lunes, 5 de junio de 2017

El Terrorismo Islámico Sacude a Inglaterra (otra vez)


"Haz tu yihad (guerra santa). Aun cuando estés en Europa".


Una vez más, los fieles seguidores de la "religión de paz" (el islam), han seguido al pie de las letra las órdenes dictadas por Satanás (Alá, el falso dios luna), que fueron registradas en su libro sagrado (el Corán): "Infundan el terror en los corazones de los infieles".

Según los últimos informes que he leído, el atentado dejó 7 muertos y 48 heridos. Éste se llevó a cabo la noche del sábado 3 de junio en el Puente de Londres, en el centro de la capital británica. 

Fueron 3 ataques coordinados que incluyeron el atropellamiento de peatones con una camioneta blanca. Luego, tres hombres salieron del vehículo y comenzaron a apuñalar a las personas que se encontraban en el área cercana de Borough Market, una concurrida zona de bares y restaurantes.

Testigos de los hechos dijeron que los terroristas islámicos gritaban, mientras apuñalaban indiscriminadamente a la gente: "Esto es por Alá". 


Y terror es lo que Europa, y especialmente Inglaterra, ha estado experimentando desde hace varios meses atrás.

Este fue el tercer ataque que sacude al Reino Unido en 3 meses. El resultado total de víctimas mortales es de 34.

Como ya he dicho antes, esto es apenas el comienzo del horror que le tocará vivir a los europeos. Las agencias de seguridad están abrumadas por la gran cantidad de terroristas que se han infiltrado en Europa haciéndose pasar como refugiados, o por los que han vuelto de hacer la yihad en Siria o en otras partes del Medio Oriente.

Miles de yihadistas fuera de control

A nivel de seguridad, la situación es realmente preocupante. Hace unos meses el MI5 ya se declaró "incapaz" de controlar a las decenas de células terroristas activas en el país, pero la amenaza ha ido en aumento. Según una información del periódico The Times, 23,000 islamistas han sido identificados por los servicios de inteligencia como posibles terroristas, pero sólo 3,000 son vigilados a diario.

Cabe recordar que los autores de las masacres en Londres y Manchester estaban en el primer fichero, pero los responsables del MI5 consideraron que no representaban suficiente amenaza. En el caso de Salman Abedi el despropósito fue aún mayor, pues las autoridades británicas conocían sus viajes a Siria para entrar en contacto con miembros del Estado Islámico.

"Todos los que rechazan el islam deben morir"

Desde hace unos años, Londres se ha convertido en una de las ciudades más multiculturales de Europa y el islamismo ha encontrado en barrios como Newham y Tower Hamlets el semillero ideal para difundir su rama más radical. El este de la capital británica se ha transformado en una suerte de califato que tiene sus propias leyes, sus propias escuelas, sus propios líderes y sus propios templos.

Las escuelas son los lugares escogidos por los radicales para adoctrinar a los más pequeños. Hace unos meses, un grupo de periodistas destapaba la connivencia del Gobierno británico con este tipo de centros. Allí, los imanes enseñan la sharia, educando a los niños en valores tales como la inferioridad de la mujer o la enfermedad que supone ser homosexual. Los manuales son un auténtico manifiesto islamista que sigue la ideología del Estado Islámico, también de Arabia Saudí, y que distan mucho de la imagen de musulmanes moderados que las élites tratan de hacernos creer.

Un reportaje con cámara oculta grabado en uno de estos centros atestigua estos hechos. “Todos los que rechazan el islam deben morir”, asegura la profesora, ante la atenta mirada de varias mujeres que asienten con la cabeza.



Hoy, Europa está experimentando lo que los israelíes han estado sufriendo desde el mismo día de su declaración de independencia. Los políticos de ese continente una y otra vez se han solidarizado con los terroristas palestinos, así que ahora quizás puedan sentir cierta empatía hacia el dolor que sienten los ciudadanos de la única democracia en el Medio Oriente cuando son víctimas del terrorismo palestino. 

Todo lo anterior demuestra lo acertada que es la decisión del actual Presidente de EE.UU. de establecer una prohibición para evitar la inmigración proveniente de países que son un caldo de cultivo de terrorismo islámico. 



Radicalización

El domingo, 12 personas fueron arrestadas en Barking, en el este de Londres, en conexión con el atentado, luego de que la policía allanara el departamento de uno de los atacantes.

Un hombre de 55 años fue liberado más tarde, sin cargos en su contra.

Se informa que cuatro de los detenidos son mujeres.

Durante el allanamiento, se llevaron a cabo explosiones controladas en la pieza del atacante.

Según los vecinos, el sujeto vivió allí por cerca de tres años y estaba casado y tenía dos niños.

Un hombre, que no quiso ser identificado, dijo a la BBC que uno de los atacantes se había radicalizado en los últimos dos años.

"Hablamos de un ataque particular y como la mayoría de los radicales tenía una justificación para cualquier cosa - todo y cualquier cosa", dijo.

"Me di cuenta de que tenía que ponerme en contacto con las autoridades", agregó. Pero nadie tomó ninguna medida. "Hice mi parte... pero las autoridades no hicieron su parte".

viernes, 2 de junio de 2017

50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin — Parte 2



1) Las Señales de la Naturaleza


“…y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo” (Lucas 21:11).

Esta categoría de señales siempre ha sido la menos respetada, incluso entre los creyentes. Su sola mención generalmente evoca una burla, acompañada por las palabras, “Vamos, ¿qué es lo nuevo? Siempre ha habido terremotos, tornados y huracanes”. Pero aquellos que tienen esta actitud olvidan que Jesús dijo que las señales serían como “dolores de parto” (Mateo 24:8). Eso significa que aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que nos acerquemos al regreso del Señor. En otras palabras, habrá desastres naturales más frecuentes y más intensos.

Y eso es exactamente lo que ha estado pasando. Por ejemplo, entre octubre de 1991 y noviembre de 2004 — un período de 13 años — los Estados Unidos experimentaron:

9 de los 10 mayores desastres naturales de seguros en la historia.
9 de los 10 más grandes desastres, según los costos de ayuda de FEMA
5 de sus más costosos huracanes en la historia
3 de sus 4 enjambres de tornados más grandes en la historia.

¡Y tenga en cuenta que estas estadísticas fueron compiladas antes del desastre del Huracán Katrina en agosto de 2005!

2) Las Señales de la Sociedad 


“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios…” (2 Timoteo 3:1-4)

¡Este pasaje suena como un típico noticiero nocturno de hoy en día! Observe las tres cosas que dice que la gente amará en los tiempos del fin: a sí mismos, al dinero, y al placer. 

El amor de uno mismo es el Humanismo — la creencia de que el hombre puede lograr cualquier cosa por su cuenta —. El amor al dinero es el Materialismo. Cuando el Humanismo es tu religión, tu dios siempre será el dinero. El amor del placer es el tercer amor que es mencionado. Éste es el Hedonismo, el estilo de vida que siempre es producido por el Humanismo y el Materialismo.

Pero Dios no puede ser burlado (Gálatas 6:7). Por lo tanto, Él se asegura de que, cuando la gente elige el Humanismo, el Materialismo y el Hedonismo, la paga sea siempre el Nihilismo — que es una sofisticada palabra filosófica para la desesperación —.

¿Necesito enfatizar que nuestro mundo está sumido en desesperación hoy? Vivimos en una sociedad plagada por el aborto, la homosexualidad, la violencia doméstica, el abuso de menores, la blasfemia, la pornografía, el alcoholismo, el abuso de drogas y los juegos de azar.

Al igual que los días de los Jueces en el Antiguo Testamento, la gente está haciendo lo que es correcto en sus propios ojos, y el resultado es que la gente está llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo (Isaías 5:20).

3) Las Señales Espirituales


Hay más señales en esta categoría que en cualquier otra. Muchas son de naturaleza mala, pero también hay  algunas muy positivas. En cuanto a las señales negativas, un pasaje típico es el siguiente que se halla en 2 Timoteo 4:3-4:

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán [cristianos profesantes] la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.

Algunas de las señales espirituales negativas que están específicamente profetizadas incluyen las siguientes: falsos cristos, grupos sectarios, herejías, apostasía, escepticismo, engaño, ocultismo y persecución.

La que Jesús mencionó más frecuentemente fue falsos cristos y sus grupos sectarios (Mateo 24:5, 11, 24). Y, en cumplimiento de estas profecías, hemos experimentado una explosión de cultos desde 1850.

Pero, alabado sea Dios, se nos dice que habrá algunas señales espirituales muy positivas en los tiempos del fin. La más importante que está profetizada en muchos lugares es un gran derramamiento del Espíritu Santo (Joel 2:28-29).

Este derramamiento comenzó en los albores del siglo XX, y demostró ser una de las más grandes sorpresas espirituales — y bendiciones — del siglo. Verá, cuando ese siglo comenzó, el punto de vista predominante entre católicos y protestantes con respecto al Espíritu Santo era el Cesacionismo. Este punto de vista sostenía que los dones del Espíritu cesaron cuando el último apóstol murió. En efecto, era una creencia que el Espíritu Santo se había retirado en el Primer Siglo. 

El siglo XX apenas había comenzado cuando un avivamiento del Espíritu Santo estalló en una pequeña universidad bíblica en Topeka, Kansas en 1901. Tres años más tarde, un avivamiento similar del Espíritu Santo barrió Gales y comenzó a extenderse por todo el mundo. Luego, en 1906, el Espíritu cayó con gran poder en un humilde predicador negro en Los Ángeles llamado William J. Seymour. El Avivamiento de la Calle Azuza, como vino a ser llamado, continuó por cuatro años y dio nacimiento al Movimiento Pentecostal.

La Biblia profetiza dos grandes derramamientos del Espíritu y los representa simbólicamente como las “lluvias temprana y tardía” (Joel 2:23), basadas en las dos estaciones lluviosas de Israel. La lluvia temprana ocurrió en Pentecostés en el Primer Siglo, cuando la Iglesia fue establecida. La lluvia tardía fue profetizada a ocurrir después de que el pueblo judío hubiera sido restablecido en su patria (Joel 2:18-26).

La lluvia tardía comenzó con el Movimiento Pentecostal, mientras Dios comenzaba a reunir a los judíos en su patria, bajo el liderazgo visionario de Theodore Herzl. Pero la lluvia no se convirtió en un aguacero, sino hasta después del  restablecimiento del Estado de Israel en mayo de 1948, tal como lo profetizó Joel.

Primero vino la unción del ministerio de Billy Graham en 1949, seguido por el Movimiento Carismático de la década de 1960. Hoy en día, la mayoría del cristianismo, ya sea pentecostal, carismático, o tradicional, reconoce plenamente que el ministerio del Espíritu Santo está activo en la adoración guiada por el Espíritu, la validez continua de los dones espirituales, la realidad de la guerra espiritual, y la importancia de una vida llena del Espíritu para ganar esa guerra.

Además del redescubrimiento del Espíritu Santo, hay otras profecías espirituales positivas siendo cumplidas hoy — como la predicación del Evangelio en todo el mundo (Mateo 24:14), el avivamiento de la alabanza y adoración davídica (Amós 9:11), y la aparición del judaísmo mesiánico (Romanos 9:27).

Otra señal positiva notable es la comprensión de la Profecía Bíblica. Verá, los profetas hebreos a menudo no entendieron las profecías del tiempo del fin que el Señor les dio. Un buen ejemplo puede encontrarse en Daniel 12:8-9, donde el profeta se queja al Señor de que no entiende las profecías que se le han confiado. La respuesta del Señor fue, “No te preocupes por ello. Sólo escribe las profecías. Han sido selladas hasta los tiempos del fin”.

En otras palabras, la Biblia enseña que muchas de las profecías del tiempo del fin no serán entendidas hasta que llegue el momento para que se cumplan. Y eso es exactamente lo que ha estado pasando en los últimos 100 años. Acontecimientos históricos e inventos científicos están haciendo posible ahora que entendamos profecías del tiempo del fin que nunca antes habían sido entendidas.

Tome a Israel como ejemplo. Toda la profecía del tiempo del fin gira alrededor de la nación de Israel. Pero, ¿cómo podían esas profecías ser entendidas mientras Israel no existiera y no hubiera posibilidad de que la nación volviera a existir?


Ésta es la razón por la que el libro de Hal Lindsey, La Agonía del Gran Planeta Tierra, se convirtió en un éxito de ventas fenomenal en la década de 1970. Por primera vez, éste explicaba los eventos profetizados en el libro de Apocalipsis en términos naturales que la gente podía entender fácilmente. 

En el tercer segmento de nuestro estudio, veremos las 3 últimas categorías de las señales proféticas. 

Artículos relacionados:

»» 50 Señales — Parte 1
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» La Importancia de la Profecía Bíblica (pdf)

Traducido por Donald Dolmus

jueves, 1 de junio de 2017

50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin — Parte 1



La Biblia dice que no podemos saber el momento del regreso del Señor (Mateo 25:13). Pero las Escrituras igualmente dejan en claro que sí podemos saber la época del regreso del Señor (1 Tesalonicenses 5:2-6):

Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche…Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.

Este pasaje afirma que Jesús vendrá como “ladrón en la noche”. Pero luego procede a dejar en claro que esto será cierto sólo para el mundo pagano y no para los creyentes. Su regreso no debería sorprender a aquellos que le conocen y a Su Palabra, ya que tienen la presencia interna del Espíritu Santo para darles comprensión de la naturaleza de los tiempos.  

Además, las Escrituras nos dan señales a vigilar — señales que indicarán que Jesús está listo para regresar —. El escritor de la carta a los Hebreos se refirió a estas señales cuando proclamó que los creyentes deberían animarse los unos a los otros cuando ven que el día del juicio se acerca (Hebreos 10:25-27). Jesús también se refirió a las señales del tiempo del fin en Su Discurso del Monte de los Olivos, pronunciado durante la última semana de Su vida (Mateo 24 y Lucas 21). Hablando de toda una serie de señales que Él había dado a Sus discípulos, dijo, “Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que [el Hijo del Hombre] está cerca, a las puertas” (Mateo 24:33).

Una Experiencia Personal

Cada vez que pienso en las “Señales de los Tiempos”, me acuerdo de un gran hombre de Dios llamado Elbert Peak. Tuve el privilegio de participar con él en una conferencia de profecía bíblica realizada en Orlando, Florida a comienzos de la década de los 90’s.

Se le había asignado el tema, “Las Señales de los Tiempos”. Comenzó su presentación observando, “hace sesenta años, cuando empecé a predicar, tenías que escarbar alrededor como un pollo para encontrar una señal del pronto regreso del Señor”.

Hizo una pausa por un momento y luego añadió, “pero hoy hay tantas señales que ya no estoy en busca de ellas. En cambio, estoy escuchando un sonido — ¡el sonido de una trompeta!” —.

La Primera Señal

A principios del siglo XX,  no había ni una sola señal tangible y medible que indicara que estábamos viviendo en la época del regreso del Señor. La primera en aparecer fue la Declaración Balfour, que fue emitida por el gobierno británico el 2 de noviembre de 1947.

Esta Declaración fue causada por el hecho de que, durante la Primera Guerra Mundial, los turcos se alinearon con los alemanes. Así, cuando Alemania perdió la guerra, también lo hicieron los turcos, y los victoriosos Aliados decidieron dividir los imperios alemán y turco.

Palestina en 1917

Los territorios turcos, llamados el Imperio Otomano, contenían la antigua patria del pueblo judío — un área que los romanos habían nombrado Palestina, después de la última revuelta judía en 132-135 d.C. —.

En 1917, Palestina incluía todo de los modernos Israel y Jordania. En el esquema que los Aliados inventaron para dividir los territorios alemán y turco, a Gran Bretaña se le asignó Palestina, y esto es lo que impulsó la Declaración Balfour. En ese documento, Lord Balfour, el Secretario de Relaciones Exteriores británico, declaró que era la intención del gobierno británico establecer en Palestina “un hogar nacional para el pueblo judío”.

Una Respuesta Evangélica a la Primera Señal 

El líder evangélico en Inglaterra en esa época era F. B. Meyer. Él reconoció inmediatamente la importancia profética de la Declaración, ya que estaba muy consciente de que las Escrituras profetizan de que el pueblo judío iba a ser reunido en su patria en incredulidad justo antes del regreso del Mesías (Isaías 11:11-12).

Frederick Brotherton Meyer (8 April 1847 – 28 March 1929), un contemporáneo y amigo y D. L. Moody y de A. C. Dixon, fue un pastor y evangelista bautista en Inglaterra. 

Meyer envió una carta a los líderes evangélicos de Inglaterra, en la que les pedía que se reunieran en Londres en diciembre, para discutir las implicaciones proféticas de la Declaración Balfour. En esa carta, él indicó, “Las señales de los tiempos apuntan hacia el final del tiempo de los gentiles…y el regreso de Jesús puede esperarse en cualquier momento”.

Antes de que la reunión de Meyer pudiera ser convocada, otro evento trascendental ocurrió. El 11 de diciembre de 1917, el General Edmund Allenby liberó la ciudad de Jerusalén de 400 años de gobierno turco.

No hay duda de que estos eventos de 1917 marcaron el comienzo de los tiempos del fin, debido a que llevaron a la reunificación del pueblo judío a su patria, y al restablecimiento de su estado.

Desde 1917

Desde la época de la Declaración Balfour, hemos sido testigos a lo largo del Siglo XX  de la aparición de señal tras señal que apuntan al pronto regreso del Señor. Hay tantas de estas señales hoy en día, de hecho, que uno tendría que ser bíblicamente analfabeta o espiritualmente ciego para no darse cuenta de que estamos viviendo en tiempo prestado. 

He estado buscando personalmente la Biblia durante años, en un esfuerzo por identificar todas las señales, y no ha sido una tarea fácil localizarlas. Eso es porque hay muchas de ellas, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

He encontrado que la mejor manera de lidiar con ellas es poniéndolas en categorías y, al hacerlo, he conseguido seis categorías de las señales del tiempo del fin.

En el segundo segmento, veremos las tres primeras categorías. 


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
50 reasons why we are living in the end times

miércoles, 31 de mayo de 2017

El Arca del Pacto

Su origen, propósito y destino




Fue a mediados de la década de los 80’s, y yo estaba llevando a un grupo de peregrinos en una gira a Tierra Santa. Habíamos hecho el largo viaje desde el Mar de Galilea hasta Jerusalén y habíamos llegado a “la ciudad del Gran Rey” agotados.

Parecía como si apenas me hubiera ido a dormir, cuando fui despertado de golpe por el teléfono. Asumiendo que era mi llamada para despertarme, levanté el auricular y mascullé, “Gracias”.

Me sorprendí al escuchar una voz familiar del otro lado. “¡Hola David, te llamo desde Texas!”.

 “¿De Texas?”, respondí. "¿Desde Texas?".

 “Sí”, respondió mi amigo, “¿y adivina qué? ¡Han encontrado el arca!”.

 “¿Qué cosa?”.

 “¡El arca!”.

 “¿De Noé?”.

 “No, tonto, el Arca del Pacto”.

Huelga decir que esa declaración realmente me despertó.

Un Descubrimiento Sorprendente

Mi amigo procedió a explicarme que acababa de leer en el Dallas Morning News acerca del descubrimiento del Arca del Pacto perdida. Supuestamente había sido hallada en el Monte Pisga (Monte Nebo) en Jordania, por un grupo religioso de Kansas.


Todo sonaba un poco raro para mí. Sospeché que alguien había perdido contacto con la realidad después de haber visto la popular película, Los Cazadores del Arca Perdida.

No obstante, descendí rápidamente al vestíbulo del hotel para conseguir la última copia de The Jerusalem Post. Efectivamente, ahí en la portada estaba la historia. El escritor evidentemente compartía mi escepticismo debido a que el titular decía: “¡Hay un Arca en esas colinas!”.

Un Descubrimiento Sospechoso

La historia era directamente de Alicia en el País de las Maravillas. Una secta del tiempo del fin de Winfield, Kansas, que se hacía llamar Instituto para la Restauración de la Historia Antigua Internacional, había emitido una declaración que afirmaba que habían descubierto el Arca en un pasaje sellado en el interior del Monte Pisga.

No ofrecieron ninguna evidencia, a pesar de que afirmaron haber tomado fotografías. También se negaron a revelar la ubicación exacta de su hallazgo.

El líder del grupo, quien tenía reputación de ser antisemita, dijo que iba a probar su buena voluntad hacia los judíos al entregar toda su evidencia a David Rothschild.

Cuando se le preguntó el porqué había escogido a Rothschild, él respondió que consideraba que Rothschild era el líder de los judíos (¡una antigua actitud antisemita!). También explicó que él pensó que Rothschild tenía el poder para ayudar a su grupo a lidiar con el gobierno jordano y el Vaticano.

Un Descubrimiento Provocador

Los titulares han disminuido desde entonces. El grupo de Kansas ha regresado a su anonimato en los campos de trigo. Y la película, Los Cazadores del Arca Perdida, se ha convertido en una aventura clásica.

Pero el incidente y la película motivaron muchas preguntas, algunas de las cuales se relacionan con los eventos del tiempo del fin. ¿Qué era el Arca del Pacto? ¿Por qué era tan importante para los judíos? ¿Qué le ocurrió? ¿Será hallada otra vez? ¿Es esencial para la reedificación del Templo judío?

La Biblia y el Arca

El origen del Arca se encuentra en Éxodo 25:10-22. Dios le ordenó a Moisés construir el Arca para que albergara las tablas de piedra en las que Él había escrito los Diez Mandamientos. El Arca era una caja de aproximadamente 4 pies de largo, 2 ½ pies de ancho y 2 ½ pies de altura. Estaba hecha de madera de acacia y estaba cubierta de oro por dentro y por fuera.

La tapa que cubría la caja era llamada el “propiciatorio”. Estaba hecha de oro puro. Dos querubines de oro estaban montados sobre la tapa, uno en cada extremo. Los querubines estaban el uno frente al otro y las alas de uno estaban extendidas hacia el otro, eclipsando al propiciatorio.



Según Hebreos 9:4, dos objetos más fueron añadidos después al contenido del Arca. Uno de éstos era una vasija con maná, la comida milagrosa que Dios suplió a los hijos de Israel en el desierto (Éxodo 16). El otro objeto era la vara de Aarón que floreció (Números 17). Y, según Deuteronomio 31:24-26, el Arca también contenía el Pentateuco de Moisés (los primeros cinco libros de las Escrituras hebreas).

Posteriormente, estos objetos adicionales debieron haber sido removidos del Arca, ya que cuando el Templo de Salomón fue dedicado, el Arca sólo contenía las tablas de piedra con los Diez Mandamientos grabados sobre ellas (2 Crónicas 5:7-10).

El Arca estaba alojada en el Lugar Santísimo, la cámara más recóndita del Templo. Una vez al año, el Día de la Expiación, el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo y rociaba sangre sobre el asiento de la misericordia para hacer expiación por sus pecados y los pecados de la nación de Israel (Levítico 16 y Hebreos 9). Debido a que Dios le había prometido a Moisés que Él comulgaría con Israel “de sobre el propiciatorio” (Éxodo 25:22), se desarrolló el concepto de que Jehová de los Ejércitos estaba entronado en los querubines del Arca (vea 1 Samuel 4:4 e Isaías 37:16).

El Simbolismo del Arca

Se ha hablado mucho del simbolismo del Arca, y con justa razón. Basta decir que cada aspecto del Arca apuntaba a Jesús.

La madera de acacia simbolizaba la humanidad de nuestro Señor. La incrustación de oro denotaba Su deidad. Los Diez Mandamientos y el Pentateuco en el interior del Arca describían a Jesús con la Ley de Dios en Su corazón, viviendo en perfecta obediencia a ella. La vasija de maná hablaba de Jesús como el Pan de Vida o como nuestro sustentador de la vida. La vara de Aarón que floreció profetizaba obviamente la resurrección.

El propiciatorio también era un símbolo que señalaba al Mesías. Representaba el hecho de que la obra de Jesús en la Cruz cubriría la Ley de Dios con Su misericordia, haciendo posible que aquellos que pongan su fe en Jesús sean reconciliados con Dios. Es una ilustración de cómo el trono divino se transformó de un trono de juicio en un trono de gracia, por la sangre expiatoria que fue rociada sobre él.

El Peregrinaje del Arca

Mientras los hijos de Israel vagaron en el desierto durante 40 años, el Arca fue llevada delante de ellos en postes dorados por los sacerdotes, siguiendo “la nube de Jehová” con el fin de “buscarles un lugar de descanso” (Núm. 10:33). El Arca fue llevada a Canaán cuando los israelitas cruzaron el Jordán, y fue decisiva en su victoria sobre Jericó (Josué 6). Durante el periodo de 400 años de los Jueces, el Arca estuvo alojada en el Lugar Santísimo del Tabernáculo, que fue erigido en el centro religioso de Shiloh (Jueces 18:31 y 1 Samuel 1:3).

Durante la última parte del período de los Jueces, cuando la apostasía era rampante en Israel, se tomó la decisión de llevar el Arca a una batalla contra los filisteos como un amuleto de buena suerte (1 Sam. 4:1-4). Esta profanación del Arca sagrada enfureció al Señor, y Él permitió que los filisteos ganaran la batalla y capturaran el Arca (1 Samuel  4:5-11).

Los filisteos llevaron el Arca a Asdod, donde la colocaron en el templo de Dagón. Pero el Arca demostró ser una caja caliente para los filisteos. Cuando toda clase de calamidades empezaron a afligirlos, decidieron regresar el Arca (1 Samuel 5 y 6).

Fue llevada primero a Gat, pero cuando los hombres de la ciudad fueron afectados con tumores, fue enviada a Ecrón, donde estallaron aflicciones similares. En ese punto, la cargaron sobre una carreta halada por dos vacas y apuntando en la dirección de Israel. Las vacas vagaron hasta que llegaron a la aldea llamada Bet-semes. Cuando la gente de esa ciudad se aventuró a mirar dentro del Arca por curiosidad, un gran número fue herido de muerte (1 Samuel 6:19-21). Decidieron rápidamente permitir que el Arca prosiguiera su viaje. Ésta acabó en la villa de Quiriat-jearim, localizada a pocos kilómetros del noroeste de Jerusalén (1 Sam. 7:1-2). Permaneció ahí durante casi 70 años en la casa de Abinadab. (Los 70 años fueron los últimos 20 años de la judicatura de Samuel, los 40 años del reinado de Saúl, y los primeros 7 años del reinado de David en Hebrón, antes que se mudara a Jerusalén).


La Iglesia del Arca del Pacto en la moderna Abu Gosh, la ciudad bíblica de Quiriat-jearim. La iglesia marca el sitio donde el Arca descansó en una granja por casi 70 años durante un tiempo de gran apostasía en Israel.

Cuando David llegó a Jerusalén, la primera prioridad de su administración fue proveerle al Arca un lugar adecuado de descanso, porque estaba ansioso por devolver el símbolo de la presencia de Dios a la vida de la nación (Salmo 132:1-5). El regreso del Arca fue una ocasión de gran regocijo (1 Crónicas 15:25-29). David la puso en una tienda en el Monte Moriah (el Monte del Templo actual), donde permaneció hasta que su hijo Salomón construyó el Templo. El Lugar Santísimo en el Templo se convirtió en el lugar de descanso final del Arca (1 Reyes 8 y 2 Crónicas 5).

El Arca Perdida

Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con el Arca. La última vez que se menciona en las Escrituras es en 2 Crónicas 35:3. Este pasaje deja en claro que el Arca seguía existiendo en la época del avivamiento espiritual dirigido por el joven rey Josías. 22 años después de la muerte de Josías, Judá cayó ante los babilonios (586 a.C.) y el Arca desapareció.

La mayoría de los eruditos creen que simplemente fue destruida cuando el Templo fue quemado. Otros creen que fue capturado como un trofeo de guerra, llevada a Babilonia y, probablemente, fundida por su oro. Pero muchos creen que sobrevivió y que en la actualidad está oculta en alguna parte.

La Teoría de la Destrucción

Aquellos que creen que el Arca se perdió cuando los babilonios conquistaron Jerusalén y destruyeron el Templo señalan a 2 Reyes 24:13 y el pasaje paralelo en 2 Crónicas 36:18. Ambos afirman que “todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y pequeños, y los tesoros de la casa de Dios”, fueron llevados a Babilonia. Pero los sabios judíos han argumentado siempre que el Rey Salomón anticipó ataques contra Jerusalén y el Templo y que, por lo tanto, construyó una bóveda para el Arca que estaba ubicada en lo profundo del Monte del Templo y protegida por laberintos y pasajes secretos.1 Además, señalan que cuando los judíos fueron liberados de la cautividad babilónica por Ciro, el Arca no se menciona en la lista de tesoros del Templo que fueron dados a aquellos que regresaban a Jerusalén (Esdras 1:5-11).

La idea de una bóveda secreta debajo del Monte del Templo es ciertamente plausible. Por otra parte, la existencia de tal escondite está implícito en 2 Crónicas 35, donde se nos dice que el Rey Josías ordenó a los sacerdotes levitas que restauraran el Arca al Templo. Evidentemente había sido removida durante el reinado del malvado rey Manasés, quien profanó el Templo con altares dedicados a dioses extraños (2 Crónicas 33:1-5).

Evidencia adicional de que el Arca pudo haber sido destruida por los babilonios, es el hecho de que el Arca nunca fue restaurada al Lugar Santísimo cuando el Segundo Templo fue construido después del regreso de los judíos de la cautividad babilónica. Cada año, en Yom Kippur, cuando el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo, rociaba la sangre en una porción del lecho de la roca que sobresalía del suelo — supuestamente la roca sobre la cual el Arca había descansado tradicionalmente . Esta roca era llamada “la piedra de fundamento”.2 El hecho de que el Lugar Santísimo permaneció vacío sin el Arca es atestiguado por el historiador romano, Tácito. Él declara que cuando el general romano, Pompeyo, conquistó a Judá en el 63 a.C., entró al Lugar Santísimo y lo encontró completamente vacío.3

Los sabios judíos contra argumentan que la razón por la que el Arca nunca fue restaurada al Lugar Santísimo en el Segundo Templo es debido a que los judíos nunca fueron independientes después que regresaron a su tierra. Primero estuvieron bajo el control persa, y luego fueron conquistados por los romanos. Mantienen que debido a esta dominación extranjera, el Arca fue dejada en su escondite durante el periodo del Segundo Templo (516 a.C. al 70 EC).

La Tradición Judía

Como se indicó anteriormente, la tradición judía es que el Arca fue colocada en una bóveda subterránea en la época del asedio babilonio de Jerusalén y que permanece ahí hasta este día. Esta tradición es afirmada por varios pasajes en el Talmud. Los sabios judíos también creen que sepultados con el Arca existen otros tesoros del Templo tales como el Tabernáculo de Moisés (el templo tienda usado durante la peregrinación por el desierto y el periodo de los Jueces), el altar del incienso, la vara de Aarón, la olla de maná y las tablas de Moisés.4

En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, los judíos recuperaron el control de la Ciudad Antigua de Jerusalén por primera vez en la historia moderna. Las esperanzas se elevaron entre muchos de los judíos ortodoxos de que este evento trascendental les daría la oportunidad de explorar debajo del Monte del Templo para buscar la bóveda que contiene el Arca. Sin embargo, el General Moshe Dayán, actuando bajo su propia autoridad, decidió casi inmediatamente entregar de regreso el control del Monte a las autoridades musulmanas. Hizo esto para prevenir cualquier intento de destruir el Domo de la Roca. También consideró que tal gesto les indicaría a los árabes que los israelíes querían vivir en paz con ellos. Dayán era un judío secular, y el Monte del Templo significaba poco para él.

Desde ese entonces, Israel ha tenido soberanía sobre el Monte del Templo, pero ha cedido el control del mismo a las autoridades musulmanas. Esto ha hecho que sea imposible para los judíos llevar a cabo excavaciones arqueológicas en, o debajo, del Monte del Templo.

El Domo del Espíritu, en la cima del Monte del Templo, es el lugar que algunos arqueólogos creen que era el sitio real del Lugar Santísimo, por tres razones: 1) está en perfecta alineación con la antigua Puerta Oriental; 2) es el único lugar en el Monte del Templo donde el lecho sólido está expuesto; y 3) la cúpula se encuentra a 330 pies al norte del Domo de la Roca, lo que permite suficiente espacio para reconstruir el templo judío en este sitio si uno fuera a "deja aparte el atrio de afuera del templo", como Dios le instruyó a Juan en Apocalipsis 11:2. 

En 1981, algunos rabinos judíos comenzaron a limpiar los escombros de un área cercana a la zona del Muro de los Lamentos con el fin de establecer una sinagoga. En el proceso descubrieron lo que se llama La Puerta de Warren. Era una puerta que había sido descubierta un siglo antes por el explorador británico Charles Warren durante una investigación subterránea, pero que nunca había sido excavada en su totalidad. Se creyó que ésta era la puerta que conducía al área más cercana del Lugar Santísimo. La puerta estaba sellada, pero los rabinos la abrieron y empezaron a hacer un túnel debajo del Monte del Templo hacia el área que estaba debajo del Lugar Santísimo. Pero antes de que pudieran llegar muy lejos, fueron descubiertos por las autoridades musulmanes y fueron forzados a detenerse.

El Rabinato judío actual adopta la postura de que el Arca está ubicada definitivamente en una bóveda debajo del Monte del Templo, pero han dictaminado que ningún judío puede entrar a la bóveda hasta que el Mesías aparezca y revele la ubicación exacta del Lugar Santísimo.5

Una de las autoridades principales de la cristiandad en el tema del Arca es Randall Price, un experto de la profecía bíblica y un profesor de Estudios Judaicos en la Universidad Liberty en Lynchburg, Virginia. Él ha concluido que el Arca aún sigue existiendo y se encuentra debajo del Monte del Templo.6

La Tradición de Jeremías

Una de las tradiciones más antigua y fuerte con respecto al destino del Arca es una que se encuentra en el libro apócrifo de 2 Macabeos, que fue escrito durante el periodo inter-Testamentario. Ésta argumenta que Jeremías huyó de Jerusalén con el Arca y la enterró en una cueva en el Monte Nebo, que está ubicado en la moderna nación de Jordania.

La narrativa en ese libro dice:

 “…el profeta Jeremías, obedeciendo a órdenes del Cielo, se hizo acompañar por el Arca de la Alianza con su toldo y fue al cerro donde Moisés había subido y desde el cual había contemplado la tierra prometida. Allí Jeremías encontró una caverna; metió en ella el Arca, el toldo que la cubría y el altar del incienso y luego tapó la entrada con piedras” (2 Macabeos 2:4-5).

Los dos libros de Macabeos no son parte del canon bíblico aceptado y, por lo tanto, no son considerados como inspirados por Dios. La historia acerca de Jeremías podría ser cierta, o podría ser simplemente una leyenda.

La Tradición Vaticana

Hay algunas personas que creen que el Arca del Pacto está en el Vaticano. Basan su creencia en el hecho de que el arco que se construyó en Roma en honor de la victoria de Tito sobre los judíos contiene un friso que muestra a los cautivos judíos cargando una gran menorá, que es un candelabro de siete brazos.

Una sección de un friso del Arco de Tito en Roma que muestra a cautivos judíos marchando hacia la ciudad cargando artefactos de Jerusalén, incluyendo una enorme menorá.

Muchos asumen que la menorá es una del Templo, pero eso es poco probable por muchas razones. En primer lugar, su base es de forma octagonal con imágenes grabadas. La menorah del Templo siempre es descrita en la literatura judía teniendo una base de tres patas o triangular. Y ningún objeto en el Templo habría tenido alguna imagen grabada en ellos. Eso habría sido considerado crasa idolatría. Además, la menorá del Templo estaba hecha de oro macizo y, de esta forma, habría sido demasiada pesada como para que una o dos personas la cargaran en sus hombros, como muestra el friso.

La teoría es que los tesoros del Templo, incluyendo el Arca, fueron llevados a Roma y, finalmente, terminaron en las bóvedas del Vaticano después del colapso del Imperio Romano. Con el paso de los años, el Vaticano ha negado firmemente que tenga posesión de alguno de los tesoros del Templo.

La Tradición Etíope

Ha existido un rumor durante muchos años de que el Arca del Pacto está en la Iglesia Santa María de Sión, en Axum, Etiopía. Durante los últimos años, esta idea ha sido popularizada en los escritos de Grant Jeffrey, un escritor canadiense de profecía bíblica.

Este rumor está basado en una historia extraña de que el Arca fue contrabandeada fuera de Jerusalén por Menelik I, el supuesto hijo de una unión entre la Reina de Saba y el Rey Salomón. Supuestamente, una réplica del Arca quedó en el Lugar Santísimo en el Templo en Jerusalén. La motivación para mover el Arca fue para protegerla del Rey Manasés, uno de los reyes más malvados de la historia de Judá.7

La Iglesia de Santa María de Sion en Axum, Etiopía, donde el Arca del Pacto supuestamente está alojada.

Hay todo tipo de problemas con esta leyenda. Por un lado, es dudoso que la Reina de Saba gobernara sobre Etiopía. Es más probable que su reino fuera el moderno Yemen.

En cuanto a Menelik I, gobernó sobre Etiopía alrededor del 950 a.C., según la tradición. Manasés no se convirtió en rey de Judá hasta 253 años más tarde. Por lo tanto, la supuesta remoción de Jerusalén del Arca por Menelik, no pudo haber tenido algo que ver con tratar de protegerla del rey Manasés.

Harry Atkins, un historiador etíope, sostiene que no existe ningún registro de esta leyenda en la historia etíope hasta a finales del Siglo XIII. En esa época, había una disputa sobre quién debería ser rey y uno de los contendientes afirmaba ser un descendiente del Rey Salomón y la Reina de Saba. Atkins dice que fue en ese momento que la leyenda del Arca entró en la historia etíope.8

La Teoría Celestial

Otra teoría con respecto al destino del Arca es que fue trasladada o raptada, siendo llevada al Cielo para evitar que cayera en las manos de los babilonios. Esta teoría se basa en una referencia al Arca en Apocalipsis 11:19. Este pasaje es un flash-forward al final de la Tribulación, cuando el Cielo se abre y Jesús regresa en ira. El escritor afirma que cuando el Cielo se abrió “el arca de Su pacto se veía en Su templo”.

Descripción de un artista del Tabernáculo Celestial siendo revelado a Moisés en el Sinaí. Se le instruyó a Moisés a modelar el tabernáculo terrenal de acuerdo a él, incluyendo el Arca del Pacto (Éx. 25:8-9). [Artista desconocido]

Aquellos que rechazan esta teoría argumentan que el Arca vista en el Cielo en este pasaje es la realidad celestial de la que el Arca del Pacto fue sólo una sombra o copia terrenal (Hebreos 8:5).

El Arca Olvidada

Independientemente de lo que pasó con el Arca, las Escrituras sugieren que nunca se encontrará de nuevo. Ésta es una gran sorpresa para algunos cristianos que han asumido que se debe encontrar el Arca antes de que el Templo de la Tribulación sea construido y que el sacrificio de animales sea reinstituido. Otros simplemente han asumido que el Arca será reemplazada en el Lugar Santísimo cuando el Templo Milenial del Señor sea construido.

Pero Jeremías dice sin rodeos que “el arca del pacto del Señor… no vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra” (Jeremías 3:16). El contexto de este pasaje es el reinado Milenial de Jesús, por lo que no excluye la posibilidad de un descubrimiento antes de ese tiempo. De forma concebible, el Arca podría ser descubierta, y Satanás podría usar su descubrimiento para incitar la reconstrucción de un Templo donde un sistema sacrificial apóstata sería reinstituido. Sabemos que dicho Templo será construido, pero dudo que su construcción vaya a estar motivada por el descubrimiento del Arca.

El Arca No Esencial

El punto importante a tener en cuenta aquí es que el redescubrimiento del Arca no es esencial para la reconstrucción del Templo. Después de todo, el Templo fue reconstruido por Zorobabel después del cautiverio babilónico, y el Arca ya había estado perdida para esa época. No había ningún Arca en el Lugar Santísimo en el tiempo cuando Jesús adoró en el Templo.

Tampoco es necesaria el Arca para el Templo Milenial. Ezequiel describe el Templo con gran detalle (capítulos 40-42) y él nunca menciona el Arca. Hay un Lugar Santísimo (Ezequiel 41:4), pero está vacío, y no está separado del Lugar Santo por un velo.

Jesús ya ha entrado al Lugar Santísimo celestial en nuestro favor (Hebreos 4:14-16, 8:1-6). Él ha rasgado el velo que nos separaba de Dios, y sirve como nuestro Sumo Sacerdote, habiendo ofrecido Su propia sangre como el sacrificio perfecto por nuestros pecados (Hebreos 9:11-16). Él sirve como nuestro Mediador ante el trono del Padre (Hebreos 9:24-28).

Así pues, durante el Milenio, no habrá necesidad de un sumo sacerdote humano o de un Arca con un propiciatorio. Jesús servirá como rey y sumo sacerdote y, como tales, continuará sirviendo como el propiciatorio de la humanidad (Zacarías 6:12-13).

El Arca Verdadera

Con respecto a este concepto de Cristo como nuestro propiciatorio, permítame añadir una perspectiva penetrante que tomé de John MacArthur, uno de los más grandes predicadores de este país. El señaló un sencillo verso histórico que contiene una profunda verdad acerca de que Jesús es nuestro propiciatorio.

El verso es Juan 20:12. Hablando de María viendo dentro de la tumba vacía de Jesús, el verso dice, “y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto”. Lo que María vio, observó MacArthur, fue el nuevo propiciatorio, el propiciatorio perfecto.

Considere nuevamente lo que María vio. Ella observó a dos ángeles, sentado cada uno en cada extremo de la losa que había tenido el cuerpo quebrantado de nuestro Señor. Esa escena nos remite al Arca del Pacto, ¡donde dos querubines se cernían sobre su propiciatorio salpicado de sangre!

El Arca ya no es necesaria. Jesús ha cumplido todo lo que el Arca representaba. Él era Dios hecho carne. Él representó la obediencia completa a la Ley, habiendo sido perfeccionado y convirtiéndose en la fuente de nuestra salvación (Hebreos 5:8-9). Su sangre fue derramada por nuestros pecados, y Su victoria está atestiguada por el hecho y el poder de Su resurrección.

Así como el Arca fue diseñada para ser un símbolo de la presencia de Dios en medio de Su pueblo, Jesús es la máxima expresión del amor, cuidado y presencia de Dios. Él es nuestra Arca. Él es nuestra Ley. Él es nuestro Maná. Él es nuestra Vara Florecida. Y, gracias a Dios, Él es nuestro Propiciatorio.

Notas

1) Randall Price, Searching for the Ark of the Covenant: Latest Discoveries and Research (Eugene, Oregon: Harvest House Publishers, 2005), p. 142.
2) Price, pp. 144-145.
3) Tacitus, Historiae, 5.9.1.
4) Babylonian Talmud, Yomah 52b and The Tosefta, Sotah 13:2).
5) Price, p. 150.
6) Ibid., p. 147.
7) "Menelik I," Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Menelik_I.
8) Harry R. Atkins, "Ark of the Covenant: Not in Ethiopia," Queries & Comments, Biblical Archaeology Review (November-December, 1993), p. 78.


Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
The Ark of the Covenant
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