“Pero, en cuanto a mí, yo oí, pero no pude entender; entonces dije: “Mi señor, ¿cuál será el resultado de estos acontecimientos?” (Daniel 12:8; NASB95).
El profeta Daniel había estado escuchando atentamente al ángel Gabriel pronunciando una serie de mensajes alucinantes. Dios estaba revelando el ascenso y la caída de grandes imperios, lo que finalmente conduciría a un imperio global dirigido por un déspota, a quien el apóstol Juan llamaría más tarde el Anticristo, con su inevitable destrucción por medio de la mano de Dios.
Por supuesto, todos estos grandes imperios estaban todavía tan lejos en el futuro, desde la perspectiva de Daniel, que obviamente estaba bastante perplejo por lo que estaba escuchando. Frotándose la frente arrugada en señal de confusión, Daniel le pidió al poderoso mensajero de Dios que le diera alguna explicación. Para su consternación, el ángel respondió con un firme: “¡De ninguna manera!”. Explicó que Daniel nunca podría entender realmente estas profecías, porque era necesario que sucedieran demasiados eventos antes de que pudieran cumplirse y, por lo tanto, entenderse correctamente.
Afortunadamente, Gabriel agregó que habría tres señales principales que marcarían el “tiempo del fin” en el que culminaría el final de esta serie de eventos. Encontramos el texto fuente de estas señales en Daniel 12:4. “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará”. Añadió que sólo aquellos que vivieran en los tiempos del fin, y que fueran “entendidos” (es decir, espiritualmente discernidores) entenderían por fin estas profecías. Reconocerían que el aumento exponencial en el conocimiento, los viajes y la comprensión profética anunciarían el fin de estos reinos controlados por los humanos con el segundo advenimiento del Mesías, que establecería Su reinado milenial terrenal (Daniel 12:3-10).
1) Aumento del Conocimiento
Exploremos la primera señal—un gran aumento en el conocimiento.
A menos que seas un niño pequeño que juega con el Android de tu madre, has vivido lo suficiente como para darte cuenta de que la forma en que obtenemos información ha cambiado mucho— demasiado — en las últimas décadas. Ni siquiera hablemos de décadas, sino de años. El niño que llega a la edad adulta hoy puede, con un escalofrío, mirar hacia atrás a principios de la década del año 2000, cuando no había Wikipedia, ni Gmail, ni redes sociales como Facebook y Twitter (ahora llamada X), ni computación en la nube, ni tabletas, ni teléfonos inteligentes y, ciertamente, no había conectividad a Internet de alta velocidad. ¿Recuerdas el sonido que hacía un módem cuando conectaba a un internauta a la World Wide Web? Hazle esa pregunta a un niño de diez años hoy y ni siquiera podría decírtelo. Ni siquiera Bob Dylan podría haber imaginado lo mucho que cambiarían las cosas cuando, en la edad de piedra de 1963, cantó “The Times They Are A-changin” (Los tiempos, están cambiando).
Sin embargo, los tiempos no siempre fueron así. Durante miles de años de historia humana, la vida permaneció prácticamente igual. Claro, cada 300 años más o menos, el mundo lograba una innovación que revolucionaba el mundo, moviendo a la humanidad de, digamos, la Edad de Bronce a la Edad de Hierro. Pero, en su mayor parte, las limitaciones en los viajes dejaron a la mayoría de los inventos acordonados en un pequeño rincón del mundo. Pero, entonces, finalmente llegó el año 1454 d. C., y el orfebre alemán Johannes Gutenberg lanzó la primera prensa de tipos móvil y reutilizable (como una fotocopiadora antigua). Por fin, las palabras de conocimiento podían ser copiadas masivamente en papel y distribuidas por todas partes. La era del libro impreso revolucionó el mundo, y Gutenberg comenzó con la fuente de todo conocimiento—la Biblia.
¿Te sorprendió saber en tus clases de historia que los avances que más han cambiado el mundo se han hecho en los últimos 150 años más o menos? Y, a medida que nos acercábamos a nuestros días, ¿cómo cada descubrimiento se producía cada vez más rápido, a medida que se lograba un avance sobre otro? Esta aceleración cada vez más rápida en el aprendizaje se denomina Curva Exponencial. Nuestro conocimiento ha experimentado un crecimiento exponencial a medida que un avance se construye sobre otro a un ritmo cada vez más rápido.
¿Cuál dirías que ha sido el descubrimiento más importante que nos ha ayudado a facilitar el advenimiento de esta explosión masiva en el crecimiento del conocimiento? Si respondiste “la computadora”, entonces estarías en lo correcto.
Cuando se trata de la curva exponencial de las computadoras, el viejo chiste es: “¿Cómo sabes cuándo tu computadora está obsoleta?”. La respuesta es: “Cuando la sacas de la caja”. Sin embargo, eso no está muy lejos de la verdad, ya que las compañías de computadoras duplican las velocidades de procesamiento de las computadoras aproximadamente cada 18 meses. Conocida como la Ley de Moore (en honor al cofundador de Intel, Gordon Moore), ésta es sólo una manifestación de la tendencia mayor en la forma en que todos los cambios ocurren a un ritmo exponencial. En 2023, las computadoras cuánticas comenzaron a procesar a velocidades equivalentes al cerebro humano. Para el año 2045, en apenas un cuarto de siglo, la Ley de Moore predice que poseeremos computadoras con la capacidad computacional equivalente a toda la raza humana.
No sólo la curva exponencial en todas las áreas de la tecnología informática ha aumentado nuestro conocimiento a niveles estupendos, sino que las computadoras han ayudado en todos los principales descubrimientos científicos de nuestros días. Tampoco necesitamos meter tantos datos en nuestros cerebros, ya que la capacidad de almacenar y acceder fácilmente a los datos significa que podemos seguir aprendiendo como nunca antes lo habíamos aprendido en la historia de la humanidad.
La curva exponencial no se limita sólo a las computadoras. Otros avances en biomedicina, ciencias espaciales, ingeniería química, ingeniería humana y todas las demás ciencias han ido subiendo más rápido y más pronunciadamente en sus curvas exponenciales con cada día que pasa.
Se espera que, en los próximos cinco años, la tecnología mundial sea 32 veces más avanzada de lo que es hoy. También se ha estimado que el 65% de los niños de jardín de infantes de hoy, una vez que finalmente se gradúen de la universidad, terminarán trabajando en trabajos completamente nuevos que, en este momento, ni siquiera existen.
Considere que, hace sólo cien años, la información que la mayoría de la gente aprendió a lo largo de toda su vida equivalía al contenido de una edición dominical de The New York Times. Nuestra capacidad actual de consumir prácticamente la misma cantidad de información diariamente muestra cuánto ha aumentado el conocimiento de la humanidad en un período de tiempo muy corto.
El aumento exponencial del conocimiento actual apunta al hecho de que estamos viviendo en los tiempos del fin profetizados, y que Jesucristo vendrá pronto.
2) Aumento del Transporte
Note que, en esa misma profecía, el ángel le dijo a Daniel que, además de un gran aumento en el conocimiento, “muchos correrán de aquí para allá” (Daniel 12:4). Este tremendo aumento en los viajes también ocurriría en el mismo contexto, que es el de los tiempos del fin. Dios estaba revelando que, una vez que la gente comenzara a ir de un lado a otro, tanto más lejos como más rápido, esos años finales, antes de que Cristo regresara para establecer Su Reino Milenial, finalmente estaban sobre nosotros.
Detente y piensa cómo viajaba la gente hace un siglo. La mayoría de los caminos ni siquiera estaban pavimentados y eran transitados por carros tirados por caballos. Mira en YouTube el video de San Francisco grabado en 1906 y verás muchos más caballos que carruajes sin caballos. La gente rara vez, o nunca, abandonaba sus ciudades natales. La domesticación de animales y los primeros comienzos de las carreteras decentes, luego las bicicletas, los globos, los botes y los automóviles simples se desarrollaron, pero no fueron ampliamente recibidos.
Desde principios del siglo XX, la humanidad inventó aviones y jets, e incluso hemos abandonado la atmósfera de la Tierra en cohetes y transbordadores espaciales. Antes, la gente tardaba meses en viajar al extranjero en barco, pero ahora recorremos esa misma distancia en el extranjero en cuestión de horas. En el mundo de hoy, las personas siempre están en movimiento, tal como el ángel profetizó a Daniel.
El aumento exponencial de los viajes en la actualidad apunta al hecho de que Jesucristo regresará pronto.
3) Aumento en la Comprensión de la Profecía
¿Sabías que la profecía bíblica constituye un enorme 31% de la Biblia? El plan general de Dios para las edades parece ser más bien como un rompecabezas de 100 piezas, y hasta ahora, Él sólo ha provisto 75 piezas. Uno puede distinguir el contorno de una imagen, pero hasta que se desarrollen ciertos eventos, que luego agregan otra nueva pieza al rompecabezas, la imagen permanece incompleta.
Aun así, las 75 piezas que tenemos ahora son mucho más numerosas que las que Daniel alguna vez tuvo. Como Jesús explicó a sus discípulos: “De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Mateo 13:17). Incluso entonces, los apóstoles no entendieron muchas de las enseñanzas de Cristo hasta después de Su resurrección, cuando Él las explicó abiertamente; y luego envió al Espíritu Santo en Pentecostés, para proporcionar más iluminación. Incluso entonces, los apóstoles esperaban el inminente regreso de Cristo y no una larga espera de 2,000 años.
Hoy en día, las diversas señales de los tiempos del fin, relacionadas con la naturaleza, la sociedad, la política mundial, la tecnología, Israel y las señales espirituales están llegando a nosotros a un ritmo tan fantástico que los maestros de profecía bíblica como el Dr. Ron Rhodes han comenzado a llamar al fenómeno “La Convergencia”. Tantas señales de los tiempos del fin que convergen todas a la vez han mejorado enormemente nuestra comprensión de la profecía bíblica de los tiempos del fin, tal como Gabriel predijo.
El aumento exponencial de hoy en día en la comprensión de la Palabra profética de Dios apunta al hecho de que Jesucristo regresará pronto.
Reconocer los Tiempos
Estas tres señales principales, junto con los cientos más que se proporcionan en la Biblia, que se están cumpliendo en nuestros días, revelan el hecho de que el Señor podría regresar en cualquier momento. Al mirar a través del filtro de la Biblia todos los acontecimientos maravillosos, pero aterradores, que se desarrollan ante nosotros, debemos entender claramente los tiempos en los que vivimos. Como resultado, nos consuela saber que Dios lo tiene todo bajo control, que tiene un gran plan en marcha y que Sus hijos juegan un papel vital en ese plan. Los cristianos estamos llamados a servir a Dios en estos tiempos oscuros con todos nuestros dones, recursos y experiencia únicos.
Para aquellos de ustedes que aún no han aceptado a Jesucristo como su Salvador, pero ahora reconocen que estamos viviendo en los tiempos del fin, darse cuenta debería actuar como un despertador que los despierta al hecho de que al mundo no le queda mucho tiempo. Todos vivimos en tiempo prestado. Por lo tanto, acepte el hecho de que Dios ama tanto al mundo que dio a Su Hijo unigénito para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16).
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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