¿Es Isa el Jesús de la Biblia?
La palabra árabe para Jesús es “Isa”. Se le menciona a lo largo del Corán, y los portavoces musulmanes siempre utilizan este hecho para enfatizar a los cristianos que tienen un gran respeto por Jesús. Pero, ¿es Isa realmente el Jesús de la Biblia?
El Dios de la Biblia presenta a Jesucristo como Su Hijo amado, en quien se complace (Mateo 3:17 y Marcos 9:7). Yahvé habla de Jesús como un Padre orgulloso que se deleita mucho en Su Hijo. Para Dios, Jesús no es una persona más, profeta o siervo, sino su Hijo Amado, a quien da dominio sobre todas las cosas.
De la misma manera, para Jesús, Yahvé no es un amo de esclavos, un jefe o un gobernante distante, sino Su amado Padre a quien ama, obedece y honra. Esta perfecta relación Padre-Hijo es la razón por la que Jesús pudo decir cosas como:
“Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30)
“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).
“. . . para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó. . .” (Juan 14:31).
“Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:9-10).
El Amor Mutuo de Dios Padre y Su Hijo
El término favorito de Jesús para dirigirse a Dios era “Padre”, usándolo 65 veces en los Evangelios sinópticos, y más de 100 veces en el Evangelio de Juan. Esto demuestra la íntima relación de Jesús con Su Padre. Las palabras y acciones de Jesús también muestran que Jesús no sólo respetaba y honraba a Su Padre, sino que también lo amaba entrañablemente.
En el Nuevo Testamento, se hace obvio que la relación Padre-Hijo entre Yahvé y Jesús está saturada de amor mutuo. La mejor y última muestra del amor de Jesús por Su Padre se puede ver en Su sumisión a Su Padre, incluso en el momento de la muerte en la cruz, cuando Él dijo: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39).
Dios Padre envió a Su amado Hijo Jesús a morir en la cruz para pagar el castigo por los pecados de la Humanidad. En otras palabras, Dios envió a Su Hijo en una misión en la que Su Hijo daría Su propia vida para que se cumpliera la voluntad del Padre. La voluntad del Padre es que ningún hombre o mujer perezca, sino que todos sean salvos del castigo de sus pecados y vivan una vida eterna: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Por lo tanto, la salvación de la humanidad se hizo posible debido a la relación perfecta y saturada de amor Padre-Hijo entre Yahvé y Su Hijo Jesús. Naturalmente, el amor y la sumisión de Jesús a Su Padre han complacido y también honrado al Padre. Por lo tanto, no es extraño que Dios le haya prometido a Jesús dominio sobre todas las cosas y lo haya sentado a Su diestra (Efesios 1:20-22 y 1 Pedro 3:22).
Jesucristo, como el Hijo amado del Dios de la Biblia, es el aspecto más significativo de la autorrevelación de quién es Dios. Como dije en un capítulo anterior, Dios se revela personalmente en la Biblia. Como parte de esta autorrevelación, Dios también revela a Su Hijo Jesús, y nos muestra cómo Jesús hizo posible nuestra salvación, al obedecer a Su Padre. Al mismo tiempo, notamos el orgullo y el gozo en las palabras de Dios cuando presenta a Jesús. Para Dios, Jesús no es sólo un simple Hijo, sino que es el Hijo amado de Dios y el Rey de Su reino.
El Rechazo de Alá a Jesús Como su Hijo
Consideremos ahora al dios del islam. Si Alá fuera la misma persona que Yahvé, entonces Alá tendría los mismos sentimientos hacia Jesús. Si Alá fuera verdaderamente el Dios de la Biblia, Alá se regocijaría por Jesús y estaría orgulloso de ser Su Padre. Del mismo modo, si Alá fuera verdaderamente el Dios de Abraham, entonces sus palabras y acciones reflejarían su amor, confianza y deleite en Jesús como su Hijo.
Sin embargo, aunque Alá afirma ser el Dios de la Biblia y el Dios de Abraham, rechaza con vehemencia ser el Padre de Jesús y, por lo tanto, rechaza a Jesús como su Hijo. De hecho, Alá reduce a Jesús a un simple siervo o mensajero ordinario:
Es impropio de [la majestad de] Alá engendrar un hijo (esto se refiere a la calumnia de los cristianos contra Alá, al decir que Isa [Jesús] es el hijo de Alá).
Isa [Jesús] no es sino un siervo a quien hemos agraciado y a quien hemos puesto como ejemplo a los Hijos de Israel (Corán 43:59, Kahn)
El Ungido, hijo de María, no es sino un enviado, antes del cual han pasado otros enviados . . . (Qur’an 5:75, Ali).
Además, el Corán no se contenta con rechazar a Jesús como hijo de Alá. Va aún más lejos, al maldecir a cualquiera que diga que Jesús es el hijo de Alá:
. . .Y los cristianos dicen: “El Ungido es el hijo de Alá”. Eso es lo que dicen de palabra. Remedan lo que ya antes habían dicho los infieles. ¡Que Alá les maldiga! ¡Cómo pueden estar tan desviados de la Verdad! (Corán 9:30, Alí)
Éstos y otros pasajes similares del Corán forman la base de la doctrina islámica sobre por qué Jesús no es considerado como el hijo de Alá, y por qué Alá nunca es considerado como el Padre de Jesús. Por lo tanto, los eruditos musulmanes y los maestros religiosos argumentan incansablemente para despojar a Jesús de la divinidad y reducirlo al nivel de un simple siervo.
También vemos un intenso odio y rechazo hacia Jesús en las palabras de Alá. En contraste, las palabras de Yahvé están llenas de alegría, deleite y orgullo hacia Jesús. Por lo tanto, podemos concluir con seguridad que mientras Yahvé ama y abraza a Jesús como Su Hijo amado, Alá lo rechaza, lo desprecia y lo reduce al nivel de un siervo ordinario.
Obviamente, el rechazo y la humillación de Jesús por parte de Alá tienen sus raíces en un odio y unos celos intensos. En contraste, la actitud de Yahvé hacia Jesús está impulsada por el amor y el deleite.
¿Cuán incoherente es que Alá afirme ser el Dios de la Biblia, pero al mismo tiempo odie y desprecie al Hijo del Dios de la Biblia? A la luz de esta gran inconsistencia, no es posible aceptar el reclamo de Alá al trono de Dios. En cambio, debemos concluir que si Alá odia y desprecia al Hijo de Dios, Jesús, con tanta intensidad, ¡entonces definitivamente es el archienemigo de Dios!
Haga clic en la siguiente imagen si desea adquirir el libro (por el momento disponible sólo en inglés)
No hay comentarios:
Publicar un comentario