Estados Unidos en la Profecía
¿Jugará un papel central o periférico?
El Tipo Profético de Estados Unidos
El tipo profético bíblico de los Estados Unidos que tengo en mente es la nación de Judá. Esta fue la nación del sur que se formó cuando el reino unido de David y Salomón se dividió después de la muerte de Salomón.
La norteña nación de Israel, compuesta por diez tribus, nació en rebelión, y nunca fue bendecida por Dios. A lo largo de sus 208 años de historia, nunca tuvo un rey que fuera considerado justo a los ojos de Dios.
En marcado contraste, el reino del sur, Judá, que contenía tanto la ciudad de Jerusalén como el templo judío, fue bendecido como ninguna otra nación que hubiera existido. La nación recibió ocho reyes justos durante sus 344 años de existencia. El gobierno combinado de esos reyes constituyó 224 años de la historia de la nación. Estos incluían grandes hombres de Dios como Josafat, Ezequías y Josías. Este liderazgo piadoso produjo una nación bendecida con libertad, prosperidad, justicia y paz.
Pero la mayor bendición de la nación fue la presencia de Dios mismo en la forma de Su Gloria Shejiná, que residía en el Lugar Santísimo del Templo judío.
El Paralelo Estadounidense
Desde entonces, ninguna otra nación ha sido tan ricamente bendecida excepto, los Estados Unidos de América. Dios nos dio una gran extensión de territorio, lleno de todos los recursos naturales concebibles. Además, nos dio el ingenio para aprovechar nuestros recursos naturales y talentos para producir la mayor riqueza que el mundo jamás haya conocido.
Al igual que la antigua Judá, Dios nos bendijo con líderes políticos piadosos que lo amaban y que apreciaban la libertad. También nos dio grandes líderes espirituales que predicaron el Evangelio con celo y desarrollaron una ciudadanía basada en los principios cristianos de justicia y hermandad. Y trabajando a través de nuestra riqueza e iglesias, el Señor envió misioneros por todo el mundo para establecer iglesias y traducir la Biblia a muchos idiomas.
Sería genial si pudiéramos concluir nuestra comparación de Judá y Estados Unidos en este punto. Pero desafortunadamente, los paralelos en las historias de las dos naciones no terminan aquí.
Orgullo y Rebelión
Cuando Judá alcanzó el apogeo de su gloria como nación, el pueblo comenzó a revolcarse en el orgullo, y esto llevó a la rebelión contra Dios y Su Palabra.
A menudo, cuando me preguntan: “¿Dónde está Estados Unidos en la profecía bíblica?”. Yo respondo diciendo: “Mire en el capítulo 5 de Isaías. O considere Jeremías 5 y 6”. Digo esto porque estos capítulos contienen un inventario de los pecados nacionales de Judá catalogados por Isaías y Jeremías, y son los mismos pecados que caracterizan a la sociedad estadounidense de hoy.
Destrucción
Judá se negó a arrepentirse, y Dios finalmente respondió enviando a los babilonios a destruir la nación. Uno de los pasajes más tristes de la Biblia se encuentra en 2 Crónicas 36, donde el escritor describe la dolorosa decisión de Dios de destruir a su amada nación de Judá. Dice lo siguiente:
15) El Señor, Dios de sus padres, les envió palabra repetidas veces por Sus mensajeros, porque Él tenía compasión de Su pueblo y de Su morada.
16) Pero ellos continuamente se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del Señor contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.
Judá fue destruida por cometer los mismos pecados que caracterizan a los Estados Unidos hoy. ¿Por qué nuestro destino debería ser diferente?
- Hemos sido bendecidos como Judá.
- Hemos pecado como Judá.
- Ahora estamos siendo advertidos como Judá.
- Estamos respondiendo como Judá.
- La conclusión parece ineludible: Nos dirigimos hacia el mismo destino que Judá.
¿Cuál es probable que sea ese destino? ¿Qué forma adoptará? Sólo podemos adivinar, porque la Biblia guarda silencio.
Colapso Económico
Lo primero que viene a la mente es una catástrofe económica, que podría resultar de nuestra situación de deuda fuera de control. La deuda oficial pendiente del gobierno de los Estados Unidos a mayo de 2020 era de 24 billones de dólares. Eso ascendió a $76,700 por persona o $167,800 por contribuyente. Y el Congreso estaba en el proceso de agregar rápidamente varios billones más a esa cantidad, a través de la promulgación de paquetes de estímulo en respuesta a la pandemia de coronavirus.
Para empeorar las cosas, ese total no incluyó las promesas no financiadas de Medicare y Seguridad Social que totalizaron $52 billones. Y luego estaba la deuda estatal y local de $3 billones más una increíble cantidad de deuda no financiada para sistemas de pensiones estatales y locales fuera de control. ¡La deuda personal totalizó $14 billones o $42,424 por persona!
Estas cifras dejan en claro que nuestra nación y sus ciudadanos son adictos a la deuda. Estamos viviendo de un dinero que no tenemos y nunca tendremos, y tarde o temprano el peso de esta deuda va a colapsar nuestra economía.
Creo que es muy probable que se produzca un colapso económico sin precedentes, porque el dinero es el verdadero dios de Estados Unidos, y el verdadero Dios de este universo es celoso y no tolera la idolatría. Dios, por Su propia naturaleza, va a ser obligado a destruir a nuestro falso dios.
Ataque Externo
Otro posible destino para Estados Unidos es la destrucción por medio de un ataque nuclear ruso. Esto, por supuesto, podría suceder junto con un colapso económico, o podría ser la causa de ese colapso.
La razón por la que un ataque ruso es tan probable es porque la Biblia dice que los rusos liderarán una invasión de Israel en el tiempo del fin (Ezequiel 38 y 39). Dado que somos el único aliado de Israel, me parece inconcebible que los rusos ataquen a Israel sin desatar un ataque nuclear preventivo contra nosotros para evitar que salgamos en defensa de Israel.
Este ataque puede estar insinuado en Ezequiel 39:6, donde dice que en el momento de la invasión rusa, el fuego caerá sobre “los que habitan seguros en las costas”. El ataque ruso vendría muy probablemente de submarinos desplegados frente a nuestras costas este y oeste. Cada submarino ruso tiene más potencia de fuego que todas las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial. Tal ataque nos daría sólo siete minutos, ni siquiera el tiempo suficiente para lanzar un contraataque.
Algunos argumentan que, desde el colapso del gobierno soviético, Rusia es ahora demasiado débil para lanzar cualquier ataque contra Israel o los Estados Unidos. Es cierto que la economía de Rusia está en ruinas, pero el poder militar está intacto, incluidas miles de ojivas nucleares. La verdad del asunto es que Rusia es mucho más peligrosa hoy que antes del colapso soviético. El aumento del peligro se debe a los deseos expansionistas rusos y a la inestabilidad de su economía.
Ataque Interno
Otra forma en que el poder estadounidense podría disiparse rápidamente es a través de ataques terroristas internos. Sólo deténgase y piense por un momento en el impacto abrumador que el ataque del 11 de Septiembre tuvo en nuestra sociedad y economía. En los meses siguientes, los mercados bursátiles perdieron más de 7 billones de dólares en valor. La industria de viajes (aerolíneas y hoteles) fue devastada. Las libertades civiles fueron severamente restringidas. Y no olviden que nuestro gobierno nacional fue paralizado por el posterior susto del ántrax.
Multiplique tales ataques terroristas, incluido el envenenamiento de los suministros de agua y la explosión de “bombas sucias”, que contienen materiales de desecho nuclear, y puede ver fácilmente cómo nuestra nación podría ser puesta de rodillas. De hecho, no está fuera de la posibilidad de que los terroristas puedan detonar una bomba atómica que ha sido introducida de contrabando en uno de nuestros principales puertos a bordo de un buque de carga.
No importa cuán vigilantes seamos, en última instancia, no hay manera de protegerse contra los terroristas que no tienen respeto por sus propias vidas, y mucho menos contra aquellos que creen que morir por su causa les garantizará su entrada en el paraíso.
Podredumbre Interna
El colapso interno también podría resultar de la podredumbre moral que tiene a nuestra nación tomada del cuello. Esto fue lo que finalmente destruyó el Imperio Romano, y fue lo que llevó al colapso repentino de la Rusia soviética.
A medida que hemos abandonado nuestra herencia judeocristiana, nos hemos convertido en una sociedad amoral que ha perdido el respeto por la santidad de la vida. El individualismo ha sido llevado al borde de la anarquía, ya que cada uno hace lo que es correcto ante sus propios ojos. La codicia está fracturando nuestra sociedad entre jóvenes y viejos, ricos y pobres, blancos y negros. La guerra de clases podría deteriorarse fácilmente en guerra civil con brotes de violencia incontrolable en nuestras principales ciudades.
Otra Alternativa
Hay otro escenario que podría explicar el silencio sobre Estados Unidos en las Escrituras, y es el que estoy esperando. Lo que tengo en mente es la posibilidad de que los Estados Unidos puedan ser destruidos repentinamente por el Rapto de la Iglesia.
No hay duda de que el Rapto devastaría a los contemporáneos Estados Unidos. Tenemos más cristianos nacidos de nuevo que cualquier otra nación en el mundo — más que toda Europa Occidental e Inglaterra juntas.
Además, tenemos muchos cristianos evangélicos en altos cargos de liderazgo, tanto en el gobierno como en los negocios. La eliminación repentina de estas personas arrojaría a toda nuestra sociedad al caos.
Nuestro Destino Nacional Final
Independientemente de cómo seamos eliminados de la escena internacional como potencia mundial, lo más probable es que terminemos absorbidos por la Unión Europea como uno de sus Estados miembros. Esto parece natural en vista de todos los lazos históricos y culturales que tenemos con esa parte del mundo.
Una cosa es segura: Sin importar cómo nuestra nación pueda ser destruida, no podremos culpar a Dios. Él ha enviado pacientemente una voz profética tras otra para llamar a nuestra nación al arrepentimiento y advertir de Su juicio inminente. (Vea mi libro, Voces Proféticas de Dios a Estados Unidos). También nos ha llamado al arrepentimiento a través de juicios correctivos como la Guerra de Vietnam, los ataques del 11 de Septiembre, el Huracán Katrina, la Gran Recesión de 2007-2009, y la epidemia de coronavirus y su consiguiente debacle económica.
A todas estas advertencias, hemos puesto oídos sordos y un corazón frío. En el proceso, hemos sellado nuestro destino.
Lea la parte 1 aquí
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
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