El Modelo Detrás del Estudio
Es posible que usted note algunas diferencias en este curso con respecto a otros materiales de discipulado. Este estudio se basa en la imagen completa de lo que es un discípulo y no sólo en lo que un discípulo sabe o hace.
Los cristianos estamos de acuerdo en que Jesús nos ordenó hacer discípulos en Mateo 28:18-20. Pero hacer discípulos significa cosas diferentes para diferentes personas. ¿Cómo podemos saber cuándo hemos hecho un discípulo? ¿Es un discípulo simplemente alguien que ha aprobado un curso, ha aprendido doctrinas bíblicas o lee la Biblia con regularidad?
Un estudio de los diferentes programas, cursos y libros de discipulado demuestra las diferentes comprensiones de lo que significa hacer un discípulo. Algunos nunca tienen claro lo que están tratando de producir, y rápidamente se hace evidente que hay diferentes formas de lograrlo. Algunos materiales se inclinan fuertemente hacia el conocimiento de las doctrinas o la Biblia; otros hacia hábitos disciplinados como la oración, el estudio de la Biblia, dar testimonio, y otros hacia las relaciones o el carácter.
Un elemento que parece faltar constantemente en el discipulado es la motivación adecuada. Tal vez ésta es la razón por la que muchos de los que aprueban los cursos de discipulado no continúan con sus compromisos de discipulado. Los discípulos deben estar motivados a pagar el alto costo que Jesús atribuyó al discipulado. Jesús hablaba a menudo de bendiciones, consuelos, recompensas e importancia eterna cuando habló acerca del discipulado. Un discípulo debidamente motivado superará todos los obstáculos que se opongan a su crecimiento.
Ahí es donde entra la gracia. La gracia de Dios que nos trae la salvación nos motiva con amor y gratitud a seguir a Cristo en el discipulado. Muchos materiales de discipulado parecen pasar por alto una aplicación consistente de las bendiciones de la gracia a la vida y el crecimiento del cristiano. Jesús no sólo incorporó la gracia en Sus enseñanzas de discipulado para motivarnos a seguirle, sino que también habló de la bendición de las recompensas y la importancia eterna, y de una futura rendición de cuentas de nuestras obras en el Tribunal de Cristo.
Para hacer un discípulo, debemos comenzar con el objetivo en mente. En Mateo 10:25, Jesús dice: “Bástale al discípulo ser como su maestro”. Nuestra meta es desarrollar discípulos que se asemejen a Cristo, en base y motivados por la gracia.
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