El Problema de la Inminencia
A pesar del hecho de que el punto de vista premilenial histórico proporcionó una representación muy precisa de lo que la Biblia dice sobre los tiempos del fin, había tres problemas serios con él que saldrían a la superficie cuando el punto de vista reviviera después de la Reforma.
El primero se refería a la cuestión de la inminencia. Éste es un asunto crítico que afecta a todos los puntos de vista del tiempo del fin, por lo que debemos considerarlo con mucho cuidado. El hecho bíblico que debemos tener en cuenta es que la Biblia enseña clara y repetidamente que el regreso de Jesús es inminente. Eso significa que es un evento que podría ocurrir en cualquier momento. Considere, por ejemplo, los siguientes versículos:
- Mateo 24:36 y 42
“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”.
- Mateo 25:13
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”.
- Marcos 13:37
[Jesús hablando sobre Su regreso] “Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad”.
- Lucas 12:40
“. . .estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”.
- Romanos 13:11-12
“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”.
- 1 Corintios 1:7
“. . .de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. . .”.
- Filipenses 3:20
“. . .nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. . .”.
- 1 Tesalonicenses 5:2 y 6
“Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. . .Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”.
- Santiago 5:8 y 9
“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. . .he aquí, el juez está delante de la puerta”.
- Tito 2:11-13
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.
- Hebreos 9:28
“. . .así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”.
- 1 Pedro 1:13
“. . .ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”.
- 1 Pedro 4:7
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración”.
- Apocalipsis 1:1
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. . .”.
- Apocalipsis 3:11
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”.
- Apocalipsis 22:7
“¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.
- Apocalipsis 22:10
“Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca”.
Todos estos versículos enseñan que debemos vivir con una perspectiva eterna, esperando que el Señor regrese en cualquier momento. Incluso el apóstol Pablo esperaba que el Señor pudiera regresar durante su vida. Expresó este sentimiento en 1 Tesalonicenses 4:17, donde dijo que, cuando Jesús regrese en gloria sobre las nubes del cielo, “...los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (cursiva añadida).
Otro versículo que debe ser considerado es 1 Corintios 16:22 que dice lo siguiente: “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranata”. Esa palabra, maranata, es en realidad una expresión aramea que significa “¡El Señor viene!”. Esta palabra se convirtió en una consigna para la iglesia primitiva. Se usaba como un saludo y una palabra de despedida de esperanza.9 ¿Por qué es esto importante? Porque muestra que los miembros de la iglesia primitiva vivían con la expectativa del regreso del Señor durante sus vidas.
Entonces, ¿cuál es el problema? El punto de vista premilenial histórico sitúa el regreso del Señor al final de la Tribulación, haciendo que no sea inminente. La Biblia dice que el Señor podría regresar en cualquier momento, pero, ¿cómo puede ser eso cierto si no puede ocurrir hasta el final de la Tribulación?
Un Segundo Problema
¡El segundo problema con el punto de vista premilenial histórico es que no proporciona ninguna población para el Milenio! Esto se debe a que el punto de vista combina el Rapto (1 Tesalonicenses 4:13-18) con la Segunda Venida (Apocalipsis 19:11-21). Esto resulta en lo que a menudo se conoce burlonamente como un “Rapto Yoyo”, en el que todos los creyentes — tanto los vivos como los muertos — son arrebatados para encontrarse con Jesús en el cielo, reciben sus cuerpos glorificados y luego regresan inmediatamente con Jesús a la tierra.
Ahora, piénselo por un momento. Si todos los creyentes reciben sus cuerpos glorificados al final de la Tribulación, y todos los incrédulos son juzgados y enviados al Hades en ese momento (Mateo 25:31-46 y Ezequiel 20:33-38), entonces, ¿de dónde vienen aquellos en cuerpos naturales que van a vivir en la tierra durante el reinado milenario de Jesús? ¿Sobre quiénes gobernarán los santos glorificados?
La única manera de obtener una población en el Milenio es tener un Rapto que sea separado y aparte de la Segunda Venida. Por lo tanto, si el Rapto se coloca al comienzo de la Tribulación, como lo hacen los premilenialistas modernos, entonces a aquellos que sean salvados durante la Tribulación, y que vivan hasta el final de ella, se les permitirá entrar en el Milenio en carne y hueso y comenzar a repoblar el mundo.
Un Tercer Problema
El punto de vista premilenial histórico no hace distinción entre el Rapto y la Segunda Venida. De hecho, combina los dos como un solo evento.
¿Cómo podría ser esto? Estos dos eventos no tienen nada en común, excepto que ambos se centran en Jesús. Considere las diferencias radicales:
- En el Rapto, Jesús aparece en los cielos, pero en la Segunda Venida regresa a la tierra.
- En el Rapto, Jesús aparece por Sus santos; en la Segunda Venida, Jesús regresa a la tierra con Sus santos.
- En el Rapto, Jesús aparece como un Libertador; en la Segunda Venida, regresa como un Guerrero.
- En el Rapto, Jesús aparece en Gracia; en la Segunda Venida, Él regresa en Ira.
- En el Rapto, Jesús aparece como un Novio; en la Segunda Venida, Él regresa como un Rey.
Como esta comparación deja en claro, el Rapto y la Segunda Venida no son el mismo evento. Debemos concluir, por lo tanto, que el regreso de Jesús va a ser en dos etapas: primero, el Rapto, y luego la Segunda Venida.
Resumen
El punto de vista premilenial histórico representaba una interpretación literal o de sentido llano de las profecías bíblicas del tiempo del fin. Pero sus creadores no habían pensado cuidadosamente en todas las implicaciones de la visión. Parecían no entender que su punto de vista negaba el importante principio bíblico de la inminencia, y no entendieron que su punto de vista no proveía una población de personas en cuerpos naturales durante el reinado milenario del Señor. Tampoco lograron distinguir entre el Rapto y la Segunda Venida.
El punto de vista llegó a ser eclipsado por el amilenialismo, cuando éste se convirtió en el punto de vista aceptado de la Iglesia Católica Romana. El punto de vista no resucitaría hasta después de la Reforma, cuando las personas pudieron obtener copias de la Biblia en sus propios idiomas, y luego pudieron ver claramente que el amilenialismo se basaba en una espiritualización de las Escrituras, torciéndolas para que significaran algo distinto de lo que decían.
Echemos un vistazo en profundidad ahora al amilenialismo, que es la visión dominante en la cristiandad de hoy, tanto entre católicos como entre protestantes.
“[El Reino Milenial de Jesús] será un reino literal en todo el sentido de esa palabra. Este reino no es un ideal abstracto hacia el cual los hombres se esfuerzan, pero que nunca alcanzarán. Será tan real como cualquier reino sobre la faz de la tierra, tan real como el reino histórico de Israel.
El lugar real de su ubicación central será Jerusalén y sus alrededores (Abdías 15-21). Un verdadero Rey se sentará en un trono material (Isaías 33:17). Las naciones de la humanidad participarán en su ministerio de bienestar y liberación (Isaías 52:10). Los reinos inicuos de este mundo serán llevados a un fin repentino y catastrófico con la venida de Cristo, y Su reino los suplantará (Daniel 2:31-45).
Este reino será un renacimiento y continuación del histórico reino davídico (Amós 9:11; véase Hechos 15:16-18). Un remanente fiel y regenerado de Israel será restaurado y convertido en el núcleo de este reino, y así se cumplirá el pacto con David (Miqueas 4:7-8, Jeremías 33:15-22 y Salmo 89:3-4, 34-37). Jerusalén será la capital del gran Rey, desde la cual Él gobernará el mundo (Isaías 2:3 y 24:23)”. — Herman A. Hoyt en un capítulo titulado, “Premilenialismo Dispensacional”, en el libro de Robert Close, editor, The Meaning of the Millennium: Four Views (Downers Grove, IL: Inter-Varsity Press, 1977) páginas 78-79.
Lea la parte 1 aquí