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martes, 23 de enero de 2024

Libro: Islam y Cristianismo – Capítulo 4 (parte 1 de 2)

 ¿Cuál es la Opinión de Alá sobre la Biblia?

Por Dr. David R. Reagan

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Nota: Este capítulo fue escrito por Marko Kiroglu

La Biblia es otro de los temas cruciales en mi investigación acerca de la falsa pretensión de Alá al trono de Yahvé. Si Alá es verdaderamente el Dios de la Biblia, como él afirma, entonces tendría exactamente la misma actitud hacia la Biblia que Yahvé. Si la actitud de Alá hacia la Biblia es diferente de la de Yahvé, entonces Alá no puede ser el Dios de la Biblia.

Comenzaré analizando la actitud de Yahvé hacia la Biblia, y luego examinaré la actitud de Alá para ver si corresponde.

La Actitud de Yahvé Hacia la Biblia

1) Inspirada — Debe reconocerse que Yahvé declaró toda la Biblia como Su Palabra inspirada:

Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto (2 Timoteo 3:16, NTV)

Este versículo fue escrito antes de que el Nuevo Testamento fuera completado y compilado, por lo que se refiere directamente al Antiguo Testamento. Pero también afirma indirectamente la inspiración divina del Nuevo Testamento. Esto significa que toda la Biblia contiene las palabras de Dios inspiradas en los corazones de los autores que las escribieron en idiomas comprensibles. En confirmación de esto, Pedro escribió:

Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:21, NVI).

El rey David lo resumió sucintamente cuando escribió: “Las palabras de Jehová son palabras limpias” (Salmo 12:6). Cabe señalar, además, que 47 veces la Biblia se refiere a sí misma como “la Palabra de Dios”. A la luz de estas declaraciones, creo que podemos decir con seguridad que toda la Biblia es la Palabra inspirada y escrita de Yahvé.

2) Respetada — Yahvé afirma a lo largo de la Biblia que Él valora y respeta Su Palabra y espera que nosotros también lo hagamos. Como ejemplo, considere las palabras que Él habló a través de Moisés en Deuteronomio 6 concerniente a la importancia y santidad de Sus Escrituras:

6) Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 

7) Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 

8) Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 

9) y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

En Proverbios 7:1-2, Yahvé insta al lector a “guardar mis razones” y a “atesorar mis mandamientos”. Añade que Su Palabra debe ser considerada “la niña de tus ojos.

3) Sagrada — El respeto exigido a la Palabra de Dios se basa en su carácter sagrado. Esto se debe a que la Biblia vino de Yahvé y está apartada para Su adoración y servicio. Así, en Salmos 138:2, el rey David exclamó:

Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.

En Juan 6:63, Yahvé mismo proclama el carácter sagrado de Su Palabra: “El Espíritu es el que da vida . . . las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.

El salmo más largo de la Biblia es el Salmo 119. Desde el principio hasta el final de sus 176 versículos, es un himno a la gloria y santidad de la Palabra de Dios. De hecho, 174 de los versículos se refieren directamente a la Palabra de Dios. En el proceso, Yahvé inspiró al salmista a referirse a Su Palabra como “maravillosa” (versículo 18), “deleite” (versículo 24), “establecida para siempre” (versículo 89), “lámpara a los pies” (versículo 105) y “muy pura” (versículo 140). Concluye con la declaración de que “la suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia” (versículo 160).

4) Poderosa — Muchas veces en la Biblia Yahvé afirma el poder de Su Palabra para transformar vidas. Considere estas palabras de Hebreos 4:12:

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

En consecuencia, en su primera carta a la iglesia de Tesalónica, Pablo afirmó que Dios estaba ocupado transformándolos a través del poder de Su Palabra. Escribió: “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes” (1 Tes. 2:13).

Yahvé habló a Jeremías sobre el poder de Su Palabra de una manera dramática: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jeremías 23:29).

Yahvé también habló sobre el poder transformador de Su Palabra en Isaías 55:11:

Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

5) Protegida — Yahvé reverencia tanto Su Palabra, que repetidamente promete proteger su integridad. De hecho, inspiró a Isaías a afirmar de forma categórica que, “La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Isaías 40:8).

En Deuteronomio 4:2, Yahvé advirtió a través de Moisés: “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”. Él repitió la advertencia en Deuteronomio 12:32: “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”.

El rey Salomón emitió una advertencia similar en Proverbios 30, donde escribió:

5) Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan.

6) No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.

La Biblia termina en Apocalipsis 22 con Jesús recordando al lector la importancia de nunca alterar la Palabra de Yahvé:

18) Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 

19) Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

6) Animada — Dado que Yahvé obviamente valora mucho Su Palabra, desea que las personas en todas partes — especialmente aquellos que han puesto su fe en Su Hijo — lean, estudien y mediten en las palabras sobrenaturales de la Biblia.

Al hacerlo, se señalará al lector que el Hijo de Yahvé es la única esperanza de salvación, y se le darán principios fundamentales para vivir que le asegurarán una vida abundante. Y la Biblia también proveerá una esperanza increíble para el futuro.

Considere las siguientes exhortaciones:

Yahvé hablando: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).

Moisés hablando: “. . .no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová” (Dt. 8:3).

Jesús hablando: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32).

Pedro hablando: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2:2).

Pablo hablando: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

Para cumplir su deseo de comunicarse con todos los pueblos y naciones, Yahvé ha motivado a Sus seguidores a traducir y distribuir su Palabra por todo el mundo. El resultado es que la Biblia ha sido traducida a todos los idiomas principales del mundo, y las copias completas están disponibles tanto en forma impresa como en Internet.

Lea la parte 2 aquí

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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