Ministerio Cordero y León
Durante los últimos dos años, a menudo abro mis presentaciones de los Tiempos del Fin haciendo una pregunta:
¿Qué Está Esperando?
Inevitablemente, la mayoría de nosotros esperamos cosas como nuestra próxima reunión familiar, la temporada navideña, el nacimiento de un hijo o nieto, ¡o incluso nuestra próxima comida! Puedo decir honestamente que todos eso se aplica a mí.
Algunos de nosotros somos más propensos a estar emocionados en nuestra anticipación. Al igual que los niños que están ansiosos por llegar a un destino, internamente preguntamos: “¿Ya llegamos?”. Otros parecen francamente indiferentes sobre el curso en el que se encuentran— sin preocuparse por a dónde van o cuándo van a llegar allí.
Las Escrituras nos dicen que deberíamos estar esperando el regreso de Jesús. Una y otra vez se nos dice que estemos atentos, alertas y listos. Se nos dice que aguardemos nuestra esperanza bienaventurada—“la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo” (Tito 2:13). Pero la vida tiene una manera de distraer nuestra mirada y embotar nuestros sentidos. Sin aliento mutuo—el “hierro que afila hierro” de Proverbios 27:17, perdemos nuestra ventaja.
Esta edición del Farolero está diseñada para ofrecerle “buenas nuevas de gran gozo” en esta temporada de gozo. Tiene el propósito de levantar sus ojos a su ayuda venidera (Salmos 121:1). Sobre la base del ejemplo dado por Simeón y Ana, tenemos la intención de glorificar a Aquel que es “luz de revelación para los gentiles y gloria del pueblo [de Dios] Israel” (Lucas 2:32).
Si aún no está ansioso por verlo, oro para que, al leer esta edición del Farolero, su corazón se estremezca de nuevo con el gozo de saber que Él ha venido, ha resucitado y vendrá de nuevo.
Traducido por Donald Dolmus
Ministerio En Defensa de la Fe (endefensadelafe.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario