Por Terry James
Ningún pasaje escritural en la Palabra de Dios apunta claramente a la primera de las dos fases de la segunda venida de Jesucristo como lo hace el siguiente: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”. (1 Tes. 5: 2)
Los que nos adherimos al punto de vista pre-tribulacionista, somos frecuentemente acusados de ser engañadores. Somos condenados por nuestros detractores de estar extraviando a los cristianos que ahora están vivos – si viven para verlo – quienes requerirán soportar la tribulación, y tendrán, por lo tanto, que lavar sus ropas en preparación para recibir el Reino de Dios. Somos castigados por imponer sobre creyentes inocentes e ingenuos un “rapto secreto” que de alguna manera conducirá a estos cristianos a tomar la marca de la bestia (Ap. 16-18)
No estoy precisamente seguro de su “razonamiento”, pero creo que ellos afirman esto porque están convencidos de que aquellos que se dejan engañar por el punto de vista del rapto no serán capaces de reconocer al Anticristo cuando tome el poder. Los que enseñamos el Rapto pre-tribulación, sigue la acusación, hemos guiado falsamente a estas personas a creer que la Iglesia no estará aquí cuando el Anticristo esté en la escena mundial.
Casi todos los que son antagónicos a la doctrina del Rapto pre-tribulación enseñan que los “elegidos” tendrán que soportar parte o todos los siete años del periodo de la Tribulación. Aquellos que se aferran a un rapto post-tribulación o a una posición de que no hay Rapto, creen que Cristo regresará al final de la Tribulación, en Armagedón. Ellos se aferran a la noción de que ése es Su único retorno en la segunda venida. Hay otras opiniones de la segunda venida que tienen el retorno de Cristo cuando la tierra es perfeccionada y preparada, pero no analizaremos eso en este ensayo.
Veamos sólo las posiciones del Rapto pre-tribulación y el post-tribulación con el propósito de explorar el significado de las referencias de “como ladrón en la noche” en 1 Tes. 5:2 y 2 P. 3:10
Estos dos puntos de vista – el pre-tribulaciòn y el post-tribulación – ofrecen el mayor contraste a examinar en la consideración del segundo advenimiento de Cristo, dentro de la creencia general de que el Rapto ocurrirá, de acuerdo con la profecía bíblica, antes de que el pie de Cristo en realidad pise el Planeta Tierra.
El enfoque pre-tribulacionista del Rapto dice que la segunda venida de Cristo es en dos fases, separadas por al menos siete años. El enfoque post-tribulacionista afirma que el Rapto y el retorno de Cristo al Monte de los Olivos ocurre casi simultáneamente, ciertamente con no más de unos cuantos días separando los dos eventos. La posición post-tribulacionista afirma que no hay un “Rapto secreto”. El retorno de Cristo será visto completamente en los cielos por todos, incluyendo los cristianos, quienes estarán vigilando de que Él aparezca en medio de la oscuridad de esa hora.
Coincidimos en que el Rapto de la Iglesia (todos los creyentes en Jesucristo nacidos de nuevo para salvación desde la Era de la Iglesia nacida en Pentecostés) lo menos que será es “secreto”. El mundo irá inmediatamente hacia un caos cataclísmico en el momento en que ese evento sorprendente ocurra. La imaginación es presionada fuertemente para entender las ramificaciones de lo que pasará cuando millones desaparezcan de repente. Todos los niños debajo de la edad de responsabilidad se habrán ido en ese increíble instante de tiempo. Todos los bebés (incluyendo a aquéllos en los vientres de sus madres) estarán inmediatamente en la presencia de Cristo en las nubes de gloria. Cada cuerpo de cada cristiano muerto será levantado para unirse con su alma para encontrar a Cristo en el aire en ese átomo de tiempo.
El Rapto será desconcertante y para algunos, un fenómeno inexplicable, pero no será un secreto. Ocurrirá ante los ojos estupefactos de un planeta de terrícolas dejados atrás. Esta declaración de que Jesús llamará a Su Iglesia para estar con Él a muchos les parece audaz. Pero, al apóstol Pablo no le pareció así. El estaba muy confiado – incluso inamovible – en su profecía acerca del “misterio” que había recibido del Espíritu Santo para instruir a todos los creyentes a través de la Era de la Gracia (Era de la Iglesia)
“He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Co. 15: 51,52)
Él explica lo que ocurrirá enseguida, en esa estupenda fracción de tiempo: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor; que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:15-17)
Jesús mismo habló de este “misterio” al que se refiere Pablo en 1 Co. 15:51. El Señor explica lo que pasa después que los creyentes – tanto los cuerpos de los muertos como los de aquéllos que están vivos – son agarrados hacia el aire para estar con Él: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre, muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:1-3)
Así que el Rapto tomará lugar. Los creyentes y los cuerpos de aquéllos que murieron durante la Era de la Iglesia serán “capturados” en un simple momento de tiempo. “Todos”, no “algunos” irán instantáneamente a estar con Jesús, quien los llevará al cielo, donde El ha estado preparando sus moradas desde que Él ascendió del Monte de los Olivos.
De nuevo, la posición pre-tribulación acerca de este gozoso evento es que es inminente (puede ocurrir en cualquier momento) y ocurrirá antes de que el periodo de la Tribulación comience. La posición post-tribulación afirma que ocurre al final del tiempo más terrible de la historia humana, mientras Jesucristo está retornando del cielo en Armagedón.
El enfoque pre-tribulacional sostiene que ocurrirá en un tiempo desconocido. Será una intrusión sorprendente, repentina y sin anuncio para el mundo entero en los negocios usuales del Planeta Tierra. El post-tribulacional proclama que ocurrirá después de todos los horrores de los juicios descritos en Apocalipsis.
El enfoque pre-tribulacional dice que el mundo entero (los moradores de la tierra dejados atrás) no lo verán venir. El Rapto causará que todos aquéllos dejados en la tierra se pregunten acerca de lo que ocurrió. El post-tribulacional afirma que todos los ojos verán la segunda venida de Cristo a un planeta infernal y entonces los santos vivos y muertos serán reunidos con Cristo.
La cuestión definitiva a considerar en el análisis de los dos enfoques diametralmente diferentes del Rapto y la Segunda Venida está envuelta en el término “ladrón en la noche”. El apóstol Pedro usa otra vez esta expresión misteriosa, usada primero por Pablo en 1 Tes. 5:2: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán desechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 P. 3:10)
Pedro está diciendo aquí que el día del Señor – esa ocasión cuando Dios y Su Cristo, Su Hijo, toman el control de este planeta caído – empezará como un ladrón en la noche. Será una entrada forzada repentina y catastrófica sobre un mundo que estará haciendo negocios como de costumbre (lea Lc. 17:26-29 para entender cómo las cosas estarán ocurriendo como de costumbre cuando Cristo regrese)
Esta descripción difícilmente se adecua al enfoque post-tribulacional o cualquier otro enfoque que afirme que Cristo raptará a Su Iglesia durante un tiempo de dificultad sin precedente (Jer. 30:7; Mt. 24:21) Esto indica que será una sorpresa total, porque un ladrón en la noche no anuncia su venida con una gran y cataclísmica fanfarria. La intrusión es rápida y sigilosa, un evento totalmente inesperado.
Pedro predice en estos pasajes que el “día del Señor” comenzará entonces su curso, hasta la renovación de los cielos y la tierra. El Rapto comenzará este “día del Señor”, el cual durará al menos 1,007 años.
Esta es la primera fase de la Segunda Venida de Cristo. El Rapto ocurre como un “ladrón en la noche”. El segundo advenimiento, cuando el pie de Jesús se plante sobre el Monte de los Olivos es la segunda fase de su Segunda Venida.
Hay algunos que dicen con vehemencia que es blasfemo comparar la segunda venida de Cristo con la intrusión de un ladrón en la noche. ¿Cómo nos atrevemos a equiparar a su Señor con un “ladrón”?
¿En serio? Aquí está lo que Jesús, el Creador de todas las cosas, dijo acerca de este asunto:
“Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. (Mt. 24:43, 44)
Parece ser un buen caso para la intervención repentina del Señor en los asuntos infames de este mundo que es cada vez más perverso, ¿no es así? Ese momento de ladrón en la noche podría ocurrir en cualquier momento. Ciertamente, los signos de la tribulación están empezando a ocurrir.
“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. (Lc. 21:28)
Traducido por Donald Dolmus