Por ejemplo, cuando se habla de las proezas valientes de los pasajeros abordo del Mayflower, la gente parece haber olvidado que el viaje fue en su mayor parte el esfuerzo de una sola congregación eclesial. Y no olvidemos que fueron los varones congregantes del Pastor Jonás Clark que resistieron a las tropas británicas en Lexington y dispararon el primer tiro que se escuchó “alrededor del mundo”. El famoso historiador francés, Alexis DeTocqueville, reconoce que los púlpitos e iglesias de la Norte-América Colonial inspiraron la exitosa Guerra de Independencia de Estados Unidos y la subsecuente prosperidad aun más que sus centros de enseñanza, pasillos del Congreso, o industrias de invención. Desde el mismo inicio, los cristianos y los pastores de Estados Unidos estuvieron involucrado intrincadamente en el establecimiento y edificación de esta república.
No es una exageración decir que sin la influencia, el sacrificio, la dedicación, la sangre, el sudor, y las lágrimas de los primeros cristianos de Estados Unidos, este país no existiría.
¿Pero que vemos hoy en día? Vemos a pastores e iglesias que son, en su mayoría, totalmente ignorantes de su propia herencia y tradición. Tienen poco o ningún entendimiento de los principios del Derecho Natural—algo que los fundadores de los Estados Unidos sabían casi por naturaleza (sin intención de doble sentido). Pareciera que supieran casi nada acerca de los principios bíblicos de la libertad y gobierno. Todo lo que parece que pudiesen hacer es repetir alguna interpretación vaga de Romanos 13—una interpretación que pudiera haber sido escrita por el Rey Jorge III o aun Adolfo Hitler.
Ignorando los grandes ejemplos y exhortaciones de ambos testamentos, los cristianos de hoy en día parecen haberse aferrado perezosamente a una filosofía moderna de “derechos divinos de los reyes”, con la cual se han convertido en esclavos patéticos de lobos arrogantes y pomposos vestidos (apenas) con las pieles de ovejas de la legitimidad.
¿Dónde están los guardianes estadounidenses del muro?... ¿Cómo es que los cristianos de hoy en día saben más acerca de las celebridades deportivas que de los fundadores de los Estados Unidos? ¿Cómo es que estos estafadores mentirosos y mañosos llamados políticos pueden engañar a los miembros de la iglesia a como engañan tan fácilmente a los que no van a la iglesia? ¿Cómo es que los cristianos parecen no reconocer las doctrinas diabólicas del socialismo, fascismo, elitismo, o globalismo por lo que son? ¿Cómo pueden ser manipulados tan fácilmente? ¿Cómo es que estos políticos corruptos—que votan para matar a los fetos; fusionan a los Estados Unidos a entidades globales e internacionalistas; le arrancan a los estadounidenses su derecho natural, dado por Dios, a defenderse; promueven el matrimonio homosexual; o permiten que los Estados Unidos pierda su identidad, cultura, y herencia a través de la migración ilegal desenfrenada—permanecen en “buena posición” con un sinnúmero de iglesias supuestamente “cristianas”.
Aunque hay más iglesias en los Estados Unidos que en cualquier otra parte del mundo, los pastores y cristianos de este país, en su gran mayoría, se han vuelto irrelevantes en preservar “las bendiciones de la libertad”—o aun los principios fundamentales bíblicos, de hecho.
Las iglesias solían ser respetadas como faros en las comunidades: lugares libres de la yuxtaposición ictericia de la avaricia y de lo políticamente correcto. Las iglesias de ahora están llenas de ambas cosas. Donde una vez las iglesias se irguieron como guardianes de la verdad, ahora se han convertido en progenitores del error. Donde una vez predicadores se irguieron a semejanza de Elías y Juan el Bautista, ahora se rebajan a la imagen de Joel Osteen y Rick Warren. Las escuelas dominicales fueron bastiones de la enseñanza bíblica; hoy en día son cafeterías glorificadas y patios de recreo. El hogar cristiano moderno no puede ni siquiera discipular a sus propios hijos: ¿Cómo se puede esperar entonces que “haga discípulos a todas las naciones”?
Repito: la iglesia moderna estadounidense se ha vuelto, en su mayor parte, irrelevante.
No es de sorprenderse que cada vez mas gente esté perdiendo el interés en la iglesia organizada…En vez de oír a un profeta de Dios declarar la Palabra de Dios, oyen a un ministro tímido exponiendo dócilmente el último libro de autoayuda.
La completa irrelevancia de la iglesia organizada de hoy en día en los Estados Unidos para la preservación de la libertad cristiana y gobierno constitucional es especialmente desconcertante para aquellos de nosotros que aún tenemos la llama de la libertad ardiendo en nuestras almas. ¿A dónde iremos para obtener respiro e instrucción?
Le diré la verdad: ¡Hay cientos de miles de cristianos patriotas, amantes de la libertad por todos los Estados Unidos que están hartos de estos clubs sociales débiles llamados iglesias!... Esta gente no busca entretenimiento o mimos. No les importa el estatus social o hacer “contactos de negocio.” No les importa que iglesia tenga el programa juvenil más impactante, o cuantos equipos de béisbol tenga. Ellos quieren una iglesia donde el pastor no tema hablar la verdad con poder y declararse a favor por la libertad. Y desafortunadamente, dichas iglesias se están volviendo más difíciles de hallar.
De hecho, yo sostengo que la iglesia no está “emergiendo”, se está “sumergiendo”.
Nota del Editor: Chuck Baldwin es el fundador y pastor de la Iglesia Bautista Crossroad en Pensacola, Florida. Él presenta a diario un programa de entrevistas en radio, en el cual aborda temas actuales desde un punto de vista cristiano conservador. La página de su iglesia es crossroadbaptist.net
Colaboración de Pedro Cárcamo para
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
Edición y diagramación: Donald Dolmus
Original article:
Has the Church become irrelevant?