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martes, 3 de septiembre de 2024

Identificando a los 24 Ancianos de Apocalipsis 4

Por Dr. Nathan E. Jones

Cuando el apóstol Juan fue arrebatado al cielo, reveló que el trono de Dios no está solo. Más bien, está situado en el centro de un círculo de tronos menores.

Escribió: “Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y en los tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas” (Ap. 4:4). Juan, que se llamaba a sí mismo el Anciano (2 Juan 1:1), se había encontrado con los 24 Ancianos y, al hacerlo, presentó un gran misterio. ¿Quiénes son los 24 Ancianos?

El primer impulso es identificar a los 24 Ancianos como una clase especial elevada de ángeles. Sin embargo, tal conclusión es problemática. Los orígenes antiguos de los ángeles ciertamente podrían haberles valido el título de ancianos, pero ésta habría sido la única vez en la Biblia donde los ángeles son llamados ancianos.

Si no son ángeles, ¿podrían los 24 Ancianos ser miembros de la humanidad? Y, si es así, ¿qué humanos? Algunos teorizan que los 24 ancianos podrían estar compuestos por los 12 hijos de Jacob, los patriarcas tribales de Israel, más los 12 apóstoles, con los dos grupos representando el Antiguo y el Nuevo Pacto de Dios. Esa configuración tiene cierta lógica. Pero, como el último apóstol vivo, el asiento de Juan debería haber permanecido vacante, sin embargo, aún contaba con 24 ancianos presentes.

Si no es un combo Patriarca-Apóstol, ¿qué tal si los 24 Ancianos estuvieran compuestos por otro grupo de hombres, desconocidos para nosotros?

Creo que estos hombres desconocidos son representantes de la Iglesia, debido a la forma en que Juan describió las recompensas que estos hombres tienen, recompensas prometidas sólo a la Iglesia arrebatada.

Después de que los creyentes en Cristo sean arrebatados, pasaremos por el Juicio de los Justos. Seremos recompensados por las buenas obras que el Espíritu Santo realizó a través de nuestras vidas.

Algunas de esas recompensas serán inmateriales. Por ejemplo, los que se salvan vivirán para siempre con su Creador en una relación amorosa en la Tierra Nueva. Otras recompensas se relacionarán con los niveles de posición, ya que a los creyentes glorificados se les otorgarán diferentes grados de autoridad gobernante durante el reinado milenario de Cristo (Lucas 19:11-27). Otras recompensas serán de naturaleza material, como túnicas blancas especiales (Ap. 6:11; 19:8), y cinco coronas diferentes que se otorgarán a los cristianos por logros espirituales meritorios. Estas recompensas fueron prometidas explícitamente a la Iglesia (Ap. 1:6).

Juan describió a los ancianos arrojando sus coronas en adoración ante Aquel que estaba en el trono mientras cantaban un cántico nuevo: “Con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación; nos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Ap. 5:9-10).

Su cántico ciertamente prueba que los 24 ancianos no son ángeles, porque estos ancianos necesitaban ser redimidos por la sangre derramada de Cristo, y no hay redención para los ángeles. Por lo tanto, los 24 Ancianos sólo podían ser los santos de la Era de la Iglesia. Iré aún más lejos, ¡uno de ellos podrías ser tú!

Durante la época del rey David, se habían designado 24 ancianos para dividir el sacerdocio en 24 turnos, y cada anciano servía dos semanas seguidas en el Templo. El gran número de sacerdotes requería una rotación para que todos ellos tuvieran tiempo para cumplir con sus deberes sacerdotales. Pasemos a la promesa de Jesús de que aquellos que “venzan” (es decir, aquellos que son salvos), tendrán la oportunidad de sentarse “conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono” (Ap. 3:21).

¿Podría ser que a estos vencedores, a fin de obtener su turno, se les conceda un asiento rotativo en el trono celestial? Si es así, eso significa, cristiano, que serás tú quien lleve una túnica blanca pura. Serás tú quien lleve una corona de oro. Serás tú quien arroje tu corona en un acto eterno de adoración gozosa hacia tu Salvador, quien se sienta en el mismo trono sobre toda autoridad. ¡Puedes ser, al menos por un tiempo, uno de los 24 Ancianos!

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:

Recurso recomendado:


viernes, 8 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: Una Prueba de Actitud Eterna


Permítame darle una prueba para determinar si está viviendo con una perspectiva eterna o no: ¿Cómo se siente acerca del regreso del Señor? Ésta es una prueba de fuego que determinará si está enamorado del mundo o del Señor.

La actitud de la persona que está enamorada del mundo se puede expresar mejor con estas palabras: “Quiero que el Señor vuelva, pero...”. Siempre hay un “pero”.

  • “Quiero que el Señor regrese, pero quiero que Él venga después de haber ganado un millón de dólares”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de haber escrito una gran novela”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que yo aparezca en la portada de la revista Time”.
  • “Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que haya construido una gran iglesia”.
  • Quiero que el Señor venga, pero quiero que Él venga después de que tenga 85 años y haya experimentado todo lo que la vida tiene para ofrecer.

Lo que esta gente realmente está diciendo es: “¡Quiero que venga Jesús, pero no quiero que arruine mi vida!”. Están enamorados del mundo.

Verás, cuando estás enamorado de alguien, quieres estar con él. Eso es un hecho de la vida. Observa a las personas que se acaban de enamorar. Quieren estar juntos todo el tiempo. Cuando están separados, ¡están constantemente hablando por teléfono sobre cuándo volverán a estar juntos!

Lo mismo ocurre con el Señor. Si realmente amas a Jesús, querrás estar con él. Hablarás con él en oración. Tendrás comunión con Él en Su Palabra y en adoración. Pero estas formas de comunicación nunca satisfarán su anhelo de estar en Su presencia, de tener una comunión personal e íntima con Él, cara a cara.

Serás como Pablo, dispuesto a permanecer en este mundo sirviendo al Señor, pero anhelando el día en que estarás unido a Él, ya sea a través de la muerte o Su regreso (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23–24). 

Una Sugerencia Práctica

Te sugiero que la próxima vez que dejes escapar tu perspectiva eterna, recuerdes el Salmo 73 y léelo. Cuando termines, invierte los números y vaya al Salmo 37. Allí encontrará un poderoso resumen de lo que Asaf aprendió. Es un salmo del mentor de Asaf, el rey David.

David dice: “No te impacientes a causa de los malignos…porque como la hierba serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán” (versículos 1–2). Nos dice qué hacer en su lugar: “Confía en Jehová y haz el bien…Deléitate asimismo en Jehová” (versículos 3–4). Una y otra vez nos advierte que no nos preocupemos por los malhechores, porque dice que llegará el día cuando serán “cortados” (v. 9). En contraste, “los que esperan en Jehová heredarán la tierra” (v. 9).

¿Cuál es tu Actitud?

¿Estás enfocado en este mundo? ¿Estás apegado a él o tienes la sensación de que sólo estás de paso, en dirección a un hogar eterno?

Esta vida es transitoria. Esta vida es sólo el preludio de la eternidad. 

El compositor de himnos, Emiliano Ponce, lo puso todo en perspectiva cuando escribió:

Aunque en esta vida no tengo riquezas,
Sé que allá en la gloria tengo una mansión;
Cual alma perdida entre las pobrezas,
De mí es Jesucristo tuvo compasión.

//Más allá del sol, más allá del sol,
Yo tengo un hogar, hogar bello hogar,
Mas allá del sol//

Así, por el mundo, yo voy caminando,
De pruebas rodeado, y de tentación;
Pero a mi lado viene consolando
Mi bendito Cristo en la turbación.

A los pueblos todos del linaje humano
Cristo quiere darles plena salvación.
También una casa para cada hermano,
Fue a prepararle a la santa Sion.

Hay otro cántico que resume toda la esencia de lo que significa vivir con una perspectiva eterna:6

Vuelve tus ojos a Jesús
Míralo de lleno en Su rostro maravilloso,
Y las cosas de la tierra
Se volverán extrañamente oscuro
A la luz de Su gloria y gracia.

Hace algunos años recibí la bendición de conocer a un gran hombre de Dios llamado Leonard Ravenhill, un predicador profético de Inglaterra. Después de nuestra reunión, mantuvimos una breve correspondencia. Justo antes de morir, en la última carta que me envió, adjuntó una pequeña tarjeta que contenía un breve mensaje de una oración. Me instó a memorizar el mensaje y vivirlo a diario.

Eso fue en julio de 1988. Todavía tengo la tarjeta. Está desgastada y hecha jirones, porque me he propuesto mantenerla en el bolsillo de mi camisa en todo momento. El mensaje impreso en ella es simple pero profundo: “Señor, mantenme consciente de la eternidad”.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea la parte 4 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Estimados lectores: Gracias a las ofrendas de amor de nuestros colaboradores, podemos poner gratuitamente a su disposición este material exclusivo de nuestro Ministerio. Si siente de parte del Señor apoyar la labor que su servidor está llevando a cabo, visite nuestra sección Donativos, para descubrir cómo podrá hacerlo.

Notas

6) Helen H. Lemmel, “Turn Your Eyes Upon Jesus,” © 1922, renovado en 1950 por Singspiration, Inc.

Este artículo es una abreviatura de un capítulo contenido en el libro del Dr. Reagan, Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin.

jueves, 7 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: El Ejemplo Bíblico de Asaf


Hay un poderoso ejemplo bíblico de lo que puede suceder cuando un creyente aparta los ojos del Señor y comienza a enfocarse en cosas transitorias, en lugar de asuntos eternos. Se encuentra en el Salmo 73.

Todos los estudiantes de la Biblia están familiarizados con el Salmo 51, en el que David confesó su pecado de adulterio con Betsabé. Pero pocos parecen estar al tanto del Salmo 73, que contiene la confesión del líder de adoración de David, Asaf.

En este notable salmo, Asaf confiesa que casi perdió la fe cuando perdió su perspectiva eterna. Sucedió cuando hizo algo que todos solemos hacer de vez en cuando — es decir, apartó los ojos del Señor y los puso en los malvados. Cuando lo hizo, notó la prosperidad de los malvados y comenzó a preguntarse si su devoción a Dios realmente valía el esfuerzo (Salmo 73:1–3).

¿Le ha pasado alguna vez? Seguro que sí. Creo que nos ha pasado a todos de vez en cuando.

Luchando con la Prosperidad de los Malvados

Es fin de mes y las facturas están vencidas. Estás sentado en tu escritorio escribiendo cheque tras cheque. De repente, alcanzas ese saldo mínimo que debes mantener para poder pagar las facturas diarias del nuevo mes: comida, gasolina, ropa, reparaciones, etc. ¡Pero aún tienes un montón de facturas por pagar! Suspiras exasperado, preguntándote cuándo podrás ponerte al día con lo que debes.

Mientras se sienta allí, mirando abatido su escaso equilibrio, comienza a pensar en un amigo suyo en el trabajo. Es un hombre vanidoso y profano, con una boca de alcantarilla. Al que no le importa nada Dios. Le es infiel a su esposa. Ignora a sus hijos. Está consumido por los deportes y apuesta constantemente. Sin embargo, nunca parece preocuparse. Vive en una hermosa casa, conduce un automóvil elegante y come en los mejores restaurantes.

Tu corazón comienza a llenarse de envidia e ira. Sientes ganas de clamar: “Señor, te sirvo fielmente, y todo lo que parece que obtengo a cambio son problemas. Mi colega en el trabajo es un completo réprobo, ¡y no parece tener ninguna preocupación en el mundo! ¿Qué ocurre? ¿Me estoy esforzando para nada? ¿Es mi diezmo una pérdida de mi dinero? ¿No te importa mi fidelidad? ¡De la forma en que van las cosas, también podría servir al diablo y disfrutar un poco de la vida!”.

¿Suena familiar? Bueno, esto es exactamente lo que le pasó a Asaf. Perdió su perspectiva eterna, puso sus ojos en los malvados y comenzó a revolcarse en la autocompasión (Salmo 73:2–3).

El Pecado de Asaf

Es sorprendente lo irracionales que nos volvemos cuando permitimos que la autocompasión se apodere de nuestro pensamiento. Cuando le sucedió a Asaf, comenzó a fantasear con los ricos. Comenzó a decirse a sí mismo que “siempre están a gusto”, siempre aumentando en riqueza, sin enfrentarse nunca a los problemas de otras personas (Salmo 73:4–5, 12). Todo lo cual, por supuesto, es una absoluta tontería. De hecho, lo opuesto es verdad. Los ricos suelen tener muchos más problemas que otras personas. Por un lado, deben estar constantemente preocupados por su dinero: cómo protegerlo y multiplicarlo.

Fue mientras Asaf estaba atrapado en este mundo de fantasía que cometió un pecado grave contra Dios. Blasfemó contra el amor y la fidelidad de Dios al exclamar: “¡Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón y en inocencia he lavado mis manos!, pues he sido azotado todo el día y castigado todas las mañanas” (Salmo 73:13–14).

El Punto de Inflexión de Asaf

Asaf estaba literalmente a punto de perder su fe. Su espíritu estaba alborotado. Estaba luchando con una duda monstruosa. El combate de lucha continuó hasta… “hasta que, entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos [el fin de los impíos]” (Salmo 73:17).

Asaph es exasperantemente vago en este punto. No nos dice qué le sucedió cuando fue a la casa del Señor, excepto que su perspectiva eterna fue restaurada. ¿Fue un cántico que tocó su corazón? ¿Podría haber sido una lectura de las Escrituras o un sermón? Quizás fue una palabra de aliento de un amigo perspicaz. Incluso podría haber sido una muerte en su familia. Simplemente no lo sabemos. Todo lo que sabemos con certeza es que algo tocó su corazón y le recordó el destino eterno de los malvados.

Afirma que se le recordó que los malvados caminan en “lugares resbaladizos” y que Dios puede hacer que sean arrojados en cualquier momento, arrastrados por un “terror repentino” (Salmo 73:18–19). En otras palabras, a Asaph se le recordó que la vida es muy tentativa: aquí en un momento y desaparecer en el siguiente.

El Impacto de la Muerte

Creo que ésta es la razón por la que la muerte de la princesa Diana tuvo un impacto tan enorme en el mundo. Aquí estaba una mujer que lo tenía todo, todo lo que el mundo sueña con tener. Tenía belleza, encanto, riqueza, fama e influencia. Ella tenía la “buena vida”. Sin embargo, en un momento aterrador, todo desapareció. Ella fue reducida a la igualdad con todos nosotros: una persona mortal que fue a encontrarse con su Creador.

Fue un evento aleccionador. Hizo entender la naturaleza transitoria de la vida. Estoy seguro de que hizo que muchas personas se detuvieran y pensaran en la eternidad por primera vez en sus vidas.

La Biblia dice que la mayoría de la gente vive con el miedo a la muerte de por vida. De hecho, la Biblia lo pone aún más fuerte que eso. Dice que la mayoría de la gente vive en “esclavitud” del miedo a la muerte (Hebreos 2:15). Ésta es la razón por la que una muerte en la familia, o la muerte de un amigo o una celebridad, siempre tiene tanto impacto. Nos recuerda nuestra mortalidad y activa nuestra perspectiva eterna.

La Fe de Asaf es Restaurada

Creo que es interesante notar que una vez que se restauró la perspectiva eterna de Asaf, miró hacia atrás en su combate con las dudas y se maravilló de lo estúpido que había sido. Concluyó que era tan “insensato e ignorante” como una bestia (Salmo 73:21–22).

Asaf concluyó su salmo alabando al Señor por su fidelidad con palabras que recuerdan a las de Pablo cuando escribió: “Si somos infieles, él permanece fiel; porque no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13).

Asaf expresó sus prioridades restauradas en palabras memorables (Salmo 73:25–28):

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón desfallecen;
mas la roca de mi corazón y mi porción
es Dios para siempre.
Ciertamente los que se alejan de ti perecerán;
tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien.
He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
para contar todas tus obras.

La solución a la agonía espiritual de Asaf fue la restauración de su perspectiva eterna. Se le recordó que esta vida es fugaz y que se acerca un día de juicio. Se dio cuenta de que es posible que nunca vea justicia en esta vida, pero un día la justicia prevalecerá. Se dio cuenta de que había sido llamado a vivir por fe y no por vista.

En la quinta y última parte de esta serie sobre cómo vivir con una perspectiva eterna, te pondré a prueba para ver si eres consciente de la eternidad.


Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea la parte 3 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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miércoles, 6 de octubre de 2021

Viviendo con una Perspectiva Eterna: Mi Actitud sobre el Mundo


Permítanme pedirles su indulgencia por un momento, mientras les comparto mis sentimientos personales sobre este mundo. La palabra que usaría es “odio”. Sí, odio este mundo. Lo odio con una pasión tan fuerte y tan intensa que me cuesta expresarlo con palabras.

Ahora, permítanme apresurarme a aclarar mi sentimiento afirmando que no odio la hermosa y maravillosa creación de Dios. He tenido el privilegio de ver la majestuosidad de los Alpes. Me ha impresionado la belleza escarpada de Alaska. Nunca dejo de asombrarme por las maravillas creativas de Dios en el gran suroeste de Estados Unidos. He tenido la suerte de ver la increíble belleza de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Y me he sentido abrumado una y otra vez por la cruda y casi mística desnudez del desierto de Judea en Israel.

Cuando digo que “odio” este mundo, no me refiero a la creación de Dios. Me refiero, en cambio, al malvado sistema mundial en el que vivimos. Permítanme darles algunos ejemplos de lo que estoy hablando:

  • Odio un mundo donde miles de bebés son asesinados todos los días en el útero de sus madres.
  • Odio un mundo donde las drogas ilícitas destruyen la vida de los jóvenes en la flor de la vida.
  • Odio un mundo que mima a los criminales y se burla de la justicia.
  • Odio un mundo que glorifica el crimen en sus películas y programas de televisión.
  • Odio un mundo que aplaude a artistas indecentes y vulgares como Lady Gaga.
  • Odio un mundo donde el gobierno ha convertido el juego de un vicio en una virtud.
  • Odio un mundo en el que a los atletas profesionales se les paga millones de dólares al año, mientras cientos de miles duermen sin hogar en las calles todas las noches.
  • Odio un mundo en el que las personas se juzgan y se condenan unas a otras por el color de la piel.
  • Odio un mundo que llama al mal bien al exigir que la homosexualidad sea reconocida como un estilo de vida alternativo legítimo.
  • Odio un mundo en el que las madres se ven obligadas a trabajar, mientras sus hijos crecen en guarderías impersonales.

Espero que ahora entiendan a qué me refiero cuando digo: “¡Odio este mundo!”.

El Punto de Vista de Jesús

Pero, cómo me siento personalmente sobre este mundo no es importante. El punto crucial que debe considerar es el punto de vista bíblico. Veámoslo y, mientras lo hacemos, compare el punto de vista bíblico con el suyo.

Comencemos con el punto de vista que Jesús nos dijo que deberíamos tener. Está registrado en Juan 12:25: “El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará”.

Ésas son palabras fuertes. Son del tipo que nos hacen estremecernos y pensar: “Seguramente no quiso decir lo que dijo”. Pero el contexto indica que Jesús quiso decir exactamente lo que dijo. Entonces, ¿qué pasa con eso? ¿Odias tu vida en este mundo o la amas? 

El Punto de Vista de los Apóstoles

El apóstol Pablo dio una advertencia muy fuerte acerca de sentirse cómodo con el mundo. En Romanos 12: 2, escribió: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente”. ¿Cómo está a la altura de esta exhortación?

¿Está conformado al mundo? ¿Ha adoptado la forma de vestir del mundo? ¿Qué pasa con la forma de hablar del mundo o el amor del mundo por el dinero? ¿Son sus metas las metas del mundo: poder, éxito, fama y riquezas?

El hermano de Jesús expresó el asunto en un lenguaje muy directo. Él dijo: “¿No saben que la amistad con el mundo es hostilidad hacia Dios?” (Jacobo 4:4).

¿Eres amigo del mundo? ¿Se siente cómodo con lo que el mundo tiene para ofrecer en música, películas, programas de televisión y libros más vendidos? ¡La amistad con el mundo es hostilidad hacia Dios!

De hecho, Jacobo lo pone aún más fuerte que eso, porque al comienzo del pasaje que cité anteriormente (Jacobo 4:4), dice que aquellos que son amigos del mundo son adúlteros espirituales.

El apóstol Juan argumenta eso con la misma fuerza en 1 Juan 2:15–16:

No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. 

Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.

No hay forma de escapar de la triste realidad de estas palabras. ¿Amas el mundo? Si es así, ¡el amor del Padre no está en ti!

El Enfoque de tu Mente

Pablo nos dice cómo evitar sentirnos cómodos con el mundo. En Colosenses 3:2 dice: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. En Filipenses 4:8, expresa la misma advertencia en estas palabras:

Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.

Como indican estos versículos, una de las claves para vivir una vida triunfante en Cristo — para vivir una vida gozosa y victoriosa en medio de un mundo que se revuelca en la desesperación — es vivir con una perspectiva eterna consciente.

Los cristianos estamos llamados a ser "extranjeros y extraños" en este mundo porque estamos de paso en nuestro camino hacia nuestro hogar celestial definitivo.

¿Qué significa eso? En palabras de Pedro, eso significa vivir como “extranjeros y peregrinos” en este mundo (1 Pedro 2:11). De manera similar, en palabras del escritor de Hebreos, significa vivir como extranjeros y peregrinos” (Hebreos 11:13). Pablo lo expresó de esta manera: No pongan la mente en las cosas terrenales porque, “nuestra ciudadanía está en los cielos” (Filipenses 3:19–20).

El gran escritor cristiano, C. S. Lewis, explicó que vivir con una perspectiva eterna significa “vivir como comandos que operan detrás de las líneas enemigas, preparando el camino para la llegada del Comandante en Jefe”.5

En la cuarta parte de esta serie sobre cómo vivir con una perspectiva eterna, veremos el ejemplo bíblico de Asaf.

Lea la parte 1 aquí

Lea la parte 2 aquí

Lea también:
»» Viviendo para Cristo en los Tiempos del Fin (pdf)
»» Viviendo a la Luz de Su Venida
»» La Curva Exponencial (pdf)
»» Un Manifiesto Profético (pdf)
»» 50 Razones por las que Estamos Viviendo en los Tiempos del Fin (pdf)

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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Notas

5) El autor no pudo localizar la fuente precisa de esta cita que se atribuye a C. S. Lewis. Lewis se refiere varias veces a vivir en territorio enemigo en su clásico, Mere Christianity, (Nueva York, Nueva York: MacMillan Publishing Co., 1960), p. 51.

jueves, 25 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 4 de 4)



Soluciones Propuestas a la “Sanidad de las Hojas”

Al igual que las referencias a las naciones en la Tierra Nueva, el comentario en Apocalipsis 22:2 acerca de las naciones siendo sanadas por las hojas del Árbol de la Vida generalmente se pasa por alto en los comentarios o se espiritualiza en un sinsentido.

Como un ejemplo de espiritualización, considere esta explicación de Robert Hawker (1753-1827):26

Mirad a Jesús como el Árbol de la Vida…Él da doce frutos, es decir, toda variedad: Tiene perdón, misericordia, paz, gracia, amor, fortaleza, consuelo, liberación en tentaciones, recuperaciones en deslices, ayuda en momentos de necesidad, preparación para las ordenanzas, y bendiciones en el uso de ellas.

Afortunadamente, la mayoría de los comentaristas son más sensatos. La vasta mayoría toma la posición de que la palabra, “sanidad”, debería traducirse como “salud” o “servicio”. Señalan que Apocalipsis 21:4 proclama que, cuando el Estado Eterno comience, la muerte será abolida y ya no habrá más duelo, llanto o dolor. Por lo tanto, la “sanidad” provista por las hojas del Árbol de la Vida debe referirse al mantenimiento de una salud perfecta y no a la sanidad de la enfermedad. 


Aquí hay algunas muestras representativas de esta explicación:
  • Clarence Larkin: “Las hojas de los árboles son para la Sanidad de las Naciones que ocuparán la Tierra Nueva. No es que haya ninguna enfermedad, sino para preservarlas en salud, como Adán habría sido preservado en salud si hubiera comido del Árbol de la Vida en el Jardín del Edén”.27
  • David Hocking: “Significa que el Árbol de la Vida es la clave para la salud perpetua de todas las personas que se encuentran en el Estado Eterno. Es difícil concebir la necesidad de curación en el Estado Eterno, cuando todo el dolor y la muerte han sido removidos para siempre”.28
  • John MacArthur: “Quizás una mejor manera de traducirlo sería “dador de vida” o “dador de salud”, ya que la palabra griega para “sanidad” también puede significar ‘terapéutico’. Las hojas del Árbol de la Vida pueden compararse a vitaminas sobrenaturales, ya que las vitaminas no se toman para tratar enfermedades, sino para promover la salud general”.29

Conclusiones

Entonces, ¿dónde estamos? ¿Qué podemos concluir con certeza? No mucho. Principalmente tenemos que especular y abstenernos del dogmatismo.

Lo único que siento que puedo personalmente con certeza es que, en el Estado Eterno, habrá naciones viviendo en la Tierra Nueva fuera de la Nueva Jerusalén.

La identidad de las naciones sólo se puede adivinar. Mi mejor conjetura es que serán los sobrevivientes creyentes de la Tribulación, que entrarán al Milenio en la carne, así como sus descendientes nacidos durante el Milenio, que aceptarán a Jesús como su Señor y Salvador. Todas estas personas vivirán hasta el final del Milenio en cuerpos naturales. Nunca se nos dice que estas personas recibirán cuerpos glorificados como los que recibirán los creyentes resucitados.

Independientemente de su identidad, creo que las naciones en la Tierra Nueva estarán en cuerpos que son capaces de reproducirse, porque la Biblia dice que nunca un habrá un final para el crecimiento y la expansión del reino eterno de Jesús (Isaías 9:6-7).

También se nos dice que aquellos de nosotros que recibamos cuerpos glorificados y cuya residencia será la Nueva Jerusalén reinaremos como sacerdotes y reyes con Jesús para siempre (Apocalipsis 5:9-10). Para hacerlo, se requiere una población a la que ministrar y reinar. 


El principal problema que me queda es si las naciones de la Tierra Nueva serán capaces de pecar. La mayoría de los comentaristas creen que no lo harán, y tienen buenas razones para creer esto. De nuevo, la Biblia dice que “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23), y las Escrituras también nos dicen que, en el Estado Eterno, la muerte será abolida (1 Corintios 15:25-26; Apocalipsis 21:4). 

Pero la prohibición de que los pecadores entren a la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:27) parece indicar que las personas que componen las naciones serán capaces de cometer pecados. Y si no lo son, ¿por qué necesitarían sacerdotes y reyes? Esto es un misterio para mí, para el que no tengo respuesta.


Considere también que Dios nunca ha creado robots. Incluso los ángeles son capaces de pecar, y muchos lo hicieron cuando se unieron a la rebelión de Satanás. Todos los seres creados de Dios tienen libre albedrío. ¿Se eliminado esto de aquellos que estén en cuerpos naturales que habitarán la Tierra Nueva?

Desearía poder darle las respuestas a estas preguntas, pero no puedo. Para mí, las respuestas son un misterio.

Pero, lo que no es un misterio es que Dios ha prometido que, en el Estado Eterno, los redimidos van a ser bendecidos más allá de lo imaginable: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Corintios 2:9).

Debido a promesas como ésta, anhelo con todo mi corazón ese día en que Jesús aparecerá en los cielos y nos llamará a casa para estar con Él.

¡Maranata!


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Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

Original article

viernes, 19 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 3 de 4)



Explicaciones Inusuales

Dos expositores bíblicos muy reconocidos presentan explicaciones altamente imaginativas y desafiantes de las naciones en la Tierra Nueva. Ellos son J. Vernon McGee (1904-1988) y David L. Cooper (1886-1965).

McGee enseñaba que la Nueva Jerusalén nunca vendría a la tierra. En cambio, pensaba que se convertiría en un nuevo planeta, con la tierra actual convirtiéndose en un satélite orbitando alrededor de la ciudad. Creía que Israel y las naciones gentiles ocuparían la tierra en órbita y tendrían acceso a la Nueva Jerusalén. Sólo los santos de la Era de la Iglesia vivirían en la Nueva Jerusalén.15

Cooper creía que la Tierra Nueva sería mucho más grande que la actual, para mantener a la gigantesca Nueva Jerusalén en proporción. También creía que las naciones en la Tierra Nueva estarían compuestas de “una nueva raza de personas que serán creadas” y que serán inmunes al pecado, viviendo “en perfecta armonía con la voluntad de Dios por toda la eternidad”. Es a esta “nueva raza de personas” sobre la que los santos de la Era de la Iglesia gobernarán para siempre.16

Un tercer conocido experto en profecía bíblica, George Eldon Ladd (1911-1982), es la única persona que pude encontrar que tomó la posición de que las naciones de la Tierra Nueva estarían compuestas por personas no salvas. Él escribió: “Tomado literalmente, este versículo sugiere que, en la tierra nueva, habrá dos compañías de personas: los redimidos que habitan la nueva Jerusalén, y las naciones no regeneradas de la tierra, que viven fuera de la ciudad pero que son influenciadas por su presencia, caminando a su luz y llevando su gloria a la ciudad”.17 Pero continúa diciendo: “Sin embargo, es igualmente posible que Juan esté usando un lenguaje humano convencional para describir la universalidad del conocimiento de Dios en el orden eterno”18 —  ¡lo que sea que esas galimatías signifiquen!

Comentaristas Profundos

La discusión más detallada de las naciones en la Tierra Nueva, que he podido encontrar en un comentario publicado, es la de Robert L. Thomas, quien es profesor de lengua y literatura del Nuevo Testamento en The Master’s Seminary, en California. También sirvió en el consejo editorial de la New American Standard Bible, y en 1990 sirvió como el Presidente de la Sociedad Teológica Evangélica. 

En su muy detallado comentario de dos volúmenes sobre Apocalipsis, considera nueve interpretaciones diferentes de las naciones en la Tierra Nueva.20 Descarta las nueve por varias razones y luego presenta su teoría:

…las “naciones” están compuestas por personas salvas que sobreviven el reino milenial sin morir y sin unirse a la rebelión de Satanás, y que experimentan alguna clase de transformación que los adapta para la vida en el Estado Eterno. Serán como Adán y Eva en el Jardín del Edén antes de la Caída. Serán seres humanos no resucitados que habitarán la tierra nueva…Éstos serán sobre quienes los santos resucitados de Dios reinarán. Las naciones, los pueblos, y los hombres en la tierra deben continuar en la carne como lo hicieron Adán y Eva antes de la Caída.

Esta explicación me deja con ganas de más información. Por ejemplo, ¿qué significa “algún tipo de transformación que los adapta para la vida en el estado eterno”? Y, ¿por qué “las naciones, los pueblos y los hombres en la tierra” deben continuar en la carne?

La concepción de un artista desconocido del Árbol de la Vida

Hay dos artículos muy detallados sobre las generaciones perpetuas que se pueden encontrar en Internet:
  • Darrel Mitchell: “El Plan de Dios: los habitantes eternos”.21
  • F. M. Riley: “Mil Generaciones”.22

Ambos autores están de acuerdo en que habrá naciones de personas en la Tierra Nueva que existirán en cuerpos naturales. También están de acuerdo en que estos pueblos estarán compuestos por santos no resucitados que provienen de dos grupos:
  • Aquellos salvados durante la Tribulación que viven hasta el final de la Tribulación y se les permite entrar al Milenio en la carne.
  • Aquellos nacidos durante el Milenio, que aceptan a Jesús como su Señor y Salvador.

Las Escrituras indican que ambos grupos tendrán su esperanza de vida extendida a “los días de los árboles” (Isaías 65:20-22), lo que significa que vivirán hasta el final del Milenio, momento en el que estos escritores asumen que serán transferidos a la Nueva Jerusalén en sus cuerpos naturales.

Ambos escritores afirman que “la tierra fue creada para ser habitada por seres ‘naturales’ a los que se les prometió la tierra como una “herencia eterna” (Éxodo 32:13; Salmos 37:29; Mateo 5:5).23 También señalan de que Dios originalmente creó al hombre para vivir para siempre en su cuerpo natural, y que aquellos que existan en la Tierra Nueva en tales cuerpos cumplirán el propósito original de Dios de rellenar la tierra con personas naturales (Génesis 1:27-31; 9:7).24 Ambos autores también están de acuerdo en que la naturaleza pecaminosa será removida de estos habitantes de la Tierra Nueva, lo que los restaurará al “estado de pureza e inocencia en el que Adán y Eva estaban cuando Dios los creó”.25


Ambos autores reconocen que una objeción a su concepto es la declaración del apóstol Pablo: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Corintios 15:50). Su contraargumento es que estas naciones en la Tierra Nueva son súbditos del reino del Señor y no herederos. Sólo los santos resucitados en cuerpos glorificados son coherederos con Cristo en Su reino eterno (Romanos 8:17).

En el cuarto y último segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, les daré mi conclusión.


Lea la parte 1 aquí
Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

Original article

jueves, 18 de junio de 2020

El Mayor Misterio de la Profecía Bíblica (parte 2 de 4)

Aplicado al Milenio

Muchos comentaristas a lo largo de los años, que han prestado atención al misterio de las naciones en la Tierra Nueva, han tratado de resolverlo argumentando que los versículos son una retrospectiva al Milenio, cuando sabemos con certeza que las personas en cuerpos naturales y pecaminosos estarán viviendo en la tierra — siendo éstos los sobrevivientes de la Tribulación y los hijos que les nacieron durante el Milenio.

Un buen ejemplo de este punto de vista se puede encontrar en el comentario de G. R. Beasley-Murray (1916-2000): “El simbolismo es más adecuado para el orden de vida en el reino de Cristo que en la nueva creación”.4

Pero, simplemente no hay una base textual para asignar estos versículos al Milenio. Están ubicados en medio de la descripción de la Tierra Nueva y la Nueva Jerusalén.

Además, la Nueva Jerusalén no desciende a la tierra hasta después del Milenio, cuando la tierra actual ha sido consumida por el fuego y remoldeada en la Tierra Nueva.

Naciones Salvas de Santos Glorificados

Una segunda solución para el misterio se basa en manuscritos defectuosos de Apocalipsis 21:24. Ésta es la salida fácil del misterio para la mayoría de los autores que siquiera se molestan en prestarle atención.

La versión King James dice: “…y las naciones que hayan sido salvas…”. Basándose en esta lectura, muchos comentaristas simplemente concluyen que los redimidos podrán vivir dentro de la Nueva Jerusalén o en la Tierra Nueva fuera de la ciudad, o en ambos lugares. Algunos de los autores que toman esta posición incluyen a Adam Clarke, Albert Barnes, Daymond Duck, John Walvoord, Salem Kirban, Tim LaHaye, Herschel Hobbs y Mark Hitchcock.


El problema es que la frase, “que hayan sido salvas”, no se encuentra en ninguno de los manuscritos más antiguos. Aparentemente fue añadida por algún escriba a lo largo del camino que estaba tratando de resolver el misterio. Esta frase ha sido eliminada de casi todas las versiones modernas (NIV, NASB, RSV y ESV). La Versión New King James mantiene la frase, pero proporciona una nota al pie que explica que ésta no se encuentra en los manuscritos más antiguos.

Entonces, basado en este error del manuscrito, no se puede concluir decisivamente que las naciones a las que se hace referencia estando fuera de la Nueva Jerusalén en la Tierra Nueva son formadas por santos glorificados. Y esta “solución” no resuelve el segundo problema de por qué las naciones necesitan sanidad.

Otras Personas Redimidas

Una tercera solución al misterio es la idea de que aquellos salvados durante la Tribulación, que entraron al Milenio en la carne, y aquellos nacidos de estas personas durante el Milenio que aceptan a Jesús, serán transferidos a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales y vivirán fuera de la Nueva Jerusalén y repoblarán la Tierra Nueva.

Tomemos, por ejemplo, al famoso ilustrador de la Biblia, Clarence Larkin (1850-1924). Argumenta que antes de que la tierra sea consumida en fuego, Dios “quitará a los justos representantes de las naciones del Milenio que Él propone salvar, y cuando la tierra esté de nuevo en condiciones de ser la morada de los hombres, los colocará de nuevo en la Tierra Nueva, para que puedan aumentar, y multiplicar y rellenar, tal como se les dijo a Adán y a Noé de que multiplicaran y rellenaran la tierra actual (Génesis 1:27-28; 9:1).5 Él afirma, además, que cuando la siempre creciente población de la tierra se vuelva demasiado grande, el exceso se utilizará para poblar otros planetas”.6

Larkin concluye con esta observación:7

Dios no permitirá que Satanás bloquee Sus planes para poblar esta tierra con una Raza Humana sin Pecado. La muerte de Cristo no fue sólo para redimir a unos cuantos millones de la raza humana, sino para redimir la Tierra y la Raza misma de la maldición del pecado, y del dominio de Satanás.

Del mismo modo, Henry Morris (1918-2006), el renombrado científico creacionista, especula que las naciones de la Tierra Nueva podrían muy bien ser los salvados durante la Tribulación y el Milenio, que serán transferidos  a la Tierra Nueva en sus cuerpos naturales.8 Admite que esta interpretación está “cargada de dificultades”, pero señala que resuelve varios problemas. Después de todo, las Escrituras se refieren muchas veces a “generaciones perpetuas” (Génesis 9:12), y a “pactos eternos” (Génesis 9:12-16). Además, se nos dice en Isaías 9:7 que “lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin…desde ahora y para siempre”.


Morris admite que su propuesta es “altamente especulativa, pero parece algo razonable”.9 Luego, afirma que quizás “la exposición alternativa más probable” es que éstas son “naciones de los salvos” que son residentes de la Nueva Jerusalén, “pero a quienes también se les han dado fronteras naciones en la Tierra Nueva”.10

David Hocking está de acuerdo con la propuesta especulativa de Morris. Él escribe: “Probablemente, aquellos que salen del período de la Tribulación, aquellos descritos como ‘ovejas’ en Mateo 25:31-46, y aquellos nacidos durante el Milenio que no se rebelan contra el Mesías, son parte de las ‘naciones’ en la tierra en el estado eterno”.11

John MacArthur está de acuerdo: “Otra posible interpretación es que esta frase [naciones en la Tierra Nueva] se refiere a los creyentes vivos al final del Milenio. Según este punto de vista, la declaración…se refiere al traslado de esos creyentes antes de la destrucción del planeta actual”.12

Otros que están de acuerdo con esta idea incluyen a E. W. Bullinger, J. A. Seiss y Keith Krell. También es la posición de Hal Lindsey.

J. A. Seiss (1823-1904), escribió: “Yo…considero que es una parte necesaria e integral de la doctrina bíblica de la redención humana, que nuestra raza, como un orden de seres que se multiplican por sí mismos, nunca dejará de existir o de poseer la tierra…Las naciones rescatadas en la carne, por lo tanto, se encuentran entre los ocupantes de la tierra nueva, y los habitantes bendecidos y felices en ella, como Adán y Eva moraban en el Paraíso”.13

Keith Krell, pastor de la Iglesia Fourth Memorial en Spokane, Washington, y profesor asociado de exposición bíblica en el Instituto Bíblico Moddy en Spokane, explica su posición de la siguiente manera:14

Es claro por el contexto, que Juan está hablando acerca de un grupo de personas que tienen acceso a la Nueva Jerusalén, pero que no viven allí.

Sólo queda un grupo de personas en la tierra para ir a la eternidad en sus cuerpos físicos — creyentes que sirvieron a Cristo durante Su reino milenial. Entran en la eternidad en sus cuerpos físicos glorificados, no en cuerpos espirituales glorificados como nosotros [los santos de la Era de la Iglesia] tendremos, porque no experimentaron la muerte y la resurrección. Estas personas irán a la eternidad con cuerpos como los que Adán y Eva tenían en su creación, antes de que fueran hechos defectuosos por el pecado.

Esta explicación plantea otro misterio: “¿Qué es un “cuerpo físico glorificado”? Esto es algo que nunca se menciona en las Escrituras.

En el tercer segmento de nuestro estudio sobre el mayor misterio de la profecía bíblica, veremos algunas explicaciones inusuales al enigma de las naciones eternas.


Lea la parte 1 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe

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