Un Libro Odiado
La actitud del pastor que experimenté esa noche es común en la Cristiandad hoy. Daniel es el libro más controversial en la Biblia. Los liberales lo odian porque no creen en la inspiración divina de las Escrituras y el libro de Daniel es un gran testimonio de la inspiración divina. Eso es debido a que contiene algunas de las profecías más notables en la Biblia; profecías que son detalladas en contenido y amplias en alcance, extendiéndose desde la época de Daniel hasta el día de la Segunda Venida del Mesías. Tal como una persona lo ha dicho, “Daniel escribió historia con más precisión antes que ocurriera que lo que nadie ha hecho después de que sucedió”.
Para desacreditar el libro, los liberales han intentado argumentar que fue escrito mucho tiempo después de la época de Daniel por alguien que asumió su identidad. Generalmente colocan el tiempo de su autoría alrededor de 100 años antes de Cristo. Están determinados a fecharlo después de la época del tirano griego, Antíoco Epífanes, quien reinó desde el 175 hasta el 164 a.C. La razón por la que están tan determinados a hacer esto es debido a que el libro de Daniel profetiza en detalle el reinado del Anticristo, incluyendo las atrocidades que cometerá contra los judíos.
Pero los esfuerzos de los liberales para echar a la basura el libro han sido en vano. Una de las refutaciones más fuertes es el hecho que Daniel fue incluido en la traducción Septuaginta de las escrituras hebreas. Esta es la traducción de lo que llamamos el Antiguo Testamento del hebreo al griego. Fue hecha por un grupo de 70 eruditos hebreos en Alejandría, Egipto, cerca del 280 a.C. – mucho tiempo antes de la época de Antíoco Epífanes.
Además, Josefo, el historiador judío del I siglo, reporta que cuando Alejandro el Grande llegó a Jerusalén el 333 a.C., el Sumo Sacerdote le mostró dónde él y su imperio fueron profetizados en el libro de Daniel y quedó tan impresionado que salvó la ciudad de la destrucción (Antigüedades de los Judíos, vol. 11, p. 311).
Pero la evidencia más importante de la autenticidad del libro se encuentra en el Nuevo Testamento en Mateo 24:15, donde Jesús mismo citó las profecías de Daniel y, de esta forma, atestiguó personalmente de la validez del libro.
El Profeta Notable
Consideremos brevemente quién era este hombre Daniel. En el año 605 a.C, Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquistó la ciudad de Jerusalén, la capital de la nación de Judá. El quitó al rey de Judea, Joacim y lo reemplazó con su hijo de 18 años, Joaquín.
Ocho años después, cuando Joaquín también se rebeló, Nabucodonosor invadió a Judá otra vez, conquistó a Jerusalén una segunda vez y reemplazó a Joaquín con su tío, Sedequías. Diez años después cuando Sedequías revivió la rebelión, Nabucodonosor invadió una tercera vez y decidió que estaba harto de la rebelión judía.
Y así, en el año 587 a.C., los babilonios destruyeron totalmente la ciudad de Jerusalén, incluyendo el Templo de Salomón y terminaron la línea davídica de reyes.
Cada una de las tres veces que Nabucodonosor invadió Judá y conquistó a Jerusalén, tomó cautivos de regreso a Babilonia. Después de la primera invasión en el año 605 a.C., él tomó sólo un puñado de cautivos judíos. Éstos consistían en los hijos de la clase élite gobernante judía, y uno de ellos era Daniel (Dn. 1:3-4, 6-7).
Daniel rechaza la comida del rey
Daniel tenía tan sólo cerca de 15 años en ese momento, pero se distinguió inmediatamente como una persona de madurez espiritual al negarse a contaminarse a sí mismo con la comida no kosher* suministrada a él por el rey. De manera similar, muchos años después, a la edad de 82 años, Daniel puso en peligro su vida al negarse a obedecer una orden del rey Darío del Imperio Medo Persa que nadie podía orar a ningún dios excepto al rey mismo. La negativa de Daniel a acatar esta orden provocó que el rey lo lanzara a un foso de leones, pero su vida fue salvada por un milagro de Dios.
Daniel, a lo largo de su vida, fue un hombre de fe y de oración y de virtud impecable. Es mencionado por uno de sus contemporáneos, el profeta Ezequiel, como uno de los hombres más justos que alguna vez haya vivido, junto con Job y Noé (Ezequiel 14:14). En una visita hecha a él por el ángel Gabriel, registrada en Daniel 9:23, le fue dicho, “Tú eres muy apreciado” por Dios. Estamos tratando aquí con uno de los hombres más notable revelado en las Escrituras.
Ahora que hemos examinado el trasfondo histórico y hemos considerado al hombre a través del cual Dios habló, echemos un vistazo a las profecías que Dios le dio acerca de los tiempos del fin. Voy a dividirlas en cuatro categorías:
1) Los Tiempos de los Gentiles
2) El Terror del Anticristo
3) El Triunfo de Jesucristo
4) El Momento del Regreso del Señor
I. Los Tiempos de los Gentiles
Dos años después de la llegada de Daniel a Babilonia, cuando tenía cerca de 17 años, Dios le dio a Nabucodonosor un sueño que lo perturbó grandemente. El rey exigió que sus sabios le dijesen dos cosas – en primer lugar, lo que él había soñado y, en segundo lugar, el significado del sueño. No es necesario añadir que los sabios estaban confundidos.
Cuando Daniel oyó la solicitud inusual del rey, se volvió a Dios en oración buscando una revelación del sueño del rey y de su significado. Dios respondió revelando estos misterios a Daniel. Y Daniel, a su vez, respondió al Señor con un salmo de alabanza (Daniel 2:20:23a):
Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos,
Porque suyos son el poder y la sabiduría.
El muda los tiempos y las edades;
Quita reyes y pone reyes;
Da la sabiduría a los sabios,
Y la ciencia a los entendidos.
El revela lo profundo y lo escondido…
Este salmo es muy importante porque resume el tema de todo el libro de Daniel – es decir, que Dios es soberano, que tiene un propósito en la historia y que El tiene la sabiduría y el poder para orquestar los asuntos de los hombres y las naciones para el triunfo de Su divina voluntad.
Más tarde en el libro, Nabucodonosor hace una proclamación similar acerca de la soberanía de Dios después que había experimentado el castigo de la disciplina de Dios (Daniel 4:34b-35):
Su dominio es sempiterno,
Y Su reino para todas las edades.
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada.
Y El hace según Su voluntad en el ejército del cielo,
Y en los habitantes de la tierra…
El Sueño de Nabucodonosor
En el capítulo 2, empezando con el versículo 31, Daniel comienza a revelar a Nabucodonosor su sueño y su significado. Le dice al rey que en su sueño él vio una estatua magnífica e impresionante con una cabeza de oro, un pecho de plata, muslos de bronce y piernas de hierro. Los pies de la estatua estaban hechos de una mezcla de hierro y barro. Le recordó al rey que mientras él estaba admirando la estatua, una gran piedra apareció de repente – una piedra que no había sido cortada con manos humanas. Esta piedra sobrenatural golpeó repentinamente los pies de la estatua y toda la estatua fue destruida. La piedra, entonces, creció rápidamente en un gran monte que “llenó toda la tierra”.
1. Cabeza de Oro – Nabucodonosor y su Imperio Babilónico.
2. Pecho de Plata – El reino que suplantará a Babilonia, el que Daniel identifica más tarde en el capítulo 8 como el Imperio Medo-Persa.
4. Piernas de Hierro – El cuarto reino en la serie que, ahora conocemos de la historia, fue el Imperio Romano, que finalmente se dividió en dos partes.
5. Pies de Barro y Hierro – El ultimo imperio gentil de la historia. La combinación inestable de barro con hierro sugiere una confederación floja de naciones, que existirá en el área del antiguo Imperio Romano.
La Era de Gobierno Gentil
Como podrá observar, esta profecía es sorprendente en su alcance, abarcando miles de años desde la época del Imperio Babilónico hasta el establecimiento del reinado Milenial de Jesús sobre esta tierra.
Es un periodo de tiempo que la Biblia llama “el tiempo de los gentiles” (Lc. 21:24). Comienza con la caída del último rey de Judá, Sedequías (586 a.C.) y continuará hasta que Jesús regrese y reestablezca el trono de David en Jerusalén. Creo que es muy interesante observar que este periodo de dominación gentil del mundo está enfatizado en el lenguaje mismo del libro de Daniel. En el capítulo 2, versículo 4, el idioma cambia de hebreo a arameo, la lengua de las naciones gentiles en esa época. Y el texto continúa en arameo hasta el final del capítulo 7. Cambia de nuevo a hebreo en el capítulo 8, porque el foco cambia en ese punto de los tiempos de los gentiles al destino final de los judíos.
Una Brecha de Tiempo
Otra cosa interesante a tener en cuenta es que desde nuestra perspectiva histórica, podemos ver claramente que la profecía tiene una importante brecha de tiempo en ella, algo que es a menudo característico de la profecía bíblica. La brecha se encuentra entre los imperios cuarto y quinto – entre las piernas de hierro y los pies de barro mezclados con hierro.
La brecha es evidente porque no hay imperio gentil en la historia que corresponda al imperio de hierro y barro, que Daniel nos dice en el capítulo 7 que será una confederación de diez naciones que se unirán como un Imperio Romano revivido.
El Imperio Romano dejó de existir en el año 476 AD. La rama oriental de él continuó como el Imperio Bizantino hasta 1453. A lo largo de los siglos, ha habido muchos intentos de restaurar el Imperio Romano, siendo los dos esfuerzos más notables los de Napoleón e Hitler. Pero todos los esfuerzos fracasaron hasta el periodo que siguió a la II Guerra Mundial, cuando se hizo evidente a los líderes europeos que su única esperanza para reconstruir Europa era extenderse a través de las fronteras nacionales y empezar a cooperar para construir una superpotencia europea.
El Sueño de Daniel
Esta profecía acerca de la sucesión de imperios mundiales fue reconfirmada a Daniel 48 años después, cuando el Señor le dio un sueño. Está registrado en el capítulo 7.
La primera era un león que tenía las alas de un águila. La segunda era un oso que se erguía de un lado y tenía tres huesos en su boca. La tercera era un leopardo con cuatro cabezas y cuatro alas. La cuarta era una bestia que Daniel describió como “espantosa y terrible y extremadamente fuerte”. Tenía unos dientes grandes de hierro y diez cuernos.
Lo que Daniel está viendo en este sueño es la misma sucesión de imperios mundiales que Nabucodonosor vio en su sueño. La diferencia es que Nabucodonosor los vio desde la perspectiva del hombre, como algo magnífico y glorioso. Dios los revela a Daniel cómo El los mira – una serie de bestias voraces.
Mientras Daniel contempla horrorizado la última bestia, repentinamente nota que otro cuerno – “un cuerno pequeño” – surge entre los diez cuernos y desarraiga tres de ellos. Este cuerno pequeño tiene los ojos de un hombre y una boca que está pronunciando “grandes cosas”. En el versículo 24 del capítulo 7, se le dice a Daniel que los diez cuernos representan diez reyes y que el cuerno pequeño someterá a tres ellos y entonces comenzará a hablar blasfemias contra el Dios Altísimo. Esta es la primera aparición en el libro de Daniel del Anticristo, quien encabezará el último Imperio Gentil que abarcará el mundo entero. El hecho de que el último imperio de diez cuernos crece de la cabeza de la cuarta bestia es una clara indicación que el Imperio Gentil final comenzará como un resurgimiento del antiguo Imperio Romano.
Continuará...
Artículos relacionados:
Las Profecías de los Tiempos del Fin de Daniel – I Parte
Apocalipsis
Traducido por: Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (www.endefensadelafe.org)
Artículo original:
The End Times Prophecies of Daniel