¿Es la moderna Babilonia, la Babilonia de los tiempos del fin?
Una ubicación geográfica que se ha convertido en un punto focal de debate entre los expertos de la profecía bíblica es la ubicación de la ciudad de Babilonia.
La Babilonia de los tiempos del fin ha sido siempre un asunto desconcertante para los eruditos proféticos, especialmente para los premilenaristas, quienes tratan de aceptar siempre el significado de sentido llano de las Escrituras.
La Biblia claramente enseña que Babilonia será la capital en los tiempos del fin del reino mundial del Anticristo (lea Revelación 17 y 18). La Biblia también está llena de profecías acerca de la destrucción total de esta ciudad (vea Isaías 13 y 47; Jeremías 50 y 51; y Revelación 17 y 18).
Pero hay algunas buenas razones para concluir que la Babilonia de los tiempos del fin no será la misma ciudad que la antigua Babilonia, que está ubicada en la moderna nación de Irak.
La primera razón para llegar a esta conclusión puede encontrarse en Isaías 13:7-22, donde se da una profecía muy clara que Babilonia perderá su esplendor después de su derrota con los medos y que dejará de ser habitada para siempre. De conformidad con esta profecía, Babilonia fue conquistada por lo medos, y empezó una larga decadencia que condujo finalmente a su abandono a las fuerzas de la naturaleza. Para la época de Cristo, un testigo reportó que la ciudad no era nada más que “montículos y piedras y ruinas”.
La segunda razón para concluir que la Babilonia de los tiempos del fin será una ciudad diferente se halla en la descripción registrada en Revelación 17. En primer lugar, la ciudad es llamada “misterio” Babilonia, un indicio claro que el nombre está siendo usado simbólicamente (v. 5). Luego el pasaje procede a declarar que la ciudad es la que está ubicada sobre “siete montes” (v. 9). Esto parece ser una clara referencia a Roma, dado que en esa época era conocida como “la ciudad construida sobre siete colinas”. Finalmente, en el versículo 18, la ciudad es identificada como “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”. En la época en la que Revelación fue escrito, esta frase sólo podría referirse a Roma.
La ciudad es llamada metafóricamente como Babilonia porque en el tiempo del reinado del Anticristo, representará el epítome de la maldad espiritual ocultista que se originó en Babilonia y que siempre ha estado asociada con su nombre. De forma similar, en ese mismo tiempo, Jerusalén será un centro de rebelión contra el Señor, y es llamada, en una forma metafórica similar, como “Sodoma y Egipto” en Revelación 11:8, simbolizando inmoralidad e idolatría.
El argumento acerca de la ubicación de la Babilonia de los tiempos del fin se ha agudizado recientemente por la publicación de un libro llamado The Rise of Babylon [La Ascendencia de Babilonia] (Tyndale House, 1991). Fue escrito por Charles Dyer, un profesor del Seminario Teológico de Dallas.
Dyer toma la postura que la Babilonia de los tiempos del fin es la misma que la antigua Babilonia, y se esfuerza valientemente en demostrar su punto reproduciendo fotos de lo que él asegura ser la reconstrucción de Babilonia. Pero las fotos no muestran que la ciudad está siendo reconstruida para habitación. En cambio, ellas muestran que Saddam Hussein simplemente había construido un centro turístico.
Fui a escuchar al autor hablar acerca de Babilonia. Quería ver cómo manejaría el pasaje de Isaías 13:17-18, que dice que Babilonia se convertirá en una ciudad desolada y nunca será edificada de nuevo después que sea conquistada por los medos. El autor inició leyendo el versículo 9, y cuando terminó de leer el versículo 16, simplemente dijo: “Ahora pasemos al versículo 19”. En resumen, ignoró completamente el pasaje acerca de los medos. Creo que eso es mejor que intentar explicar que el pasaje realmente no significa lo que dice.
Desafortunadamente, eso es exactamente lo que el autor intenta hacer en su libro. El argumenta que la profecía con respecto a los medos se refiere a los modernos curdos, quienes se unirán a una fuerza multinacional que destruirán a Babilonia. El argumento no es convincente.
Aunque no estoy de acuerdo con las conclusiones de este libro, se lo recomiendo. Lo inducirá a pensar y a escudriñar las Escrituras – dos ejercicios que necesitamos mucho más en la Iglesia de hoy.
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Traducido por: Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (www.atalayadejesus.blogspot.com)
Artículo original:
The Identity of End Time Babylon
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