martes, 31 de enero de 2023

La Naturaleza y el Dios de la Naturaleza (parte 2 de 2)

Discerniendo las Señales de los Tiempos

Director y Evangelista Sénior
Ministerio Cordero y León

En la Parte 1 de este artículo de dos partes, vimos cómo Dios ha utilizado con frecuencia las señales de la naturaleza para confirmar Su llamado y Su voluntad, para advertir y juzgar a individuos y naciones. Ahora exploraremos las señales del Mesías.

Señales del Mesías

Claramente, el Dios de la naturaleza tiene autoridad sobre Su creación. Por medio de Sus profetas, pronunció señales que demostrarían Su poder y provisión para Su pueblo. También ofreció señales que apuntarían a la demostración final de Su misericordia y gracia: el advenimiento de su Hijo unigénito, Jesucristo.

Entre las señales de la naturaleza que Dios predijo que rodearían el nacimiento del Mesías:

  • Él vendría a través de “la simiente de la mujer”, no a través del proceso natural que involucra la simiente de un hombre (Génesis 3:15) 
  • Una estrella señalaría Su nacimiento (Números 24:17;  Isaías 9:2)
  • Él nacería de una virgen que lo llamaría Emanuel — Dios con nosotros (Isaías 7:14)
  • Su linaje fluiría a través de una rama particular de la humanidad, incluidos muchos que no serían considerados particularmente justos aparte de su fe en Dios (Génesis 12:3, 17:21, 28:14, 49:8; Jeremías 23:5).

Durante Su ministerio en la tierra, Jesús también demostró Su autoridad sobre la naturaleza. En el primer sermón de Pedro, afirmó que la naturaleza divina de Jesús el Nazareno les fue atestiguada “por Dios con milagros, señales y prodigios y señales que Dios realizó entre ustedes por medio de Él” (Hechos 2:22).  Esas señales incluyen:

  • Su primer milagro — cambiar el agua en vino — manifestó poder sobre el espacio, el tiempo y la materia (Juan 2:1-11)
  • Con frecuencia sanaba a las personas de enfermedades físicas, incluso resucitando a las personas de entre los muertos (Juan 4:46-54;  5:1-8; 9:1-7; y 11:1-44)
  • Caminó sobre el agua y ordenó que cesara una tormenta (Juan 6:16-21 y Marcos 4:35-41)
  • Multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar a miles (Mateo 14:15-21)
  • Mediante Su propia autoridad, venció la muerte (Hechos 2:22-28; 1 Corintios 6:14)
  • Después de Su resurrección, atravesó puertas y ascendió al cielo (Juan 20:19; Lucas 24:51)

Claramente, Jesús fue el cumplimiento de las profecías concernientes al Mesías, como se predijo en el Antiguo Testamento. Él era el Verbo hecho carne. Incluso en Su crucifixión, Dios estaba ofreciendo señales de Su divinidad y papel como Mesías: la tierra tembló y las rocas se partieron; el velo del templo se rasgó en dos de arriba a abajo, la oscuridad cayó sobre la tierra durante tres horas mientras el sol ocultaba su rostro; y muchos santos muertos fueron resucitados y se aparecieron a muchos (Mateo 27: 51-53 y Lucas 23: 44-45).

Al presenciar todo esto, el quejumbroso centurión que supervisó Su ejecución alabó a Dios y exclamó: ¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!” (Mateo 27:54 y Lucas 23:47).

Señales de Cosas por Venir

David Reagan, el fundador del Ministerio Cordero y León, ha documentado más de 300 profecías en el Antiguo Testamento que apuntan al Primer Advenimiento y al ministerio terrenal de Jesús — de las cuales 109 son únicas. Muchas de ellas pueden ser categorizadas como señales de la naturaleza.

Más de 500 referencias en el Antiguo Testamento apuntan a la gloriosa Segunda Venida de Jesús. Jesús y los autores del Nuevo Testamento proporcionan señales adicionales para que discernamos, a fin de reconocer la época de Su regreso. Las que se relacionan con las señales de la naturaleza incluyen:

  • Hambrunas y terremotos (Mateo 24:7)
  • Grandes terremotos, plagas, hambrunas y terrores y grandes señales del cielo (Lucas 21:11)
  • Señales en el sol, la luna y las estrellas (Lucas 21:25)
  • Rugido del mar y de las olas (Lucas 21:25)
  • Los hombres se desmayarán de miedo cuando las potencias de los cielos sean sacudidas — algunos piensan que apuntan al miedo inspirado por la amenaza de una guerra nuclear (Lucas 21:26)

Incluso después de que la Iglesia sea sacada del mundo (arrebatada), las señales naturales continuarán y se multiplicarán. Los que sean dejados atrás experimentarán:

  • Oscuridad, porque el sol y la luna no darán su luz y las estrellas caerán del cielo (Mateo 24:29; Ap. 6:12-13)
  • La hambruna inducida por la guerra conducirá a la muerte de 1/4 de la población mundial (Ap. 6:1-8)
  • Un gran terremoto removerá cada montaña e isla (Ap. 6:12-14)
  • Granizo y fuego caerán sobre la tierra y quemarán 1/3 de los árboles y la hierba verde (Ap. 8:7)
  • Algo “como una gran montaña” caerá en el mar, corrompiendo 1/3 del agua y matando a 1/3 de las criaturas marinas (Ap. 8:8-9)
  • Otra “gran estrella” caerá del cielo y envenenará 1/3 del agua dulce en la tierra (Ap. 8:10-11)
  • Las personas que acepten la Marca de la Bestia serán infligidas con llagas repugnantes y malignas (Ap. 16:2)
  • El sol entonces dará llamaradas y quemará a la humanidad (Ap. 16:8)

Ésta no es de ninguna manera una lista completa, sino meramente representativa de las señales de la naturaleza que le aguardan a un mundo rebelde. Sorprendentemente, aquellos que están condenados a soportar tal castigo reconocerán la Fuente de su sufrimiento. Los reyes de la tierra, y los grandes hombres, y los comandantes, y los ricos, y los fuertes, y todo esclavo y hombre libre buscarán refugio entre las rocas de las montañas y dirán: “Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (Ap. 6:15-16).

Cuando Juan prevé el derramamiento de seis copas de ira, registra que los hombres blasfemarán “el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas placas” (Ap. 16:9). Trágicamente, predice que no se arrepentirán “para darle gloria” — y ser salvos.

Muestre Discernimiento y Atienda la Advertencia

Al final, ésa es la lección de las señales de la naturaleza. Dios es el Dios de la naturaleza y tiene poder sobre toda Su creación. Él usa legítimamente mecanismos naturales y sobrenaturales para cumplir Su voluntad.

La naturaleza se rinde ante Dios porque debe hacerlo. Así como Él habló una palabra y la totalidad del cosmos fue arrojada a la existencia ordenada, Su Palabra nunca volverá vacía.

Por Su Palabra, las Señales de la Naturaleza se multiplican ante nuestros ojos. Así como los sabios pudieron reconocer y seguir la Estrella de Belén que anunció Su nacimiento, aquellos que han estudiado Su Palabra y lo están anticipando, discernirán la época de Su regreso. Otros simplemente se burlarán y seguirán con sus vidas. Al igual que las personas que se burlaron de la predicación de Noé, serán barridos cuando los pronunciamientos de advertencia se conviertan en un derramamiento de ira.

¡No se demore! Refúgiese en el Salvador que rescatará a los que le pertenecen antes de la tormenta venidera — Jesucristo, el único Camino, Verdad y Vida de Dios.

Traducido por Donald Dolmus
En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)

Original article:
Nature and Nature's God

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