El término
El término Rapto proviene de una palabra latina que significa coger, arrebatar o sacar. Es una palabra bíblica que proviene directamente de la traducción Vulgata Latina de la Biblia. La palabra se encuentra en 1 Tesalonicenses 4:17. En la Nueva Versión Estándar Americana (NASV, por sus siglas en inglés), se usa la frase inglesa “arrebatar”. La misma frase es usada en las versiones King James y Nueva Versión Internacional.
Una promesa a la Iglesia
El concepto del Rapto no fue revelado a los profetas del Antiguo Testamento porque es una promesa a la Iglesia del Nuevo Testamento y no a los santos de Dios que vivieron antes del establecimiento de la Iglesia.
Los santos de las épocas del Antiguo Testamento serán resucitados al final de la Tribulación y no al momento del Rapto de la Iglesia. Daniel revela este hecho en Daniel 12:1-2 donde él dice que los santos de esa era serán resucitados al final del “tiempo de angustia”.
Referencias bíblicas
La primera mención clara del Rapto en las Escrituras se encuentra en las palabras de Jesús registradas en Juan 14:1-4. Jesús dijo: “Vendré otra vez y os tomaré a Mí mismo para que donde Yo esté, vosotros también estéis”.
La revelación más detallada de los eventos actuales relacionados con el Rapto es dada por Pablo en 1 Tesalonicenses 4:13-18. El dice que cuando Cristo aparezca, los muertos en Cristo (los santos de la era de la Iglesia) serán resucitados y arrebatados primero. Luego, aquellos de nosotros en Cristo que estemos vivos seremos trasladados “para recibir al Señor en el aire”. Pablo entonces nos exhorta a “consolarnos unos a otros con estas palabras”.
Pablo menciona otra vez el Rapto en 1 Corintios 15, su famoso capítulo acerca de la resurrección de los muertos: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta” (versículos 51 y 52)
La referencia de Pablo a ser cambiados aquí, es una alusión al hecho de que los santos recibirán cuerpos glorificados que serán perfeccionados, imperecederos e inmortales (1 Cor. 15:42-44; 50-55)
El momento
El aspecto más controversial del Rapto es su momento. Algunos lo ubican al final de la Tribulación, haciéndolo un evento único e igual a la Segunda Venida. Otros lo ubican en la mitad de la Tribulación. Aun otros creen que ocurrirá al principio de la Tribulación.
La razón para estos puntos de vista diferentes es que el momento exacto del Rapto no está revelado precisamente en las Escrituras. Sólo está inferido. Hay, por lo tanto, margen para diferencias honestas de opinión, y las líneas de amistad ciertamente no deberían ser dibujadas sobre las diferencias con respecto a este punto, incluso aunque es un punto importante.
El Rapto Post-Tribulación
Aquéllos que ubican el momento al final de la Tribulación, usualmente basan su argumento en dos parábolas en Mateo 13 y en el Discurso del Señor en el Monte de los Olivos en Mateo 24.
En Mateo 24, el Señor retrata Su reunión de los santos como un acontecimiento que tomará lugar “inmediatamente después de la tribulación de aquellos días” (Mt. 24:29). Esto ciertamente suena como a un Rapto Post-Tribulación. Pero debe mantenerse en mente que el libro de Mateo fue escrito a los judíos y, por lo tanto, el registro de Mateo del discurso de Jesús tiene un sabor judío distintivo comparado con el registro de Lucas del mismo discurso.
Observe, por ejemplo, las referencias de Mateo a Judea y a la ley judía con respecto a viajar en el Sabbath (Mt. 24:15-20). Éstas se omiten en el relato de Lucas. En cambio, Lucas habla de los santos levantando la mirada por liberación “para escapar de todas estas cosas” cuando las señales de los tiempos del fin “empiecen a suceder” (Lc. 21:28 y 36). Los santos en Mateo son instruidos a escapar de Judea y a esconderse. A los santos en Lucas se les dice que deben levantar la mirada para ser rescatados.
Parece, por lo tanto, que Mateo y Lucas están hablando de 2 grupos diferentes de santos. Los santos en el relato de Mateo son muy probablemente judíos que reciben a Jesús como su Mesías durante la Tribulación. Los santos en Lucas son aquéllos que reciben a Cristo antes que comience la Tribulación. La mayoría de aquéllos que acepten al Señor durante la Tribulación serán martirizados (Ap. 7:9-14). Aquellos que vivan hasta el final serán reunidos por los ángeles del Señor (Mt. 24:31)
La parábola del trigo y la cizaña (Mt. 13:24-30) y la parábola de la red (Mt. 13:47-50) pueden ser explicadas en la misma forma. Ellas se refieren a una separación de santos y pecadores que ocurrirá al final de la Tribulación. Los santos son aquéllos que reciben a Jesús como su Salvador durante la Tribulación (gentiles y judíos) y que viven hasta el final de ese horrible período.
Rapto Mid-Tribulación
Hay variaciones del concepto del rapto mid-Tribulación. La más común es que la Iglesia será sacada en la mitad exacta de la Tribulación, en el punto de tiempo cuando el Anticristo es revelado.
Este concepto está basado sobre una declaración en 1 Corintios 15:52 que dice que el Rapto ocurrirá al sonar de “la final trompeta”. Esta trompeta es identificada entonces con la séptima trompeta de los juicios de las trompetas en el libro de Revelación. Dado que el toque de la séptima trompeta está registrado en Revelación 11, el punto medio de la Tribulación, la conclusión es que el Rapto debe ocurrir en la mitad de la Tribulación.
Pero hay dos problemas con esta interpretación. El primero es que la última trompeta de 1 Corintios 15 se toca para los creyentes mientras que las siete trompetas de Revelación 8, 9 y 11 se hacen sonar para los incrédulos. Las trompetas de Revelación no tienen ninguna relevancia para la Iglesia. La última trompeta de 1 Corintios 15 es una trompeta para los justos. La última trompeta para los impíos es la que está descrita en Revelación 11.
Otro problema con esta interpretación es que el pasaje en Revelación 11, que retrata el toque de la séptima trompeta, es un “flash-forward”* hacia el final de la Tribulación. Los flash-forwards son muy comunes en el libro de Revelación. Ocurren después de que algo terrible es descrito, con el fin de asegurarle al lector que todo va a resultar bien cuando Jesús regrese al final de la Tribulación.
Así, los capítulos octavo y noveno de Revelación, que describen los horrores de los juicios de las trompetas, son seguidos inmediatamente por un flash-forward en el capítulo 10 que muestra el regreso de Cristo en victoria al final de la Tribulación. La acción de la mitad de la Tribulación se reanuda en el capítulo 11 con una descripción del asesinato de los dos grandes profetas de Dios por el Anticristo. Luego, para compensar ese terrible evento, se nos presenta otro flash-forward, empezando con el versículo 15. La séptima trompeta es tocada y nos encontramos siendo impulsados hasta el final de la Tribulación cuando “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor”.
El punto es que la séptima trompeta de Revelación se refiere al final de la Tribulación y no a la mitad. Por lo tanto, no hay base para un argumento a favor de un Rapto mid-Tribulación.
Rapto Pre-Ira
La piedra angular de este concepto es que los eventos aterrorizantes de la primera mitad de la Tribulación se deben a la ira del Hombre y de Satanás y no a Dios. Dado que a la Iglesia sólo se le ha prometido protección de la ira de Dios, el Rapto no ocurrirá hasta muy cerca del final de la Tribulación, cuando Dios derramará Su ira sobre el mundo.
Este concepto plantea un grave problema teológico, ya que pone en duda la soberanía de Dios. Asume que el Hombre y Satanás pueden actuar al margen de la voluntad de Dios, cuando la verdad del asunto es que ninguno puede hacer algo que Dios no está dispuesto a permitir. La Biblia a menudo describe a Dios llevando a cabo Su voluntad a través de personas o naciones perversas. Uno de los ejemplos clásicos es cuando Él permitió que la malvada nación de Babilonia disciplinara a Israel mediante la destrucción de Jerusalén y el Templo y al llevar hacia el cautiverio a los judíos sobrevivientes. Fue una acción que llevó al profeta Habacuc a preguntar por qué Dios castigaría a los que son malvados con aquéllos que son más malvados (Habacuc 1:13).
Cualquier carnicería causada por el Hombre o Satanás durante la Tribulación aún constituirá la ira de Dios. Ellos serán simplemente sus instrumentos. La Biblia dice que Dios se sienta en los cielos y se burla de los planes y hechos de los hombres malos, no porque a El no le importa, sino porque Él tiene todo bajo control (Salmo 2:1-6). El punto es que Él tiene la sabiduría y el poder para organizar todo el mal para el triunfo de Su voluntad en la historia. Es por eso que el salmista escribió que "la ira del hombre alabarán te alabará [Dios]" (Salmo 76:10).
Creo que también es importante señalar que cuando Dios derrama Su ira, no siempre El lo hace directamente. Una de Sus formas más comunes es simplemente alejarse de la nación o de la persona y bajar la cobertura de protección a su alrededor. Esto se explica claramente en Romanos 1:18-32. Ese pasaje dice que cuando las personas se rebelan contra Dios hasta el punto en que empiezan adorar a la creación en lugar de al Creador, Dios "los entrega" al mal en sus corazones. En otras palabras, El sólo retrocede y permite que el mal se multiplique. El pasaje declara, además, que si todavía se niegan a arrepentirse, El retrocede de nuevo y “los entrega a pasiones degradantes”. Y si persisten en su rebelión y pecado, Él finalmente "los entrega a una mente depravada", punto en el que la sociedad se destruye a sí misma. Esa destrucción podría considerarse como la ira del Hombre, pero es realmente la ira de Dios obrando a través del Hombre.
Hay otro problema grave con el concepto del Arrebatamiento pre-Ira. Se relaciona con el hecho de que toda la ira de Revelación está descrita específicamente como la ira de Dios. ¿De dónde se originan los juicios de los sellos? La respuesta es, del trono de Dios, mientras Jesús abre cada sello del rollo que estaba en la mano derecha del Padre (Apocalipsis 6:1). Y, ¿de dónde se originan los juicios de las trompetas? El mismo lugar – del trono de Dios (Apocalipsis 8:2). Cuando llegamos a los juicios de las copas en Revelación 15:1, se nos dice que con ellos, "la ira de Dios se ha consumado".
Otro problema con el concepto del Arrebatamiento pre-Ira es que hace violencia al orden cronológico de Revelación. Los juicios de los sellos son vistos como la ira del Hombre y Satanás, que ocurren durante la primera mitad de la Tribulación. Los juicios de las trompetas y las copas son considerados la ira de Dios.
Ellos son agrupados juntos al final de Tribulación. No hay justificación para poner los juicios de las trompetas al final de la Tribulación. Ellos están colocados claramente en la primera mitad de la Tribulación en el esquema cronológico del libro de Revelación.
Un problema final con el concepto del Arrebatamiento pre-Ira es que discute el hecho de que no hay un propósito para que la Iglesia esté en la Tribulación. La Tribulación es la 70ª semana de Daniel, un tiempo dedicado a que Dios logre Sus propósitos entre el pueblo judío, no la Iglesia.
El Rapto Pre-Tribulación
Creo que la mejor inferencia de las Escrituras es que el Arrebatamiento ocurrirá al comienzo de la Tribulación. La razón más importante por la que creo esto, tiene que ver con el asunto de la inminencia. Una y otra vez en las Escrituras se nos dice que aguardemos la aparición del Señor. Se nos dice “estad preparados” (Mt. 24:44), “estad alertas” (Mt. 24:42), “estén ceñidos” (Lc. 12:35) y “mantengan sus lámparas encendidas” (Lc. 12:35). La fuerza clara de estas advertencias persistentes es que Jesús puede aparecer en cualquier momento.
Sólo el concepto pre-Tribulación del Arrebatamiento permite la inminencia de la aparición del Señor por Su Iglesia. Cuando el Arrebatamiento es ubicado en cualquier otro punto en el tiempo, la inminencia de la aparición del Señor se destruye, porque otros eventos proféticos deben ocurrir primero.
Por ejemplo, si el Arrebatamiento va a ocurrir a mitad de la Tribulación, ¿entonces por qué debería vivir esperando la aparición del Señor en cualquier momento? En su lugar, estaría esperando un tratado de paz israelí, la reconstrucción del Templo y la revelación del Anticristo. Entonces y sólo entonces, podría aparecer el Señor.
Enfoque
Esto plantea el asunto de qué es lo que debemos aguardar. En ninguna parte se les dice a los creyentes que esperemos la aparición del Anticristo. Por el contrario, se nos dice que esperemos a Jesucristo. En Tito 2:13 Pablo dice que debemos vivir “aguardando la esperanza bienaventurada y la aparición gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo”. Asimismo, Pedro nos insta a “esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado” (1 P. 1:13). Juan completa el coro apostólico instándonos de forma similar a “fijar nuestra esperanza en El” en Su manifestación (1 Jn. 3:2-3)
Sólo Mateo habla de velar por el Anticristo (Mt. 24:15), pero él está hablándole a los judíos viviendo en Israel en la mitad de la Tribulación cuando el Anticristo profane el Templo reconstruido.
Ira
Otro argumento a favor de un Rapto pre-Tribulación tiene que ver con las promesas de Dios de proteger a la Iglesia de Su ira. Tal como ha sido demostrado, el libro de Revelación muestra que la ira de Dios será derramada durante el periodo completo de la Tribulación.
La Palabra promete una y otra vez que la Iglesia será librada de la ira de Dios. Romanos 5:9 dice que “por El (Jesús) seremos salvos de la ira”. 1 Tes. 1:10 declara que estamos esperando “de los cielos a Su Hijo, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”. La promesa se repite en 1 Tes. 5:9 – “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Liberación
Algunos argumentan que Dios podría proteger sobrenaturalmente a la Iglesia durante la Tribulación. Sí, El podría. De hecho, El promete hacer justamente eso para los 144,000 judíos que serán sellados como siervos al comienzo de la Tribulación (Ap. 7:1-8).
Pero la promesa de Dios a la Iglesia durante la Tribulación no es una de protección, sino una de liberación. Jesús dijo que “escaparíamos” los horrores de la Tribulación (Lc. 21:36). Pablo dice que Jesús viene a “librarnos” de la ira de Dios (1 Tes. 1:10).
Simbolismo
Hay varios tipos proféticos que parecen afirmar el concepto de liberación de la Tribulación. Tome por ejemplo a Enoc. El fue un profeta a los gentiles quien fue arrebatado fuera del mundo antes que Dios derramara Su ira en el gran diluvio de la época de Noé. Enoc parece ser un tipo de la Iglesia gentil que será sacada del mundo antes que Dios derrame Su ira otra vez. Si es así, entonces Noé y su familia son un tipo del remanente judío que será protegido a través de la Tribulación.
Otro tipo simbólico del Antiguo Testamento que apunta hacia un Rapto pre-Tribulación es la experiencia de Lot y su familia. Ellos fueron sacados de Sodoma y Gomorra antes que esas ciudades fueran destruidas.
El apóstol Pedro se refiere a estos dos ejemplos en su segunda epístola. El declara que si Dios escatimó a Noé y a Lot, entonces El seguramente “sabe librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 P. 2:9).
Otro hermoso tipo profético se encuentra en las tradiciones judías de boda de la época de Jesús. Después de los esponsales, el novio regresaría a la casa de su padre para preparar una cámara de boda para su esposa. El regresaría por su novia en un momento inesperado, así que la novia tenía que estar preparada constantemente. Cuando regresaba, el llevaría a su novia de regreso a la casa de su padre, a la cámara que él había preparado. El y su novia serían entonces sellados en la cámara por siete días. Cuando surgían, se celebraría una gran fiesta de bodas.
De forma similar, Jesús ha regresado al Cielo para preparar un lugar para Su novia, la Iglesia. Cuando El regrese por Su novia, la llevará al hogar celestial de Su Padre. El permanecerá ahí con Su novia por siete años (la duración de la Tribulación). El periodo terminará con “la cena de las bodas del Cordero” descrita en Revelación 19. Así pues, los siete días en la cámara de bodas apunta proféticamente a los siete años que Jesús y Su novia permanecerán en el Cielo durante la Tribulación.
Revelación
Hablando de Revelación, la estructura de ese libro también implica un Rapto pre-Tribulación en un sentido simbólico. Los tres primeros capítulos se enfocan en la Iglesia. El capítulo 4 comienza con la puerta del Cielo abriéndose y Juan siendo arrebatado de la isla de Patmos al trono de Dios en el Cielo. La Iglesia no se menciona a partir de entonces hasta Ap. 19:7-9 cuando es representada como la “novia de Cristo” en el Cielo con Jesús celebrando la “cena de las bodas del Cordero”. En Ap. 19:11 la puerta del Cielo se abre otra vez y Jesús surge cabalgando un caballo blanco en Su camino hacia la tierra, seguido por Su Iglesia (Ap. 19:14)
El rapto del apóstol Juan en Revelación 4 parece ser un tipo simbólico del Rapto de la Iglesia. Observe que se inicia con el grito de una voz que suena como el toque de una trompeta (Ap. 4:1). Dado que la Tribulación no comienza hasta en Revelación 6, el rapto de Juan en Revelación 4 parece ser un tipo simbólico que apunta a un Rapto pre-Tribulación de la Iglesia.
Algunos contrarrestan este argumento señalando que aunque la Iglesia no está mencionada en Revelación durante la descripción de ese libro de la Tribulación, hay una mención constante de “santos” (por ejemplo, Ap. 13:7). Pero ese término no se utiliza en la Biblia para referirse exclusivamente a miembros de la Iglesia. Daniel lo usa para referirse a creyentes del Antiguo Testamento que vivieron mucho antes que la Iglesia fuera establecida (Dn. 7:18). Los santos mencionados en el libro de Revelación son muy probablemente aquellas personas que serán salvadas durante la Tribulación, después que la Iglesia ha sido sacada de este mundo.
La Seguridad de Pablo
Un argumento interesante en favor del momento pre-Tribulación del Rapto puede encontrarse en 2 Tesalonicenses. La iglesia en Tesalónica se encontraba en un caos porque alguien les había escrito una carta en nombre de Pablo en la que se indicaba que ellos habían perdido la “reunión con el Señor” y estaban, de hecho, viviendo en “el día del Señor” (2 Tes. 2:1-2).
Pablo intentó calmarlos recordándoles su enseñanza que el día del Señor no vendría hasta que el Anticristo fuera revelado. El luego declaró que el Anticristo no sería revelado hasta que una fuerza restrictiva “sea quitada de en medio” (2 Tes. 2:3-7).
Ha habido mucha especulación en cuanto a la identidad de esta fuerza restrictiva a la que Pablo se refiere. Algunos la han identificado como el Espíritu Santo. Pero no puede ser el Espíritu Santo porque habrá personas salvadas durante la Tribulación y nadie puede ser salvo aparte del testimonio del Espíritu (Juan 16:8-11 y 1 Juan 5:7).
Otros han identificado al retenedor como el gobierno humano. Es cierto que el gobierno humano fue ordenado por Dios para impedir el mal (Ro.13:1-4). Pero los gobiernos del mundo están en rebelión contra Dios y Su Hijo (Salmo 2) y son, por tanto, un contribuyente a la maldad que caracteriza al mundo. Además, la Tribulación no estará caracterizada por la falta de gobierno. Por el contrario, contará con el verdadero primer gobierno mundial (Rev. 13:7).
En mi opinión, eso deja sólo otro candidato para el retenedor de Pablo – y ése es la Iglesia. Es la Iglesia la que sirve como el retenedor primario de la maldad en el mundo hoy mientras proclama el Evangelio y apoya la justicia. Cuando la Iglesia fracasa en esta misión, la maldad se multiplica, tal como Pablo señala gráficamente en 2 Timoteo 3:1-5. Pablo dice que la sociedad en los tiempos del fin estará caracterizada por el caos y la desesperación porque los “hombres tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”. Cuando la Iglesia sea removida del mundo, literalmente todo el infierno se desatará.
¿Escapismo?
El concepto pre-Tribulación del Rapto a menudo ha sido condenado como “escapismo”. Pienso que este criticismo es injustificado. La Biblia misma dice que los cristianos deben “consolarse unos a otros” con la idea del Rapto (1 Tes. 4:18). ¿Es un consuelo pensar que el Rapto ocurre al final del peor periodo de guerra mundial en lugar de al principio?
Sin importar cuándo ocurra el Rapto en realidad, necesitamos tener en mente que la Biblia enseña que las condiciones sociales van a empeorar cada vez más conforme nos acercamos al regreso del Señor. Eso significa que los cristianos sufrirán tribulación, ya sea que pasen o no por la Gran Tribulación. Y eso significa que todos nosotros mejor vayamos preparándonos para el sufrimiento y la guerra espiritual sin precedentes.
Si usted es un cristiano, puede hacerlo diariamente poniéndose “toda la armadura de Dios” (Ef. 6:13), orando en todo tiempo en el Espíritu que será capaz de mantenerse firme contra los ataques de Satanás (Ef. 6:14-18).
Si usted no es un cristiano, su única esperanza es extender su mano en fe y recibir el regalo gratuito de salvación de Dios que El ha provisto a través de Su Hijo, Jesús (Juan 3:16).
(*) Flash-forward (en inglés) es una técnica utilizada tanto en el cine como en la literatura que altera la secuencia cronológica de la historia, conectando momentos distintos y trasladando la acción al futuro.
El flash-forward es una ida repentina y rápida al futuro de un personaje en una historia.
Definición tomada de Wikipedia: Flashforward
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Segunda Venida de Cristo
Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (www.atalayadejesus.blogspot.com)
Artículo original:
The Rapture of the Church
Cortesía de: