Cuando el apóstol Juan fue arrebatado al cielo, reveló que el trono de Dios no está solo. Más bien, está situado en el centro de un círculo de tronos menores.
Escribió: “Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y en los tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas” (Ap. 4:4). Juan, que se llamaba a sí mismo el Anciano (2 Juan 1:1), se había encontrado con los 24 Ancianos y, al hacerlo, presentó un gran misterio. ¿Quiénes son los 24 Ancianos?
El primer impulso es identificar a los 24 Ancianos como una clase especial elevada de ángeles. Sin embargo, tal conclusión es problemática. Los orígenes antiguos de los ángeles ciertamente podrían haberles valido el título de ancianos, pero ésta habría sido la única vez en la Biblia donde los ángeles son llamados ancianos.
Si no son ángeles, ¿podrían los 24 Ancianos ser miembros de la humanidad? Y, si es así, ¿qué humanos? Algunos teorizan que los 24 ancianos podrían estar compuestos por los 12 hijos de Jacob, los patriarcas tribales de Israel, más los 12 apóstoles, con los dos grupos representando el Antiguo y el Nuevo Pacto de Dios. Esa configuración tiene cierta lógica. Pero, como el último apóstol vivo, el asiento de Juan debería haber permanecido vacante, sin embargo, aún contaba con 24 ancianos presentes.
Si no es un combo Patriarca-Apóstol, ¿qué tal si los 24 Ancianos estuvieran compuestos por otro grupo de hombres, desconocidos para nosotros?
Creo que estos hombres desconocidos son representantes de la Iglesia, debido a la forma en que Juan describió las recompensas que estos hombres tienen, recompensas prometidas sólo a la Iglesia arrebatada.
Después de que los creyentes en Cristo sean arrebatados, pasaremos por el Juicio de los Justos. Seremos recompensados por las buenas obras que el Espíritu Santo realizó a través de nuestras vidas.
Algunas de esas recompensas serán inmateriales. Por ejemplo, los que se salvan vivirán para siempre con su Creador en una relación amorosa en la Tierra Nueva. Otras recompensas se relacionarán con los niveles de posición, ya que a los creyentes glorificados se les otorgarán diferentes grados de autoridad gobernante durante el reinado milenario de Cristo (Lucas 19:11-27). Otras recompensas serán de naturaleza material, como túnicas blancas especiales (Ap. 6:11; 19:8), y cinco coronas diferentes que se otorgarán a los cristianos por logros espirituales meritorios. Estas recompensas fueron prometidas explícitamente a la Iglesia (Ap. 1:6).
Juan describió a los ancianos arrojando sus coronas en adoración ante Aquel que estaba en el trono mientras cantaban un cántico nuevo: “Con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación; nos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Ap. 5:9-10).
Su cántico ciertamente prueba que los 24 ancianos no son ángeles, porque estos ancianos necesitaban ser redimidos por la sangre derramada de Cristo, y no hay redención para los ángeles. Por lo tanto, los 24 Ancianos sólo podían ser los santos de la Era de la Iglesia. Iré aún más lejos, ¡uno de ellos podrías ser tú!
Durante la época del rey David, se habían designado 24 ancianos para dividir el sacerdocio en 24 turnos, y cada anciano servía dos semanas seguidas en el Templo. El gran número de sacerdotes requería una rotación para que todos ellos tuvieran tiempo para cumplir con sus deberes sacerdotales. Pasemos a la promesa de Jesús de que aquellos que “venzan” (es decir, aquellos que son salvos), tendrán la oportunidad de sentarse “conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono” (Ap. 3:21).
¿Podría ser que a estos vencedores, a fin de obtener su turno, se les conceda un asiento rotativo en el trono celestial? Si es así, eso significa, cristiano, que serás tú quien lleve una túnica blanca pura. Serás tú quien lleve una corona de oro. Serás tú quien arroje tu corona en un acto eterno de adoración gozosa hacia tu Salvador, quien se sienta en el mismo trono sobre toda autoridad. ¡Puedes ser, al menos por un tiempo, uno de los 24 Ancianos!
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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