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jueves, 17 de agosto de 2023

Las Naciones Malévolas se Alinean

 Xi y Putin aumentan las apuestas globales mientras Biden promociona la reelección

Teniente General (Ret.) Jerry Boykin y Lela Gilbert

Comentarios del Editor:

Dictadores malévolos del Norte que buscan saquear Israel. Enormes ejércitos invasores del Oriente. La Biblia profetiza una orquestación de fuerzas geopolíticas en los Tiempos del Fin, que culminará en el surgimiento del Anticristo, el horror de la Tribulación, una amenaza existencial para el pueblo judío y el glorioso regreso de Jesucristo.

Jerry Boykin tiene una visión única de las fuerzas militares y políticas que trabajan en el mundo de hoy — y cómo demuestran la validez de la Palabra profética de Dios.


El mapa del mundo de hoy revela conflictos explosivos, alianzas que se desmoronan y presenta tres enormes países liderados por hombres de importancia internacional. Los nombres de estos líderes mundiales están persistentemente en los titulares: Xi, Putin y Biden. Desafortunadamente, sólo dos de ellos parecen estar manteniendo con éxito el poder y la influencia global.

Uno de estos actores clave es Vladimir Putin. Aunque es uno de los hombres más ricos del mundo, su gran riqueza no lo satisface. Putin parece estar actuando en nombre de la soberanía y la cultura rusas de élite —esplendores pasados que promete restaurar a su pueblo. Pero Putin tiene un problema con sus sueños de gloria. En primer lugar, el prestigio histórico de Rusia está en el espejo retrovisor del mundo. Y la pretensión de Putin de ser un ícono cristiano ortodoxo ruso se ve eclipsada por su brutalidad inspirada en la KGB y sus continuos crímenes de guerra.

El presidente de China, Xi Jinping, es, en muchos sentidos, muy parecido a Putin. Ambos tienen enormes egos y demuestran ambiciones insaciables. Pero Xi no tiene interés en desempeñar un papel de liderazgo religioso en China. Es un ateo ardiente, que detesta la idea misma de cualquier Poder Superior — aparte de sí mismo.

Tanto Putin como Xi quieren ser las principales puntas de lanza militares y políticas del planeta. Por ahora, parecen ser aliados. La realidad, sin embargo, es que no son aliados en absoluto. Xi está abrazando a Putin porque está muy interesado en las exportaciones rusas esenciales. Mientras tanto, Putin está dispuesto a correr el riesgo de ser explotado, dejándose utilizar por Xi. ¿Por qué? Porque Putin se ha invertido a sí mismo y a su ejército en una guerra con Ucrania que no está ganando. Esto le está causando serias dificultades con el pueblo ruso.

Xi pretende apoyar a Vladimir Putin. Recientemente visitó a Putin en Moscú, presentándose como un aliado, demostrando ostensiblemente la solidaridad de China con Rusia. Muchos observadores creían que el viaje de Xi estaba destinado a solidificar su relación con Vladimir Putin; hizo hincapié en promover la idea de que estaba allí para ayudar, para apoyar los esfuerzos de Putin.

Pero, días después de salir de Moscú, Xi mostró su mano. Poco después de regresar a Beijing, invitó públicamente a los líderes de cuatro ex repúblicas soviéticas en Asia Central — Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán — a una primera cumbre conjunta en China, programada para mayo.

Business Insider tituló su informe sobre esta reunión: “Xi desairó a Putin después de su cumbre, convocando una reunión de países de Asia Central como parte de un audaz juego de poder”.

Además, según Zawya News, la creciente influencia de Beijing en Asia Central no es universalmente bienvenida. Informan:

Sectores de la población de Kirguistán y Kazajstán, que junto con Tayikistán tienen fronteras con China, han expresado cierto grado de preocupación y oposición. Todos tienen mayorías musulmanas. Estas preocupaciones se relacionan particularmente con la adquisición de tierras por parte de China, la deuda pública contraída con Beijing y el trato brutal de este último a su minoría musulmana uigur, que también está presente en Asia Central.

La influencia de Rusia está siendo claramente desafiada por Xi, y cada vez más desde la invasión de Ucrania por parte de Putin. Sin embargo, ambos líderes están trabajando diligentemente para socavar la fuerza global y el liderazgo de los Estados Unidos.

Xi se parece mucho a Putin en varios aspectos. Xi es el único hombre en China que ha servido tres mandatos en el cargo como presidente del país. Eso no se debe, por cierto, a un voto decisivo del pueblo de China, sino a la decisión del Partido Comunista Chino. Mientras tanto, Putin parece estar optando por ser dictador vitalicio, desempeñando el papel de un ancestral zar ruso.

Pero mientras estos dos actores de poder global compiten y cooperan, parecen estar superando críticamente al tercer líder mundial: el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Putin y Xi están felizmente observando y ayudando a la disminución de la influencia internacional de Estados Unidos. El liderazgo irresponsable de Biden en los Estados Unidos refleja su claro rechazo al poderoso papel de nuestro país en el mundo, así como su falta de respeto por los valores tradicionales estadounidenses.

Mientras Biden juega a la política, el resto del mundo sabe que Xi quiere apoderarse de Taiwán. ¿Lo hará pronto o esperará hasta más tarde? Parece que, por ahora, el status quo le sirve bien a Xi. Ha elegido un camino fácil y cómodo. Se presenta como un gran pacificador, un poderoso aliado y un hombre que domina un número creciente de naciones. Al mismo tiempo, Xi continúa construyendo nuevas asociaciones, desarrollando nuevos aliados y haciendo todo lo posible para avergonzar a Estados Unidos, dejando en claro que Estados Unidos está en declive.

Xi y Putin observaron de cerca la vergonzosa retirada de Biden de Afganistán, lo que subrayó la incompetencia del presidente. Mostró su tonto despilfarro de miles de millones de dólares de equipo militar actualizado — ahora en manos de terroristas talibanes — junto con la ejecución de un número inestimable de valientes guerreros afganos que lucharon junto a las tropas estadounidenses.

Putin y Xi también están presenciando ansiosamente la impactante retirada de Biden de Medio Oriente. Mientras le da la espalda abruptamente a Israel, Biden también ha traicionado a otros aliados de Estados Unidos que han luchado contra la agresión iraní y han abrazado los Acuerdos de Abraham. Como resultado, Xi se intervino rápidamente. Ha negociado un acuerdo histórico y sin precedentes entre Irán y Arabia Saudita, al mismo tiempo que firmaba enormes acuerdos petroleros con los saudíes, potencialmente pagados en yuanes chinos, no en dólares estadounidenses. Y mientras persigue ambiciones nucleares mortales, Irán está proporcionando cada vez más armas y drones a Rusia, y Biden se está haciendo de la vista gorda ante las ambiciones nucleares del ayatolá.

¿Quién detendrá la brutalidad de Putin en Ucrania? ¿Qué evitará la invasión de Xi a Taiwán? La creciente agresión de Rusia y China se debe en gran medida a la impotencia de Biden, a pesar de que es comandante en jefe de un ejército del que depende todo el mundo. Parece que las serias preocupaciones con Putin y Xi no se resolverán hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2024. Mientras tanto, el futuro del liderazgo global estadounidense, el poder económico y la autoridad política pende de un hilo. Y claramente, el mundo entero enfrentará las consecuencias.

Mientras estos reyes de la tierra toman su posición y toman consejo juntos, el que está sentado en los cielos se ríe (Salmos 2:2-4). Todos los esfuerzos del hombre para frustrar el propósito y el plan de Dios fracasarán. Al final, la Palabra profética de Dios se cumplirá y Jesús reinará supremo sobre toda la tierra. Hasta entonces, para citar el final del Salmo 2, reyes, jueces, y cada uno de nosotros sería sabio adorar al Señor con reverencia, regocijándonos mientras rendimos homenaje al Hijo.

¡Cuán bienaventurados son todos los que se refugian en Él!

Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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