaje para los Creyentes
Para los creyentes, el regreso inminente de Jesús es
un llamado al evangelismo – compartir el Evangelio con tantas personas como sea
posible, tan rápido como sea posible.
El regreso inminente del Señor es también un llamado a
los creyentes para que se comprometan a la santidad. En términos prácticos,
esto significa hacer a Jesús el señor de todo en su vida – su dinero, su
trabajo, su alimento, su entretenimiento – todo.
El Mensaje para los Pastores
Y para esos pastores que sostienen que la profecía es
una quimera, sin ninguna relevancia práctica, pregunto, “¿Qué podría ser más
relevante que un mensaje que impulsa a los incrédulos hacia Jesús y que motiva
a los creyentes a la santidad y el evangelismo?”.
Y eso me lleva a otro punto en relación con los
pastores. Se relaciona con el pretexto número uno que los pastores usan para
ignorar la enseñanza y la predicación de la Palabra Profética de Dios. A menudo
se expresa de esta manera: “No soy Premilenial, o Amilenial o Postmilenial –
Soy Panmilenial porque creo que al final todo saldrá como se esperaba”.
Permítame darle una traducción de ese comentario. Lo que
el pastor en realidad está diciendo es que es demasiado perezoso para estudiar
la profecía y descubrir sus verdades, por lo que ha decidido dejar de lado una
tercera parte de la Palabra de Dios y simplemente ignorarla. ¡Y eso es verdaderamente trágico!
El Significado de una Promesa
“¡Jesús viene pronto!” Ésa es la promesa dada por los
profetas de la Biblia. Es una promesa hecha a los discípulos de Jesús por
ángeles el día que ascendió al Cielo (Hechos 1:9-11). Y es la última promesa
que Jesús hizo en las últimas palabras que habló en esta tierra cuando se le
apareció al apóstol Juan en la isla de Patmos unos 65 años después de Su muerte
y resurrección (Ap. 22:12, 20).
Esa promesa lo significa todo, o no significa nada en
absoluto. Para el mundo, no significa nada. Para el cristiano promedio, es algo
que ha quedado relegado a un futuro indefinido. Para un verdadero creyente, lo es
todo.
Los creyentes verdaderos anhelan diariamente con todo
su corazón el regreso del Señor. Comparten el Evangelio en cada oportunidad y
viven con un compromiso a la santidad.
Y debido a que viven anhelando el regreso del Señor,
serán candidatos para recibir una Corona de Justicia especial cuando estén
delante del Señor en su día de juicio:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su
venida” (2 Timoteo 4:7-8).
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Traducido por Donald Dolmus
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