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miércoles, 2 de agosto de 2017

Un Estudio de Gálatas (pdf)

El caso en contra de combinar la Ley y la Gracia


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Las iglesias en Galacia estaban formadas en parte por judíos convertidos y en parte por gentiles convertidos, como era generalmente el caso. Pablo afirma su carácter apostólico y las doctrinas que él enseña, para confirmar a las iglesias de Galacia en la fe de Cristo, especialmente con respecto al importante punto de la justificación solo por fe. Aunque el tema es esencialmente el mismo que el discutido en la epístola a los Romanos —esto es, la justificación por fe únicamente— en esta epístola, sin embargo, la atención está particularmente dirigida al punto de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley de Moisés.

Gálatas no fue escrita como un ensayo de historia contemporánea. Era una protesta contra la corrupción del evangelio de Cristo. La verdad esencial de la justificación por fe en vez de por las obras de la ley, había sido oscurecida por la insistencia de los judaizantes de que los creyentes en Cristo debían guardar la ley si esperaban ser perfectos delante de Dios. Cuando Pablo supo que esta enseñanza había comenzado a penetrar en las iglesias gálatas y que los había alejado de su herencia de libertad, escribió la apasionada protesta contenida en esta epístola.

jueves, 31 de marzo de 2016

¿Hay Muchos Caminos a Dios? (pdf)

¿Un camino o muchos?


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“¿Qué pasará con aquellos que nunca han escuchado el Evangelio?” Ésta es una de las preguntas más frecuentes que me hacen. Las personas creen que Dios es justo, y no pueden reconciliar esa creencia con la idea de que Él pueda consignar al Infierno a una persona a la que nunca se le dio la oportunidad de escuchar el Evangelio.

Por lo tanto, cada vez más, muchos cristianos están concluyendo que debe haber muchos caminos a Dios y que judíos, musulmanes, budistas y otros sinceros lograrán llegar al Cielo.

Preguntas Cruciales

¿Qué tiene la Biblia que decir acerca de este asunto tan importante? ¿Están condenados a una eternidad en el Infierno aquellos que vivan y mueran sin escuchar el Evangelio? ¿Y qué acerca de los que han puesto su fe en el dios de alguna religión distinta al Cristianismo y que luchan para vivir vidas rectas? ¿También están condenados al Infierno? ¿Es posible que Dios se haya revelado a Sí Mismo de maneras diferentes a pueblos diferentes y, por lo tanto, haya muchos caminos diferentes a Dios? ¿Podría ser cierto el rótulo que vi en una clase de Escuela Dominical en una iglesia que decía: “Nuestro Dios es demasiado grande como para ser confinado a una religión”?

Lea también:
»» ¿Tiene razón el Papa al decir que "todos somos hijos de Dios"?



viernes, 22 de noviembre de 2013

Lo que un Dios Soberano no Puede Hacer



Una de las expresiones más comunes que uno escucha en los círculos cristianos, especialmente para consuelo cuando las cosas no van bien, es que “Dios está en control, Él aún está en el trono”. Los cristianos se consuelan con estas palabras pero, ¿qué significan? ¿Dios no estaba en “control” cuando Satanás se rebeló y cuando Adán y Eva desobedecieron, pero ahora sí lo está? El hecho de que Dios esté en control, ¿significa que todas las violaciones, asesinatos, guerras y la maldad multiplicada son exactamente lo que Él planeó y lo que desea?
Cristo nos pide que oremos, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). ¿Por qué esa oración si ya estamos en el reino de Dios con Satanás atado, tal como Juan Calvino enseñó y los Reconstruccionistas afirman hoy en día? ¿Podría un mundo de maldad desenfrenada ser en realidad lo que Dios desea? ¡Seguro que no!
“¡Espere un minuto!”, alguien argumenta. “¿Está sugiriendo que nuestro Dios omnipotente no puede realizar Su voluntad en la tierra? ¡Qué clase de herejía es ésta! Pablo dice claramente que Dios ‘hace todas las cosas según el designio de su voluntad’ (Efesios 1:11)”.
Sí. Pero la Biblia misma contiene muchos ejemplos de hombres desafiando la voluntad de Dios y desobedeciéndole. Dios se lamenta, “Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí” (Isaías 1:2). Los sacrificios que le ofrecen y sus malas vidas no están, obviamente, de acuerdo con Su voluntad. Se nos dice que “los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios” (Lucas 7:30). La declaración de Cristo en Mateo 7:21 muestra claramente que no todo el mundo hace siempre la voluntad de Dios. Esto también está implícito en Isaías 65:12; 1 Tesalonicenses 5:17-19; Hebreos 10:36; 1 Pedro 2:15, 1 Juan 2:17 y muchos otras Escrituras. De hecho, Efesios 1:11 no dice que todo lo que ocurre está de acuerdo a la voluntad de Dios, sino que de acuerdo con “el consejo” de Su voluntad. Es evidente que el consejo de la voluntad de Dios le ha dado al hombre la libertad para desobedecerle. No hay otra explicación para el pecado.
Sin embargo, en su afán de proteger la soberanía de Dios de cualquier desafío, A. W. Pink sostiene fervientemente: “Dios ordena de antemano todo lo que llega a ocurrir…Dios inicia todas las cosas, regula todas las cosas…”1 Edwin H. Palmer está de acuerdo: “Dios está detrás de todo. Él decide y causa que sucedan todas las cosas que ocurren…Él ha predestinado todo ‘según el designio de su voluntad’ (Ef. 1:11): el movimiento de un dedo…el error de un mecanógrafo – incluso el pecado”.2
Aquí nos enfrentamos con una distinción vital. Una cosa es que Dios, en Su soberanía y sin menoscabo de esa soberanía, dé al hombre el poder para rebelarse contra Él. Esto abriría la puerta para el pecado como responsabilidad exclusiva del hombre por una libre elección. Es algo totalmente diferente que Dios controle todo hasta el punto de que Él deba causar efectivamente que el hombre peque.
Es una falacia pensar que para que Dios esté en control de Su universo, Él deba, por lo tanto, predestinar e iniciar todo. De este modo, Él causa el pecado, luego castiga al pecador. Para justificar este punto de vista, se afirma que “Dios no tiene la obligación de extender Su gracia a aquellos que predestina al juicio eterno”. De hecho, sin embargo, la obligación no tiene ninguna relación con la gracia.
En realidad disminuye la soberanía de Dios sugerir que Él no puede usar para Sus propios propósitos lo que Él no predestina ni origina. No hay razón ni lógica ni bíblica de por qué un Dios soberano, por su propio designio soberano, no les pueda permitir a criaturas hechas a Su imagen, la libertad de una genuina elección moral. Y hay razones de peso de por qué lo haría.
Más de un ateo (o un buscador sincero que esté preocupado por el mal y el sufrimiento) nos dice en nuestras caras, “Usted afirma que Dios es todopoderoso. Entonces, ¿por qué no detiene el mal y el sufrimiento? ¡Si Él puede y no lo hace, es un monstruo; si no puede, entonces no es todopoderoso!”. El ateo piensa que nos tiene arrinconados.
La respuesta involucra ciertas cosas que Dios no puede hacer.
Pero Dios es infinito en poder, ¡así que no debe haber nada que él no pueda hacer! ¿En serio? El hecho mismo de que Él es infinito en poder significa que Él no puede fallar. Hay muchas otras cosas que seres finitos hacen todo el tiempo; pero que el Dios infinito, absolutamente soberano no puede hacer porque Él es Dios: mentir, engañar, robar, pecar, confundirse, etc. De hecho, muchas otras cosas que Dios no puede hacer son de vital importancia que las entendamos, al enfrentar los desafíos de los escépticos.
Por desgracia, hay muchas preguntas sinceras que la mayoría de los cristianos no pueden responder. Pocos padres se han tomado el tiempo para pensar en los muchos desafíos intelectuales y teológicos que sus hijos enfrentan de forma creciente, desafíos para los que la juventud de hoy no halla respuestas desde tantos púlpitos y lecciones de escuela dominical. Como resultado, un número creciente de aquellos criados en hogares e iglesias evangélicas están abandonando la “fe” que nunca entendieron adecuadamente.
¿Son la soberanía y el poder la cura para todo? Muchos cristianos superficialmente piensan que sí. Sin embargo, hay mucho para lo que la soberanía y el poder son irrelevantes. Dios actúa no sólo soberanamente, sino que en amor, gracia, misericordia, bondad, justicia y verdad. Su soberanía se ejerce solamente en perfecta armonía con todos Sus demás atributos.
Hay muchas cosas que Dios no puede hacer, no a pesar de lo que Él es, sino por quién Él es. Incluso Agustín, descrito como el primero de los tempranos así llamados Padres de la Iglesia, quien “enseñó la absoluta soberanía de Dios”,3 declaró, “Por lo tanto, Él no puede hacer algunas cosas por la sencilla razón de que es omnipotente”.4
Debido a su santidad absoluta, es imposible que Dios haga lo malo, que cause que otros hagan lo malo o incluso atraer a alguien hacia lo malo: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie…” (Santiago 1:13-14). Pero, ¿qué pasa con los muchos lugares en la Escritura donde dice que Dios tentó a alguien o que Él fue tentado? Por ejemplo, “probó Dios a Abraham” (Génesis 22:1). La palabra hebrea ahí y en todo el Antiguo Testamento es nacah, que significa probar o demostrar, como en la valoración de la pureza de un metal. No tiene nada que ver con tentar a pecar. Dios estaba probando la fe y la obediencia de Abraham.
Si Dios no puede ser tentado, ¿por qué se le advierte a Israel, “No tentaréis a Jehová vuestro Dios” (Deut. 6:16)? Incluso se nos dice que en Masah, al exigir agua, “tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está pues Jehová entre nosotros, o no? (Éxodo 17:7). Luego, ellos “tentaron a Dios en su corazón, pidiendo comida a su gusto… y hablaron, ¿Podrá Dios poner mesa en el desierto? Ellos enojaron al Dios Altísimo” (Salmo 78:18, 41, 56).
Dios no estaba siendo tentado a hacer lo malo, Él estaba siendo provocado, así que Su paciencia estaba siendo probada. En lugar de esperar obedientemente a que Él satisficiera sus necesidades, Su pueblo estaba exigiendo que usara Su poder para darles lo que querían, para satisfacer sus deseos. Su “tentación” de Dios era un desafío blasfemo, que lo obligaba a ceder a sus deseos o a castigarlos por su rebelión.
Cuando Jesús fue “tentado por el diablo”, para que se arrojara desde el pináculo del templo para demostrar que los ángeles lo sostendrían en sus manos, Él citó Deuteronomio 6:16 — “No tentarás al Señor tu Dios” (Mateo 4:1-11). En otras palabras, ponernos deliberadamente en un lugar donde Dios debe actuar para protegernos, es tentarle.
Santiago sigue diciendo, “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”. La tentación a lo malo no proviene de afuera, sino de adentro. El hombre que podría no ser “tentado” a ser deshonesto en los negocios, podría sucumbir a la tentación de cometer adulterio y, así, sería deshonesto con su esposa. Se dice que “todo hombre tiene su precio”.

Dios no estaba tentando a Adán y a Eva a pecar cuando les dijo que no comieran de un árbol en particular. Eva fue tentada por su propia codicia y deseo egoísta. Aun en la inocencia, el hombre podía ser egoísta y desobediente. Vemos esto en niños pequeños, quienes aún probablemente no conocen la diferencia entre lo bueno y lo malo.

Adicionalmente, hay una serie de otras cosas que Dios no puede hacer. Dios no puede negarse a Sí mismo o contradecirse. Él no puede cambiar. No puede faltar a Su palabra. Específicamente en relación con la humanidad, hay algunas cosas que Dios no puede hacer, las cuales son muy importantes de entender y de explicar a otros. Uno de los conceptos más fundamentales (y menos comprendido por personas “religiosas”) es éste: Él no puede perdonar el pecado sin que la pena sea pagada y aceptada por el hombre.

¿Estamos diciendo que a pesar de Su soberanía y poder infinito, Dios no puede perdonar a quien Él quiera, que Él no puede simplemente hacer borrón y cuenta nueva en el registro celestial? Exactamente: Él no puede, debido a que Él es también perfectamente justo. “¿Así que está sugiriendo”, se quejan algunos, “que Dios quiere salvar a toda la humanidad, pero carece del poder para hacerlo? Es una negación de la omnipotencia y soberanía de Dios si hay algo que Él desee, pero que no pueda lograr”. De hecho, la omnipotencia y la soberanía son irrelevantes con respecto al perdón.
Cristo en el Jardín, la noche antes de la Cruz, clamó, (Mateo 26:39). Seguramente si hubiera sido posible proveer la salvación de cualquier otra forma, el Padre hubiera permitido que Cristo escapara los atroces sufrimientos físicos de la Cruz, y la infinita agonía espiritual de soportar la pena que Su justicia perfecta había pronunciado sobre el pecado. Pero incluso para el Dios Todopoderoso, no había otra forma. Es importante que expliquemos claramente esta verdad bíblica y lógica cuando presentemos el Evangelio.
Supongamos que un juez tiene ante él a un hijo, una hija u otros ser amado hallado culpable de múltiples asesinatos por el jurado. A pesar de su amor, el juez debe respetar la pena exigida por la ley. El amor no puede anular a la justicia. La única manera en la que Dios podía perdonar a los pecadores y permanecer justo, sería que Cristo pagara la pena por el pecado (Romanos 3:21-28).
Hay otros dos asuntos de vital importancia en relación con la salvación del hombre, que Dios no puede hacer: Él no puede obligar a nadie a amarlo; y Él no puede obligar a nadie a aceptar un regalo. Por la misma naturaleza del amor y el dar, el hombre deber tener el poder de elegir. La recepción del amor de Dios y el regalo de la salvación por medio de Jesucristo, sólo puede ser por un acto del libre albedrío del hombre.
Algunos argumentan que si fuera la voluntad de Dios que todos los hombres sean salvos, el hecho de que no todos se salvan significa que la voluntad de Dios se frustraría y que Su soberanía sería anulada por los hombres. También se argumenta que si un hombre puede decir sí o no a Cristo, él tiene la palabra final en su salvación y su voluntad es más fuerte que la voluntad de Dios: “La herejía del libre albedrío destrona a Dios y entrona al hombre”.5
No hay nada en la Biblia o en la lógica que sugiera que la soberanía de Dios requiera que el hombre sea incapaz de tomar una decisión real, moral o de otra clase.
Darle al hombre el poder de tomar una decisión genuina e independiente no disminuye el control de Dios sobre Su universo. Siendo omnipotente y omnisciente, Dios ciertamente podría arreglar las circunstancias para impedir que la rebelión del hombre frustre Sus propósitos. De hecho, Dios incluso podría usar el libre albedrío del hombre para ayudar a cumplir Sus propios planes y, de este modo, ser glorificado aún más.
El gran designio de Dios desde la fundación del mundo de otorgarle al hombre el Regalo de Su amor, excluye a cualquier capacidad para forzar ese Regalo sobre cualquiera de Sus criaturas. Tanto el amor como los regalos de cualquier tipo deben ser recibidos. La fuerza pervierte la transacción.
El hecho de que Dios no puede fallar, mentir, pecar, cambiar o negarse a Sí mismo, no disminuye en lo más mínimo Su soberanía. Ni tampoco es menos soberano debido a que no puede obligar a nadie a amarlo o a recibir el regalo de la vida eterna por medio de Jesucristo. Y desde el lado del hombre, prevalece la limitación inversa: no hay nada que alguien pueda hacer para merecer o ganar el amor o un regalo. Deben ser dados gratuitamente desde el corazón de Dios, sin ninguna razón que no sea el amor, la misericordia y la gracia.
Maravillosamente, en Su gracia soberana, Dios ha constituido así al hombre y ha designado así un regalo que el hombre puede recibir voluntariamente por un acto de su voluntad y responder en amor al amor de Dios. Alguien ha dicho, “El libre albedrío del hombre es la más maravillosa de las obras del Creador”.6 El poder de elección abre la puerta a algo maravilloso más allá de la comprensión: una genuina comunión entre Dios y el hombre por la eternidad. Sin el libre albedrío, el hombre no podría recibir el regalo de la vida eterna, así que Dios no podría dárselo.
Pusey señala que “sin el libre albedrío, el hombre sería inferior a los animales inferiores, que tienen una especie de limitada libertad de elección…Sería contradictorio que el Dios Todopoderoso creara a un agente capaz de amarlo, sin ser capaz también de rechazar Su amor…sin el libre albedrío, no podríamos amar libremente a Dios. La libertad es una condición del amor”.7
Es el poder de una elección genuina del corazón y voluntad propios del hombre, que Dios le ha dado soberanamente que le permite a Dios amar al hombre, y al hombre recibir ese amor y amar a Dios a cambio “porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Es imposible que el poder de elección pueda desafiar la soberanía de Dios, dado que es la soberanía de Dios la que ha otorgado este regalo sobre el hombre y establecido las condiciones para amar y dar.
Sugerir que a Dios le faltaría “poder” (negando así Su soberanía), si Él ofreciera la salvación y algunos la rechazaran es no entender el asunto. El poder y el amor no pertenecen a la misma discusión. De hecho, de las muchas cosas que hemos visto que Dios no puede hacer, una falta de “poder” no es la razón para ninguna de ellas, ni tampoco Su soberanía es mitigada en lo más mínimo por cualquiera de ellas.
Así pues, para que a la humanidad le haya sido dado por Dios el poder de elegir amarlo o no, y recibir o rechazar el regalo gratuito de la salvación; lejos de negar la soberanía de Dios, es admitir lo que la soberanía de Dios en sí ha proporcionado amorosa y maravillosamente.
Que voluntariamente podamos responder desde el corazón a Su amor con nuestro amor y, en gratitud por Su gran regalo, proclamar las buenas nuevas a otros.
Notas
1 Arthur W. Pink, The Sovereignty of God (Baker Book House, 1984), 240. 

2 Edwin H. Palmer, the five points of Calvinism (Baker Books, 1999), 25.
3 C. Norman Sellers, Election and Perseverance (Schoettle Publishing Co., 1987), 3.
4 Augustine of Hippo, The City of God (n.p.n.d.), V. 10.
5 W.E. Best, Free Grace Versus Free Will (W.E. Best Books Missionary Trust, 1977), 35.
6 Junius B. Reimensnyder, Doom Eternal (N.S. Quiney, 1880), 257; cited in Samuel Fisk, Calvinistic Paths Retraced (Biblical Evangelism Press, 1985), 223.
7 Edward B. Pusey, What Is Of Faith As To Everlasting Punishment? (James Parker & Co., 1881), 22-23; cited in Fisk, op. cit., 222.

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

sábado, 5 de marzo de 2011

Estudio Bíblico Mesiánico: Los Tres Tipos de Oración

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. I Juan 2:15-17

I. La Oración en Privado

A. Mateo 6:5-6

Quizás el mejor pasaje con respecto a la oración en privado sea Mateo 6:5-6: Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Al ocuparse de la oración en privado, Yeshúa (Jesús) hizo dos puntos.

1. La Oración Hipócrita

El primer punto es la oración hipócrita. Él dice que cuando ore no haga como hacen los hipócritas según el verso 5. ¿Y qué es lo que hacen los hipócritas?

“…porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles”.

¿Y con qué propósito? ¿Para comunicarse con Dios? No, sino para ser vistos de los hombres. Dado que su propósito era ser vistos de los hombres, Jesús dijo: “de cierto os digo que ya tienen su recompensa”. Su recompensa es nada más que haber sido vistos de los hombres. Si ésa es la actitud por la cual entran en oración, entonces ésa es toda la recompensa que van a obtener; eso es todo lo que recibirán como respuesta a su oración.

2. La Oración Adecuada

El segundo punto en el verso 6, Yeshúa procedió entonces a discutir la oración adecuada: “Mas tú, cuando ores entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Como podemos ver, esto no está diciendo nada en contra de la oración en público. Este verso está enseñando contra la “ostentación” en la oración; contra usar la oración para mostrar religiosidad; contra usar la oración para mostrar habilidades de oratoria. El tema es el de la motivación, no el de la manera.

Con respecto a la oración adecuada, la palabra cuando enfatiza regularidad. Debería haber periodos regulares de oración. La palabra entra enfatiza un acto individual de oración en privado. El énfasis de este pasaje es el aislamiento físico para que usted pueda concentrarse realmente en el Señor en su vida de oración.

B. La Base de la Oración

La segunda cosa acerca de las oraciones en privado es que las oraciones descansan sobre órdenes específicas. Deberíamos estar dispuestos a orar debido a que las oraciones descansan sobre órdenes explícitas y promesas de las Escrituras (Mateo 6:12; Santiago 1:15; I Juan 1:9). Debido a que las oraciones descansan sobre órdenes específicas y promesas de la Escritura, deberíamos orar regularmente en privado.

C. La Armonía con la Palabra de Dios

En tercer lugar, deberíamos orar en armonía con la Palabra de Dios en sus propósitos, pero las peticiones específicas y garantizadas no tienen ninguna base en la Escritura. En otras palabras, no deberíamos entrar en nuestra oración en privado esperando que Dios esté obligado a responder las peticiones exactamente cómo queremos que lo haga. Esto es contrario a la Escritura. Mateo 6:11, 26-34 garantizan nuestras necesidades diarias, pero no hay ningún detalle. Dios decidirá cómo exactamente satisfará nuestras necesidades. Podemos confiar en que Él suplirá esas necesidades; pero deje que Dios sea Dios en la manera en la cual las suple; ésa es la oración adecuada.

En Romanos 1:9-10, no había ninguna garantía de que la petición específica de Pablo de poder llegar a Roma sería contestada. Luego, ésta fue respondida y Pablo logró llegar a Roma; pero lo hizo como un prisionero y no como un agente libre.

Santiago 4:15 dice: “deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”.

Debido a que no tenemos una promesa de Dios de que Él contestará cada petición específica que le hagamos, deberíamos aplicar Santiago 4:15 y decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. La oración adecuada incluye la confianza de que Dios cumplirá Su propósito en sabiduría y amor, pero eso no significa que nuestra petición específica esté garantizada. Necesitamos expresar nuestros deseos reales y sentimientos a Dios como lo hizo David en el Salmo 51. A la misma vez, deberíamos ser conscientes del desagrado de Dios (Salmo 38:3). Esto muestra que deberíamos estar orando en armonía con la Palabra de Dios en sus propósitos, pero no exigir que una oración sea respondida sobre la base de la forma en la que usted quiere que sea respondida. Permita que Dios conteste su oración en la forma que Él sabe que es la mejor.

D. La Oración Basada en la Escritura

La cuarta cosa acerca de la oración en privado es orar sobre la base de la Escritura (Santiago 4:2-3). En el verso 2, Santiago dijo: “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís”. Algunas veces no recibimos cosas de parte del Señor simplemente porque no le pedimos estas cosas al Señor. Pero algunas veces pedimos y aun no recibimos porque [nosotros] pedís mal (v. 3). Si usted ora esperando y exigiendo que Dios responda su oración en una forma específica, entonces eso es pedir mal. Algunas veces nuestras oraciones no son contestadas porque para empezar no pedimos; pero, algunas veces nuestras oraciones no son respondidas debido a que pedimos de una forma y modo errados.

E. Oraciones de Ira y Queja

La quinta cosa acerca de la oración en privado es que las oraciones de ira y quejas no son inapropiadas. Está perfectamente bien de que usted lleve sus quejas y reclamos al Señor. Job hizo esto en Job 10:1-7.

Y en Job 21:15, Job se quejó: ¿De qué nos aprovechará que oremos a él?

Claramente, la Biblia nos permite orarle a Dios y expresarle nuestras oraciones de quejas. Si lee el libro de Jeremías, verá que Jeremías oró un número de veces. Un buen número de sus oraciones son oraciones de quejas, oraciones de insatisfacción. Él estaba descontento con cómo estaban las cosas.

F. Ejemplos de Oración en Privado

En sexto lugar, existe un número de ejemplos de oración en privado. Todas éstos están en el libro de Salmos: Salmo 17:1-15; 72:20; 86:1-17; 90:1-17; 102:1-28; 109:4; y 142:1-7. Cada una de éstas tiene un sobrescrito, que declara claramente que éstas son oraciones privadas e individuales.

Sumario: Un tipo de oración es la oración en privado. La Biblia nos anima a orar en privado con el énfasis estando contra la oración hipócrita y a favor de la soledad, el aislamiento y el alejamiento de todas las distracciones para que podamos entregarnos al Señor para un tiempo de oración.

II. La Oración en Público

Cuando la Biblia enfatiza la oración en privado, no pretende excluir la oración en público. La Biblia también enseña la oración en público. Tenemos siete ejemplos específicos de esto en el Libro de Hechos.

A. Hechos 1:14

Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Hay tres cosas acerca de la oración en público en este pasaje. En primer lugar, había una actitud: todos compartían; todos estaban unánimes. Todos estaban de acuerdo en su vida de oración y sus asuntos. En segundo lugar, la acción: ellos perseveraban [en reuniones de oración] en un número de ocasiones. En tercer lugar, las inclusiones: incluía a los once apóstoles e incluía a las mujeres, así que ésta era una reunión de un grupo mixto de oración. Incluía a: María, la madre de Jesús e incluía a: sus hermanos, los cuatro medio hermanos de Yeshúa que se convirtieron en creyentes en algún momento entre Su muerte y Hechos 1.

B. Hechos 4:23-31

El segundo pasaje es Hechos 4:23-31: Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

1. El Trasfondo

En primer lugar, el verso 23 nos da el trasfondo. Fue después de que fueron liberados de prisión y fue después de que los gobernantes les ordenaron dejar de predicar.

2. El Grupo de Oración

En segundo lugar, el grupo de oración está en el verso 24a. Era un grupo de alabanza en respuesta al informe del verso 23. En la oración, alzaron la voz; era un grupo de oración vocal; oraron de forma verbal, en voz alta. La actitud era unánime; todos estaban de acuerdo en la oración.

3. El Contenido

En tercer lugar, en los versos 24b-30 está el contenido de la oración. Aquí, déjeme señalar varias cosas.

La primera es el destinatario: Dios el Padre: Soberano Señor.

Ellos oraron a Dios el Padre a quien tienen que ser dirigidas todas las oraciones.

Luego santificaron el nombre de Dios diciendo: “tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay”.

Al santificar el nombre de Dios, trajeron a la memoria la majestad y el poder de Dios a quien estaban orando. Si este Dios es el responsable de la Creación, Él ciertamente puede responder sus peticiones. Éste es un reconocimiento de la soberanía de Dios.

En el verso 25a, la oración habla del papel del Espíritu Santo en la Palabra profética, quien había hablado en el Antiguo Testamento a través de David.

Luego, en los versos 25b-26, citan Salmo 2:1-2. No lo citan como un cumplimiento, porque eso no ocurrió en Hechos 4, sino como una aplicación en los versos 27-28.

Habiendo reconocido la soberanía de Dios, hacen luego algunas peticiones específicas. Le recuerdan a Dios el trasfondo en el verso 29a: Y ahora, Señor, mira sus amenazas.

Al decir esto, ellos declaran el problema.

Habiendo declarado el problema, hacen la petición en el verso 29b: “concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra”.

La petición que ellos hacen en esta oración pública era de denuedo espiritual al predicar el Evangelio al enfrentar a la oposición oficial.

Luego oran por ciertos acompañamientos al denuedo en el verso 30: "mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús".

Ellos concluyeron su oración en el nombre de Yeshúa.

4. La Oración Respondida

Al final, la oración es respondida en el verso 31, por una demostración sobrenatural de poder debido a que: “el lugar en que estaban congregados tembló”.

La respuesta específica fue que: “todos fueron [otra vez] llenos del Espíritu Santo”. La llenura del Espíritu, en este caso, les dio el denuedo [para hablar] la palabra de Dios en respuesta a su propia oración.

C. Hechos 12:5, 12-17

El tercer pasaje acerca de la oración es Hechos 12:5 y 12-17

El verso 5 declara el propósito de este grupo de oración: “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él”.

El propósito de la reunión del grupo de oración era orar por Pedro que ahora estaba en prisión bajo la amenaza de ser ejecutado. La Iglesia estaba pidiendo en oración ferviente a Dios a su favor. Específicamente, el grupo era la Iglesia de Jerusalén. Ellos deseaban identificarse totalmente con Pedro. Ellos dirigieron sus oraciones a Dios el Padre.

La respuesta a su oración se encuentra en los versos 12-17. La reunión de oración fue en un hogar privado: “la casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos”, el autor del Evangelio de Marcos (v. 12). En ese momento, Pedro llegó. Su llegada mostró que su oración fue contestada (vv. 13-17). Estaban orando con la expectativa de que su oración fuera contestada, pero ésta no fue respondida en la forma en que ellos pensaron que lo sería.

D. Hechos 16:25

El cuarto ejemplo de la oración en público está en Hechos 16:25: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”.

Cerca de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando. Parte de su oración incluía: "cantaban himnos a Dios; y [sus compañeros prisioneros] los oían”. Aquí, el grupo de oración consistió sólo de dos personas: Pablo y Silas. Era vocal ya que todos los otros prisioneros los podían escuchar orando y cantando. La causa de este grupo de oración era persecución por la fe. Ellos dirigieron sus oraciones a Dios el Padre. En este caso, la audiencia pública ante la cual oraron eran todos incrédulos.

E. Hechos 20:36

El quinto ejemplo de la oración pública es Hechos 20:36: “se puso de rodillas, y oró con todos ellos”.

En este caso, el grupo consistió de Pablo y los ancianos de la Iglesia de Éfeso. Habían seguidos las admoniciones y advertencias de Pablo en el pasado y ahora él ora que también seguirán siguiéndolas en el futuro.

F. Hechos 21:5

El sexto ejemplo de oración pública es Hechos 21:5: “acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos”.

En este caso, el grupo consistió de familias enteras. Fue una oración de despedida. Fue una oración concerniente a la seguridad de Pablo por su viaje a Jerusalén.

G. Hechos 27:35

El séptimo ejemplo de oración pública es Hechos 27:35: “Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos”.

Aquí la oración pública fue una oración para bendecir los alimentos. El destinatario fue Dios el Padre y la audiencia incluyó a creyentes e incrédulos.

Éstos son los siete ejemplos de oración pública en el Libro de los Hechos, mostrando que Dios aprueba ambos tipos de oraciones: privada y pública.

H. “Las Diez Oraciones Públicas Menos Deseadas”

He leído un artículo llamado, “Los Diez Hábitos Menos Deseados de la Oración Pública”, de Leroy Patterson. Me gustaría compartir estas diez cosas porque creo que son importantes al orar en público y Leroy Patterson lo ha expresado bien.

En primer lugar, evite la Oración de Asamblea Solemne en la que el que ora cambia a una voz intensa y dice “Dioz” en lugar de “Dios”.

En segundo lugar, evite el Camuflaje de Cliché; el uso de clichés para camuflar la falta de preparación; tales como, “inclinamos nuestros corazones”, “bendice a cada uno de nosotros”, “esconde a tu siervo detrás de la cruz”, “glorifica tu nombre”, “que nuestros corazones sean encendidos”. Éstos son clichés, que realmente carecen de significado.

Una tercera cosa a evitar es la Oración del Sólo, en la que usamos el término “sólo” en una forma monótona; tales como, “sólo bendícenos hoy”, “sólo quédate con nosotros”, “mientras sólo te adoramos”, “sólo bendice al enfermo”.

Una cuarta cosa a evitar es la Oración de Promoción Santa; una oración usada para recaudar apoyo para un proyecto favorito; tales como, “mientras vemos a nuestro alrededor nos acordamos de la necesidad de expandir nuestras instalaciones”, o una oración usada para anunciar una atracción venidera como, “Señor, mientras nuestro evangelista invitado empieza una campaña de avivamiento esta noche, que cada uno de nosotros sienta la convicción de traer a nuestros amigos no salvos”.

La quinta cosa a evitar es la Oración Sermón donde el pastor no sólo está orando, sino que está usando el momento de la oración para darle un sermón a su congregación.

La sexta cosa a evitar es la Oración del Padre en la que el término “Padre” es sobre utilizado.

La séptima cosa a evitar es el Síndrome Tú Sabes, que es una oración que se mantiene recordándole a Dios lo que Él sabe: “Tú conoces nuestros corazones”, “Tú conoces la situación en el campo misionero”, “Tú conoces las necesidades de nuestros misioneros”, “Tú sabes que el hermano Jones está en el hospital”; no tenemos que estar diciéndole a Dios lo que Él ya sabe.

La octava cosa a evitar al orar en público es la Oración Alrededor del Mundo, que es la oración de una persona que se siente obligada a orar por todas las cosas cuando le pidieron orar sólo por una cosa. Así que cuando a usted le pidan dar gracias a Dios por la comida, sólo déle las gracias por la comida. No comience a orar “alrededor del mundo” en preparación para la petición de oración.

La novena oración a evitar es la Oración Pago por Demanda, que reclama cada promesa de la Biblia sin importar a quién fue hecha y exigiendo a Dios responderla exactamente como es requerido, dejándole a Dios ningún espacio para maniobrar.

La décima cosa a evitar en la oración en público es la Oración En Conclusión, la oración resumen, por la que uno se siente obligado a resumir el mensaje que recién acaba de predicar e incluso reitera los mismos tres puntos.

III. Las Oraciones Escatológicas

Éstas son oraciones concernientes a las cosas futuras que han sido prometidas. Discutiremos las oraciones escatológicas en cuatro áreas específicas.

A. Con Respecto al Rapto

La primera cosa concierne al Rapto. Debemos orar con respecto al Rapto según Lucas 21:36: "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre".

El medio para escapar estas terribles cosas es por medio del Rapto.

Cuando Jesús dijo: todas estas cosas que vendrán en el contexto de Lucas 21:36, la frase todas estas cosas tienen que ver con la Gran Tribulación. Deberíamos estar velando y orando que podamos ser capaces de escapar estas cosas terribles que ocurrirán; escapar de la Gran Tribulación por medio del Rapto y de estar de pie ante el Hijo del Hombre. Estaremos de pie delante del Hijo del Hombre después del Rapto en el Tribunal del Mesías. No escapamos orando. Si usted es un creyente, automáticamente escapará de la Gran Tribulación. El énfasis aquí es orar para que el Rapto ocurra debido a que, por medio del Rapto, escaparemos de todas estas cosas que vendrán y de estar de pie delante del Hijo del Hombre.

B. Con Respecto a la Gran Tribulación

Una segunda oración escatológica concierne a la oración en relación a la Gran Tribulación que se encuentra en Mateo 24:20 y Marcos 13:18. Es una oración con respecto a la huida de Israel; Israel huirá de la tierra a la mitad de la Tribulación. Los creyentes en la primera mitad de la Tribulación deben orar que cuando deban huir, no ocurrirá en una de dos ocasiones: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo”.

Los creyentes en la Tribulación estarán orando esta oración escatológica. Mientras ahora deberíamos estar orando para que el Rapto ocurra pronto, no necesitamos orar ahora que la huida de Israel no ocurra en un día de reposo o en el invierno. Pero una vez que la Tribulación comience, entonces ésta es la oración que los santos de la Tribulación deberían orar.

C. Con Respecto a la Segunda Venida

La tercera cosa acerca de las oraciones escatológicas concierne a la Segunda Venida en Marcos 13:33: “velad y orad”. Específicamente en ese contexto, el velad y el orad es para la Segunda Venida. Ésta, también, será una oración de los creyentes antes de la Segunda Venida.

D. Con Respecto al Reino

La cuarta cosa acerca de la oración escatológica concierne al Reino. Hay tres cosas concernientes a la oración escatológica con relación al Reino. En primer lugar, el Mesías será el objeto de la oración continuamente (Salmo 72:15). El Mesías estará visiblemente presente en esta tierra y por eso será el objeto de la oración continuamente a lo largo de los 1,000 años del Reino. En segundo lugar, el Templo Milenial será una casa de oración para todos los pueblos. Mientras que bajo la Ley Mosaica, el Templo era una casa de oración sólo para los judíos, en el Milenio, el Templo será una casa de oración para todos los pueblos (Isaías 56:7; Mateo 21:13; Marcos 11:17; Lucas 19:46). En tercer lugar, en el Reino, los gentiles vendrán a Jerusalén de forma regular a orar; para suplicar el favor del Señor (Zacarías 8:21-22).

Artículos relacionados:
EBM: Dios el Padre
EBM: La Trinidad - Parte 1
EBM: La Trinidad - Parte 2

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (
endefensadelafe.org)

Original article:
The Three Types of Prayer (pdf)

Traducido y publicado con permiso de:

Ariel Ministries (
ariel.org)

lunes, 21 de febrero de 2011

Estudio Bíblico Mesiánico: Dios el Padre

(Imagen cortesía de revelationillustrated.com)

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer - Juan 1:18

Introducción

La Doctrina de la Trinidad enseña que hay tres Personas específicas en la Deidad. En la mayoría de los estudios bíblicos, las dos Personas en las cuales se centra la mayor parte de la atención son Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Como resultado, los creyentes tienen a menudo una idea borrosa de quién exactamente es Dios el Padre y qué exactamente es lo que el Padre hace y de qué es responsable.

En este estudio, Dios el Padre será discutido en dos áreas principales: la primera, la Paternidad de Dios; y la segunda, las obras de Dios el Padre.

I. La Paternidad de Dios

La primera área distingue Su personalidad de la del Hijo y de la del Espíritu Santo. Hay seis aspectos diferentes de la Paternidad de Dios:

El Padre del Mesías.
El Padre de la Creación.
El Padre de los ángeles.
El Padre de todos los hombres.
El Padre de Israel, y
El Padre de los creyentes.

A. El Padre del Mesías

El primer aspecto de la Paternidad del Padre es que Él es el Padre del Mesías. El hecho de que Dios el Padre es el Padre del Mesías, Yeshúa (Jesús) el Hijo, es visto de cinco maneras.

1. Engendrado por el Padre

La primera forma en la que Dios es visto como el Padre del Mesías es que el Hijo fue engendrado por el Padre. Esto es enseñado en el Antiguo Testamento en Salmo 2:7: Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

En el Nuevo Testamento, esto es enseñado en Juan 1:14: Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan 1:18 dice: A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Esto se encuentra una vez más en Juan 3:16-17: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Otro ejemplo es I Juan 4:9: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

El hecho de que el Mesías fue engendrado por el Padre a menudo ha sido malinterpretado. Algunos grupos, principalmente aquellos entre los cultos que enseñan que Yeshúa no es eterno, interpretan que el término “engendrado por el Padre” significa que Jesús fue creado por Dios el Padre. En realidad, el término engendrado enfatiza “singularidad” en que Él es el único Hijo de Dios, no Su creación.

Mientras que la Paternidad de Dios tiene muchos aspectos, existe una singularidad en la relación con el Hijo. Así pues, el término “engendrado por el Padre” no significa que Jesús fue creado por Dios el Padre, sino que la relación Padre-Hijo es exclusiva. Esto simplemente no es cierto de otras relaciones. La paternidad de Dios del Mesías es vista en que Él (Jesús) es engendrado por el Padre, lo que significa que Él es el único Hijo de Dios; Él tiene una relación exclusiva que no es cierta de otras relaciones entre padre e hijo.

2. Reconocido por el Padre

La segunda forma en la que la Paternidad de Dios es vista es que el Padre mismo reconoció que Yeshúa es Su Hijo. Un ejemplo es Mateo 3:17b, donde Dios el Padre, hablando desde el Cielo declaró: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Dios el Padre reconoció que Jesús es el Hijo.

3. Reconocido por Yeshúa mismo

La tercera forma en la que la Paternidad de Dios es vista es que el Hijo reconoció a Dios el Padre como Su Padre (Mateo 11:27; Juan 8:54; 14:12-13).

4. Reconocido por otros hombres

La cuarta forma en la que la Paternidad de Dios es vista en que otros hombres reconocieron que Jesús es el Hijo de Su Padre y que Dios el Padre era el Padre del Mesías. Un ejemplo es Mateo 16:16, donde Pedro hizo su gran confesión y dijo literalmente: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Pedro reconoció que Yeshúa era el Hijo de Dios; por lo tanto, Dios el Padre es el Padre del Mesías.

Otros ejemplos de esto se encuentran en Marcos 15:39 y Romanos 8:32. Jesús fue reconocido como el Hijo de Dios por los hombres y esto enfatizó una vez más que Dios el Padre es el Padre del Mesías.

5. Reconocido por los demonios

La quinta forma en la que la Paternidad de Dios es vista es el hecho de que también los demonios reconocieron que Yeshúa era el Hijo de Dios. Un ejemplo es Mateo 8:28-29: Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

En estos versos, los demonios estaban hablando y reconocieron que Él era el Hijo de Dios. Esto significaría automáticamente que Dios es el Padre del Mesías.

B. El Padre de la Creación

El segundo aspecto de la Paternidad del Padre es que Él es el Padre de la Creación. Un ejemplo de esta verdad se encuentra en I Corintios 8:6: para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de Él.

En este pasaje, el Padre es tratado como Dios, el Padre y es conectado con la Creación en que Él es el Padre de la Creación.

Un segundo ejemplo está en Santiago 1:17: Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

En este verso, Él es tratado como el Padre y es llamado el Padre de las luces, un título que lo conecta con la Creación misma.

C. El Padre de los ángeles

El tercer aspecto en el que la Paternidad es vista es que Él es el Padre de todos los ángeles. Por esa razón, los ángeles son mencionados como los hijos de Dios.

Hay cuatro Escrituras que enseñan esta verdad. El primer pasaje es Génesis 6:1-4, que menciona a los hijos de Dios. Algunos interpretan que el término hijos de Dios en el Libro de Génesis se refiere a los descendientes de Set en oposición a los hijos de Caín. Los otros tres pasajes, Job 1:6; 2:1 y 38:7, muestran claramente que el término hijos de Dios debe referirse a ángeles. Todas estas Escrituras usan el término hijos de Dios y, en esos contextos, nadie duda de que se refieran a ángeles. La consistencia debería mantenerse, por eso Génesis 6 también debe referirse a ángeles.

D. El Padre de todos los hombres

El cuarto aspecto de la Paternidad de Dios es que Él es el Padre de todos los hombres. Un ejemplo de esto es Hechos 17:29: Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.

Este verso declara que todos los hombres son el linaje de Dios. En cierto sentido, existe la Paternidad universal de Dios de todos los hombres; Él es el Padre de todos los hombres en el sentido de que Él es el Creador del hombre. Del mismo modo, Él es el Padre de todos los ángeles. Es desafortunado que los liberales se hayan refugiado en este aspecto, ignorando los otros.

Sí, la Biblia enseña que existe la universalidad de la Paternidad de Dios. Ciertamente es el Padre de todos los hombres, pero sólo en la relación del Creador con el creado. No significa, como ellos han estado enseñando, que esto significa automáticamente una salvación universal; que de todos modos todas las personas serán salvadas. La Biblia no enseña que todas las personas serán salvadas. Debido a que Dios es el Padre de todos los hombres no significa que todos los hombres van a ser salvos; sólo significa que Dios es el Creador de todos los hombres.

Otro ejemplo donde se dice que Él es el Padre de todos los hombres está en Efesios 3:14-15: Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.

En este pasaje, los conceptos de la familia y la Paternidad de Dios son reunidos. Esto, también, enfatiza la universalidad de la Paternidad de Dios. Él es el Padre de todos los hombres en virtud de ser el Creador de todos los hombres.

Un tercer ejemplo es Hebreos 12:9: Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

Se habla de Dios el Padre siendo el Padre de los espíritus sin distinción. Otra vez, Él es el Padre de todos los hombres, no en una relación de salvación, sino que en una relación de creación. Existe una universalidad de la Paternidad de Dios debido a que Él es el Creador de todos los hombres.

E. El Padre de Israel

El quinto aspecto de la Paternidad de Dios es que Él también es el Padre de Israel. Esto es subrayado un número de veces a lo largo del Antiguo Testamento. Un ejemplo se encuentra en Éxodo 4:22: Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.

Dios llamó a Israel el hijo de Jehová. Como una nación, Israel es el hijo nacional de Dios. Ninguna nación es llamada alguna vez el hijo de Dios excepto una, y ésa es Israel.

Un segundo ejemplo se encuentra en Deuteronomio 32:6: ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció.

En este pasaje, Moisés señaló muy claramente que Dios el Padre es también el Padre de Israel; Israel, como una nación, es el hijo de Dios.

Un tercer ejemplo es Isaías 64:8, en el que se dice que Israel es el hijo de Dios.

Un cuarto ejemplo es Jeremías 3:4.

Un quinto ejemplo es Oseas 11:1: Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.

Finalmente, Malaquías 1:6 también enfatiza esta relación exclusiva de Israel como el hijo de Dios: El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

Al hablarle a Israel, Dios le recuerda a Israel que Él es Su Padre y que Israel es Su hijo.

F. El Padre de los Creyentes

El sexto aspecto de la Paternidad de Dios es que Él es el Padre de los creyentes. Juan 1:12 declara: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Ésta es su relación exclusiva en el aspecto de la salvación. Hablar de que Dios el Padre es el Padre de todos los hombres enfatiza a Dios como el Creador de todos los hombres, de quien todos los hombres reciben su vida. Pero eso no garantiza la salvación de todos los hombres, ya que cada individuo debe ejercitar el acto personal de fe. Dios el Padre es unívocamente el Padre de los creyentes en virtud del nuevo nacimiento, en virtud de la regeneración. Es esta relación de Dios el Padre con los creyentes que refleja el aspecto de la salvación.

Otros pasajes que se refieren a Dios el Padre como el Padre de los creyentes incluyen a Mateo 5:45; 6:6-15; Romanos 8:14-16; y I Juan 3:1.

II. Las Obras de Dios el Padre

La segunda área en el estudio de Dios el Padre concierne a Sus obras. Mientras que los aspectos de la paternidad lo distinguen de las otras dos Personas de la Trinidad en lo que a la personalidad se refiere, las obras de Dios el Padre lo distinguen de las obras del Hijo y del Espíritu Santo.

Cinco obras de Dios el Padre necesitan ser mencionadas. Primera, Dios el Padre genera al Hijo para toda la eternidad (Juan 5:17-26). Segunda, es Dios el Padre quien es el autor del decreto que hará que se lleve a cabo todo lo que Él desee (Salmo 2:7-9). Tercera, se dice que la obra de la elección es la obra de Dios el Padre (Efesios 1:3-6). Cuarta, es Dios el Padre quien envió al Hijo a hacer la obra de la redención (Juan 5:36). Y quinta, es Dios el Padre quien disciplina a Sus hijos. Debido a que Él es el Padre de los creyentes, Él tiene el derecho de disciplinar a los creyentes. La obra de la disciplina divina es una obra de Dios el Padre (Hebreos 12:9).

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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (
endefensadelafe.org)

Original article:
God the Father (pdf)

Traducido y publicado con permiso de:

Ariel Ministries (
ariel.org)
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