domingo, 19 de agosto de 2012

El Anticristo

¿Será un musulmán?
Primera Parte



El punto de vista tradicional ha sido que el Anticristo será un europeo de origen romano. Esta idea se basa en una declaración de Daniel 9:26 que dice que el Anticristo, conocido como “el príncipe que ha de venir”, será del “pueblo que destruya el Templo”. Los romanos demostraron ser ese pueblo que destruyó el Templo en el 70 AD.

¿Gentil o judío?

Los eruditos han estado divididos en cuanto a que si esta persona de herencia romana será o no un gentil o un judío. Muchos han señalado a Juan 5:43 para argumentar que el Anticristo será un judío. Ese versículo cita a Jesús diciendo: “Yo he venido en nombre de Mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis”. El argumento extraído de esta declaración es que el Anticristo debe ser un judío para que los judíos lo acepten como su Mesías.

Pero otras profecías en la Biblia dejan en claro que los judíos nunca aceptarán al Anticristo como su Mesías. De hecho, se nos dice a quemarropa que cuando el Anticristo se declare a sí mismo ser Dios en el punto medio de la Tribulación, los judíos se indignarán y lo rechazarán, provocando que él se vuelva con furia contra ellos con el propósito de aniquilarlos (Ap. 12:13-17).

El Argumento Gentil

Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo que “si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis”? Aquellos que argumentan que el Anticristo será un gentil responden diciendo que el Anticristo será aceptado por el pueblo judío como su salvador político cuando él implemente un tratado que garantizará su seguridad y que les permitirá reconstruir su Templo (Dn. 9:27). Pero los judíos nunca recibirán al Anticristo como su salvador espiritual. Así que cuando él se declare ser Dios, ellos lo rechazarán.

Hay otra evidencia bíblica de que el Anticristo será un gentil. Por ejemplo, Ap. 13:1 lo presenta como una bestia que surge “del mar”. El mar es usado en las Escrituras para simbolizar a las naciones gentiles (Dn. 7:3 y Lc. 21:25).

En contraste, la mano derecha del Anticristo y líder espiritual es descrito en Ap. 13:11 subiendo de la tierra. Esta referencia a la tierra es una indicación que el Falso Profeta será un judío que surgirá de la Tierra Prometida de Israel.

¿Posiblemente un musulmán?

¿Podría el Anticristo ser posiblemente un musulmán? Ésta es una nueva idea que parece estar propagándose rápidamente hoy debido al despertar del Islam y al avivamiento de su meta territorial de conquistar el mundo para Alá.

Recientemente leí cuatro libros relacionados con este tema. Uno establece la base bíblica, sin asegurar que el Anticristo será en realidad un musulmán. Los otros tres usan esa fundación para hacer la aseveración.

El libro que proporciona el fundamento bíblico – y el mejor libro de los cuatro – se titula La Conexión Asiria (The Assyrian Connection). Fue escrito en 1993 por Phillip Goodman. Una edición revisada fue publicada en el 2003.

Phillip Goodman

Goodman es un especialista en profecía bíblica que reside en Tulsa, Oklahoma. Es un estudiante astuto de la Biblia y un maestro talentoso que basa todo lo que escribe y dice en la Escritura.

El Libro de Goodman

En su libro, Goodman argumenta que el Anticristo surgirá del ala oriental del antiguo Imperio Romano, proviniendo de la antigua esfera de influencia griega que fue incorporada a ese imperio. Siendo aun más específico, argumenta que el Anticristo provendrá del área seléucida de la esfera griega – específicamente, de Asiria, lo que significa la moderna Siria o Irak. Aunque nunca declara específicamente que el Anticristo será un musulmán, deja esta clara impresión al afirmar que provendrá de un área dominada por el Islam.



Para la evidencia bíblica de su tesis, Goodman apunta a la descripción del Anticristo en Apocalipsis 13:2, donde es retratado simbólicamente como un leopardo, con los pies de un oso y la boca de un león. Esta imaginería proviene directamente de Daniel 7 donde el Imperio de Babilonia es descrito como un león, el Imperio Medo-Persa es descrito como un oso, y el Imperio Macedónico o Griego de Alejandro Magno es descrito como un leopardo.

Goodman argumenta que debido a que la característica dominante del Anticristo en Apocalipsis 13:2 es su cuerpo de leopardo, esto es una indicación de que el Anticristo surgirá del área del Imperio Griego que fue incorporada al Imperio Romano.

Después, él reduce la búsqueda geográfica señalando a Miqueas 5:5, donde una profecía del tiempo del fin menciona a “el asirio” invadiendo la tierra de Israel. Él argumenta que esto es una referencia al Anticristo.

Él luego apoya su argumento haciendo referencia a Daniel 8, donde Daniel habla acerca de una visión que le fue dada acerca de una sucesión de imperios. Daniel dice que vio a un carnero representando al Imperio Medo-Persa (vs. 3 y 20) y que fue pisoteado por un macho cabrío, representando al Imperio Griego (vs. 5-7 y 21). El macho cabrío tenía un “cuerno notable entre sus ojos”, representando a Alejandro Magno. Pero entonces Daniel informa que vio un gran cuerno “quebrado” (simbolizando la muerte de Alejandro) y que “en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables”, representando las cuatro divisiones del Imperio Griego que fueron creadas después de la muerte de Alejandro.

De una de estas cuatro divisiones del Imperio de Alejandro, Daniel fue testigo de la emergencia de “un cuerno pequeño, que creció mucho” (verso 9).

Antíoco Epífanes

Casi todos los eruditos de la Biblia coinciden que este cuerno pequeño representa a Antíoco Epífanes, un tirano que surgió de la sección seléucida del Imperio de Alejandro. Él es descrito en detalle en los versos 23-26 en lo que suena como una descripción clásica del Anticristo, dejando en claro que Antíoco fue un tipo del Anticristo. De hecho, esto se hace bastante claro en los versos 17 y 19 donde Gabriel le dice a Daniel que la profecía no hallará su cumplimiento hasta el “tiempo del fin”.

Así pues, si el tipo del Anticristo – Antíoco Epífanes – era de Seleucia, entonces Goodman argumenta que el Anticristo también provendrá de la misma área (Siria/Irak) y será, por tanto, un asirio.

Una Sucesión de Imperios

Otro argumento que Goodman utiliza para substanciar la conexión asiria del Anticristo está basado en un pasaje en Apocalipsis 17:9-11, donde existe una referencia a siete imperios. Cinco son mencionados como “caídos” (Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y Grecia). El sexto es “uno es” – a saber, el que existía en esa época (Roma). El séptimo es llamado el que “aún no ha venido” (el imperio que dará a luz al Anticristo). Apocalipsis 13:1-3 también menciona estos siete imperios y declara que el Anticristo surgirá del que regresa a la vida en los tiempos del fin. La interpretación tradicional es que ésta es una referencia al renacimiento del Imperio Romano.

Pero Goodman dice que no. Él argumenta que todos los reinos siguieron existiendo en un grado u otro, excepto el asirio. Argumenta que fue el único que dejó de existir totalmente y, por lo tanto, es el que será resucitado de los muertos en los tiempos del fin. Para apoyar esta conclusión con la Escritura, Goodman cita Daniel 7:12, donde se le dice a Daniel que “les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo” a las bestias que simbolizaban a los imperios mundiales.

Goodman ofrece un número de otros argumentos a favor de su tesis, pero éstos son los claves. Ahora evaluémoslos.

Respondiendo a Goodman

Con respecto a la descripción simbólica del Anticristo en Apocalipsis 13:2 siendo como un leopardo con pies de un oso y la boca de un león, no veo ninguna razón para aprovechar la mención del leopardo para concluir que el Anticristo surgirá de la esfera griega del antiguo Imperio Romano. Creo que todo lo que este pasaje está diciendo es que el reino del Anticristo tendrá las características de estos tres reinos – veloz como un leopardo, fuerte como un oso y mortal como un león.

Y ciertamente ése será el caso, ya que tenga en cuenta que el libro de Apocalipsis revela que ¡el Anticristo conquistará el mundo entero en sólo tres años y medio!

Miqueas 5:5

Tampoco creo que haya alguna validez en el uso de Miqueas 5:5 para determinar la identidad nacional del Anticristo. Miqueas 5:3-15 es enteramente acerca del Milenio. El Anticristo habrá muerto y desaparecido para esa época. Apocalipsis 19:20-21 dice que en la Segunda Venida de Jesús – al final de la Tribulación – el Anticristo y su Falso Profeta serán lanzados al lago de fuego donde serán atormentados eternamente (20:10).

Creo que todo lo que el profeta está diciendo en Miqueas 5:5-6 es que durante el Milenio el Señor protegerá a Israel de todos sus enemigos naturales – simbolizado por Asiria (el enemigo de Israel en la época que el profeta escribió).

Daniel 8


Con respecto a Daniel 8, no hay duda de que este capítulo es una profecía de que Antíoco Epífanes, quien es un tipo bíblico del Anticristo, surgiría de una de las cuatro divisiones del Imperio de Alejandro que fueron creadas después de su muerte. También está claro que el capítulo declara que lo que se dice acerca de la naturaleza de Antíoco, aplica al Anticristo en los tiempos del fin (Daniel 8:17 y 19). Pero el foco principal del capítulo está en la personalidad y carácter del Anticristo (versos 23-26), no en su origen.

Tenga en cuenta que hay muchos otros tipos simbólicos del Anticristo en la Escritura además de Antíoco. Incluyen a personas tales como el Faraón de Egipto, el Rey Saúl de Israel; el Hijo de David, Absalón, y el Rey Herodes. Algunos de éstos son judíos, pero eso no significa que el Anticristo será judío. Uno de los más importantes, el Faraón del Éxodo, era de Egipto, pero eso no significa que el Anticristo será un egipcio.

Ellos, al igual que Antíoco, son tipos del Anticristo debido a su rebelión contra Dios y porque intentaron exaltarse a sí mismos sobre Dios. También recuerde que los tipos simbólicos nunca son exactamente iguales de lo que simbolizan. José, por ejemplo, es un tipo simbólico de Jesús.

Pero aun más importante es el hecho que Antíoco Epífanes era de herencia griega. Él no era un asirio. Así pues, si la profecía de Daniel 8 está señalando la herencia del Anticristo, está indicando que será un romano de herencia griega.

En enero de 1980 la revista Time anunció que había escogido al nuevo gobernante de Irán, el ayatolá Khomeini, como el “Hombre del Año” para 1979. El ascenso al poder del ayatolá es lo que provocó el renacimiento moderno del Islam. Murió en 1989. Es el resurgimiento del Islam, junto con la caída del Comunismo que ha llevado a algunos estudiantes de la profecía bíblica a reconsiderar el significado de las profecías del tiempo del fin.

Apocalipsis 17


El argumento más débil que Goodman intenta usar es el que basa en Apocalipsis 17:9-11. Su afirmación de que todos los imperios incluidos en este pasaje han continuado hasta este día, excepto el asirio, simplemente no puede ser justificado en la historia. El Imperio babilónico dejó de existir repentinamente cuando fue derrocado por el Imperio Medo-Persa. Doscientos años más tarde, cuando Alejandro Magno visitó el sitio de la capital del Imperio, no quedaban más que ruinas.

La Biblia profetiza específicamente que Babilonia sería derrocada por los medos y que, a partir de entonces, “nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación” (Is. 13:17-20). Esa profecía se cumplió parcialmente en el año 539 a.C. cuando los medos y los persas conquistaron Babilonia. Se cumplió en su totalidad en los años siguientes cuando la ciudad entró en una lenta decadencia, terminando finalmente en ruinas. Y tal como fue profetizado, la ciudad ha permanecido desolada hasta este día (a pesar de rumores persistentes de que está siendo “reconstruida”).

La conclusión es que no hay ninguna manera de evitar el hecho de que los imperios egipcio, asirio, babilónico, medo-persa y romano dejaron de existir. Y no hay manera de argumentar razonablemente que todos ellos han continuado hasta nuestros días excepto el asirio y, por lo tanto, es el que será resucitado en los tiempos del fin. El contexto de la sucesión de Daniel de los imperios mundiales retratados en los capítulos 2 y 7 es que el imperio del Anticristo será un renacimiento del último de los imperios en la serie – el Imperio Romano.

Esta discusión me recuerda al Sacro Imperio Romano que existió desde aproximadamente el año 800 d.C. hasta el año 1806. Se trataba de un intento por parte de tribus germanas para mantener con vida al Imperio Romano. Pero era muy limitado en su alcance y existía principalmente en papel, lo que llevó a Voltaire a observar, “No es ni sacro, ni romano ni un imperio”.

Una Importante Revisión

En la revisión del 2003 de su libro, Goodman decidió que el séptimo imperio de Apocalipsis 17 debería cambiarse de un renacimiento del Imperio Romano al Imperio Otomano (1299-1923). Pero siguió argumentando que el Anticristo surgirá del revivido Imperio Asirio.

Echemos una mirada cuidadosa al pasaje de Apocalipsis 17. Comienza haciendo referencia a la bestia escarlata (el Anticristo) sobre en la que la gran ramera (la religión apóstata del Anticristo) se sienta. Dice que la bestia tiene siete cabezas.

9. Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer,
10. y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo.
11. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.

Considerando el momento en que este pasaje fue escrito (95 d.C.), los cinco reyes “caídos” serían los siguientes imperios: egipcio, asirio, babilónico, medo-persa y griego. El imperio “que es” – el existente en la época en la que Apocalipsis fue escrito – sería el romano. El que ha de venir sería el renacimiento del Imperio Romano, que dará a luz al Anticristo (la Unión Europea). El octavo imperio sería el imperio mundial del Anticristo, que establecerá mediante la conquista militar durante la primera mitad de la Tribulación.

El Imperio Otomano no puede insertarse en este pasaje. Hacerlo lo convertiría en el séptimo imperio. El octavo, de acuerdo con Goodman, sería el renacimiento del Imperio Asirio, convirtiendo al imperio mundial del Anticristo en el noveno. Pero el pasaje establece sólo ocho imperios.

Además, negar que el imperio a ser revivido sea el Imperio Romano es negar la importancia del renacimiento milagroso de ese imperio en nuestro día y época en la forma de la Unión Europea – un evento que ha sido predicho por expertos de la profecía durante cientos de años. 

Continuará…

Artículos relacionados:
¿Por qué mi nuevo libro acerca del Anticristo?
Un perfil del Anticristo
Las profecías de los tiempos del fin de Daniel – III Parte
Creencias musulmanas acerca de los tiempos del fin
¡Deje de aterrarse por la marca de la bestia!

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Antichrist – Will he be a Muslim?

Courtesy of

viernes, 10 de agosto de 2012

Revista Llamada de Medianoche - Agosto 2012

La Revelación del Hijo de Dios


Para descargar esta revista, necesita tener instalado el programa Adobe Reader. Si aún no lo tiene instalado, puede descargarlo gratuitamente aquí:


Si desea descargar ediciones anteriores de la revista, puede visitar el sitio web del Ministerio Llamada de Medianoche:

jueves, 9 de agosto de 2012

Dave Reagan on the Promise of Victory - Christ in Prophecy

Will good finally triumph over evil? Speaker Dr. David Reagan explains at the Christianity Under Attack conference shown on television's Christ in Prophecy.


Video courtesy of:

lunes, 6 de agosto de 2012

Chutzpah Escatológica



Comencemos con algunas definiciones. La escatología es la rama de la teología que está relacionada con las profecías y eventos de los tiempos del fin. Chutzpah es una palabra hebrea que puede traducirse como descaro, desfachatez o atrevimiento. Cuando una persona angloparlante usa la palabra, normalmente lo hace para enfatizar que una declaración o acción particular es especialmente indignante. Por lo tanto, “Chutzpah Escatológica” se refiere a una declaración acerca de la profecía del tiempo del fin que se caracteriza por una desfachatez sin límites.

Dispensacionalismo Definido

Para entender y apreciar dos afirmaciones así que tengo en mente, se requiere una definición más – la definición de Dispensacionalismo. Este término, cuando aplica a la profecía del tiempo del fin, se refiere a aquellos que tienen un punto de vista Premilenial y que creen en un Rapto Pre-Tribulación. También creen que los judíos aún son el Pueblo Escogido de Dios y que un día, al final de la Tribulación, un gran remanente de ellos aceptará a Yeshúa (Jesús) como su Mesías.

Los dispensacionalistas son muy cuidadosos en mantener las promesas de Dios a los judíos separadas de las promesas que Él ha hecho a la Iglesia. Y rechazan tajantemente el punto de vista anti-judío que ha dominado a la Cristiandad durante 2,000 años, llamado Teología del Reemplazo. Es la idea anti bíblica de que Dios se ha lavado Sus manos de los judíos y que ya no tiene ningún propósito para ellos debido a que rechazaron a Jesús como su Mesías.

Los dispensacionalistas señalan Romanos 3:1-4 y Romanos 9-11 como prueba positive de que Dios aún ama al pueblo judío y que Él aún tiene un propósito por ellos. Rechazan totalmente la idea de que las promesas que Dios hizo a los judíos han sido transferidas a la Iglesia.

Los dispensacionalistas también creen que las numerosas profecías del Antiguo Testamento acerca de una reunión de los judíos en su patria y del restablecimiento de su Estado en el tiempo del fin están siendo cumplidas en Israel hoy en día. En consecuencia, los dispensacionalistas son llamados a menudo “cristianos sionistas”, dado que son los más firmes defensores del Estado judío en toda la Cristiandad hoy en día.

Ejemplo #1 de Chutzpah

Ahora, con este trasfondo, procedamos a dos ejemplos increíbles de Chutzpah Escatológica que quiero compartir con ustedes.

El 12 de julio, Hank Hanegraaf, presidente del Christian Research Institute, entrevistó al Dr. Gary Burge en su programa de radio llamado “The Bible Answer Man” (El hombre de las respuestas bíblicas). El Dr. Burge es un profesor de teología en Wheaton College.

A la izquierda, el Dr. Gary Burge, a la derecha, Hank Hanegraaf. 

El Dr. Burge también es el más franco cristiano estadounidense crítico de Israel y partidario de los palestinos. Él ha ayudado a organizar conferencias celebradas dentro de la Autoridad Palestina, donde los que odian a Israel han vomitado su desprecio hacia los judíos e Israel, han denunciado el reclamo judío sobre la tierra y han expresado su apoyo incondicional de los feroces y sanguinarios líderes del Movimiento Palestino, incluyendo a Yasser Arafat, quien era el principal terrorista del mundo.

El primer ejemplo de Chutzpah Escatológica en este programa ocurrió cuando Hanegraaf comenzó con un preámbulo en el que condenó a los cristianos sionistas por ser “racistas” y por apoyar la “limpieza étnica”. ¡Absolutamente increíble!

¿Quiénes son los verdaderos racistas en el Medio Oriente que están decididos a hacer una limpieza étnica? Son los árabes musulmanes a quienes Hanegraaf y Burge apoyan con tanto entusiasmo. Hay más de un millón de árabes que viven dentro del Estado judío y todos ellos tienen completos derechos democráticos. A ningún judío se le permite vivir en las naciones árabes circundantes. ¿Y quién tiene la intención de matar a quién? No son los judíos quienes están cometiendo actos terroristas contra civiles inocentes. No son los judíos los que están disparando diariamente cohetes contra países árabes. No son los judíos los que están enseñándoles a sus hijos en sus escuelas a odiar y a matar a los árabes.

Como a menudo lo he dicho: “La situación en el Medio Oriente puede resumirse muy sencillamente en esta observación: Si los árabes depusieran las armas, habría paz; pero si los judíos las depusieran, Israel dejaría de existir”.

Ejemplo #2 de Chutzpah

El segundo ejemplo de Chutzpah Escatológica en esta disparatada conversación en la radio fue el argumento de Gary Burge de que ¡los dispensacionalistas son los verdaderos antisemitas! Cómo pudo decir eso de forma tan impávida está más allá de mi comprensión.

Su explicación de esta absurda acusación se basó en el hecho de que los dispensacionalistas enseñan que la Iglesia será arrebatada de este mundo antes de que la Tribulación comience, mientras que los judíos serán dejados atrás para sufrir la ira de Dios (junto a los gentiles incrédulos), y que dos tercios de los judíos morirán en el proceso (junto a la mitad de los gentiles).

¿Cómo puede esta enseñanza ser considerada antisemita cuando proviene directamente de las Escrituras? (Véase, por ejemplo, Zacarías 13:7-9). La Biblia enseña muy específicamente que en los tiempos del fin Dios reuniría a los judíos de regreso en su patria y que volvería a restablecer su Estado (Isaías 11:10-12 y Ezequiel 37:1-22). Dios traerá entonces a todas las naciones del mundo en contra del Estado judío (Zacarías 12:1-3), no porque El odie a los judíos, sino porque los ama (Malaquías 3:1-4). Él quiere llevarlos hasta el final de sí mismos y ponerlos en una posición en donde no tendrán a nadie a quien recurrir, excepto a Él, y cuando el pueblo judío lo vea regresando en majestad, se arrepentirán y lo aceptarán como su Mesías, para la gloria eterna de Dios (Zacarías 12:10).

Y entonces, ahí lo tiene – un ejemplo perfecto de Chutzpah Escatológica. Sólo piense en ello: dos proponentes antisemitas de los enemigos islámicos de Israel llamando a los más grandes partidarios de Israel, “antisemitas”. Ahora bien, ¡ésa es la definición de chutzpah!
Listen to the interview:


Artículos relacionados:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Courtesy of:

domingo, 29 de julio de 2012

Hallando Esperanza en Medio de la Crisis

¿Puede la Profecía Bíblica darnos esperanza?




La esperanza es esencial para la vida. Sin ella, las personas descienden hacia una profunda depresión o se suicidan o simplemente se tumban y mueren.

Durante el Holocausto, Viktor Frankl, quien luego se convirtió en un renombrado psiquiatra mundial, era un prisionero en uno de los campos mortales de los nazis. El observó que cada año mientras Navidad se aproximaba, la esperanza de que los prisioneros fueran liberados el día de Navidad se extendía por todo el campamento. Era una esperanza irracional, pero era esperanza. Luego, cuando la Navidad llegaba y se iba sin ninguna liberación, cientos de prisioneros se tumbarían y morirían. Sin esperanza, ellos no podían vivir(1). Frankl concluyó, “Es una peculiaridad del hombre que él sólo puede vivir mirando hacia el futuro”(2).

Una necesidad desesperada

El mundo necesita desesperadamente esperanza en estos tiempos finales. Vivimos en un mundo de temores crecientes – temor a un holocausto nuclear, temor a un colapso económico, temor a plagas como el SIDA, temor al terrorismo, temor a la guerra y, por supuesto, temor a la vida y a la muerte.

Nuestra nación necesita esperanza. Nuestra economía ha colapsado. Las personas están perdiendo sus trabajos. Las casas están siendo embargadas. Las corporaciones que han sido íconos americanos por más de cien años están declarándose en bancarrota. Los fondos de retiro han desaparecido. Muchas personas están experimentando un sentimiento de desesperación por primera vez en sus vidas.

En todas partes, las personas están buscando esperanza y eso incluye a los cristianos. Algunos podrían responder diciendo: “¡Los cristianos son los únicos que tienen alguna esperanza!”. Esto es cierto, pero el problema es que la mayoría de los cristianos profesantes no pueden articular su esperanza más allá de una declaración vaga como: “Mi esperanza es el cielo”.  

Una virtud ignorada

Me di cuenta de esto un día cuando estaba leyendo el gran poema de amor de Pablo en 1 Corintios 13. Termina con la famosa frase: “Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Cor. 13:13).

Mientras pensaba en estas palabras, de repente se me ocurrió que había escuchado cientos de sermones acerca de la fe y cientos acerca del amor, pero no pude pensar en uno solo acerca de la esperanza.

En ese momento el Señor inculcó en mi corazón que la esperanza es la más ignorada de las virtudes cristianas. Supe al instante el porqué esto es cierto. Es porque la esperanza está relacionada directamente con el conocimiento de profecía bíblica de alguien, y no hay tópico que sea más ignorado en la Iglesia moderna que el de profecía.

Deténgase y piense en ello por un momento. ¿Cuál es su esperanza? ¿Cómo se la explicaría a un incrédulo? ¿Podría ir más allá de las palabras, “Mi esperanza es el cielo”? 
Mi herencia

Durante los primeros 30 años de mi vida recibí casi ninguna enseñanza acerca de profecía bíblica y viví con poca esperanza. Si usted me hubiera pedido que definiera mi esperanza, le habría dado una respuesta patética, basada más en filosofía griega que en teología hebrea.

Se me enseñó que si moría antes que el Señor volviera, experimentaría “el sueño del alma”. En otras palabras, me deslizaría hacia la inconsciencia total y yacería en mi tumba hasta que el Señor volviera. A Su regreso, me enseñaron que se produciría un “big bang” que evaporizaría el universo. Mi alma sería resucitada, y me marcharía hacia un mundo etéreo llamado Cielo donde flotaría por ahí en una nube y tocaría un arpa eternamente.

Para mí, era un cuadro sombrío. No me agradaba la idea de yacer comatoso en una tumba por eones de tiempo. El “big bang” me asustaba hasta la muerte. Me repulsaba la idea de convertirme en alguna clase de espíritu incorpóreo sin ninguna individualidad o personalidad. Ciertamente no podía emocionarme tener que tocar un arpa por siempre. De hecho, encontré esa francamente hilarante.

Verá, crecí en una iglesia que creía que es un pecado terrible tocar un instrumento musical en un servicio de adoración. Sin embargo, ¡íbamos a tocar arpas en el Cielo eternamente! No tenía sentido para mí, así que lo descarté como un montón de tonterías sin sentido.

No tenía a quien culpar sino a mí mismo, porque no estudié la Palabra de Dios como debí hacerlo. Cuando finalmente empecé a hacer eso y el Espíritu Santo empezó a dirigirme hacia el estudio de la profecía bíblica, empecé a hacer descubrimientos acerca del futuro que ministraron gran esperanza a mi espíritu. De hecho, llegué a estar tan emocionado acerca de mis descubrimientos que empecé a saltar los bancos de la iglesia y a colgarme de los candeleros gritando “¡Aleluya!” y “¡Alabado sea el Señor!” ¡La gente pensó que me había convertido en Pentecostal de la noche a la mañana! No, sólo había descubierto las maravillosas promesas de Dios para el futuro que están diseñadas para darnos esperanza en el presente.

La falacia del sueño del alma

El primer descubrimiento que hice se relacionaba con el “sueño del alma”. Averigüé que es un concepto anti-bíblico. Es cierto que cuando morimos, nuestros cuerpos “duermen” metafóricamente, pero los espíritus de los muertos nunca pierden su conciencia.

Jesús enseñó esto claramente en Su historia acerca del hombre rico y Lázaro (Lc. 16:19-31). Cuando murieron, sus espíritus fueron al Hades. El espíritu del hombre rico fue a un compartimento en el Hades llamado “Tormento”. El espíritu de Lázaro fue a un compartimento llamado “el seno de Abraham”. En la Cruz, Jesús se refirió al seno de Abraham como el “Paraíso” (Lc. 23:43). Los dos compartimentos estaban separados por un “gran abismo” que no podía cruzarse. 

En la historia de Jesús, ambos hombres son retratados totalmente conscientes. Incluso sostienen una conversación el uno con el otro. Sus almas no están dormidas.

Evidencia adicional de la conciencia después de la muerte puede encontrarse en Apocalipsis 7. Juan ha sido llevado al Cielo y se le está dando un recorrido del salón del trono de Dios. El mira “una gran multitud… de cada nación y de todas las tribus y pueblos y lenguas”, de pie ante el trono de Dios, “vestida con ropas blancas” y batiendo palmas en adoración (Ap. 7:9). Ellos están completamente conscientes mientras cantan, “La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero” (Ap. 7:10).

Juan quiere saber la identidad de estas personas. Se le dice que son mártires de Cristo que han salido de la “gran tribulación” (Ap. 7:14).

Aquí hay dos escenas en las Escrituras de personas que están totalmente conscientes después de la muerte.
 
Las afirmaciones de Pablo

El apóstol Pablo afirmó acerca la conciencia después de la muerte. En 2 Cor. 5:8 él escribió que preferiría “estar ausente del cuerpo y estar en casa con el Señor”. El repitió este sentimiento en su carta a los Filipenses donde escribió, “el vivir es Cristo, y morir es ganancia” (Fil. 1:21). Él se explayó acerca del significado de esta declaración al añadir que su deseo era “partir para estar con Cristo” (Fil. 1:23). Pablo no tenía ningún concepto de yacer comatoso en una tumba por eones de tiempo. Al morir,  esperaba estar con el Señor inmediatamente.

El estado intermedio

Mi segundo descubrimiento fue que no estamos destinados a una existencia etérea como espíritus incorpóreos. Inmediatamente después de la muerte, tanto los salvos como los perdidos reciben un cuerpo que voy a llamar un “cuerpo espiritual intermedio”. Le he dado ese nombre porque es un cuerpo que es intermedio entre nuestro cuerpo carnal actual y el cuerpo glorificado definitivo que los santos recibirán al momento de su resurrección.

La Biblia no nos dice mucho acerca de este cuerpo, excepto que es tangible y reconocible. Un ejemplo de eso se encuentra en 1 Samuel 28 donde se nos dice que el rey Saúl, en su rebelión contra Dios, buscó el consejo de una bruja. Ella, a su vez, procuró invocar a su espíritu demonio familiar. En su lugar, el Señor envió a Samuel, quien había muerto hace tiempo atrás. En el momento que Samuel apareció, tanto la bruja como Saúl lo reconocieron.

Otro ejemplo del cuerpo espiritual intermedio puede encontrarse en Mateo 17 donde se cuenta la historia de la Transfiguración de Jesús. Esto fue cuando a Sus discípulos se les dio una visión de Su gloria venidera. Mientras atestiguaban este acontecimiento maravilloso, dos personas aparecieron repentinamente y empezaron a hablar con ellos. Las dos personas eran Moisés y Elías (Mt. 17:1-5). Ejemplos adicionales de cuerpos espirituales intermedio pueden encontrarse en las dos escenas bíblicas que ya he mencionado: El hombre rico y Lázaro en el Hades (Lc. 16) y los Mártires de la Tribulación en el Cielo (Ap. 7).      

Glorificación

Cuando Jesús regrese, la Biblia dice que traerá con El los espíritus de los salvos (1 Tes. 4:13-14). El resucitará sus cuerpos en un gran milagro de recreación (ya sea que sus cuerpos estén preservados, putrefactos, cremados o disueltos en el océano). En un parpadeo, El reunirá sus espíritus con sus cuerpos resucitados y luego glorificará sus cuerpos (1 Tes. 4:15-16). Luego, aquellos santos que estén vivos serán arrebatados para recibir al Señor en el cielo y serán transformados mientras ascienden (1 Tes. 4:17).


Toda mi vida he escuchado a las personas decir: “Hay dos cosas en la vida que no puedes evitar: muerte e impuestos”. Esa declaración está errada. La única cosa que no podemos evitar es impuestos y más impuestos. Una generación entera de creyentes evitará la muerte – la generación que esté viva cuando el Señor regrese por Su Iglesia. Con razón Pablo concluyó este gran pasaje en 1 Tesalonicenses diciendo: “Por lo tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tes. 4:18).

¿Qué es un cuerpo glorificado? Pablo escribió un capítulo entero acerca del tópico en 1 Corintios 15. El dijo que nuestros cuerpos glorificados serán incorruptibles, gloriosamente puros, poderosos y espirituales (1 Cor. 15:42-44). Pablo además declara que el cuerpo glorificado será inmortal y, como tal, no estará más sujeto a la muerte (1 Cor. 15:53-55).       

La naturaleza del cuerpo glorificado

Pablo hizo una declaración en su carta a los Filipenses que creo que nos provee el marco de referencia para entender cómo serán nuestros cuerpos glorificados. El escribió que cuando Jesús regrese, “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas” (Fil. 3:20-21). En otras palabras, nuestros cuerpos glorificados van a ser como el cuerpo resucitado de Jesús.

Ahora, piense en ello por un momento. Después de Su resurrección, Jesús tenía un cuerpo tangible que podía ser tocado y reconocido (Lc. 24:41-43 y Jn. 20:27-28). Al principio, las personas tenían dificultad en reconocerle, pero eso es entendible. Si usted enterró a su amigo un día y él golpeara su puerta al siguiente, ¿lo reconocería? ¿No asumiría que era alguien que se parecía a su amigo? Una vez que los discípulos se dieron cuenta que Jesús verdaderamente había resucitado, no tuvieron más dificultad en reconocerle, incluso a la distancia (Jn. 21:1-7).


Así pues, Jesús tenía un cuerpo similar a los que ahora tenemos. Era tangible y reconocible. También era un cuerpo que comía alimentos. Jesús es descrito comiendo con Sus discípulos varias veces, incluyendo una porción de pescado en la playa del Mar de Galilea (Lc.24:30-31, 41-42 y Jn. 21:10-13). Debo admitir que me emociono cuando leo estos relatos de Jesús comiendo y también cuando leo acerca de nuestra comida con Él en el Cielo en la “cena de las bodas del Cordero” (Ap. 19:7-9). ¡Tengo esta fantasía que seremos capaces de comer todo lo que queramos en nuestros cuerpos glorificados y no tendremos que preocuparnos por aumentar de peso! (Esto debería ser suficiente para provocar que muchos de ustedes griten “¡Maranatha!”)

Una dimensión diferente

El cuerpo resucitado de Jesús era similar a los nuestros en muchos sentidos, pero también había algunas diferencias. El cuerpo de Jesús parecía tener una dimensión diferente, ya que podía pasar a través de paredes de un cuarto encerrado (Jn. 20:26) y podía moverse de un lugar a otro casi instantáneamente (Lc. 24:30-36). En un momento estaba en el camino a Emaús, en el siguiente estaba en Jerusalén y luego aparecería en el área de Galilea.

Sus discípulos estaban tan sobresaltados y asustados por Su habilidad de desaparecer y reaparecer repentinamente en otro lugar que pensaron que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús contradijo esa idea inmediatamente al decirles: “Palpad y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (Lc. 24:39). Cuando la Palabra dice que nuestros cuerpos glorificados serán “espirituales” en naturaleza (1 Cor. 15:44), no quiere decir que seremos espíritus etéreos. Dice que nuestro cuerpo natural será resucitado como un cuerpo espiritual, no como un espíritu. Aún tendremos un cuerpo, pero ya no será controlado más por la antigua naturaleza pecaminosa, la carne. En cambio, será un cuerpo rendido completamente al control del Espíritu Santo.

Hay otra cosa que la Biblia revela acerca del cuerpo glorificado que debería ser una fuente de gran consuelo. El cuerpo glorificado será un cuerpo perfeccionado. Eso significa que los ciegos verán, los sordos oirán, los cojos caminarán, y los mudos hablarán. Aquéllos que son enfermos mentales tendrán sus mentes sanadas (Is. 29:18-19, 32:3-4 y 35:5-6). Ya no habrá más dolor o muerte (Ap. 21:4). Dios “enjugará toda lágrima” y “ya no habrá más llanto, ni clamor ni dolor” (Ap. 21:4).    

Actividades significativas

Mi primer descubrimiento fue que no hay tal cosa como “sueño del alma”. Permanecemos conscientes después de la muerte. Mi segundo descubrimiento fue que no estamos destinados a ser espíritus incorpóreos. Seguimos teniendo un cuerpo – primero, un cuerpo espiritual intermedio y luego un cuerpo glorificado. Mi tercer descubrimiento fue que no vamos a estar “aburridos como una ostra” tocando arpas por la eternidad. Vamos a estar ocupados en algunas actividades significantes.

Si usted es un creyente y muere antes que el Señor regrese, irá al Cielo, donde estará involucrado en la adoración (Ap. 7:9-14) y el servicio (Ap. 7:15). Es cierto que  la Biblia no especifica acerca de nuestra adoración y servicio, pero podemos estar seguros que encontraremos que serán edificantes y llenos de satisfacción. También podría ser que éste será un tiempo de descanso, preparándonos para el tiempo de servicio vigoroso que seguirá, cuando el Señor regrese a la tierra.

Juicio y recompensas

En el momento del Arrebatamiento (muy probablemente antes de la Tribulación), los vivos y los muertos en Cristo recibirán sus cuerpos glorificados. Estaremos en el Cielo con el Señor durante la Tribulación. Éste será el tiempo de nuestro juicio, no para determinar nuestro destino eterno, sino para determinar nuestros grados de recompensa. Cada uno de nosotros estaremos ante el tribunal de Cristo y seremos juzgados en cuanto a cómo usamos nuestros dones espirituales para avanzar Su reino (2 Cor. 5:10). Nuestras obras serán juzgadas en cuanto a cantidad, calidad y motivo (1 Cor. 3:13:15 y 4:5). Algunos experimentarán vergüenza mientras todas sus obras sean quemadas como despreciables (1 Cor. 3:13-15). Otros recibirán grandes recompensas. 

Algunas de las recompensas estarán relacionadas con el grado de autoridad gubernativa que nos será otorgada durante el reinado milenial del Señor (Lc. 19:11-27). Otras consistirán de coronas y vestiduras especiales. Habrá una “corona de justicia” para aquéllos que han vivido añorando el regreso de Jesús (2 Tim. 4:7-8). Una “corona de vida” será dada a aquéllos que perseveren en las pruebas (Ap. 2:10 y Stg. 1:12). Ancianos y pastores fieles recibirán una “corona de gloria” (1 P. 5:4). Los ganadores de almas recibirán una “corona de gozo” (Fil. 4:1 y 1 Tes. 2:19). Una “corona incorruptible” será dada a aquéllos que ejercen dominio propio (1 Cor. 9:25). Incluso las vestiduras que recibimos indicarán nuestros grados de recompensa. De alguna manera reflejarán “las acciones justas de los santos” (Ap. 19:8).

Al final de este tiempo de juicio, nosotros, la Novia de Cristo, nos sentaremos en una mesa de banquete en el Cielo para celebrar nuestra unión con nuestro Novio, Jesús. La Biblia la llama la “cena de las bodas del Cordero” (Ap. 19:9). Será un tiempo de celebración sin precedentes. ¡Los cielos resonarán con “Aleluyas”! (Ap. 19:1-6).

Testigos de gloria

Cuando se termine la comida, regresaremos a la tierra con Jesús (Ap. 19:11-14). Estaremos ahí en nuestros cuerpos glorificados cuando Sus pies pisen el Monte de los Olivos y ese monte se parta a la mitad (Zac. 14:1-9). Estaremos ahí para gritar ”¡Hosanna al Hijo de David! ¡Hosanna al Rey de reyes!”, mientras cabalgue hacia el Valle del Cedrón en Su caballo blanco y se aproxime a la Puerta Este. Estaremos ahí para ser testigos de la apertura sobrenatural de esa puerta mientras le da la bienvenida a Jesús a la santa ciudad de Jerusalén (Salmo 24:7-8):

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.


Estaremos ahí para gritar: “¡Aleluya!”, cuando Jesús sea coronado Rey de reyes y Señor de señores y comience Su glorioso reinado milenial.

El Reinado Milenial

Durante el reinado del Señor, los redimidos van a estar haciendo cualquier cosa excepto flotando alrededor en las nubes tocando arpas. Vamos a reinar con Jesús sobre aquéllos a quienes se les permita entrar al Milenio en la carne (los cuales serán aquellos creyentes que estén vivos al final de la Tribulación). Jesús reinará sobre toda la tierra desde Jerusalén (Is. 2:1-4) como Rey de reyes y Señor de señores (Ap. 19:16). David, en su cuerpo glorificado, reinará como rey de Israel (Ez. 37:24). Aquellos de nosotros que seamos santos glorificados, seremos esparcidos por toda la tierra para ayudar con el reinado de Jesús (2 Tim. 2:12).

Piense en ello – toda persona en la tierra que esté en una posición de autoridad gubernativa será un santo glorificado. Algunos de nosotros estaremos en posiciones administrativas, compartiendo el reinado de Jesús como presidentes, gobernadores o alcaldes (Lc. 19:11-27). Otros fungirán como jueces (1 Cor. 6:3). La mayoría de nosotros actuaremos como “pastores” o maestros, procurando traer a aquéllos que nazcan durante el Milenio a la fe en Jesús (Is. 66:18-21 y Jer. 3:15).
Ninguno de nosotros actuará como legisladores, porque la ley será dada por Jesucristo mismo y será perfecta (Is. 2:1-4). No habrá ninguna abominación conocida como la Legislatura de Texas o el Congreso de los Estados Unidos. Tampoco habrá ningún grupo de presión o partidos políticos.

El Señor regirá con “una vara de hierro” (Sal. 2:9 y Ap. 2:27). El gobierno del mundo será una teocracia, con Jesús actuando como el líder político y espiritual. Entonces recibirá el honor real y desde su trono gobernará como rey; también desde su trono servirá como sacerdote y habrá armonía perfecta entre sus dos oficios (Zac. 6:13 Nueva Traducción Viviente).

Se nos dará la bendición de ver este antiguo mundo enfermo de pecado inundado con paz, rectitud y justicia, “como las aguas cubren el mar” (Is. 11:9). No habrá gente desamparada o hambrienta (Is. 65:21-22 y Miq. 4:4). La paz cubrirá envolverá a la tierra (Is. 11:4-5). El reinado del Señor se caracterizará por la justicia, equidad y fidelidad (Is. 11:4-5). Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti (Sal. 22:27)    

El Estado Eterno

Cuando el Milenio termine y nos dirijamos hacia el Estado Eterno, la Biblia no da detalles en cuanto a cuáles serán nuestras actividades. Sólo nos dice tres cosas: veremos la cara de Dios (Ap. 22:4); serviremos al Señor (Ap. 22:3) y reinaremos con Él para siempre (Ap. 22:5).

Ver la cara de Dios es una perspectiva emocionante, ya que la Biblia dice que nadie ha visto nunca Su rostro (Ex. 33:20 y 1 Tim. 6:16). Creo que la promesa de ver el rostro de Dios significa que vamos a disfrutar intimidad con Él para siempre. La mayor parte de ella será, indudablemente, en la forma de adoración. Creo que también significa que creceremos en nuestro conocimiento del Señor para siempre. Él es infinito, y sin importar cuánto lleguemos a conocerle, habrá mucho más para que experimentemos. Me siento seguro que un aspecto de esto será el estudio eterno de Su Palabra. Me emociono por todo esto mientras pienso en cantar los salmos con David o en estudiar el libro de Romanos con Pablo.  

En cuanto al servicio, imagino, por una parte, que nuestros dones y talentos serán aumentados y que los usaremos para glorificar a Dios. De esta forma, un cantante será capaz de cantar con un rango y perfección nunca antes logrado y un pintor será capaz de pintar con una gloria nunca imaginada.

Reinar con el Señor para siempre implica que estaremos reinando sobre alguien. Quiénes serán, no lo sé. Quizá serán las “naciones” misteriosas referidas en Apocalipsis que parecen habitar la tierra nueva  (Ap. 21:24-27 y 22:2).

Nuestro hogar eterno

Esto me lleva al cuarto y último descubrimiento que hice cuando el Espíritu Santo me condujo a un estudio profundo de la profecía bíblica. Descubrí que los Redimidos no van a vivir eternamente en un mundo etéreo llamado Cielo. Aprendí, en cambio, que nuestra morada eterna va a ser en una tierra nueva. La mayoría de los cristianos se asombran por esta verdad, lo que demuestra cuán poco se enseña la profecía bíblica en la Iglesia de hoy.

Dado que la Biblia enseña que la tierra actual es eterna (Sal. 78:69 y 148:6), he concluido que la “tierra nueva” será la tierra actual renovada por el fuego. Es cierto que Pedro dijo que la tierra actual será “destruida” por el fuego (2 Pedro 3:10-12), pero en el contexto, es evidente que se está refiriendo a una transformación radical de la tierra actual. Anteriormente en el mismo pasaje, se refirió a la tierra original como siendo “destruida” por el agua, hablando del diluvio de Noé. La tierra de la época de Noé no dejó de existir, pero el diluvio la “destruyó” en el sentido de que éste cambió radicalmente la naturaleza de la tierra – inclinándola sobre su propio eje, dividiendo los continentes, estableciendo el registro fósil, depositando los organismos marinos que se convertirían en los depósitos de petróleo y creando las profundidades del océano y las alturas de las montañas.


Al final del Milenio, el fuego será utilizado por Dios para quemar la contaminación de la última revuelta de Satanás. En medio de ese infierno ardiente, Dios le dará una nueva forma a la tierra como a una bola de cera caliente. Él la refrescará y la restaurará a su perfección original (Hechos 3:21). Él entonces hará descender a la Nueva Jerusalén a la tierra nueva, con los redimidos dentro (Ap. 21:1-2). Luego, ¡Él mismo vendrá a la tierra para vivir en nuestra presencia eternamente! He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Ap. 21:3). 

El Cielo es donde Dios reside. Cuando la tierra nueva sea suministrada, el Cielo descenderá a la tierra mientras Dios establece su residencia en esta tierra nueva. Así pues, es cierto que los redimidos vivirán eternamente en el Cielo, pero el Cielo estará en la tierra.

La Redención de toda la Creación

Dios ama a Su creación y tiene la intención de redimirla – toda ella – y no destruirla con algún “big bang” místico. Jesús murió en la Cruz no sólo para redimir a la Humanidad, sino también para redimir a la Creación. Ésa es la razón por la que el sumo sacerdote en el Antiguo Testamento rociaba la sangre no sólo sobre el propiciatorio del Arca, sino también sobre el suelo delante del Arca (Lev. 16:15).

La sangre en el propiciatorio del Arca era una profecía simbólica señalando al hecho de que la sangre del Mesías cubriría la ley de Dios (las tabletas dentro del Arca) con la misericordia y la gracia de Dios. La sangre en el suelo era un recordatorio de que el sacrificio del Mesías haría posible que la maldición sea removida y para que los reinos animal y vegetal vuelvan a su perfección original (Is. 11:6-9 y Rom. 8:18-23).

Un temor injustificado

Muchas personas tienen miedo de la profecía Bíblica. Dicen que está llena de “pesimismo”. Esto es cierto para aquéllos que han rechazado al Señor. Pero para aquéllos que lo conocen lo aman, sólo hay buenas noticias.

El Antiguo Testamento termina con un ejemplo de lo que estoy hablando. Dice, Miren, ya viene el día, ardiente como un horno. Todos los soberbios y todos los malvados serán como paja, y aquel día les prenderá fuego (Mal. 4:1). Ésas son malas noticias. Pero el mismo versículo siguiente contiene buenas noticias increíbles para los creyentes: Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada (Mal. 4:2)

La profecía Bíblica está llena de gloriosas promesas que están diseñadas para dar al pueblo de Dios un fuerte sentido de esperanza mientras vive como peregrinos y extranjeros en medio de un mundo cada vez más malo que rechaza a Dios. Cuando usted lee estas maravillosas promesas, puede entender por qué Pablo escribió estas palabras en 1 Corintios 2:9: “Cosas que ojo no vio, no oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que los aman”.

Un Dios de esperanza

Tal como este versículo indica, no podemos siquiera empezar a imaginar las bendiciones maravillosas que Dios tiene reservadas para los redimidos. Pero el mismo versículo siguiente dice que el Espíritu Santo nos ha revelado estas bendiciones en la Palabra de Dios (1 Cor. 2:10). Lo triste es que la mayoría de los cristianos son ignorantes de esas promesas y, por lo tanto, no tienen idea de lo que Pablo quiso decir cuando escribió: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Rom. 8:18).

En Romanos 15:13, Pablo escribió: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Nuestro Dios es un Dios de Esperanza que desea llenarnos de esperanza. Si conoce a Jesús como su Salvador, usted es un heredero de algunas promesas increíbles, y si conoce esas promesas y cree en ellas, usted puede vivir en este mundo maligno con esperanza, gozo y grandes expectativas.

Mientras el mundo que hemos construido sobre el dólar colapsa alrededor nuestro, mantengamos una perspectiva eterna con nuestra esperanza firmemente fija en el cercano regreso de Jesús. ¡Maranata!

Notes:

This article is an edited excerpt from Dr. Reagan's book, Living for Christ in the End Times.

1) Viktor Frankl, Man's Search for Meaning (New York, NY: Washington Square Press, a division of Simon & Schuster, 1963, revised and updated edition in 1998).

2) Ibid., page 115. 

Artículos relacionados:

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Courtesy of:
 
Share/Bookmark