lunes, 10 de abril de 2023

Libro: Jesús: El Cordero y el León – Capítulo 7 (parte 1 de 2)

La Divinidad de Jesús

Por Dr. David R. Reagan

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Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia — Mateo 3:16-17

La divinidad de Jesús es la verdad central de la Biblia. Es tan fundamental que el cristianismo se sostiene o cae sobre ella. Si Jesús no es Dios en la carne, entonces Su sacrificio por nuestros pecados fue insignificante, y no tenemos esperanza. 

Satanás está determinado a convencer a la humanidad de que Jesús era alguien que no era Dios en la carne. En la propia época de Jesús, Satanás creó dudas sobre su verdadera identidad. Unos pocos lo reconocieron como “el Profeta” o el Mesías que había sido profetizado por Moisés (Deuteronomio 18:15-18; Juan 6:14). Pero la mayoría fueron ambivalentes acerca de Su identidad. Algunos creyeron que era simplemente un hombre “bueno” (Juan 7:12). Otros creían que era la reencarnación de Juan el Bautista, Elías, Jeremías, “o alguno de los profetas” (Mateo 16:14). Algunos afirmaron que era un hijo ilegítimo “nacido de fornicación” (Juan 8:41). Unos cuantos lo descartaron como un “samaritano, que tiene un demonio” (Juan 8:48).

El Ataque Continuo

Nada ha cambiado después de 2,000 años. El ataque satánico continúa hasta este día. Los teólogos liberales tienden a desestimarlo como un buen hombre que se engañó a sí mismo o como un revolucionario que tuvo buenas intenciones pero que fracasó. 

Todas las sectas niegan Su divinidad suprema. Los mormones afirman que era el hermano de Lucifer, uno de miles de dios menores creados por el súper dios. Los Testigos de Jehová lo identifican como el Arcángel Miguel. Los grupos espiritistas como los Científicos de la Iglesia de Cristo y la Iglesia de la Unidad generalmente lo presentan en términos esotéricos de la Nueva Era, alegando que era un espíritu sin cuerpo o que era “un médium de la sexta esfera de la proyección astral”. Otros argumentan que era sólo un hombre que era capaz de manifestar completamente el espíritu de Cristo que está en todos nosotros.1 

Hollywood lo presentó en la película, The Last Temptation of Christ (“La Última Tentación de Cristo”), como un alma engañada que luchaba con demonios internos. Y en, Jesus Christ Superstar (“Jesucristo Súper Estrella”), el escenario de Broadway presentó a una mujer enamorada de Él que cantaba una y otra vez: “Es un hombre, es sólo un hombre…”.3

El más nuevo libro sobre Jesús, titulado, The Jesus Mysteries (Los Misterios de Jesús”, ¡llega al extremo de afirmar que Él no era más que un mito! A pesar del hecho de que hay pocas personas en la historia antigua para las que hay más evidencia escrita y de testigos presenciales, estos hombres afirman que Jesús no fue más que un producto de la imaginación de Sus discípulos.4 Increíblemente, el libro fue respaldado por algunos líderes cristianos como el obispo episcopal John Spong de Nueva Jersey. 

Podemos estar seguros de que, a medida que nos acercamos al momento del regreso de Jesús, los ataques contra Él y Su identidad se intensificarán. Satanás conoce la profecía bíblica. Él puede ver las señales de los tiempos que claramente apuntan al regreso inminente del Señor. A medida que esas señales se intensificaron a lo largo del siglo XX, Satanás lanzó una campaña total para convencer al mundo de que Jesús es un fraude. Por ejemplo, reunió a un grupo de supuestos “eruditos del Nuevo Testamento”, quienes formaron un grupo de discusión conocido como El Seminario Jesús”. Este grupo procedió a votar sobre la validez de todos los dichos de Jesús registrados en los Evangelios. Su reporte, llamado The Five Gospels (Los Cinco Evangelios), concluyó que sólo 15 declaraciones atribuidas a Jesús en los Evangelios fueron realmente pronunciadas por Él. El título de su informe proviene del hecho de que decidieron otorgar al apócrifo Evangelio de Tomás la misma posición que los cuatro Evangelios tradicionales.5

El Testimonio de los Ataques

En realidad, hay una ironía en estos ataques, ya que son evidencia de que Jesús es realmente Dios en la carne. ¿Por qué más motivaría Satanás tales ataques? No vemos ataques similares contra Mahoma, o Buda, o Krishna. Tampoco escuchamos que sus nombres sean usados como maldiciones. ¿Por qué es que a nivel mundial el nombre de Jesús es usado como una palabra de maldición? La única explicación que se me ocurre es una sobrenatural — es decir, Satanás está activamente involucrado en motivar un odio universal  hacia Jesús, porque sabe que Jesús es Dios.

La Evidencia Bíblica

En 1 Pedro 3:15 se exhorta a los creyentes a estar preparados para hacer una defensa de su fe y esperanza. Por consiguiente, los cristianos necesitan estar familiarizados con la evidencia bíblica de la divinidad de Jesús. Considerémosla. 

A. El Testimonio de la Profecía Bíblica

1) Génesis 3:15 — Dios le dice a Adán y Eva que la salvación para la humanidad vendrá a través de “la simiente de la mujer”, indicando que el Mesías tendrá un nacimiento milagroso.

2) Salmos 2:7 — David declara que Dios ha declarado a Su Hijo que ha sido engendrado y que algún día gobernará sobre todo el mundo. Ésta es una declaración clara de que el Mesías será de la misma naturaleza que Dios (engendrado del Padre), y se relacionará con el Padre como Su Hijo. También indica que el Hijo existió antes de encarnarse.

3) Salmos 16:10 — David declara que el “santo” de Dios no verá “corrupción”. Ésta es una profecía que el Mesías será resucitado de entre los muertos. Y la referencia al Mesías como el “santo” de Dios es una indicación de Su divinidad.

4) Salmos 45:6-7 — En este notable pasaje, Dios el Padre se refiere a Su Hijo como Dios: “Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo…”. El escritor de Hebreos cita este pasaje para establecer la deidad de Jesús (Hebreos 1:9).

5) Salmos 110:1 — David dice que Dios el Padre habla a “mi Señor” y dice, “Siéntate a mi diestra…”. Ésta es una profecía que el Mesías será glorificado por el Padre al sentarse en Su trono a Su diestra. Observe que el Mesías es referido por David como “mi Señor”, un término que David usa sólo en referencia a la deidad. 

6) Isaías 6:1 — Isaías dice que fue al Templo y tuvo una visión en la que vio a Yahveh (el Padre) “sentado sobre un trono alto y sublime”. En Juan 12:41 se nos dice que lo que Isaías realmente vio fue a Jesús en aparición pre-encarnada.

7) Isaías 7:14 — El profeta dice que una joven dará a luz un hijo cuyo nombre será llamado “Emanuel”. Mateo dice que un ángel del Señor se le apareció a José y le dijo que esta profecía se cumpliría en el nacimiento virginal de Jesús (Mateo 1:18-23). El nombre, Emanuel, significa, “Dios con nosotros”. 

8) Isaías 9:6 — En una de las afirmaciones más acentuadas de la deidad del Mesías, Isaías dice que el Mesías será llamado “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. También añade que algún día tomará el trono de David y gobernará “para siempre” (versículo 7).

9) Daniel 7:13-14 — Al profeta se le da una visión del Mesías viniendo delante de Dios el Padre y siéndole presentadas todas las naciones de la tierra como Su reino. Se declara que Su dominio es “eterno”. Y el título mesiánico conferido al Mesías es el “Hijo del Hombre”. Este título indica que el Mesías será Dios en la carne.

10) Miqueas 5:2 — En esta famosa profecía, Miqueas declara que el Mesías nacerá en Belén. Pero lo que a menudo se pasa por alto es el hecho de que él declara que el Mesías será “desde los días de la eternidad”, lo que indica que será divino.

11) Lucas 1:32 — El ángel Gabriel le profetizó a María que su hijo sería el “Hijo del Altísimo”.

B. El Testimonio de la Trinidad

1) Génesis 1:1-3 — Estos tres versículos presentan la Creación como la obra de Dios el Padre y el Espíritu de Dios a través de la palabra hablada de Dios. En el Evangelio de Juan, Jesús se revela como “el Verbo”. Y se nos dice en Hebreos 1:2 que Dios creó el mundo a través de Jesús.

2) Génesis 1:26 — El sexto día de la Creación, Dios dijo, “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”. La redacción aquí claramente indica una pluralidad de personas que constituyen el único Dios.

3) Génesis 11:7 — Cuando Dios decidió derramar Su ira sobre Babel, Él dijo, “Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua…”. De nuevo, la redacción indica una pluralidad de personas que constituyen el único Dios. 

4) Éxodo 3:2-6 — El “Ángel de Jehová” se le apareció a Moisés en la zarza ardiente. Este término se usa a lo largo de las Escrituras hebreas para referirse a las apariciones pre-encarnadas de Jesús cuando se desempeñó como un mensajero de Dios el Padre. El punto, sin embargo, es que el Ángel le habla a Moisés y dice, “Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob”. En Génesis 48:15-16, Jacob es descrito en su lecho de muerte refiriéndose al Ángel como “Dios”. Y en Jueces 13:18, el Ángel del Señor se le aparece a Manoa, el padre de Sansón, y dice que Su nombre es “Admirable” — el mismo nombre de la deidad que Isaías luego usa en Isaías 9:6.

5) Éxodo 3:14 — Cuando Moisés preguntó lo que diría cuando Faraón le preguntara quién lo había enviado, Dios respondió, “YO SOY me envió a vosotros”. Luego, en los Evangelios, Jesús aplica esta nombre divino a Sí mismo (vea, por ejemplo, Juan 8:58).

6) Deuteronomio 6:4 — Este pasaje presenta lo que se conoce como “El Shemá” — Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. La redacción real en hebreo es “Yahveh nuestros Dioses es Yahveh una unidad”. La palabra para “uno” en este pasaje es echad, que se refiere a una unidad plural o compuesta. Por ejemplo, en Génesis 2:24 se nos dice que un esposo y una esposa se vuelven “una [echad] carne”. Y, en Números 13:23, se nos informa que dos de los espías que fueron enviados a Canaán regresaron con “un [echad] racimo de uvas”.

7) Isaías 43:11 — Dios habla y dice, “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve”. Sin embargo, en el Nuevo Testamento se nos dice repetidamente que Jesús es el Salvador (vea, por ejemplo, 2 Pedro 1:1). Isaías dice que hay un Salvador y que es Dios. Pedro dice que Jesús es el Salvador. Las cosas iguales a la misma cosa son iguales entre sí; por lo tanto, Jesús es Dios.

8) Isaías 48:16 — Dios habla y dice: “…y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu”. En hebreo dice: “El Señor Yahveh (el Padre) me ha enviado y a Su Espíritu”. Ésta es una declaración clara de la Trinidad — Padre, Hijo y Espíritu Santo.

9) Isaías 63:8-10 — El profeta da un ejemplo de “las misericordias de Jehová(el Padre), al recordarles a los judíos que a menudo les ha enviado a Su Salvador, “el ángel de su faz” (Jesús), para salvarlos, pero que siempre “fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu”. Aquí nuevamente encontramos una mención del Padre, Hijo y Espíritu. 

10) Zacarías 12:10 — Hablando del día cuando el remanente judío será salvo, Dios profetiza: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él [el Mesías] como quien se aflige por el primogénito”. Observe cómo Dios el Padre se identifica a Sí mismo con el Hijo — con Quien será “traspasado”.

11) Mateo 28:19 — Jesús les ordenó a Sus discípulos a bautizar “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

12) Juan 15:26 — Jesús es citado diciendo, “Pero cuando venga el Consolador [el Espíritu Santo], a quien yo os enviaré del Padre…él dará testimonio acerca de mí”.

13) 2 Corintios 13:14 — “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”.

C. El Testimonio de Dios el Padre

1. 2 Samuel 7:13-14 — “Jehová de los ejércitos” le promete a David que levantará a uno de sus descendientes (el Mesías) para reinar “para siempre” y que Él será “a él padre, y él me será a mí hijo”. 

2. Salmos 2:6-9 — Dios proclama que Él un día instalará a “mi rey” (el Mesías) sobre el Monte Sion, para reinar sobre todas las naciones. Dios se refiere a esta persona como Su “Hijo” y dice que es “engendrado” (es decir, que Él y el Padre tienen una relación exclusiva, única).

3. Salmos 45:6-7 — Dios el Padre se refiere al Mesías como Dios: “Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo…”.

4. Mateo 3:16-17 — En el bautismo de Jesús por Juan el Bautista en el Río Jordán, Dios habla y dice: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (vea también Marcos 1:11 y Lucas 3:22). 

5. Mateo 17:1-5 — En la Transfiguración de Jesús, cuando a Sus discípulos se les dio un vistazo de Su futura gloria, Dios de nuevo dice, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (vea también Marcos 9:2-8; 1 Pedro 1:16-18).  

D. El Testimonio de Jesús

1. Sus Afirmaciones Mesiánicas

a. Mesías 

Éste es un título muy común en los Evangelios, pero generalmente en la forma griega de Cristo. Significa “el Ungido”. 

1. Marcos 14:61-62 — Cuando Jesús fue juzgado ante el Concilio del Sanedrín, el Sumo Sacerdote le preguntó: “¿Eres tú el Cristo [Mesías], el Hijo del Bendito? Jesús respondió, “Yo soy” (vea también Mateo 26:63-64).

2. Juan 4:25-26 —  Una mujer samaritana le dice a Jesús, “Sé que ha de venir el Mesías…”. Jesús le responde, “Yo soy, el que habla contigo”.

3. Marcos 9:41 (LBLA) — Jesús se refiere a Sus discípulos como “seguidores de Cristo [el Mesías].

b. Hijo del Hombre

Éste es el título que Jesús se aplicó a Sí mismo más que ningún otro. Es el título mesiánico de Daniel 7:13. Este título enfatiza que Jesús era Dios en la carne. El título se usa en 78 versículos en los Evangelios. Aquí hay algunos ejemplos:

1. Mateo 8:20 — “Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”.

2. Marcos 8:31 — “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado…”.

3. Lucas 9:26 — “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria…”.

4. Juan 12:23 — “Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado”. 

c. Hijo de Dios

Éste es un título divino que los líderes judíos reconocieron como un reclamo de deidad. Mucha gente, incluido el diablo y sus demonios, se refiere a Jesús en los Evangelios como el Hijo de Dios. Jesús a menudo a Sí mismo como “el Hijo”, pero específicamente aplica el título, “Hijo de Dios” a Sí mismo sólo cinco veces.

1. Lucas 22:70 — “Dijeron todos [los del Concilio Sanedrín]: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy”. 

2. Juan 3:18 — Hablando de Sí mismo, Jesús dice, “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”.

3. Juan 5:25 — “De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios…”

4. Juan 10:36 — Jesús pregunta a los líderes judíos si lo están acusando de blasfemar “…porque dije: Hijo de Dios soy?”.

5. Juan 11:4 — Cuando Jesús oyó de la muerte de Lázaro, dijo: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”.

d. Hijo de David

Este título mesiánico fue aplicado a Jesús por los escritores del Evangelio (Mateo 1:1), y por muchas de las personas de Su tiempo (Mateo 9:27). Por ejemplo, Jesús fue aclamado como el “Hijo de David”, cuando hizo Su entrada triunfal a Jerusalén durante la última semana de Su vida (Mateo 21:9). Lo más cercano que Jesús estuvo de aplicarse el título a Sí mismo ocurrió en un diálogo que tuvo con los líderes judíos, que se registra en Mateo 22:41-45.

e. Rey de los judíos

Éste es otro título mesiánico que Jesús reclamó ante Pilato. Mateo 27:11 declara que Pilato le preguntó a Jesús: “¿Eres tú el Rey de los judíos?”. Jesús respondió: “Tú lo dices” (vea también Marcos 15:2; Lucas 23:3).

f. El Profeta

Hablando del Mesías venidero, Moisés se refirió a él como “profeta” (Deuteronomio 18:15-18). Para la época de Jesús, “El Profeta” había llegado a ser un reconocido título mesiánico. Así pues, cuando Juan el Bautista apareció, la gente le preguntó si él era “el Profeta”. Él respondió que no lo era (Juan 1:21). Jesús aplicó el título de Moisés a Sí mismo en Juan 5:46, cuando dijo: “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él”.

2. La Aplicación de Jesús de la Profecía Mesiánica a Sí Mismo 

Jesús a menudo afirmó Su divinidad mediante la aplicación de las profecías mesiánicas a Sí mismo. Ejemplos:

a. Lucas 4:16-21 — Jesús se pone de pie en la sinagoga en Nazaret y lee una profecía de Isaías 61 acerca del Mesías siendo lleno del Espíritu y que viene para “predicar el año agradable del Señor”. Jesús entonces declara: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

b. Lucas 18:31-33 — Hablando de su cercana crucifixión, Jesús les dijo a Sus discípulos: “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles…Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará”.

c. Lucas 22:37 — Refiriéndose a Su crucifixión, Jesús aplica Isaías 53:12 a Sí mismo: “Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento”.

d. Lucas 24:27 — Lucas dice que, después de Su resurrección, Jesús pasó mucho tiempo con Sus discípulos mostrándoles cómo había cumplió las profecías de las Escrituras hebreas (vea también Lucas 24:46-47).

Lea la parte 2 aquí 

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

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