Una breve anécdota personal
Apreciados hermanos:
Como muchos de ustedes sabrán, durante los días pasados he estado publicando en mi sitio web artículos que refutan las doctrinas agustinianas en cuanto al tema de la salvación, las cuales son mejor conocidas como Calvinismo o Doctrinas de la Gracia. También, es muy probable que sepan que la administración de la página web la llevo a cabo durante el escaso tiempo disponible que mi trabajo me deja. No crean que me dedico simplemente a copiar y pegar los artículos, sino que me lleva varias horas leerlos, traducirlos, editarlos y, finalmente, publicarlos. Esto lo hemos hecho con el propósito de honrar y glorificar a Dios con los talentos que Él me ha dado y también con el fin de ser un canal de bendición para sus vida
Ahora, procedo a contarles mi anécdota:
El día viernes 9 de diciembre, me dirigía hacia mi centro de labores como a eso de una media hora antes de las ocho de la mañana, hora de Nicaragua. Antes de salir, tomé conmigo cuatro ediciones diferentes de la revista Llamada de Medianoche. Los ejemplares que tomé correspondían a las ediciones de septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
A inicios de mi recorrido, cuando recién acababa de abordar el taxi que me llevaría a mi centro de labores, iba orando mentalmente pidiendo la dirección del Señor para mi vida para ese día. De pronto, de forma inesperada, sentí un tremendo deseo de leer un artículo. Por alguna razón que aún me sorprende, decidí leer la edición del mes de noviembre. Rápidamente recorrí con mis ojos el índice de la revista. Sin saber de qué se trataba, decidí leer un artículo titulado, “Una pregunta, tres respuestas”. El artículo se encuentra en la página 37. Hasta este punto, había escogido dos cosas: La edición de la revista y el artículo.
Dado que el artículo hablaba acerca de tres respuestas a una misma pregunta, cuando llegué hasta la página donde se encontraba el artículo, mis ojos se fijaron en la respuesta número tres.
Sólo les diré el título de la pregunta, para que ustedes descarguen la revista y lo lean por ustedes mismos: “¿No habría sido más productivo que Jesús hubiese sufrido sólo por los pecados de aquellos que solicitasen el perdón, y no por los pecados del mundo entero?”
Como podrá observar, tuve que hacer tres elecciones para poder llegar hasta el artículo en cuestión: La edición de la revista, el artículo y la pregunta. Responda ahora usted la siguiente pregunta: ¿Coincidencia o Providencia? Para su servidor, Dios estaba dirigiendo todo el asunto.
Para mí, toda esta experiencia fue una contundente confirmación de parte del Dios de amor, para indicarme de que vamos por buen camino. Aunque muchos no están de acuerdo con que yo esté denunciando las aberraciones y falsedades del Calvinismo, tengan por seguro que no callaré. Mi objetivo es que aquellos creyentes que ignoran lo que hay detrás de este sistema filosófico pagano originado en el humanismo griego puedan escapar a tiempo y también que aquellos nuevos creyentes que aún no han caído en las redes de engaño puedan ser librados.
En Yeshúa el Mesías,
Donald Dolmus
Managua, Nicaragua